6 de enero, 2010
VIII. EL SER INTEGRAL: UN SUPERHOMBRE.
Cuando el hombre descubra las herramientas que el Cosmos ha puesto a su servicio, comprenderá, por fin, que él y el Todo son una misma cosa.
Hablar sobre las potencialidades del ser humano de la Tierra es un tema arduo. Arduo porque, como en tantos otros, es necesario desmitificar, borrar el encerado dónde se nos han ido plasmando símbolos y signos equivocados, que nos han hecho tomar una postura determinada ante la vida.
VIII. EL SER INTEGRAL: UN SUPERHOMBRE.
Cuando el hombre descubra las herramientas que el Cosmos ha puesto a su servicio, comprenderá, por fin, que él y el Todo son una misma cosa.
Hablar sobre las potencialidades del ser humano de la Tierra es un tema arduo. Arduo porque, como en tantos otros, es necesario desmitificar, borrar el encerado dónde se nos han ido plasmando símbolos y signos equivocados, que nos han hecho tomar una postura determinada ante la vida.
Un amigo nuestro decía, con mucha ironía, que la vida le parecía un inmenso río donde nos habían echado a todos para que nos las apañáramos por nuestra cuenta y aprendiésemos a nadar, a superar el medio en el que nos encontrábamos inmersos, a vencer las dificultades que representaba nuestra ignorancia y la falta de experiencia en solucionar situaciones difíciles… y, por si eso fuera poco, a “alguien” se le había ocurrido soltar cocodrilos hambrientos por el río…
Esa visión, o algo muy parecido, la tienen muchas personas, gente que se siente abandonada a su suerte y perdida en un camino, cuyo origen desconoce y cuyo final también desconoce. Son todos aquellos que se conforman con pensar que somos juguetes del destino o que quizá algún ser, dando rienda suelta a sus veleidades, ha querido entretenerse un rato a costa de unos pobres infelices, que no entiendes ni el por qué ni el para qué de su experiencia.
Un panorama como ese es más que desolador, aunque no por ello deja de ser compartido por mucha gente. Sin embargo, hay otras muchas personas que lejos de aceptar esa fotografía fría y oscura que les mostraban, han querido plasmar las imágenes en sus propias retinas, ver con sus ojos, descubrir con sus sentidos, utilizar las herramientas que tenían a su alcance para ENTENDER, así, con mayúsculas, de qué se trataba este juego aparentemente absurdo de la vida.
La sorpresa es grande cuando uno se da cuenta de que las piezas obtenidas en muy diversos lugares y, gracias a la multitud de diferentes experiencias, encajan de forma increíble.
A lo largo de su historia, el hombre ha ido perdiendo seguridad y confianza en sí mismo y en sus posibilidades. A fuerza de ir delegando en aquellos que consideraba más sabios, preparados o capaces, ha ido perdiendo facultades que formaban parte de su ser, como un bagaje de incalculable valor.
Es ahora, cuando todas las culturas y tradiciones apuntan a que el hombre va a dar un salto cualitativo importante en su evolución, que se abre una Nueva Era, cuando hemos de retomar el testigo perdido y reflexionar sobre lo que somos y con lo que contamos. Seguro que nos llevamos más de una sorpresa.
Nuestro cuerpo físico ¿cómo lo cuidamos?, ¿sabemos como funciona y qué necesita?, ¿gozamos de buena salud?, ¿hacemos el ejercicio que necesitamos?, ¿nos alimentamos correctamente? O, por el contrario, ¿la vorágine de la vida que llevamos nos hace desatender ese vehículo, que debería ser una perfecta máqui-na a nuestro servicio?, haciéndole enfermar, envenenándole poco a poco con substancias que sabemos nocivas, sin respetar sus ciclos biológicos o naturales, trasgrediendo las leyes de la ecología, no sólo del planeta, sino de nuestra propia naturaleza humana.
Hemos conocido personas y escuelas que trabajan en la evolución del ser humano, que propician el trabajo desde el cuerpo físico. Otros lo hacen basándose en las energías, otros en la mente y siempre, cada una de ellas, con un matiz o una peculiaridad que las hacía diferentes de las demás y “claramente mejores”.
Sin embargo, a lo largo de los años de experiencia grupal y de contacto con nuestros Hermanos Ma-yores, hemos aprendido algo que se puede sintetizar en una idea que ellos nos han transmitido en multitud de ocasiones: EL SER HUMANO EVOLUCIONA EN LA MEDIDA QUE EVOLUCIONA SU SER INTEGRAL, ESTO ES, SU CUERPO FÍSICO, SU CUERPO ENERGÉTICO O ASTRAL Y SU CUERPO MENTAL.
Cualquier trabajo, potenciando uno y desatendiendo los otros, no sólo nos hará ir más despacio, sino que podría llegar a ocasionar trastornos de distinto tipo. Así, no tiene sentido preocuparse por mejorar nuestro cuerpo físico, cuidando la alimentación, si no aprendemos a reconocer y manejar las energías que poseemos y las que nos rodean, o si no somos capaces de estructurar nuestros pensamientos con metas que nos acerquen a ese objetivo que todos nos planteamos: Ser cada día más conscientes de nosotros mismos y de nuestro entorno y, como consecuencia de esa consciencia, ser más felices.
La cultural Occidental en la que nos hayamos inmersos, ha dejado al margen todo aquello que estuviera relacionado con el mundo interior y, así, ha ignorado prácticas y técnicas muy sencillas encaminadas a parar, a detenernos durante un momento, no con objeto de evadirse de la realidad, sino para retomar fuerzas y afrontarla con mayores posibilidades. No es una actitud pasiva, como pude parecer en un principio, sino tremendamente activa.
Casi nadie cuenta con unos minutos, necesarios cada día, para reconciliarse consigo mismo, para echar un vistazo alrededor y darnos cuenta de donde estamos y de quién hay a nuestro lado. La vida diaria nos lleva a ser arrastrados por las circunstancias de manera incontrolada. Hacemos las cosas porque nos vienen dadas así, derivadas de otras y esas a su vez de otras. La sensación de que no llevamos las riendas de nuestra vida es el denominador común de los hombres y mujeres de nuestro tiempo que ven como, a su pesar, todo va demasiado deprisa.
Y es esa prisa, esa aceleración, la que nos hace cometer errores, la que nos lleva a no percibir lo que ocurre a nuestro alrededor. El cansancio, la falta de tiempo, el no poder abarcar tanto como nos hemos marcado o nos han marcado los demás como objetivo, produce irritabilidad y agresividad. Eso es algo que todos hemos podido comprobar en algún momento del día.
