7 de agosto de 2007

MIS SENTIMIENTOS PERSONALES FRENTE AL SUICIDIO

5 de agosto, 2007

Acabo de terminar el escrito sobre el “suicidio” que me había pedido una de las lectoras, a raíz del mensaje sobre las “mascotas”.
Acepté el pedido, aunque no me gustaba, y sinceramente traté de dar un panorama lo más amplio posible, encarando incluso los puntos de vista de Oriente y Occidente.
En una forma que no comprendí al comienzo este escrito me resultó sumamente difícil, e incluso ayer cuando no pude seguir porque se me nublaba la vista, supuse que era solamente por cansancio.
Sin embargo, hoy, domingo, me desperté poco antes de las 8 de la mañana y creí que tenía que canalizar, pero no era así. No obstante me quedé en la computadora, sin tomarme el tiempo para desayunar siquiera, y seguí con el artículo me lo quería sacar de encima.
Luego, después de terminado era como que se me cayó un peso de los hombros y es ahí que me di cuenta de lo que pasaba.
Aparentemente esto todavía era un bloqueo que tenía en mi interior, ya que durante mucho tiempo en mi vida pensé en el suicidio. Yo durante muchísimos años no podía estar sola, si mi marido por cuestiones de talleres que dictaba en el interior, una noche no llegaba a casa, era todo un drama para mí, hasta un punto tal que una amiga se ofreció a venir para estar conmigo. Solo mi orgullo evitó que lo acepte.
Durante todo ese tiempo dije en forma abierta, tanto a mi marido y también en presencia de mis hijas, que si algún día él se iba antes que yo, yo no seguiría viviendo y me iba a suicidar. No me he dado cuenta en aquel entonces lo que ello hubiera representado para mis hijas, la responsabilidad que tenía frente a ellas, y en como ese conocimiento representaba una carga para mi marido.
Evidentemente en aquel entonces yo era totalmente otra persona, era atea, no creía en nada, era introvertida, con enorme complejo de inferioridad, no me interesaba nada, solo leía novelas, no tenía religión ni ninguna inquietud de búsqueda. Hoy en día considero que en cierta forma estuve vegetando.
Sinceramente muchas veces me he preguntado cómo mi esposo aguantaba, ya que era todo lo contrario y hoy en día sé que desempeñaba el papel de Maestro hasta que me despertase y pudiese pararme en mis dos pies y enfrentar a la vida.
Recién a los 59 años caí en un pozo tan profundo, físico, anímico y todo lo que sea, que le pedí ayuda a mi cardiólogo, porque me había dado cuenta que así no podía seguir. Como digo era muy, muy gorda, drogadicta, porque estaba con 18 mg de tranquilizantes por día, más somnífero, más por lo menos un litro y medio de vino a la noche y constantemente con el inhalador por el asma bronquial del que sufría.
Yo le dije a mi médico que sabía lo que me pasaba, ya que mi madre estaba en su tercer agonía, pero que ya no era capaz de seguir enfrentando esto sola, ya que no era posible que cada vez que venía del geriátrico comenzaba a tomar vino, y no le podía llenar la cabeza a mi marido ya que él tenía que atender a sus pacientes.
Por suerte este cardiólogo me recomendó a una psicóloga que en la segunda sesión me recomendó estudiar metafísica. Esto fue en junio del 1991. De ahí en adelante cambié totalmente el enfoque de mi vida y gracias a esto comencé a apreciar la vida, a ver la importancia que tenía y tuve unos cuantos años todavía la compañía de mi marido el cual me acompañaba y alentaba en este nuevo sendero. Mi madre falleció a principios de julio de ese año y luego el 7 de agosto decidí tomar totalmente en mis manos las riendas de la vida y tiré todo tranquilizante, somnífero, vino y el inhalador. Pasé tres semanas tremendas, que no podía salir sola a la calle por los alti-bajos de la presión. El médico me dijo que iba a tardar un año en desintoxicar el cuerpo.
Yo hoy en día pienso que mi marido se quedó el tiempo adecuado para que yo deje de pensar en el suicidio, de que ya no me aterraba más la soledad y sinceramente cuando finalmente en febrero del 98 él trascendió, por supuesto en el primer momento mis hijas tuvieron miedo de cómo iba a reaccionar yo. Por suerte se pudieron dar cuenta de que estaba firmemente parada en la vida, con nuevas metas, llena de apreciación de lo que es la vida.
Hoy sé que la idea del suicidio es por falta de intereses, metas y la incapacidad en un cierto momento de manejar la vida. Gracias al Creador tuve la oportunidad de revertir esta situación.
Quería comentar esto por si a alguien le pueda servir un enfoque más personal. Cariños, Alexiis.

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