14 de noviembre de 2008

ÁNGELES - CLASES 21 Y 22

CLASE 21 EL ÁNGEL DE LA RENUNCIACIÓN Y LA REGENERACIÓN

Renunciación significa "abandonarse, dejarse ir, entregarse" y el término Regeneración se define como "renacer en el espíritu"; o ser "restaurado en el estado original del ser". Por consiguiente para despertar a nuestra verdadera identidad, debemos dar algo, algo que, por lo general, consiste en hacer algún sacrificio. Pero una vez que salimos del sueño, vemos que no se trata en absolutote un sacrificio, sino que, simplemente es reemplazar lo inferior por lo superior.

Desde los principios la renunciación ha sido la plataforma para el renacimiento espiritual y la piedra basal de la personalidad. Su importancia como una línea de acción a seguir ha sido siempre tan fundamental que ningún Misterio, escuela, religión, tradición esotérica o filosofía espiritual ha olvidado incluirla entre sus disciplinas tradicionales. Y todos los maestros espirituales de los que tenemos noticias han considerado que este proceso de "abandono" es el verdadero preludio para alcanzar la supremacía y el dominio espiritual.

El maestro tibetano Djwhal Khul dice que "para tener debemos desapegarnos, y para retener debemos desprendernos. Esa es la Ley. La vida, para el discípulo, se convierte en una serie de procesos de desprendimiento, hasta aprender la lección de la renunciación". Las antiguas enseñanzas de la Sabiduría Intemporal, de las que, más tarde, Pablo se hizo eco, estaban basadas en la verdad de que cuando no tienes nada, lo posees todo. Este es el principio que guía al Ángel de la Renunciación y de la Regeneración y este debe ser nuestro credo si buscamos ganar nuestra libertad y ser todo aquello para lo que hemos sido creados.

"Yo no puedo traer la paz al mundo, ni puedo alimentar a las multitudes hambrientas, curar las enfermedades, armonizar las relaciones o hacer que prosperen aquellos que están esclavizados por las deuda y las limitaciones. No, yo no puedo hacerlo, pero el Sagrado Yo Superior que Es la Realidad de cada uno de nosotros sí puede hacerlo".

Comenzamos por abandonar nuestro sentido de la existencia mortal - por desprendernos de lo que consideramos la "personalidad y por llegar a identificarnos con el Yo Superior, con nuestra conciencia divina, que está dentro de cada uno de nosotros. En este proceso de cambio de identidad, entregamos todo cuanto ha sido adquirido por la personalidad. Para alcanzar nuestra naturaleza superior, debemos renunciar a todo lo que constituye el "inventario" de la naturaleza inferior, porque hasta que ésta no esté completamente vacía de todo lo que era no puede llenarse con la esencia de la naturaleza superior. Lo más bajo debe ser sacrificado por lo más alto, de otra manera no podremos llegar a concretar nuestro renacimiento espiritual.

¿Por donde comenzar? Examinemos esta lista de veinte características de la personalidad:

1) La tendencia a criticar.
2) La tendencia a asumir, por otros, responsabilidades que no nos corresponden asumir.
3) La tendencia a dejar en manos de otros la responsabilidad por nuestro propio bienestar.
4) El sentimiento de que necesitamos ser cuidados y protegidos por otra persona, que está relacionado con lo mencionado en el punto anterior.
5) El orgullo espiritual y la tendencia a probar nuestra espiritualidad dando a otras personas admoniciones o consejos espirituales que no nos han sido solicitados.
6) Las ambiciones egoístas.
7) La autoconmisceración.
8) La sensación de poder personal.
9) Una sensación de futilidad.
10) La tendencia a buscar alivio o liberación a través del alcohol o de las drogas.
11) La tendencia a representar el papel del "amante sufriente".
12) La tendencia de controlarnos emocionalmente en toda clase de relaciones, incluyendo las relaciones con nuestros esposos o esposas, o con nuestros hijos o amigos.
13) El engaño y la deshonestidad.
14) El temor y la culpa.
15) La sensación de que valemos muy poco.
16) La identificación del YO con el cuerpo y la preocupación por mantenernos físicamente en forma y por satisfacer nuestras necesidades corporales.
17) El énfasis en la seguridad personal.
18) El sentimiento de que "mi verdad es superior a la tuya", de que "mi misión es más grande que la tuya".
19) El "complejo de Mesías".
20) Una conciencia desanimada - sin vitalidad, sin fuego, sin luz, ni animación - y el vivir sin ninguna clase de inspiración.

