22 de noviembre de 2009

CLASE MAGISTERIAL

Alexiis, 22 de noviembre, 2009

Nuevamente el campanilleo, son las cinco y media de la madrugada, he terminado de transcribir el mensaje del Arcángel Miguel y estaba vaciando un poco la bandeja de entrada porque constantemente me llegaba el aviso de ‘compactar los mensajes’.

Queriendo irme a dormir, me llaman de nuevo, muy bien, aquí estoy y veré quién se presenta ahora… Me aparecen en la mente palabras, pero no un nombre, ‘magisterial’ una ‘clase magisterial’. ¿Quién quiere dar una clase magisterial?

Ay mi niña, soy tu propio YO SUPERIOR. Anoche anduviste pensando que convenía escribir un mensaje a todos los lectores para ver si podías traer un poco de luz a todo ese asunto tan entreverado, tan enojado que hay de algunos, porque consideran que los mensajes que se reciben de los Maestros no son verídicos, que los Maestros no dan fechas, no se enojan, todo ese largo asunto que ya estamos cansados de responder individualmente a cada uno.

Por eso anoche habíamos decidido que íbamos a hacer un escrito y como tantas veces sé que nos resulta más fácil manifestarnos en forma hablada que ponernos a escribir. Si quieres hacerlo también puedes hacerlo escribiendo, ¿por qué no?, pero Yo Soy Tú y Tú eres Yo.

Es importante que cada ser humano se dé cuenta que los mensajes que recibimos de los que nosotros llamamos Maestros, no es que sean ni truchos, ni falsos, ni nada por el estilo.

Cada canalizador más o menos avezado e incluso los canalizadores nuevos perciben en su cuerpo si la energía que les llega es una energía pura, eso por un lado. Entonces hablando de nuestra propia experiencia, o sea como Anita – Alexiis y el Yo Superior – podemos decir que cuando algo se presenta mi físico responde, porque si es una energía que no es pura, casi se podría decir que se me pone la piel como ‘piel de gallina’, o siento como si mi cuerpo estuviera cubierto de hormigas, o sensaciones similares, lo que inmediatamente me hace sentir el ‘alerta’ y averiguar muy bien quién es el que se quiere contactar a través mío, usándome como canal.

A los comienzos de mi actuación como canal el Maestro Yeshua me ha enseñado que cada Ser de Luz tiene el compromiso universal de identificarse debidamente, ante la solicitud del canal, repetida hasta tres veces, ya sea mediante nombre o a veces mediante una imagen, percibida a través del tercer ojo, la que permite la identificación del ser que se manifiesta. Si no se recibe una respuesta satisfactoria inmediatamente manifiesto en voz alta que ‘cierro el canal’, lo repito también tres veces, y desconecto el grabador.

Con el correr de los años este sistema se ha profundizado en mí de tal manera que ya inmediatamente percibo el aviso, ‘esto es así, o no’. A veces, al principio, hoy ya no me hace falta, me ayudaba con el péndulo preguntando si un mensaje es real o no, pero como ya dije, mi cuerpo se ha ido acostumbrando y lo percibo físicamente.

Quiero intercalar un comentario aquí, como Alexiis, que mi situación es mucho más difícil como la de la mayoría de los canales, ya que como se me ha encargado de ser canal múltiple, que tiene que recibir a todo ser de luz debidamente identificado, me resulta casi imposible reconocer de inmediato la energía y por ello siempre verán un cierto tipo de introducción en mis canalizaciones, ya que necesito un tiempo para sintonizarme con la energía que me llega.

Si un canal trabaja solamente con uno o dos Maestros, es mucho más fácil reconocer inmediatamente la energía, ya que cada uno tiene sus características especiales. Como dije en mi caso es distinto ya que hasta el día de la fecha he canalizado a 131 seres distintos y percibo automáticamente la energía solo de unos pocos.

Sin embargo, lo que antecede no es el sentido de este escrito, porque el mismo en realidad no es una canalización, sino es algo que anduve pensando anoche, pero por el cansancio no lo podía hacer, pensando que lo hacía hoy, pero es cierto, ahora me estaba dedicando a otra cosa y me olvidaba de lo que me había propuesto anoche.