¿Qué hemos venido a hacer aquí?, ¿nacer, crecer, pasar unos ratos buenos y otros no tan buenos?, ¿tener un trabajo, casarnos, tener uno o dos hijos…? ¿destacar en nuestra actividad laboral?, ¿acumular bie-nes?, ¿y después?, ¿es eso todo lo que buscamos?. Somos cada uno de nosotros los que debemos plantear-nos esas preguntas y dar la respuesta adecuada.
Ahora, nos resulta difícil identificar las potencialidades, las herramientas que tiene el hombre para lograr su equilibrio como ser integral, trabajando en todos los frentes, tanto a nivel mental, como astral y físico.
Todas esas potencialidades se pueden desarrollar a través de técnicas y prácticas sencillas. Han sido probadas por nosotros bajo las directrices de nuestros Hermanos Mayores y, en la medida que las hemos practicado, nos hemos beneficiado de ellas.
NO MALGASTEMOS LA MONEDA, NO LA ENTERREMOS, NO HAGAMOS HACER A LOS DEMÁS LO QUE NO SOMOS CAPACES DE HACER NOSOTROS MISMOS, LO QUE PUEDE HACER UN HOMBRE LO PUDE HACER OTRO, MÁS TARDE O MÁS TEMPRANO, PERO SI EXISTE LA VERDADERA VOLUNTAD DE HACERLO, LO HARÁ.
BUSCA, BUSCA DENTRO DE TI LA LUZ QUE NECESITES Y NO EXISTIRÁ JAMÁS PARA TI LO IMPOSIBLE.
LA RELAJACIÓN:
Es un mecanismo que permite recargara el cuerpo físico de energías de distinto nivel vibratorio para armonizarlo y lograr un mejor funcionamiento.
Si el ejercicio se realiza durante la noche o cuando se ha ocultado el Sol las influencias energéticas que se captan son mayores.
La práctica de la relajación permite recuperar el ritmo adecuado y tener un mayor control de los propios actos. Se podrán evitar enfermedades, accidentes y trastornos de todo tipo, ya que, al aquietarse el cuerpo físico se manifiestan otros cuerpos de superior vibración, con el consiguiente beneficio para el ser integral.
El estado habitual del hombre, cuando mantiene una actividad normal, es decir, sin llegar a estados de apatía o excitación, es el de alerta o vigilia. Está dominado por el cuerpo mental consciente. Las ondas cerebrales que predominan en este estado son pequeñas, cortas, rápidas, más sincronizadas, (ondas beta) denotando plena actividad a todos los niveles.
Cuando ese ritmo se acelera aún más llegan los problemas de stress y las alteraciones físicas. El cuerpo trabaja a un ritmo demasiado alto y como consecuencia aparecen las primeras llamadas de atención en forma de disfunciones o enfermedades.
En estado de relajación el ritmo cerebral va decreciendo paulatinamente, las ondas se van espaciando, haciéndose más lentas y amplias (ondas alpha). En este estado se está despierto pero el cuerpo físico está en completa quietud, se ha eliminado la tensión de los músculos y tendones, se han distendido todos los órganos y, al no tener estímulos a través de los sentidos, o estar éstos muy minimizados, el cerebro se va aquietando. Cualquier alteración que rompa la calma (ruido, estímulos, que el sujeto abra los ojos, etc.) hace que se pase al estado de alerta.
Debéis ser conscientes de que las relaciones que establecéis con los seres humanos que os rodean, se realizan no sólo con el cuerpo físico sino también con la energía astral y con la mente. Por tanto, es necesario cuidar todos los aspectos de la manifestación del espíritu.
La primera fuente de información corporal son los ojos. El impacto de energía astral de un cuerpo sobre otro está directamente relacionado con la impresión visual mutua.
Los ojos serían las antenas receptoras de la energía que se está moviendo, sólo que el ojo humano 4.3 transmite al consciente un 15% de lo que ve y el resto pasa al subconsciente.
En ese 85% va implícito, entre otras manifestaciones:
La captación del estrechamiento de las pupilas de la otra persona.
El cambio sutil de coloración del iris.
El enarcamiento de las cejas, a veces a nivel milimétrico.
El cambio de color de la piel...
Y luego son los labios los que dan el mensaje. A partir de ahí, el astral se moviliza, se colorea y se acerca al otro astral.
La segunda fuente de información corporal son las manos.
La relajación os ayudará a recargar energías consumidas durante el día y, por tanto, gozar de una mejor salud y de un físico más armónico y equilibrado. Unos minutos de relajación al día equivale a varias horas de sueño.
Por otra parte, un pequeño ejercicio de relajación unos minutos antes de dormir, para hacer después un somero repaso a los acontecimientos acaecidos durante el día, os preparará para ser más conscientes, para lograr esa máxima de sabiduría que ha permanecido vigente a través del tiempo: “CONÓCETE A TI MISMO”.
El éter es una energía que lo invade todo, hasta los espacios interatómicos e interestelares. Ahí se pueden encontrar todo tipo de energías: cósmica, vitalizadora, astral, psíquica, etc., El ser humano está preparado para captar, asimilar y canalizar esas energías como si de una antena receptora se tratase. El apro-vechamiento de esas energías redundará en un mejoramiento tanto a nivel físico, como energético y psíqui-co.
Durante la relajación también tiene lugar un hecho muy importante, como es, el trasvase de información que se realiza entre los diferentes aspectos de la mente. Al aquietarse el cerebro, el consciente (parte operativa) se ve alimentada por informaciones, parámetros y referencias que fluyen desde partes mucho más profundas de la mente, como es el subconsciente.
LA MEDITACIÓN:
El dominio de los impulsos, la interpretación de los instintos, la búsqueda por medio de la razón del fin último, la utilización de la lógica, el no marcar límites, tanto a la lógica como a la razón, os harán progresar en el camino.
El hecho de que intuyan cuáles son las próximas etapas no exime de realizar el recorrido hasta ellas. Los saltos bruscos no son convenientes, todo tiene un proceso lógico que hemos de cumplir en cada caso.
Si se debe esperar sentado al lado del camino, meditando, no importa, quizás sea esa acción más importante que el hecho de correr desaforadamente, porque meditando quizás se llegue a avanzar más rápidamente que el corredor.