La gran Renunciación, el último paso antes de la Regeneración, tiene lugar después de que has reconocido cada una de las características y de los complejos de tu personalidad, concentrándote en cada uno de ellos, desprendiéndolos de la propia conciencia al entregarlos al Sagrado Fuego que arde en nuestro interior y trabajando diariamente para vivir sin estas energías adulteradas. Esto requiere disciplina, pero con cada uno de estos actos de desprendimiento, más y más rayos de la Luz del Yo van introduciéndose en nuestra personalidad.

El proceso de emerger de la oscura celda de la naturaleza inferior, no siempre es un suave y fácil movimiento hacia arriba, sino que puede convertirse en una escalada dura y extenuante. Pero recuérdalo bien, Tú no te has encarnado sólo para poner el pan sobre la mesa, pagar el alquiler, planear tu seguridad en los últimos años de tu vida - o para ser una impotente medusa o un amenazante tiburón. Estás aquí para renacer en Espíritu y entonces compartir el ardiente resplandor de tu Luz interior para el bien y el beneficio de todo el mundo.

Cuando estás motivada por esa intención, algo extraño y maravilloso acontece en los asuntos más cotidianos de tu vida. Inicia el proceso de desprendimiento y, con cada nueva acción de desapego, algo cada vez mejor va teniendo lugar en todos los ámbitos. Y, muy pronto, te darás cuenta de que la práctica de la inocencia te resulta completamente natural, de que dar a los otros la libertad que necesitan para experimentar plenamente su vida está satisfaciendo todo cuanto te preocupa y que así también llegarás a ser verdaderamente independiente al no experimentar ninguna clase de preocupación por tu propia seguridad.

Descubrirás que no tienes que probar nada a nadie y que la autocompasión, la futilidad, el miedo y la culpa desaparecerán junto con tu necesidad de buscar algún escape. Cuando llegues a comprender que tú misma ere el Reino de la pura energía, lograrás liberarte de la atracción hipnótica de la tercera dimensión y con esa comprensión las sensaciones de carencia y de limitación se convertirán en meros y borrosos recuerdos del pasado.

Para efectuar el proceso de renunciación y regeneración se puede hacer un proyecto de dedicar sensata días a desmontar todas las conexiones del ego desprendiéndonos de todas las atracciones mentales, emocionales y físicas - liberándolos de todas las cosas que nos atan a la rueda de la lucha y el esfuerzo - y, una vez hecho esto, seres humanos, sino como seres espirituales de Luz. El Ángel de la Renunciación y la Regeneración presta una valiosa ayuda para demostrar que el proceso de desmontar las conexiones el ego no significa descalificar el mundo físico como algo no espiritual. Por el contrario, significa encontrar el equilibrio entre lo absoluto y lo relativo y ver la unidad del espíritu y la materia a través del único ojo de la conciencia divina. Es vivir como un ser espiritual encarnado en una forma física.

Vayamos al encuentro del Ángel de la Renunciación y de la Regeneración. recuerda que no se trata de una especie de hada con alas que flota en su campo de energía o de una criatura nacida hace muchos siglos de la imaginación de los maestros de algún colegio de Misterios. Estos Ángeles son fuerzas vivientes y energías conscientes que habitan en el cuerpo causal y que funcionan como remolinos de Poder.

En el orden natural del proceso de su accionar, extienden a la conciencia personal - como si fueran rayos de luz - la visión, la actividad, y el poder creativo del Yo Divino. Y la luz de este Ángel, en particular, apunta a mantener a la conciencia operando en el "modo de entrega", para ayudarnos a dejar de lado toda sensación de separación con el alma superior y para preparar la personalidad par ala "Gran Infusión del Señor". Si esa energía se encuentra bloqueada por las proyecciones de miedo, de pérdida y de privación, producidas por el ego, desarrollamos una conciencia de "víctimas", una naturaleza suspicaz y celosa y una sensación de ser la "presa" de todos los que nos rodean.

Finalidad
Proporciona la energía para la entrega, demostrándonos la facilidad y la belleza de "no tener nada para poseerlo todo".
Rasgos negativos que pueden presentarse a partir de las proyecciones del ego: conciencia de ser siempre la "víctima"; naturaleza desconfiada y sensación de estar siendo la "presa" de todos; celos.

Su energía resulta bloqueada debido a: el profundo miedo a las pérdidas; la creencia inconsciente de que liberar el Espíritu significa privación; una profunda ansiedad relacionada con entregarse a la humanidad para alcanzar el dominio y la supremacía espiritual.

