26 de agosto, 2007
muchas veces me planteo la pregunta qué sentido tiene el que siga trabajando, se podría decir que en forma constante, para la Luz. Me dedico a ello con todo el amor del que soy capaz, he dejado lado gran parte de la vida que he tenido solamente para dedicarme a esto.
Esta hermosa figura se llama El Fuego Cósmico y yo siento que algo así es lo que pasa en mi interior, cada vez más y más se iluminan las distintas partes, lo cual me produce una enorme felicidad, pero entonces, en el momento menos pensado, paso por otro percance físico, generalmente bastante fuertes y dolorosos.
Y nuevamente vienen las eternas preguntas, ¿hasta cuándo tendré que seguir sufriendo físicamente?, ¿hasta cuándo? Mi cuerpo grita que no da más, incluso ahora cuando me levanté de nuevo de la cama, son las 11,15 p.m. del 29 de agosto, con unos dolores fuertísimos en ambas piernas y en la espalda, la pregunta es ¿para qué?
Ya sé, el día 28 El Creador me ha transmitido un hermoso mensaje diciendo, “Sigue aguantando mi hija”, en el cual me explicaba de dónde venía lo que nuevamente me ha pasado. Se puede decir que si me enfoco totalmente en la parte espiritual, con todo el aprendizaje hecho, hasta comprendería lo que está pasando. Además sé que muchos humanos están pasando por problemas similares,
Pero yo soy, yo, la que una semana atrás tuvo que sacrificar a su querida mascota y por un juego del universo y a raíz de un mensaje de Yeshua en el cual me aconsejaba tener otra mascota, que fue del domingo 12 de agosto, el día 13 de agosto me mandaron las fotos de 9 cachorros abandonados y la última que ví se antepuso la imagen de la que yo había perdido.
Bueno ya todos saben que al día siguiente, o sea el 14 Sami entró a mi vida, como un torbellino total, un cachorro de 3 meses, sumamente amoroso, pero no limpio, lo cual con mis pisos alfombrados no era lo ideal, pero me resignaba a ello por el gran amor que me brindaba.
El domingo 26 fue un día de lluvia total y no conseguí sacarla al jardín, así que no me quedaba otra cosa que limpiar lo que ensuciaba.
Ahora comienza lo raro del asunto, a lo cual nadie me ha podido dar una explicación satisfactoria. Yo estaba cenando a las 20 hs cuando sentí un olor raro frente al televisor. No hace falta explicar de qué se trataba. Busqué papel para levantarlo y ahí comenzó la odisea:
Me agaché en forma normal, o sea no puedo ponerme de rodillas por tener bursitis en ambas, así que me tengo que doblar. Ahora no sé cómo y en qué forma caí sobre ambas rodillas, lo que sí sentí fueron unos dolores tan lacerantes que grité a voz en cuello, cuando me di cuenta que la perrita estaba en la cocina como loca ladrando.
Debido a la falta de fuerza en las piernas no me pude levantar en forma normal, sino que me tuve que arrastrar de espalda un buen trecho hasta llegar a uno de los sillones en el cual, también de espalda, me pude jalar para arriba con los brazos.
Intenté mover las piernas y noté que no había fractura, pero la izquierda comenzó a hincharse en una forma atroz. La derecha también, pero no tanto. Hice todo lo que pude, hielo, árnica, etc. pero a la medianoche empezaron a formarse ampollas en la pierna izquierda así que decidí llamar al médico, total tengo cubertura completa.
Es de no creer, llamé a cinco lados diferentes, todos diciéndome que no trabajaban más con la mutual, hasta que finalmente alguien se apiadó y me dijo que llame al 107 que es municipal. Sí, podía ir al Hospital Vicente López, pero igualmente hasta la mañana siguiente no había traumatólogo. Llamé a otra clínica, lo mismo.
A la mañana lo primero que tuve que hacer era encontrar un lugar a donde dejar a mi Sami en pensión ya que no estaba en condiciones de seguirla atendiendo. Se me partió el corazón cuando después de tan pocos días de estar conmigo la tenía que mandar a otro lado.
Yo no quise ir a médico común ya que sabía que me tocaba operar de nuevo para sacar todo el líquido, y al vez anterior estuve ocho días con drenaje, y luego se volvió a formar.
Así que finalmente fui a ver a un quiropráctico muy reconocido, al cual ya había ido anteriormente por problema de cuello duro, con muy buen resultado. Cuando vio la belleza de mi rodilla no lo podía creer. En primer momento incluso quiso derivarme a médico, pero le insistí que si había posibilidad, aún a costa de dolores, no iba al médico.
Bueno para qué alargar esta historia nefasta, me movieron ambas piernas para ver si los ligamentos estaban bien, si había fractura, cosa que no, mis gritos de dolor, eran tremendos, pero por suerte no me quebré nada.
Ahora el gran asombro fue cuando estudiando las ampollas desde todos los lados me sale diciendo que estas ampollas no son de la caída, sino que son típicas de quemadura. ¿Cómo, de dónde, en qué forma? Sin ninguna explicación, me caí de poca altura, incluso con un vestido largo de una tela gruesa llamada pail, que uso por el frío entre-casa, así que las rodillas estaban cubiertas, además de las medias.
No hay explicación que se pueda dar.
Me dijo que de noche me haga vendaje con sal y vinagre para bajar la ampolla, pero no sirvió así que al día siguiente, o sea ayer, el 28, vino una enfermera que me tuvo que pinchar la ampolla y sacar el líquido y luego cortar la piel muerta.
No quiero entrar en más detalles, lo único que les puedo decir es que realmente para mi el camino de la luz es mi vida, pero mucho más de eso no aguanto. Menos mal que El Creador me dijo que estaba llegando al final. Sinceramente lo espero.
Si en los próximos días no reciben el caudal de material acostumbrado, es porque no puedo estar sentada mucho tiempo en la computadora.
Espero poder seguir por años, ojalá mi físico me dé, y como reza el dicho “Dios no nos carga con más de lo que podemos aguantar. Me aferro a eso.
Con todo cariño, Alexiis
PS: Cuando prendí la computadora para escribir
Me apareció la hora 11:11 – es buena señal.