Pero tampoco hay que quedarse en la mera meditación. Ella debe servir como pauta de comportamiento para evitar desviaciones. El que corre a ciegas, sin meditar, puede correr en cualquier dirección, y no necesariamente la correcta. Hay que sentarse a meditar cuando sea conveniente y, una vez encontrados los límites del sendero, hay que correr, correr hasta que no se sepa nuevamente dónde están los límites, en cuyo momento habrá que volver a sentarse para meditar y encontrarlos.
Cuando el hombre tiene muchos caminos donde elegir, la duda lógica le asalta. Esa duda es producida por el consciente, que trata de analizar los primeros pasos del camino, los que puede ver, para saber cómo va a ser el resto del recorrido, el cual no se conoce hasta que no se ha andado por él.
Solamente liberando el consciente de esa tarea, dejando la mente subconsciente libre, es como podremos, en determinados momentos de gran duda, seguir adelante, dejando fluir lo que llevamos dentro, porque ahí están grabadas las intenciones, los objetivos, los motivos, la experiencia anterior y, sobre todo, la voz de la conciencia que nos indicará, en cualquier caso, el camino correcto a seguir.
El hombre está dotado de dos cosas fundamentales que le permiten evolucionar: razonamientos e intuición. Tratar de razonar lo intuido es tan laborioso como lo contrario.
El deseo es manifestación de un pensamiento y éste manifestación, a su vez, del plano espiritual.
La consecución de un deseo se logra cuando el espíritu, el pensamiento y el esfuerzo están relacionados. Así pues, es necesario saber estructurar debidamente los pensamientos para saber lo que se desea y dirigir los esfuerzos en su consecución.
La práctica de la meditación activa hace que se pongan en funcionamiento los dos hemisferios cerebrales. El subconsciente envía parámetros que son analizados por el consciente, aplicando la lógica y el razonamiento. El resultado final es de una mayor claridad mental, una actitud más positiva, una mejor disposición para encontrar soluciones y un mayor orden y armonía presidiendo los procesos mentales.
El cuerpo físico, el astral y la mente están al servicio de esa esencia que hay que descubrir y alcanzar. Son los medios que el Cosmos ha puesto en nuestras manos. Utilicémoslos coherentemente. Busquemos nuestro equilibrio interior y seamos así una referencia útil.
El hombre tiende a ser feliz y busca la felicidad a lo largo de sus vidas. Para ello, tiene a su alrededor los elementos indispensables: la pareja, la familia, el trabajo, los amigos y, en el otro lado, el propio orga-nismo, la energía y la mente, que bien utilizados proporcionarán tranquilidad de ánimo, equilibrio mental y físico.
LA SOFRONIZACIÓN:
Es una técnica que tiene por objeto hacer aflorar al consciente vivencias pasadas, ya sean de la presente vida o de vidas anteriores, e incluso proyecciones al futuro.
El proceso de sofronización es el siguiente:
Se llega a un estado de relajación profunda donde el consciente mantiene casi íntegramente su actividad y el subconsciente ha abierto la puerta de comunicación con él.
El subconsciente empieza a enviar al consciente imágenes reales o simbólicas que están almacenadas en las partes más profundas de la mente, como la memoria temporal o la memoria perpetua. Esas imágenes simbolizan la causa del conflicto. El sofrólogo irá dirigiendo la excitación del subconsciente para evitar la dispersión.
Cuando las imágenes llegan al consciente, éste las analiza y empieza a encontrarse, a partir de ese momento, las causas que provocaban alteraciones en el comportamiento. Al ser consciente de la causa se puede modificar el efecto.
Los conflictos no asimilados son los primeros en aparecer, incluso contra la voluntad del consciente, ya que el subconsciente (una de cuyas misiones es la de equilibrar la psique) va tomando preponderancia y enviando sus claves, para que, al ser identificadas por el consciente, éste tome las medidas necesarias para solucionar el problema y poder vivir más felices una vez reestablecido el equilibrio. Se podría llegar incluso a eliminar causas de futuras reencarnaciones.
Durante la sofronización se dan diferentes fases: desde la total consciencia del entorno, hasta la inmersión en el mundo del subconsciente. En sofronización profunda tiene lugar la “fase paradójica” (similar a la que se da durante la ensoñación). A pesar de que el cuerpo físico está en total relajación, el cerebro refleja una gran actividad debido al envío de imágenes que está haciendo el subconsciente.
Hay personas que tienen una gran fuerza mental y por ende astral, pero sólo en la capa 6 (de la personalidad), de tal manera que pueden anular la capa 6 de otro individuo influyendo en su mente. Si lo hace en el consciente se llama persuasión, si lo hace en el subconsciente, interfiriendo en el consciente y el inconsciente programándolos a voluntad, estaríamos hablando de la hipnosis. Esta técnica, salvo que el fin sea positivo puede crear karma.
No obstante, en la sofronización no se interfiere al subconsciente, sino que se persuade al consciente para que le dé paso, cosa que sucede sólo si el sujeto sofronizado lo permite.
A medida que hemos ido familiarizándonos con esta técnica, hemos ido descubriendo sus múltiples ventajas: La posibilidad de reconstruir los hitos más importantes de nuestra vida, averiguando el origen de nuestros miedos o traumas, de “revivir” aquellas experiencias no asimiladas que habían causado un “nudo”, un problema en nuestra personalidad. También aparecen, eventualmente, imágenes gratificantes que nos dan referencias acerca de algún tipo de vivencias positivas.
Siempre habíamos pensado que el hombre necesita información para manejar su vida, para controlar sus procesos, para dirigir sus pensamientos hacia objetivos concretos... y nos dimos cuenta de que todo eso se podía conseguir mediante sencillas técnicas de introspección, que estaban a nuestro alcance.
Por otra parte, las experiencias de sofronización que hemos tenido, traspasando la frontera de la vida actual y adentrándonos en los recuerdos profundos de nuestra memoria perpetua, nos han sido de gran ayu-da en nuestra confirmación y total certeza de que ésta no es nuestra primera existencia. Pudimos asomarnos a las ventanas de otras vidas, siempre con la intención de recabar información que nos permitiera descubrir un poco más la verdadera razón del porqué estábamos aquí y qué habíamos venido a hacer. No hemos descubierto todas las claves, no es posible dado nuestro nivel de evolución, pero si nos dimos cuenta de cuales son las líneas maestras del programa que cada uno trajimos y que diseñamos antes de nacer.
TODO LO QUE EL HOMBRE NECESITA PARA EVOLUCIONAR PUEDE BUSCARLO DENTRO DE SÍ MISMO
LOS SUEÑOS:
El sueño es un dispositivo que tiene el hombre y le permite, cuando sale de él, utilizar más correcta-mente su “Libre Albedrío”.