LOS DOCE PASOS DEL PROGRAMA ANGÉLICO

Si estás en un programa de doce pasos, puedes trabajar con los Ángeles a cada paso del trayecto. No olvides pedir especialmente la ayuda de Rafael. Si estás dispuesta a trabajar en tus adicciones, estudia la posibilidad de incorporarte a un programa de doce pasos en tu zona. Hay grupos en todas las poblaciones del mundo, incluidos Alcohólicos Anónimos, Narcóticos Anónimos, Gordos Anónimos y Jugadores Anónimos.

1) Reconoce que no puedes contra tu adicción, cualquiera que sea, y que tu vida se ha vuelo inmanejable. Ese puede ser el paso más difícil de todos. Pide a tu Ángel acompañante que permanezca a tu lado y te eche una mano. Siente su amor y podrás escalar ese peldaño para continuar la marcha. Además, llama a un Ángel de Curación para que te apoye.

2) Este paso te invita a creer en un Poder más grande que ti misma, capaz de devolverte la cordura. Puedes identificar este poder con Dios, con Dios o con tu propio Yo Superior. Cualquiera que sea tu sistema de creencias, tu Ángel es un puente hacia ese plano superior. Recurre a él para que fortalezca tu conexión. Invoca también a un Ángel de la gracia para que se cruce en tu vida y teja algo de amor de Dios en tu corazón.

3) Decides dedicar tu vida a Dios. Conociendo el amor de tu Ángel por ti, puedes permitirte cruzar el puente de su ser hacia un amor aún más grande. Además un Ángel de modelos puede ayudar a que te abras al plan universal mayor.
4) Se requiere que hagas un inventario moral de tu vida. Invoca a un Ángel de información para que te de apoyo mientras lo haces, ayudándote a repasar tu vida y recordándote cosas que puedas haber bloqueado u olvidado.

5) A continuación admites ante Dios, ante ti misma y ante otra persona la naturaleza de tus equivocaciones. Aquí los Ángeles de proceso te asistirán en la difícil tara de recuperar el equilibrio, liberar pensamientos y sentimientos negativos que hayas albergado quizás durante años.

6) Pides a Dios que borre los defectos de tu inventario personal. Recurre a un Ángel de Reorganización para que te ayuda a hacerlo. Recuerda que no necesitas hacerlo todo solo, para eso existe el grupo, incluyendo los grupos de los que participan ángeles.

7) Pide a Dios que te ayude a superar tus deficiencias. Pide a un Ángel de Transformación que te ayude en este gran cambio. El trabajo no es fácil, pero después de todo lo que has pasado, puedes hacerlo.

8) Hace una lista de todas las personas a las que has hecho daño y te marcas el propósito de saldar cuentas con ellas. En este paso te conviene llamar a los Ángeles de conexión para que mejoren tu funcionamiento con el fin de que puedas cambiar tus antiguos patrones de conducta.

9) Repara el daño causado a todas las personas de tu lista, salvo cuando eso los perjudicara o hiciera daño a otros. Aquí puedes invocar a los Ángeles de vinculación que has compartido con esas personas para que te ayuden a expresarte de la manera más amorosa.

10) Continúa haciendo un inventario personal y aprende a admitir de inmediato tus equivocaciones. En este esfuerzo puedes invocar a un Ángel de paz para que te ayude a desarrollar sentimientos de serenidad y perdón por tus propias faltas.

11) Se te invita a mejorar tu relación con Dios, cualquiera que sea la idea que tengas de Él. Llama a uno de los Ángeles de Afinación para que te ayude en tu apertura, te acompañe en la plegaria y la meditación y te ayude a descubrir que cada momento de cada día es tiempo sagrado.

12) Comparte con otros el mensaje de tu despertar y a practicar los doce pasos en todos los aspectos de tu vida. Recuerda que los Ángeles del Medio te ayudarán a trabajar en este paso. Según aprendas a hacer un espacio sagrado de todo sitio en el que estés, este paso se te irá haciendo más fácil.

El Proceso de Gracia puede ser muy útil en la recuperación. Cuando más cimentada estás, más te sustentas en la realidad. Te conviene hacer la Meditación Básica de Cimentación todas las mañanas, al despertar, aunque no planees hablar con tu Ángel.

Utiliza el Ejercicio Básico de Liberación y pide a tu Ángel que te ayude para liberarte de los patrones adictivos. Como ya conoces a tu Ángel, puedes formular tu primera apelación de este modo: "Por favor, Ángel, ayúdame a reconocer lo que me está impidiendo superar mi adicción para que pueda liberarlo". Luego haz tu lista de limpieza espiritual y realiza el trabajo de liberación, centrándote en tu adicción.