A raíz de los últimos mensajes en los cuales se dieron fechas establecidas para ciertos eventos, que no se produjeron y que en muchos lectores causaron reacciones adversas, ya sea el dejar de creer en los mensajes, dejar de creer en los canales y que todo esto, casi diríamos, es una farsa.

Debido a todos estos mensajes que yo he recibido personalmente y para no tener que explicarle a cada uno lo que pienso y siento, que, por supuesto, yo no puedo asegurar que esto sea la ‘verdad total’, yo les puedo compartir tal como lo he hecho a lo largo de mi camino, solamente lo que yo siento, lo que yo siento y percibo y como lo veo yo.

Yo he aprendido que no hay un – digamos – lo que podríamos llamar ‘un destino fijo’, hay una gran cantidad de potenciales. Se puede elegir un potencial o se puede elegir otro potencial.

Ayer en una respuesta a un amigo lector se me ocurrió un ejemplo muy bueno, que creo por lo menos que es bueno, y lo voy a repetir acá:

Imagínense junto conmigo que preparamos un viaje al exterior, cosa que lógicamente se hace con mucha anticipación. Tenemos que ocuparnos de conseguir los pasajes, comprar los boletos, arreglar quién nos cuide la casa, en fin, las mil y una cosas y también lo que durante el viaje vamos a hacer, donde vamos a ir a parar, qué lugares vamos a visitar, por consiguiente programamos todo el viaje con lujo de detalles.

Se acerca el momento, estamos cada vez más firmes, más seguros, podría decirse que faltan horas en que tengamos que tomar un vehículo para llegar al aeropuerto y repentinamente, repentinamente, o un familiar muy cercano se enferma gravemente, o hay en algún otro nivel de nuestra vida de la tercera dimensión un evento tan importante, que tenemos que decidir cancelar el viaje.

Vean, vean la similitud que hay en todo esto. Nosotros hemos cancelado algo que hemos programado casi durante meses, se puede decir, porque a último momento apareció algo más importante o que podría influir negativamente en nuestro viaje, y nos hemos decidido a cancelarlo.

Yo personalmente considero que esto es un simbolismo de lo que puede estar pasando a nivel planetario, a nivel mundial, a nivel universal y cósmico, a nivel de todo lo que nos pasa en esta tercera dimensión.

Yo creo y confío en que los Maestros eligen los mejores potenciales para todos nosotros, los elaboran, los preparan y a último momento surge algo que impide que el evento programado tenga lugar.

Yo sé personalmente de eventos anteriores que se habían programado, con fechas dadas, con mucha ilusión de parte nuestra, los humanos, por ejemplo el 24 de octubre cuando se tenían que presentar una cantidad de naves, no hablo de este año sino fue el año pasado, y al final no se dio. La decepción fue grandísima, fue enorme, nos defraudaron, nos engañaron, son todos cuentos los que nos sirven, pero por otro lado de las tantas fuentes de información que tengo, muchas de las cuales no son accesibles a todos, porque el largo trabajo que vengo haciendo, me permite recibir información que no sale en los noticieros ni nada por el estilo.

Yo me he enterado que para ese gran evento, cuyo punto central iba a ser en una parte de Estados Unidos, la oscuridad había programado transformar eso en un gran campo de batalla, no solamente contra los hermanos extraterrestres que se iban a presentar, sino contra la humanidad reunida ahí para verlos. La humanidad que estaba dispuesta a conocer a los hermanos extraterrestres. Es tremendo esto, es absolutamente tremendo, pero imagínense ustedes que si en ese momento los Maestros no hubiesen actuado cancelando todo el evento y haciendo solamente que en ciertas partes del mundo aparezcan unas pocas naves, hubiera sido catastrófico.

Hubiera sido tremendo, se habrían inmolado una gran cantidad de hermanos humanos, ¿por quiénes?, no por los extraterrestres, sino por los humanos mismos, por lo que se podría llamar la ‘mano oscura’.

Les comento todo esto, porque esto me lleva a mí personalmente al concepto de que nosotros no somos capaces de abarcar el panorama total, no podemos ver lo que realmente pasa detrás del telón.