El estado de somnolencia es la etapa anterior al sueño. El ritmo de las ondas cerebrales se hace más lento, aparece la desincronización mezclándose ráfagas de ondas rápidas en espina. Por una parte, se siente la laxitud física y, por otra, se dan continuos sobresaltos, exponente de las interferencias del subconsciente sobre el consciente.
El consciente va perdiendo preponderancia, el inconsciente se va adueñando de la situación y el subconsciente empieza a abrir su puerta de comunicación con el consciente de forma paulatina.
El estado de sueño ligero es la siguiente etapa. El ritmo cerebral sigue decreciendo. Está reflejado por “ondas Theta”, que marcan un ritmo mucho más lento. Corresponde al descanso físico en el que el inconsciente domina totalmente los procesos biológicos.
En el estado de sueño profundo aparecen las “ondas delta”. Los ritmos cerebrales son mucho más lentos. El consciente está inhibido, el inconsciente mantiene las constantes vitales del organismo al mínimo y el subconsciente se ha abierto completamente.
El sueño se produce porque las células tienen impreso un programa que las condiciona a reducir la actividad consciente de forma progresiva, a la vez que se activan los otros cuerpos mentales (inconsciente y subconsciente)
La ensoñación se produce cuando del estado de sueño profundo (ritmos cerebrales muy lentos) se pasa a unos ritmos muy rápidos, similares a los que se dan en estado de alerta o vigilia. Se le llama “fase paradójica” por la contradicción que representa ya que, a pesar de la gran actividad que refleja el cerebro, la persona está profundamente dormida.
El sueño es una herramienta equilibrante, tanto a nivel físico (para recuperar la energía consumida durante el día), a nivel energético (el cuerpo astral se desplaza en muchos momentos del físico para recargar energía astral. La posición horizontal del cuerpo facilita la salida del astral) y también a nivel mental, ya que recoge energía psíquica. Todo esto sucede cuando el sueño se produce durante la noche, pues durante el día la interferencia de las ondas electromagnéticas que emite el Sol interfieren la salida del cuerpo astral, por lo que no se puede recargar de energía psíquica y astral, únicamente se consigue recuperación a nivel físico. Es más aconsejable utilizar la relajación para recargarse durante el día.
Cada noche, durante el sueño, tiene lugar una especie de enjuiciamiento sobre situaciones vividas ese día o quizás hace más tiempo, situaciones que representan alguna disyuntiva para la persona.
Intervienen en el juicio cuatro elementos: el consciente (como acusado), el subconsciente (como fiscal), la conciencia (como defensor) y, el espíritu (como juez).
El objetivo es que, diariamente, el consciente sea espectador de su propio juicio, para que se le aporten los datos que necesita para clarificar la situación que le preocupa.
Los hechos se representan muy dramatizados, exagerados y deformados. La mayoría de las veces son imágenes simbólicas que ayudan a obtener una conclusión, para después actuar de acuerdo a ella. Cuando se vive la situación en la realidad, uno se da cuenta de que no es tan dramática y puede vivirla de modo más fácil.
El espíritu y la conciencia aportan símbolos comunes a todos los hombres. El inconsciente también aporta símbolos comunes por la herencia de la memoria genética, desde los primeros hombres; y el subconsciente que se nutre de información suministrada a través de dos vías: la conciencia y el consciente.
Es la aportación que realiza el consciente donde radica la diferencia entre los símbolos de una perso-na y los de otra, pues los aspectos raciales, culturales, económicos, religiosos, sociales, etc., condicionan el consciente de cada ser humano de forma diferente.
Algunas personas intuitivas, que tienen facilidad de comunicación consciente-subconsciente, pueden traducir los símbolos de otras personas si conocen el “modus vivendi” en que se desenvuelven.
El juicio genera una sentencia que queda grabada en el subconsciente (que entiende perfectamente los símbolos), por eso, aunque al despertar no se recuerde conscientemente el sueño, la actuación de la persona se verá modificada de acuerdo a esa sentencia.
LA TELEPATÍA:
Es la transmisión del pensamiento entre dos o más personas.
El cerebro humano está capacitado para emitir y recibir mensajes en forma de pensamientos. Hay que tener en cuenta, que el lenguaje telepático es conceptual, por eso cada consciente expresará el contenido de acuerdo a sus peculiaridades, sin embargo el fondo no varía, sólo la forma de expresarlo.
Podríamos decir que el cerebro es como una emisora de radio que puede emitir y recibir en tres frecuencias diferentes: el consciente que funcionaría en onda media, el inconsciente en onda corta y el subconsciente en frecuencia modulada.
Todos los seres humanos estamos emitiendo ondas cerebrales constantemente. Estas ondas tienen una longitud y una frecuencia determinadas, por lo que no se interfieren; es como si tuvieran su propio canal, igual que sucede con las ondas de radio. La longitud de onda depende sólo de la conformación o interconexión de los cuerpos mentales.
A través del éter se desplazan las ondas mentales y mantienen con él una cierta afinidad, de la misma forma que un pez se desplaza por el agua o el gas a través del aire.
Los pensamientos se mantienen concretos en el éter durante unos segundos, después desaparecen como las ondas que se producen en la superficie de un lago al arrojar una piedra.
Así pues, un pensamiento emitido puede ser captado por otra persona durante un pequeño intervalo de tiempo. Dependiendo de la intensidad del pensamiento o de la potencia del receptor, podrá ser captado incluso a grandes distancias, pues el éter lo invade todo.
El pensamiento penetra por las fontanelas o centro de la bóveda craneana del receptor, excitando su glándula pineal, puente de comunicación entre el consciente y el subconsciente.
Normalmente el receptor no sabe que ha recibido un pensamiento ajeno a él y cree que ha sido formado por su propia mente.
La capacidad del cerebro para sintonizar emisiones mentales está en función de la vibración de la glándula pineal. Si no vibra, o vibra poco, las emisiones que capta son las cercanas o las de esa misma vi-bración. Los pensamientos negativos lo que provocan son recepción negativa y, por tanto, se refuerza la negatividad.
Realmente las fuerzas negativas no son tales bajo un punto de vista cósmico, sino que están en un nivel muy bajo de evolución y sólo pueden afectar a quienes reducen su tasa vibratoria por egoísmo o miedo.