Cuando te sientas asustada o débil, cuando pongas en duda tu capacidad de cambiar de vida, utiliza los ejercicios de Alineación para sacar una vibración más elevada. El amor y el miedo no pueden existir en un mismo lugar ni a un mismo tiempo. Y cuando estás canturreando con los Ángeles no hay sitio para el miedo.

Conversar con tu Ángel puede proporcionarte una mayor comprensión sobre la naturaleza de tu adicción y tu recuperación, iluminando tu conducta de maneras tan suaves y amantes que te será mucho más fácil efectuar los cambios necesarios.

EL ÁNGEL DE LA ESPERANZA
La esperanza es la mayor prueba de confianza en Dios. Todo es fácil para el que lo espera todo de Dios.

Nunca deberíamos desesperar ni de nosotros mismos ni de Dios, pues la desesperanza es una artimaña del Diablo para alejarnos de nuestro Creador.

Junto con la Fe, la Esperanza construye nuestro futuro. Pero esperar no es aguardar, esperar es tener confianza y estar seguros de que siempre sucederá lo mejor.

Un Ángel dijo una vez que "todo le llega a aquel que sabe 'esperar'. Pero se refería a una esperanza activa, como la de la oración, como la del amor.

Te propongo que:
Busques un lugar tranquilo y apacible donde puedas relajarte e intentar mantener tu mente en blanco.

Descuelga el teléfono.

Imagina que estás sentada bajo una luz suave y cálida. Siente como todo tu ser absorbe esta luz y se funde con ella.
En el extremo de esta luz están el Ángel de la Esperanza y el demonio de la desesperanza. Familiarízate con estos dos visitantes e insiste en que el demonio de la desesperanza desaparezca y que el Ángel de la Esperanza se manifieste.
Invita a tu Ángel de la Esperanza a compartir contigo el calor y la luz.

EL ÁNGEL DE LA CLARIDAD

La Claridad es la capacidad de ver las cosas tal como son, sin que nuestro ego se proyecte en ellas.

Ciertas religiones orientales sostienen que el mundo es ilusorio, pero esta opinión también es una ilusión. El mundo no es ilusorio, es terriblemente real, aunque de una realidad distinta a la que creemos.

Lo que sí es ilusorio es nuestra visión del mundo, porque no vemos las cosas como son, sino como nos interesa que sean, como a nuestro ego le interesa que sean.

Al ego le falta claridad porque tiene miedo al Ángel de la Claridad; pondría al descubierto todas sus pequeñeces, todas sus porquerías.

Debemos obtener claridad en nuestras vidas, pues con claridad todo es más fácil y maravilloso.

Te propongo que:
Siéntate o estírate en un lugar tranquilo en el que te puedas relajar fácilmente.

Respira con amplitud y profundidad.
En cada inspiración visualiza el aire como pura transparencia e invita al Ángel de la Claridad a entrar en ti.

Cada vez que expires, visualiza el aire que sale como ensuciado e invita al demonio de la confusión a salir con él.

Hazlo diariamente y en unos pocos días verás cómo tu vida se torna clara y luminosa.

PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 14

Curar Una Relación
Para esta visualización necesitas dos velas y un ambiente tranquilo y retirado. Cuida de tener a mano tu cuaderno y una birome, por si quieres anotar lo que recibas.

1) Enciende dos velas. Una te representa a ti; la otra a la persona cuya relación contigo deseas curar. Al encender las velas di: "Invoco a mi Ángel para que me asista en esta curación. Invoco al Ángel de … (agrega el nombre de la persona) para que asista en esta curación. Invoco la presencia de nuestro Ángel vinculante.

2) Cuando ambas velas estén encendidas, di: "Pongo bajo la luz este momento, esta curación y esta relación". Aspira y, al exhalar, visualiza la ceremonia de curación como si se produjera también en tu corazón.

3) Visualiza a la otra persona. Mírala como es realmente; buena, mala, divertida, triste, tal como la conoces.

4) Cuando hayas repasado las múltiples facetas de la otra persona, pide una impresión de su Ángel. Cierra los ojos y deja que esa impresión crezca.

5) Invita a ese Ángel a compartir contigo y con tu Ángel lo que se debe hacer para curar la relación. Escucha la respuesta de Ángel y siéntela también. Quizás recibas impresiones de luz, color o imágenes, además de oír palabras. Permanece abierto a las impresiones que recibas y no rechaces nada, aunque te parezca tonto.

