13 de marzo de 2008

¡CUÁN DIFÍCIL ES PERDONARNOS!

13 de marzo, 2008
Estas son introspecciones que comparto a las cuatro y medio de la madrugada, tras una noche en vela, sin poder conciliar el sueño.
Había estado contenta ayer ya que creí que el problema ya había sido superado, después de pasar cuatro noches en vela, con sus correspondientes días, atribuyéndolo primero al despertar de mi sexto sentido el cual me hacía sentir las energías liberadas por terremotos y otros cataclismos, por más alejados que hayan estado en el planeta, y al final también dió la coincidencia que mis horas de desvelo correspondían a desastres producidos más cerca, o sea que involucraba muertes y dolor de seres humanos.
He constatado que todo eso es cierto, evidentemente he llegado a una etapa en la que percibo esas cosas, pero también sé que se producen de acuerdo al Plan Divino que regula todos los eventos cósmicos, galácticos y terrestres, y todo lo relacionado con los mismos.
Sin embargo al final también me dí cuenta que este insomnio comenzó una noche en la cual recibí informes bastante negativos sobre un problema absolutamente de la 3D, el cual, aunque a nivel consciente sé que no es cuestión de vida o muerte, a nivel subconsciente evidentemente estuvo influyendo ya que también incluye la pérdida de lo que había creído una gran amistad. No voy a entrar en detalles, ya que este no es el sentido de este mensaje.
Una vez que me dí cuenta que este era el fondo por el cual me era imposible conciliar el sueño, hice lo posible para analizarlo y ponerlo en su encuadre correspondiente, y oh “milagro”, al mediodía pude dormir dos horas y la noche siguiente siete horas.
Gloria, había superado el problema y esperaba enfrentarme a un tiempo de relativa tranquilidad, pero aquí viene la razón del título del mensaje.
En un encuentro con una amiga salió ese tema, por supuesto, a la superficie, y ahí comenzó a producirse lo que se podría llamar como ‘falta de integración de aprendizaje’. Qué nombre, pero es así.
Todos o por lo menos creo que todos los que estamos en este camino de la evolución espiritual, hemos aprendido que las palabras que pronunciamos, además de las que pensamos y sentimos, son vibraciones que salen al éter. Como vibraciones pueden salir positivas, si están llenas de amor y de compasión, o negativas si por el contrario se formaron a raíz del juicio sobre el comportamiento de alguien.
Ya va otra ‘falta’, hemos aprendido que no tenemos que juzgar, ni formar juicio en absoluto. Sinceramente hay momentos en que es sumamente difícil no hacerlo especialmente si uno siente que lo han tratado mal o lo están perjudicando en alguna forma. Ya el hecho de hacer que este asunto sea compartido con una amiga o cualquier otra persona, hace que esté emitiendo ondas negativas al éter, no dándome cuenta en ese momento que esas ondas me vuelven, por efecto bumerang, y me lastiman a mí luego, generalmente en el cuerpo físico.
Durante horas esta noche he dado vueltas y vueltas, creyendo que el sentirme mal se debía a que un postre que había pedido lo comí solo hasta la mitad, porque me produjo rechazo. No sé si estaba mal, pero inmediatamente sentí un efecto adverso en la parte del estómago.
Por supuesto una vez llegada a casa tomé algo para aliviar al estómago y me acosté con la ilusión de poder dormir. Sin embargo, pasaron los minutos y las horas y estaba totalmente cansada pero desvelada, sin poder conciliar el sueño.
Tal como es mi costumbre, la de analizar todo lo que me pasa, también lo hice esta noche y tardé bastante en darme cuenta de que lo más probable es que yo misma me he producido este desvelo. No le puedo echar la culpa a un sismo o a algún otro evento terrestre, porque, aún si se produjo algo, cosa que no sé, lo que sí sé es que procedí mal y por consiguiente mi propio ser me estaba presentando la cuenta.
No quiero con esto decir que mi ser sea castigador o algo por el estilo, pero a veces, como todo ser humano, necesito que me den un golpe en la cabeza hasta aprender algo de manera que su aplicación se convierta en algo automático. Esta es una materia que tengo que ir afinando, aunque en gran parte ya lo tengo incorporado, pero evidentemente hay momentos que se me escapa la vieja personalidad.
Ahora bien, me he dado cuenta de mi error, de sus consecuencias, y ¿ahora qué? Acá viene lo que es más difícil aún, el perdonarnos a nosotros mismos. Por lo menos a mí me surgen las recriminaciones de ¿por qué no funcionó mi voz de alerta para evitar mi forma de proceder? ¿Cuándo iba a terminar con el aprendizaje? ¿Se terminaría alguna vez? Creo que no, creo que mientras sigamos respirando vamos a tener que seguir aprendiendo, aunque supongo que llegado el tiempo como todo estudiante tendremos que seguir aprendiendo materias más avanzadas, pero si tenemos pendiente un aprendizaje de primaria, no podemos pretender estar solamente en secundaria.
Muy bien, esto lo tengo claro, pero no he llegado todavía al punto de perdonarme a mi misma. Evidentemente recriminándome el no haber prestado atención en lo que manifestaba, no era la solución, por supuesto tampoco lo era ponerme en penitencia o algo por el estilo.
Aquí nuevamente tengo que recurrir a enseñanzas recibidas, yo creo que para perdonarnos tenemos primero que aprender a querernos a nosotros mismos, luego es necesario que con ese amor consigamos ver el panorama de la situación actual, dándonos cuenta de que en este caso no llegamos a dañar a otras personas o cosas, ya que la energía negativa emitida vino directamente de regreso hacia nosotros. Entonces con el amor hacia nosotros mismos también tenemos que sentir la comprensión y la compasión hacia esa parte nuestra que ‘metió la pata’.
Una vez llegados a ese punto tenemos que purificarnos mediante el amor, dándonos cuenta que al percibir lo que había pasado y tener la firme intención de no volver a incurrir en la misma falta otra vez, le tenemos que dar la posibilidad a nuestro Ser Superior a que ayude a sanar esa herida auto-infligida.
Yo creo que el reconocimiento que hago al compartir este aprendizaje, aunque nuevo, pero recurrente, estoy en la última fase y puedo seguir adelante ahora con la sanación y el volver a la normalidad.
Les comento, esto podrá sonar raro o no perteneciente a este mensaje, pero para mí tiene que ver. Yo muchas veces cuando cierro los ojos veo lucecitas que sé que son energías angélicas que me acompañan. Siempre las saludo y les agradezco su presencia. Ahora hoy, después de terminar en charla interna todo este análisis, se me presentó un angelito y ahí sabía que la sanación había tenido éxito.
Por eso me decidí levantarme para escribir esto, ya que lo tenía que hacer cuando estaba fresco en mi mente ya que si dejo pasar las horas, se pierde una parte.
Ahora me voy a dormir aunque sea una o dos horas. Gracias por acompañarme en este sendero de aprendizaje. ALEXIIS

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