Si los pensamientos son positivos, se alcanza mayor vibración y se pueden sintonizar pensamientos más elevados. La intuición se produce cuando la vibración de la pineal encuentra un pensamiento de igual vibración o incluso un acontecimiento que vaya a producirse y que esté en proceso mental previo de conformación.
La telepatía fue un fenómeno que nos llamó la atención desde el principio. Nuestra comunicación con Acael y los demás maestros era telepática y quisimos entenderla y probarla entre nosotros. Los resultados al principio fueron escandalosamente malos. Sin embargo, hemos seguido haciendo algunas prácticas durante estos años (envío de números, colores, figuras geométricas sencillas, etc.,); no para obtener capacidades paranormales, sino porque la práctica de la telepatía desarrolla las glándulas pineal y pituitaria y eso favorece la comunicación entre nuestros cuerpos mentales.
HOY OS HABLARÉ DE CÓMO SE ESTABLECE LA COMUNICACIÓN CON VOSOTROS.
ENTRE LAS PERSONAS QUE INICIALMENTE FORMABAN EL GRUPO SE ELIGIERON AQUELLAS QUE, POR SU RECEPTIVIDAD O LONGITUD DE ONDA NATURAL, TENÍAN MENOS DIFICULTADES EN CAPTAR NUESTRA ONDA.
TAMBIÉN SE TUVO EN CUENTA UN DATO IMPORTANTE, QUE SIEMPRE HAY QUE TENER PRESENTE A LA HORA DE SELECCIONAR LOS RECEPTORES IDÓNEOS: TIENEN QUE SER PERSONAS QUE NO TENGAN PLANES O PROYECTOS DE DIRECCIÓN GRUPAL, ES DECIR, QUE TENGAN LA MENOR CANTIDAD DE FILTROS POSIBLES.
LOS FILTROS MÁS IMPORTANTES SON AQUELLOS QUE SE CREAN AL QUERER IMPONER IDEAS, MODOS O MANERAS DE FUNCIONAMIENTO GRUPAL. LOS RECEPTORES DEBEN SER, EN GENERAL, PERSONAS QUE NO PIENSEN NI PREVEAN QUE PUEDE SUCEDER UN CONTACTO Y QUE, ADEMÁS, NO SUELEN GUARDAR EN LA MEMORIA SUCESOS GRUPALES ANTERIORES QUE PUDIERAN SER, INCONSCIENTEMENTE, UTILIZADOS EN SU PROPIO BENEFICIO, ES DECIR, EN RESUMEN SON UN POCO “INCONSCIENTES”.
ASÍ PUES, MI CEREBRO ENVÍA LA ONDA JUNTO CON UNA CARGA ENERGÉTICA QUE ACTIVA VUESTRAS GLÁNDULAS PINEAL Y PITUITARIA, PINEAL PARA RECIBIR Y PITUITARIA PARA EMITIR.
LA CARGA ENERGÉTICA MOVILIZA EL SISTEMA NERVIOSO QUE RECIBE DE VUESTRO SUBCONSCIENTE LA ORDEN DE MOVER EL BRAZO COHERENTEMENTE, BIEN PARA ESCRIBIR (PSICOGRAFÍA) O BIEN PARA MOVER EL VASO (VASOGRAFÍA), SIN QUE FLUYA INTERFERENCIA CONSCIENTE.
EN CASO DE QUE SE PRODUZCA UNA INTERFERENCIA CONSCIENTE SE CORTA DE INMEDIATO LA QUE YO ENVÍO. POR ESO AHORA, CON LA LONGITUD DE ONDA PULIDA NO PUEDE HABER INTERFERENCIAS, PORQUE DE HABERLAS, INMEDIATAMENTE YO LAS DECANTARÍA.
TENED EN CUENTA QUE HACE FALTA UN EMISOR Y UN RECEPTOR, SI EL EMISOR ES POCO POTENTE SE NECESITARÁ UN RECEPTOR POTENTE Y VICEVERSA. EN EL CASO DE LA PRESENTE COMUNICACIÓN YO SOY EL EMISOR POTENTE Y TAMBIÉN EL RECEPTOR POTENTE.
NO OBSTANTE, PARA PODER ESTABLECER LA COMUNICACIÓN TIENE QUE HABER ARMONÍA EN AMBAS PARTES Y, EN VUESTRO CASO, COMO SOIS VARIOS, DEBÉIS ARMONIZAROS FORMANDO UN TONO ADECUADO PARA PODER RECIBIR.
ENTRE TODOS FORMÁIS UNA SECUENCIA DE DIFERENTES ONDAS, POR LO QUE LA MÍA DEBE COGER LA CRESTA MÁS ALTA DE LA RESULTANTE ARMÓNICA, ES DECIR, DE LA MEDIA GRUPAL.
Fuimos conscientes, sin embargo, que aunque los hombres de la Tierra no seamos capaces de captar los pensamientos de los demás, si captamos (aunque sea a nivel inconsciente) la energía que anima a esos pensamientos. Así, los pensamientos positivos y constructivos producirán acercamientos en los demás, mientras que los pensamientos negativos o de rechazo serán traducidos por las personas que nos rodean con un lógico alejamiento. Esa energía mental la ponemos en marcha con nuestra actitud y con nuestras decisiones continuamente. Debemos acostumbrarnos a pensar en positivo, la fuerza de nuestra mente es inimaginable. Podemos hacer todo aquello que nos propongamos siempre que vaya encaminado hacia el bien.
La Nueva Era que se avecina, nos habla de un hombre transparente, capaz de tener al descubierto sus procesos mentales para que los demás puedan verlos. Como parte del trabajo interno del grupo, hemos intentado acercarnos a ese ideal de la única manera que podemos: dejando que los demás compañeros nos conocieran, mostrándonos tal cual éramos, hablando de nuestros pensamientos y nuestros procesos, de lo que creíamos en lo más profundo de nuestro ser y de lo que rechazábamos. En definitiva, siendo sinceros.
No es posible, si no se es sincero, que los demás nos conozcan, que sepan como somos, como pensamos. Será el ejercicio práctico para cuando el hombre de la Tierra tenga ya despierta totalmente su glándula pineal, que le comunicará mentalmente con sus semejantes. Entonces no cabrán las mentiras, los tapujos, estará todo claro, diáfano.
El ejercicio del hombre de la Tierra, ahora, debe ser sustituir con su palabra las deficiencias de su glándula pineal, para estar preparado en todos los planos a que en una nueva etapa se puedan conocer, con una simple mirada, sus más profundos pensamientos y sentimientos. El hombre que trascienda a esa nueva etapa debe estar preparado a que no haya nada en él que no sea visible para el resto de sus semejantes.