6) Cuando las impresiones se esfumen, da las gracias al Ángel de la otra persona. Luego ábrete a las respuestas de tu propio Ángel. Pregunta: "¿qué se debe hacer para curar la relación?" una vez más ábrete para recibir lo que venga sin juzgar.

7) Cuando hayas recibido el mensaje de tu propio Ángel, pregunta el Ángel de la Vinculación si hay algo más que debas saber.

8) Agradece a los Ángeles e imagina un hermoso regalo que contenga las impresiones y sugerencias que acabas de recibir. Imagínate entregando ese regalo a la otra persona.
* * * * *

CLASE 22 EL ALMA

Un santo (un ser humano auténtico) es una persona libre del peso y del lodo de la oscuridad y de la negatividad. En el centro del alma reside nuestro don, nuestra santidad, vivo y real, único y especial, poderoso y transformador. Cuando limpiamos el lodo del alma esos dones se hacen visibles y damos lo mejor de nosotros mismos en cada acción. Formar el alma o la santidad no es un proceso que se lleve a cabo de la noche a la mañana, puede llevarnos la mayor parte de la vida, o quizás sólo unas revelaciones de la verdad. Todo depende de quiénes seamos y del tema que estemos tratando.

Por eso es tan importante respetarnos unos a otros. Es interesante el proceso de descubrir los dones en el centro del alma. Nos libera para ser realmente nosotros mismos bajo la luz más hermosa, el amor de Dios.

Con la ayuda de nuestros Ángeles podemos quitarnos el lodo del alma, de modo que podamos disfrutar de la libertad que nos brindan la felicidad y la creatividad.

Cuando los Ángeles nos enseñan a purificarnos, sólo quieren decirnos "conviértete puramente en ti mismo", libre de hábitos y percepciones negativas.

Cuando decidimos transitar una senda espiritual nos disponemos a descubrirnos a nosotros mismos, a encontrar nuestra manera especial de entrega el amor al mundo, y a comprender a un nivel más profundo el hecho de que todos estamos interconectados. Somos piezas de un hermoso mosaico, la gran obra, la red de la vida. Elegimos desarrollar el conocimiento del alma y del espíritu, el vínculo con el poder superior y el reino de Dios; se elige desarrollar una visión clara del color de la luz especial del corazón de cada uno, para saber exactamente quiénes somos.

Una senda no espiritual implica ocuparse de las necesidades físicas, el éxito material y el reconocimiento terrenal (todo lo cual también puede formar parte de una senda espiritual) pero sin trabajar sobre el crecimiento interior.

Una vez que iniciamos la senda espiritual comenzamos a reconocer que somos seres espirituales que viven una experiencia humana. Pautas negativas tales como la culpa, la vergüenza, el odio a sí mismo, la pereza, el orgullo, la gula, el temor y la ira pueden interferir en el crecimiento espiritual. Estas pautas componen el lodo que se acumula en la ventana del alma y bloquean nuestra luz especial. Estas pautas corroen nuestra integridad, que requiere que aprendamos lecciones tal vez dolorosas.

Nuestra integridad nos exige que cuando la montaña rusa de la vida nos lleve en picada y sigamos aferrados a ella, volvamos a la cima más poderosos y esperanzados para poder sobrellevar los malos momentos. La vida espiritual nos prepara para estos inevitables momentos buenos y malos a través de prácticas y de un pensamiento consciente claro. Es probable que cada uno tome un rumbo distinto, personal, pero la búsqueda real y noble de la verdad en la senda espiritual nos lleva a todos al mismo destino final.

LIBERACIÓN
Hablar con nuestros Ángeles es algo natural y gozoso, algo que ellos disfrutan tanto como nosotros. Siendo así, ¿por qué no lo hace constantemente todo el mundo? El motivo es que debemos encontrarnos con en ellos en su propia frecuencia, que es diferente de la nuestra. Como no existe en el cuerpo físico, su vibración es más fina. Para hablar con ellos, para comunicarnos, debemos salir de nuestro estado mental, ordinario, el que se refiere a trabajos, relaciones, espacio vital, salud, etc., para pasar a la Mente Superior. Para hacer eso debemos aprender a desprendernos de ciertas cosas. Por eso debemos liberarnos.

Liberarnos de preocupaciones, problemas y creencias negativas sobre el propio yo, os deja en libertad de ingresar en el estado de claridad, neutralidad y amor incondicional que caracteriza al reino angélico. Nos lleva a un sitio de perdón, para nosotros mismos y para otros. Y resulta estupendo.