Al no estar en condiciones de ver todo, tampoco no estamos en condiciones de negar los eventos que se nos habían anticipado. Soy la primera que a lo largo de los años que vengo siguiendo una y otra cosa, empezando con Nesara y todo lo demás, me he ido decepcionando, me he enojado, he pasado por todas las etapas hasta que he llegado a comprender, o creer comprender esto, o sea que yo, Anita o Alexiis no puedo apreciar el panorama total. No soy capaz de ver detrás del telón qué es lo que está pasando y por cual razón un evento programado no se produce.

Yo les escribo todo esto a ustedes porque quisiera que todos trabajásemos juntos, que todos trabajásemos juntos en armonía, en paz y en amor, aumentando nuestra luz cada vez más, pero estos entredichos, estas críticas no ayudan ni a la persona que las escribe, ni a los que lo recibimos. Es por eso que me he decidido a hacer este escrito.

Realmente, dado lo que me ha pasado los últimos días con el asunto de mi computadora, yo sé que lamentablemente se ha perdido información que he recibido, se han perdido mensajes que me han mandado, eso lo sé a ciencia cierta porque hay cosas que no he podido recuperar y a raíz de la enorme cantidad de material que me llegó a la bandeja de entrada, dos mil ciento y pico de mensajes eran anoche, no estoy segura de no haber borrado algún mensaje que no tendría que haber borrado.

No me he puesto al día, tardaré días en hacerlo, por eso les he pedido a todos ustedes que no me manden cosas sin importancia, pero sí, es cierto, anoche me decidí a escribir este mensaje y ahora me lo vino a recordar mi propio Yo Superior, al cual agradezco y con el cual espero trabajar en conjunto cada vez más.

Queridos amigos, les mando como siempre todo mi amor, toda mi luz y como siempre mi disposición a seguir hacia delante.

Excepcionalmente este mensaje lo voy a publicar en todos mis blogs, porque quiero darle oportunidad a cada uno a que lea esta interpretación y por supuesto lo voy a mandar a la red.

Quedo con todo amor como siempre, ALEXIIS.

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20 de noviembre de 2009

RELATO DE COSAS INCREÍBLES

Alexiis, 20 de noviembre, 2009

Tal como es mi costumbre el relatar las cosas que me pasan, ahora les comento mis peripecias desde el día 8 de noviembre.

Tenía la computadora muy lenta entonces un técnico al que por supuesto no conozco en su capacidad, al ser nueva en Bariloche, me indicó que tenía que aumentar la memoria de la máquina, cosa que ya me dijeron en Buenos Aires, así que acepté.

De sorpresa el domingo a la tarde me llamó diciendo que tenía la nueva memoria y si podía venir. Por supuesto, encantada para hacer lo que podía para acelerar el trabajo.

Me instaló la memoria y aparentemente se rompió la placa de video, por lo cual se llevó mi CPU y me trajo una auxiliar que tenía en la casa, diciendo que esa misma noche se ponía a trabajar para arreglar la mía.

Pasaron días, el buen hombre no tenía tiempo y finalmente la llevó a un negocio en el centro y le dijeron que se había quemado la “mother”. Había que mandar a Buenos Aires para ver si se conseguía repuesto, por lo menos 15 días, etc.

Al final el miércoles tuve que comprar una nueva, marca Argentina “Bangho”, según él de lo mejor. Lo que sí con el sistema Vista.

De más está decir que estuvo horas y horas tratando de instalar y pasar la información, pero por supuesto no terminó.

De ahí en adelante varias veces dijo que venía y me dejó plantada esperando.

Justamente el día 9 llegó de Buenos Aires Aleé, que por suerte está en el mismo sendero, y se aguantó todo junto conmigo.

El miércoles al no tener respuesta busqué otro técnico que descubrió desastres tremendos, se la tuvo que llevar a casa y se pasó toda la noche al jueves trabajando tratando de arreglar los tremendos líos hechos.

Finalmente ayer me volví al sistema Windows XP, tras haber paseado por el Vista y el 7, pero ninguno de los dos funcionaba bien para mi trabajo.