El camino es tortuoso y peligroso, con hoyos profundos y altas cimas, pero ni las cimas más altas ni los más profundos hoyos pueden detener la marcha de aquél que ha puesto como combustible de su motor la sinceridad.
Es algo demasiado potente para que nada lo detenga. Hay que saber conducir ese vehículo para no estrellarse con él. Pero el hombre que tenga sinceridad se recupera, avanza y no se detiene, sirve de espejo a aquellos otros que aún no han comprendido que la verdadera unión entre los seres humanos se consigue con amor, y al amor se llega a través de la sinceridad, de la apertura entre unos y otros.
LA INDUCCIÓN TELEPÁTICA:Es una forma de telepatía que permite recibir conscientemente mensajes de seres de evolución superior.
El proceso de emisión y recepción es idéntico al de la telepatía. Una vez conseguido el estado de relajación físico y mental adecuado, empiezan a llegar frases inconexas que el receptor desecha por creer que son producto de su propia mente.
Llega un momento en que el inducido se da cuenta que hay una frase que se repite con insistencia, y al fin se decide a pronunciarla o escribirla, aunque desconociendo aún la continuación del mensaje. No obs-tante, éste se produce de forma fluida y continuada.
Es necesario un emisor muy potente, un ser superior en evolución y capacidad física y mental, capaz de enviar un mensaje coherente, fluido e ininterrumpido. La ventaja de esta práctica es que el mensaje es recibido consciente, lo que hace que sea más fácil recordarlo y tenerlo presente. Por otra parte, también se graba en el subconsciente, con lo que hay seguridad que, aunque el mensaje se olvide, la actitud y comportamiento se verán influenciados por él.
Hay muchos seres en el Universo que emiten sus mensajes de armonía constantemente y los hombres de la Tierra recibís su influencia, aunque no los recordéis conscientemente, ya que vuestro subconsciente si se hace eco de ellos.
Como ejemplo ilustrativo he aquí resumido, uno de los mensajes recibidos mediante inducción tele-pática:
La vida física es una aportación que el hombre recibe del Cosmos como soporte de evolución en todos los planos.
El hombre de la Tierra adora aquello que cree superior a él y le da forma humana porque, en el fondo, el hombre adora al propio hombre y adorar es someterse a algo que considera superior, pero como no conoce otra forma más superior que a sí mismo, le da forma humana.
La religión necesita de ese soporte humano para poder centran en él sus aspiraciones. Crea santos, vírgenes y dioses, y les da una forma física para poder tomar una referencia. Necesita que su consciente conforme una imagen física que le referencie con el Todo.
Todas las religiones tienen, como ser supremo al que se dirigen, su forma humana, y esta forma humana también se trasluce en los distintos avatares que han llegado hasta la Tierra: Jesucristo fue llamado el Hijo del Hombre, Buda, Zoroastro, Krishna, todos fueron seres humanos, para poder estar cerca del gran adorador del ser humano, que es el mismo hombre.
Cuando el hombre trascienda de sí mismo, entonces no necesitará una forma humana donde reverenciarse y buscará en el aire, en el agua, en las plantas, en los animales y en la propia energía que le rodea, esa referencia, pero principalmente la buscará en su hermano y también en sí mismo, pero no en su cuerpo físico.
En la Naturaleza el hombre tiene todo su camino y sólo tiene que abrir sus ojos para verlo. Desde la roca hasta el éter, tiene toda una escala donde reverenciarse y sabrá donde está el principio y hacia donde se dirige y, únicamente, podrá dar cuenta de aquello que conoce.
Conoce la materia en diferentes formas de manifestación, inerte y viva, y empieza a conocer la energía que la anima.
Comprende que entre un ser vivo y otro que no lo está, existen diferencias que son meramente morfológicas o físicas. Le llama alma, le llama espíritu, y en realidad la diferencia existente entre un ser vivo y otro que no lo está empieza por la energía que lo vitaliza; energía altamente especializada que lleva a todas sus células a comportarse de una manera ordenada y correcta, porque el Cosmos, a través de toda su manifestación, permite que una célula pueda en sí misma ser un mundo, un Universo. En una célula está el Todo.
Y en esa especialización a nivel físico del Cosmos, las neuronas tienen un papel preponderante y definitivo en la evolución del ser humano. La más sublime manifestación de la célula es la neurona, porque ella tiene directamente impresa la existencia de su creador. La misión del hombre es descubrir cual es el programa que tiene impreso.
Para ello, paso a paso, va descubriendo las formas o maneras de acceder a su información.
Diferentes métodos, técnicas que han sido practicadas a lo largo de siglos, permiten descubrir aspectos de la mente humana que antes, cuando el hombre vivía en las cavernas, ni siquiera podía imaginar, y parece como si ahora quisiera negar porque derrumbaría todas sus estructuras, todos los pilares que ha ido construyendo, porque esos pilares son meramente físicos y no trascienden de ahí.
La muerte es el paso de un plano meramente físico a un plano energético.
Durante un breve periodo de tiempo, breve comparado con la eternidad, sirve al hombre para darse cuenta que hay una forma de realidad distinta, una forma de manifestarse el Cosmos distinta, que a su vez es una referencia para el camino evolutivo del hombre, un descanso espiritual que le hace reflexionar sobre su andadura.
La evolución del hombre viene marcada por altibajos, épocas de esplendor y épocas de miseria.
La época de esplendor se da cuando la cultura y la hermandad entre los hombres se realiza con mucha fluidez. La época de miseria es cuando esta cultura y esta comunicación están en manos de unos pocos. En ese momento, el hombre está dando marcha atrás y el Cosmos pone su freno.
En ese freno, dada la velocidad que lleva el ser humano, hay quien salta y hay quien se queda. Los que trascienden son aquellos que estaban preparados para saltar en un momento de crisis, dada su categoría de acceso, su vibración.
El hombre está abocado a sufrir cambios: cambios de estructura mental y cambios de estructura físi-ca y lo uno acompaña a lo otro. Cualquier cambio en la estructura física del hombre viene acompañado por un cambio de estructura mental.
El hombre del mañana tendrá una energía mucho más coordinada y por tanto un cuerpo físico mucho más armónico, más sutil y más útil. Su mente estará preparada para poder desarrollar cada una de las potencialidades del ser humano, en todos los aspectos. La muerte no será más que un ligero paso para seguir andando con nueva carga; más ligera porque ese soporte ya no será tan importante.