Los Ángeles están dispuestos a asistirnos en la vida cotidiana, de modo que nuestras preocupaciones mundanas no carecen de importancia. Por el contrario. Justamente porque son importantes contribuyen a formar lo que sentimos sobre nosotros mismos, factor muy significativo para la conexión angélica. Si estamos deprimidos, si nos sentimos indignos o culpables, si albergamos sentimientos desdichados sobe otros, no estamos en la mente superior. Para volar con los Ángeles necesitamos ir ligeros de equipaje. Y para eso hay que purificar. Esto no significa que debamos ser santos para hablar con nuestros Ángeles: sólo que debemos desechar el equipaje mental y emocional que cargamos gran parte del tiempo.

Las técnicas de liberación te ayudarán a desechar ese equipaje para que puedas conversar con naturalidad con tus compañeros alados. También ayuda a poner claridad en la vida cotidiana y tal vez descubras que tus cosas comienzan a marchar mejor y que te sientes más feliz, menos tensa y más en paz contigo misma.

Existe un aspecto especial del yo que, a veces, se dificulta la conexión con nuestros Ángeles. El yo en sí no es malo, aunque ha adquirido una desagradable reputación en algunos círculos espirituales. Es el yo quien se cuida de nuestros intereses; trabaja par protegernos de la desilusión y la sensación de fracaso. Pero cuando no se alimenta con amorosa autoconcepción, el ego desarrolla un aspecto negativo que refleja la autocrítica y la sensación de valer poco.

Oímos en la cabeza esa voz negativa. Es la parte que nos juzga; el veredicto es "culpable" o "no lo bastante bueno". Nos compara (desfavorablemente, por lo general), nos critica o regaña y nos impone patrones de perfección imposibles. De lo contrario, nos halaga, tratando que nos sintamos mejor al buscar errores en otros y culparlos por sus deficiencias. A veces la voz negativa habla en primera persona: "No tengo remedio, jamás llegaré a nada". A veces usa la segunda: "Pedazo de idiota, ¿para qué hiciste eso?". Es imposible abrir el corazón cuando esa voz es la que maneja todo.

El mejor modo de ajustar cuentas con esa voz negativa es prestarle atención. comienza reconociendo su existencia simplemente: "Oh, allí está otra vez mi voz negativa". Como el niño caprichoso que gimotea pidiendo atención, la voz negativa responderá positivamente bajando su volumen. Una vez que hayas cobrado conciencia de ella reconociendo su presencia, puedes empezar a identificar la negatividad que albergas.

Para ayudarte a detectar focos de negatividad, he aquí una lista de los temas que, según hemos descubierto, surgen con más frecuencia, y algunas de las conductas que generan:

Falta de valor
Miedo a la intimidad
Duda
Abandono
Miedo a la desilusión
Rechazo
Perfeccionismo
Resentimiento
Orgullo
Envidia
Ineptitud
Celos
Crítica (de sí y de otros)
Culpa
Ira
Persecución
Odio
Vergüenza
Dolor
Culpar a otros
Odio por uno mismo
Deshonestidad
Sensaciones de alienación
Privación
Necesidad de dominio
Falta de concentración
Ambivalencia
Pérdida de tiempo
Indecisión
Fatiga
Aburrimiento
Depresión
Apatía
Codicia

Cuando hayas confeccionado tu propia lista, ¿hay algo en ella que te sorprenda? ¿O los problemas te son tan familiares que casi parecen viejos amigos? ¿Enemigos acaso? A esta altura quizás experimentes somnolencia, aburrimiento o enojo; tal vez tu mente se distraiga. Todas son señales de resistencia, ¡prueba de que estás en la pista correcta! La resistencia se presenta cuando te enfrentas con problemas que te ponen incómoda. Como tratar de evitar las cosas molestas es perfectamente natural, no te reproches por desear dormir una siesta, dar un paseo o tomar un barco de carga hacia China. Levántate, estira los músculos. Saca la cabeza por la ventana para respirar lentamente varias veces. Luego vuelve a tu lista y léela varias veces.

Cuando has identificado los problemas de los que estés dispuesta a liberarte, emplea estas enseñanzas, ya que esta liberación es un paso esencial para alcanzar el estado de apertura que nos permite comunicarnos con nuestros Ángeles.
Por estar ligados con el suelo y, por lo tanto, sujetos a la gravedad, nuestra vibración es más densa que la de los Ángeles. Liberarnos ayuda a elevar nuestras vibraciones personales, mediante la descarga de energías que han estado bloqueadas o retenidas en los sistemas mental y emocional. Aferrarse a algo requiere esfuerzo y energía, y nos impide recibir. Si estamos empantanados en la negatividad, no podemos abrirnos a nuestros Ángeles. Cuando nos desprendemos de eso, liberamos la energía que se puede aprovechar de maneras más productivas; así podemos recibir la sabiduría y el amor que ellos nos traen.

Los recuerdos, sobre todo los traumáticos, se almacenan en el cuerpo físico en un plano celular, así como en el cuerpo de energía sutil. De hecho, tu cuerpo recuerda cada cosa que te haya ocurrido en el plano físico: cada vez que te caíste del triciclo, te pillaste los dedos con una puerta o te golpeaste la cabeza. Tu mente recuerda todo lo demás, aunque gran parte se almacena en tu inconsciente.

Cuanto más vigorosa sea tu respiración en los ejercicios de liberación, mejor descargarás la negatividad, llevando vitalidad y gozo a todas tus células. Hay dos modos de hacerlo: exhalando vigorosamente por la boca o resoplando por la nariz. Ambas dan resultado; pruébalas y decide cuál te conviene.

Utilizar el sonido agrega una nueva dimensión al proceso, al ayudarte a alinear los cuerpos físico y de energía sutil, poniéndolos en resonancia. Puedes subir o bajar por la escala musical hasta hallar un sonido o nota que te resulte cómodo emitir. Mantenlo hasta que se te acabe el aliento, dejándolo vibrar por todo tu cuerpo; hasta que puedas sentir que tu cuero cosquillea. Este uso de sonido se llama "entonación". Estimula y abre el chakra de la garganta, que es el centro de la comunicación del cuerpo y el sitio donde los Ángeles nos hablan.

Notarás que liberamos hacia la tierra, utilizando el sistema de raíces que ya has practicado. A lo mejor te preguntarás, en tu preocupación por la Madre Tierra, si hacerlo no está mal. ¿No es contaminar la tierra con nuestra basura, aunque sea en los planos mental y emocional? Puedes estar tranquila, la Tierra recibe las energías que desechamos, tal como recibe desechos tales como fertilizantes y turba. Se descomponen en sus componentes más finos y se reciclan, para nutrirnos y engendrar nuevo crecimiento.

Sensaciones y pensamientos tienen una profunda influencia en la formación de todas las vidas; no merecen que se les tenga miedo ni odio. Antes bien, deben ser respetados, reconocidos y tratados como uno querría trata a cualquier cosa viva. En realidad, el modo más positivo de encarar la liberación es con gratitud por todos tus pensamientos y sensaciones, cualesquiera que sean. Buenos o malos, te han ayudado a llegar donde estás ahora: preparándote a conocer a tu Ángel. Recuerda dar las gracias a estos pensamientos y emociones antes de desecharlos. Dar las gracias es un modo de expresar que aceptas su función y el propósito que han cumplido en tu vida. Y esa aceptación es una parte vital de la capacidad de desechar.

Aún cuando hayas trabajado con los puntos más importantes de tu lista, quizás descubras que algunos de ellos vuelven a aparecer, posiblemente bajo astutas formas nuevas. No te desalientes. La práctica lleva al lucimiento, y cuanto más practiques, mejor sabrás identificar y desechar modos de ser ya inútiles. Si te has sentido indigna durante toda tu vida, no es realista pretender librarte de todo eso en una sola sesión. Sé amante contigo misma. No necesitas ser perfecta para comunicarte con tus Ángeles. Sólo debes estar dispuesta a liberar una sola molécula del bloqueo que arrastras, y el espacio que se vacíe será espacio suficiente para que entre tu Ángel.

DEBER CÓSMICO DE LOS ÁNGELES
Recuerda que cada uno de los Ángeles tiene un deber cósmico y que es el de emitir la verdadera naturaleza de su ser, para ayudarnos en el proceso de despertar.

Son formas de pensamientos divinas que están cargadas con divinas intenciones, pero también están sujetas a la energía que nosotros, consciente o inconscientemente, estamos constantemente irradiando, lo cual significa que podemos cambiar su naturaleza y paralizar su manifestación.

Hay muchos Ángeles que están expuestos al riesgo de ser abrumados por nuestras proyecciones, pues la conciencia colectiva está orientada hacia el conflicto, con una vibración que tiende permanentemente hacia el desorden.

De modo que debemos estar siempre alerta y ponernos de inmediato en acción para eliminar nuestros estados mentales signados por el egoísmo, el hábito de juzgar a los otros, el criticismo, el orgullo intelectual, la frialdad y la estrechez, como así tantos otros que no es posible enumerar a todos.