La comida, el vestido y todas aquellas cosas que el hombre de la Tierra actual necesita y vive para ellas, para el hombre del mañana serán un mero medio al que no prestará demasiada importancia. Prestará mucha más importancia a descubrir aquellos aspectos que hoy ni siquiera puede imaginar y que entonces estarán vislumbrándose.
Su esfuerzo estará dirigido a desarrollar todas sus potencialidades como ser humano. Tardará mucho tiempo, generaciones, para llegar al final de 4.7 convertido en un ser perfecto en su energía y perfecto en su físico.
El hombre de la Tierra actual es demasiado denso. Un choque energético cualquiera, pequeño hace desprenderse su espíritu. La muerte es algo cotidiano porque el espíritu es demasiado ligero y sutil, y entonces su enclave, su unión con el cuerpo físico, es también muy sutil, porque son un grado muy diferente de vibración.
La evolución del hombre hará que este cuerpo físico sea un enclave más sólido para ese cuerpo espiritual, porque ambos estarán más próximos en vibración y entonces la muerte será un fenómeno extraño.
En la medida que el hombre va evolucionando, su nivel de vibración es más armónico en cada uno de sus cuerpos. El astral estará mucho más unido al cuerpo físico. La mente estará más armonizada con el cuerpo astral y con el cuerpo físico y será un vehículo perfecto de manifestación del espíritu. Entonces la muerte del cuerpo físico no tendría mucho sentido. Únicamente, cuando ha cumplido su objetivo y es consciente de ello, abandona un soporte físico y adquiere otro; y los tiempos entre una y otra cosa, entre una vida y otra vida, son muy cortos; y los tiempos de utilización de su cuerpo físico son muy largos porque, en ese momento, su consciencia no le hace necesaria la muerte física, tan frecuentemente, como ocurre con el ser humano de la Tierra.
En un plano de superior evolución la muerte física será como un ligero descanso, como una siesta en el hombre de la Tierra y, además, de alguna manera, provocada conscientemente por el individuo porque sabe que, tanto en un plano como en el otro, sigue estando vivo y sigue estando en comunicación con cuanto le rodea. Es un mero cambio de traje, tan cotidiano como el que el hombre de la Tierra realiza con sus vestidos, será cotidiano y no traumatizante.
El camino de la evolución es un camino lento en sus primeras etapas. Lento porque el soporte que utiliza es lento. De todos modos esa lentitud no exime de andar.
La consciencia del propio entorno, del propio cuerpo físico y de aquellas energías que lo mueven, son la base de una evolución más armónica.
Tratemos de ser más conscientes de cuanto nos rodea. Tratemos de ser muy conscientes de cada cosa que hacemos y cómo podemos estar cada día más armónicos con los que nos rodean, porque ellos serán, durante muchos años y durante muchas vidas, nuestras referencias más directas. No rechacemos a nadie, porque todo aquel que está cerca de nosotros nos está enseñando algo, algo que, si no estuviese, jamás aprenderíamos y necesitamos aprender de todos y de todo.
La humildad nos enseñará como, de una simple flor, podemos aprender a vivir de una forma más armónica.
EJERCICIO DE RELAJACIÓN Y RECARGA DE ENERGÍA: Respiremos profundamente, llenando nuestros pulmones completamente de aire. Retengámoslo durante unos segundos y después expiremos vaciándonos. Alcancemos un ritmo de respiración que nos haga sentir cómodos.
Tumbados en el suelo adoptemos la postura que nos resulte más cómoda, donde nada nos moleste, donde nuestro cuerpo se funda con el sitio donde está apoyado…
Cerremos los ojos. Dejemos los brazos caídos a lo largo del cuerpo y escuchemos solamente la voz que nos dice, paso a paso, como dejar nuestro cuerpo en relajación…
Sintamos la energía de nuestro cuerpo, sintamos la energía que tenemos dentro. Vamos a limitar esa energía al mínimo vital para que podamos concentrar el máximo posible en la parte superior de nuestro cuerpo: en la cabeza… Abriremos así los canales para dar salida a la energía almacenada en nuestro interior…
Formaremos con esa energía un doble nuestro. Nuestro otro yo. Una proyección energética de nosotros mismos para que el Cosmos, la energía cósmica la reciba y la asimile, para que sintonice con ella.
Si nuestro cuerpo tiene alguna afección será inmediatamente detectada por esa energía que la completará. La energía propia quedará compensada, en los puntos débiles, por la energía cósmica.
Los pies van quedando poco a poco dormidos, relajados y sueltos…
La respiración continua siendo lenta y acompasada… rítmica… profunda… para que vaya impregnando todos los poros y todas las células de nuestro cuerpo…
Poco a poco vamos sumergiéndonos en la relajación… Los pies van quedando pesados, flojos, relajados…
Nada nos perturba, nada nos molesta, estamos en paz con cuanto nos rodea…
Las piernas ya están quedándose también relajadas… Están haciéndose eco de la llamada de la energía que tiende a superar la barrera del cuerpo, ascendiendo por él hasta las capas más altas...
Las piernas están ya relajadas y pesadas…
Los muslos siguen el proceso ascendente de la energía… Notamos el ligero hormigueo de la energía ascendiendo por nuestros muslos en dirección al abdomen…
Los músculos de las piernas y de los pies permanecen dormidos, relajados, inertes, fláccidos, pesados…
El abdomen nota ya la presencia de la energía que asciende… Poco a poco, va dejando, en cada parte del cuerpo por donde pasa la indispensable para mantener los ritmos vitales… Dejamos el cuerpo flojo… el vientre fláccido, relajado, pesado, libre…
A medida que la energía va ascendiendo se van relajando nuestra piel, nuestros músculos, nuestros tendones… y también se relajan todos los órganos internos.