Debemos oponernos a estos defectos a través de la energía y el poder de la alegría, la alegría del Señor que YO SOY, y permitir que el sentimiento de alegría se convierta en el estado natural de nuestro ser.

Así, los Ángeles estarán en libertad y la primera ley del universo - el orden divino - se convertirá en un factor dominante de nuestras vidas.

EL ÁNGEL DE LA GRACIA
El trabajo de estos Ángeles consiste en entretejer el reino espiritual con el material. Ellos nunca abandonan su tejido. Quienquiera que se les cruza en el camino es tejido a su obra por un instante imborrable, experimentando el amor y la bondad de Dios.

La gracia llega como un don, sin que se la llame para enriquecer o catalizar su vida.

El Ángel de la Gracia nos da el poder de adquirir la libertad a través del compromiso. Al hallar a la persona, a la tarea, al grupo o a la profesión que sean acertados, podemos liberar realmente nuestras energías para ser más eficaces y estar más satisfechos con nuestras actividades.

Una vez que conocemos nuestras prioridades y metas, y nos dedicamos a ellas, concretamos nuevas posibilidades.

Esa dedicación puede liberarnos de las imposiciones que hicimos propias en el pasado y puede permitirnos desarrollar nuestros controles internos, al igual que nuestra capacidad para auto disciplinarnos y bastarnos a nosotros mismos.
Si alguna vez has tenido un momento de gozo en medio de tu dolor, sabes lo que es la gracia.

Cuanta más conciencia tengas de estos Ángeles, más abierto estarás a sentir constantemente estos momentos de gracia. Cuando elijas a este ser, abre el corazón y sonríe.

Te propongo que:
Busca un lugar tranquilo donde puedas relajarte e intenta mantener tu mente en blanco.

Imagina que estás entada bajo una luz suave y cálida. Siente como todo tu ser absorbe esta luz y se funde con ella.

En el extremo de esta luz se encuentra el Ángel de la Gracia y te dice que si puedes hablar con palabras de colores, creando diálogos de arco iris; si conviertes y revistes con sonidos armoniosos todo lo que tocas;

Si ves luz en todo lo que te rodea hasta en ti mirando tu propio espejo;
Si puedes soñar con Ángeles y Querubines y compartir tus sueños con todos;
Si agradeces al que está equivocado por la enseñanza que te deja;
Si te guardas en silencio celestial cuando otro pretende agredirte;
Las mejores noticias te llegaron en este día, ya te convertiste en un Ángel.

PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 15

El Paraguas Angelical
Cuando quieras a tu Ángel especialmente cerca de ti durante todo el día, abre tu Paraguas Angelical. Esta visualización se puede utilizar cuando tienen en la mente un objetivo en particular, como un examen o una entrevista importante, y deseas permanecer centrada y serena. O cuando necesitas el consuelo de tener junto a ti a un amigo querido.

1) De cara al Este, extiende tus brazos hacia fuera y di: "Permanece conmigo, Ángel". Cierra los ojos un momento e imagina a tu Ángel de pie detrás de ti; sus alas comienzan a envolverte. Repite esta invocación de cara al Sur, al Oeste y al Norte. Observa si al hacerlo detectas en tu cuerpo o en la atmósfera alguna sensación especial.

2) Cuando hayas completado la invocación hacia los cuatro puntos cardinales, siéntate y levanta los brazos, con la palma de las manos hacia arriba. Imagina a tu Ángel de pie a tu espalda, sosteniendo un paraguas grande con varillas hechas de oro. Aunque no hay tela que cubra el armazón del paraguas, las varillas están conectadas por gotas de luz dorada, de modo que te encuentras bajo algo parecido a una gigantesca telaraña dorada, salpicada de rocío celestial.

3) A través de esta red de luz caen unas gotas de luz blanca y dorada, que te rodean y te envuelven. Mueve los brazos para sentir con más potencia los efectos de este paraguas. Mientras lo haces, di: "Mi Ángel está conmigo". Repite esto tantas veces como lo desees.

4) Cuando te levantes, percibe el campo de energía creado por ese paraguas especial. Imagínalo suspendido por encima de ti a medida que transcurra el resto de tu día.

En cualquier momento, durante la jornada, puedes decir: "Acompáñame Ángel", y visualizar nuevamente le Paraguas Angelical. A diferencia de los paraguas comunes, a éste no puedes dejarlo olvidado en el autobús o en el cine.

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