El pecho, igualmente, va relajando sus músculos… poco a poco, la energía se va concentrando en el cuello… en los hombros… liberándolos de tensiones, dejándolos fláccidos…. Corre por los brazos hasta la pun-ta de los dedos de las manos… va dejando relajadas cada una de la manos… cada uno de los brazos…
Vuelve a ascender hasta el cuello de nuevo y se concentra en la cabeza…
Vamos a abrir los canales…
Imaginemos la compuerta de un avión que se abre. Podemos ver a través de ella, en el exterior, el espacio vacío… Nuestro cuerpo físico es el avión… El espacio abierto donde vamos a lanzarnos es el Cosmos… La compuerta que vamos a abrir está situada en nuestra cabeza, justo en el centro de la bóveda craneana…
Como un paracaidista, nuestro doble energético se lanzará al espacio por la compuerta abierta, manteniéndose unido a la estructura del avión mediante el cordón protector, que permanece energéticamente enganchado en el centro de la frente, concretamente en el chakra frontal que está total-mente iluminado…
Vamos a abrir los canales…
Abrimos la compuerta…
Nuestra energía fluye suavemente por ella saliendo al exterior… En el punto de conexión en el centro de la frente hay una gran cantidad de energía concentrada… Es el vínculo de unión con el resto de la energía… Ahí es donde permanecerá anclada la energía que estamos enviando fuera…
Es el hálito de vida que debemos conservar… como un ancla puesto encima de nuestra cabeza, justo en medio de la frente… En el interior de nuestra cabeza el cordón umbilical de esta energía, se mantiene unido a una glándula que se encuentra en medio del cerebro, en su parte más protegida, es la glándula pineal… Ahí está anclada la energía físicamente…
La dejamos salir libremente…
Nuestro cuerpo yace tranquilo, reposado, libre de culpas, libre de preocupaciones, en paz con el Universo…
Tranquilo y reposado, nuestro cuerpo deja que nuestra mente se manifieste…
Imaginemos el cordón umbilical de nuestra energía como un rayo láser de color plateado, al final del cual hay un globo del mismo color… Poco a poco, esa energía va tomando forma humana… la forma humana de nuestro cuerpo…
Dejemos la mente volar… Dejemos la mente volar… (pausa de varios minutos)
En este viaje, hemos ido almacenando energía para cubrir aquellas lagunas o debilidades que compensen a nuestro cuerpo físico. El cuerpo necesita de esta energía…
En algunos momentos quizás sea más necesaria la energía que la palabra, en otros en cambio quizás sea más necesaria la palabra…
Ahora, en estos momentos la energía es más necesaria… En la espiral de la evolución hay etapas pa-ra todo… Etapas para el aprendizaje, etapas para la asimilación, etapas para la vida, etapas para la muerte, etapas para la captación de energía y etapas para la captación de la palabra…
Recojamos hoy toda la energía que seamos capaces para poder afrontar después, con los canales abiertos, la palabra... (pausa)
Nuestro cuerpo energético que está desplazado fuera de nosotros, vuelve, regresa lentamente, acer-cándose a nosotros... Vuelve a entrar por la compuerta de nuestro cráneo y se integra en nuestra cavidad craneal completamente...
Poco a poco empezamos a dirigir esa energía hacia todos los rincones de nuestro cuerpo, interpenetrando todos los órganos...
Nos sentimos como un envase vacío que fuera llenándose lentamente con esa energía luminosa, potente, vitalizadora...
Se agrupa en los pies y sentimos la energía vibrando en ellos... los movemos lentamente a uno y otro lado...
Lentamente movemos las piernas... Asciende la energía reactivando nuestras piernas... Encogemos ligeramente las piernas... tensamos los músculos... y los relajamos... contraemos y aflojamos...
Llega al vientre... Sentimos como vuelve a subir por el pecho... el cuello y los brazos... las manos, que abrimos y cerramos con suavidad...
Todo nuestro cuerpo tiene ya repartida armónicamente la energía cósmica que hemos recogido del espacio...
Una energía nueva... limpie... completa...
Volvemos de nuevo a recuperar totalmente la consciencia objetiva.
EJERCICIO PARA RECORDAR LOS SUEÑOS: El sueño es una herramienta más a nuestro alcance. Un mecanismo al servicio del desarrollo del ser integral que, además de equilibrarnos, puede servirnos de ayuda si aprendemos a sacarle el máximo provecho. El trabajo encaminado a recordar conscientemente los sueños, a interpretar sus símbolos, a descifrar los mensajes ocultos de nuestro subconsciente, nos hará un poco más fuertes, un poco más seguros y un poco más felices.
Antes de dormir relajemos nuestro cuerpo y nuestra mente durante unos minutos y tratemos de concentrarnos en un propósito: Quiero recordar mis sueños.
dormidos, para que nuestro cerebro la grabe en las partes más profundas.
Resulta más fácil recordar un sueño cuando te despiertas inmediatamente, por eso, también se puede programar el siguiente propósito: Cada vez que se produzca un sueño me despertaré y lo recordaré.
Habremos tenido la precaución de preparar un bloc para anotar algunos rasgos del sueño en el momento en que despertemos, ya que si no, al volver a dormir, es muy probable que lo olvidemos y a la mañana siguiente no podamos recordar más que el último sueño que hayamos tenido.
También es útil apoyarse con algún acto externo. Esto tiene por objeto afianzar aún más el propósito en que nos estemos concentrando. Por ejemplo: Llenar un vaso de agua y ya en la cama beberemos la mi-tad, repitiéndonos mentalmente nuestro objetivo: Voy a soñar y a recordar lo soñado.
A la mañana siguiente, nada más despertar, beberemos el resto del vaso de agua y sentiremos como los recuerdos del sueño afloran a nuestro consciente.
Otra posibilidad consiste en programar nuestros sueños antes de dormir. Se trata de plantearse la problemática que nos preocupa de manera repetitiva, deseando soñar con ello y encontrar la solución durante el sueño (De igual modo que los ejemplos anteriores)
El último paso en el trabajo con los sueños, consiste en meter la consciencia en el sueño. Eso nos abrirá las puertas para poder dirigir nuestros sueños a voluntad, no sólo soñando aquello que nos propone-mos, sino incidiendo directamente en el desarrollo del sueño, pudiendo cambiar los hechos, preguntar, indagar, descubrir, obtener más información útil para nuestra vida cotidiana y después aplicar ese conocimiento en beneficio de nuestra evolución.
EJERCICIO PARA NO QUEDARSE DORMIDO: Cruzar los dedos índice y medio de ambas manos. Se crea un corto-circuito que despeja la mente del sopor
EJERCICIO PARA DORMIRSE: Acariciarse el lóbulo de la oreja.
Las imágenes están por separado.
2 comentarios:
Entre a esta página atravez de Red ascencional de Luz, Terminare de leer pronto puesto que estoy en el trabajo, pero me abrazo tanto que volvere a por estas aguas otra vez.
Mil gracias por dar el acceso a leerlo.
Bendiciones.
Graciela
Me alegro Ciela que estos mensajes te resulten buenos, a mi me encantaron.
Con amor, Alexiis
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