Ahora estoy por lo menos en condiciones de mandar mensajes, pero y ahora viene el gran PERO, de lo INCREÍBLE, desde ayer a la bandeja de entrada de Outlook me llegaron y siguen llegando mensajes que en el 2007 y 2008 he enviado a través de Gmail. ¿De dónde aparecen? No estaban en mis bandejas. Nadie sabe que explicación. Me paso horas eliminando.

Les cuento esto para que se den cuenta que si no respondo a tiempo o si se perdieron mensajes, lamentablemente esto me superó, me afectó tremendamente la presión que nuevamente se fue a las nubes, etc.

A todos aquellos que mandaron cosas para publicar por ejemplo en el blog y que no haya sido subido hasta el lunes, les pido que lo manden de nuevo.

Sigo con mi locura, dicho sea de paso, según mensaje recibido por otros dos canalizadores esto fue otro ‘saludo’ de la oscuridad para sacarme del camino.

Con todo amor, Alexiis

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8 de noviembre de 2009

CUADERNILLO Nº 36 – Parte 3

· Técnicas de Protección

§ Pilar del Medio - Equilibrio

· Técnica de Autocuración

· Administración de energía

§ Las heridas del Aura

§ La Cruz Cabalística

§ Algunos beneficios

· La Gran Invocación

§ Explicación

· Confederación Intergaláctica

TÉCNICA DE PROTECCIÓN

PILAR DEL MEDIO

La figura del Árbol Microcósmico de la Vida es una representación simbólica del Árbol en el interior del cuerpo humano. Cuando lo construimos y "despertamos" dentro de nuestra aura, ciertas sefirot giran alrededor del centro de nuestro ser. Esta línea forma el Pilar del Medio. El Pilar Medio está constituido por las esferas que coinciden con la parte superior de la cabeza (Kether), la garganta (Daath, la sefirá oculta entre Kether y Tiferet), el plexo solar (Tiferet, los genitales (Yesod) y los pies (Malkuth). Es el equilibrio de todas las energías y fuerzas entre las otras dos líneas verticales formadas por las sefirot (los Pilares Femenino y Masculino.

EL EQUILIBRIO

El ejercicio del Pilar Medio sirve para convocar estas energías y reconstruirlas en el interior del aura. Esta práctica sirve para acumular allí cantidades enormes de energía, la cual salda las fugas que producen las fisuras y elimina toda clase de interferencias energéticas.

Realizado con atención, estabiliza el campo energético completo de la persona y aumenta su energía interior, de modo que pueda ser utilizada en el transcurso del día, cuando tenemos que cumplir múltiples roles sin perder la armonía con el Todo. Además, predispone alcanzar el estado ideal que se requiere para realizar la sanación a los seres queridos.

Pero no sólo actúa cuando el desequilibrio ya se ha producido; también lo previene para que no sobreexijamos nuestras energías psíquicas, físicas, emocionales y espirituales. Este ejercicio eleva la atención de nuestro Yo Superior. Es tina práctica de la que tanto los iniciados corno los conocedores pueden obtener beneficios.

En el curso del aprendizaje, al vincularnos con las energías latentes en cada sefirá, descubriremos que existe una más (una quinta sefirá) en el Pilar Medio. Es Daath, la sefirá oculta. Es el undécimo nivel de conciencia que existe en nuestro interior. Es el nivel del conocimiento, que nos ayuda a cruzar los abismos de nuestro crecimiento y nuestra conciencia. Es suficiente saber que existe, y que puede ser utilizado del mismo modo que los otros.

El contacto con el nivel oculto de conciencia, con este ejercicio, nos vincula con ciertos simbolismos muy antiguos.

Cinco es el número de sentidos, los que usamos en nuestro nivel de conciencia normal, pero cinco es también el símbolo del sentido oculto (Daath) detrás de los cinco sentidos, el sexto sentido que nos capacita para conectarnos con nuestro Yo Superior.

Las cinco esferas también pueden representar a los cinco elementos:

EL FUEGO, el elemento de la creatividad,

EL AGUA, el de la vida eterna, LA TIERRA, el de la fundación,

EL AIRE, el del conocimiento superior,

EL ESPIRITU DIVINO, el que opera detrás de todos ellos.

A través de este ejercicio movilizamos todos los elementos y despertamos sus energías de una manera equilibrada. Y, fundamentalmente, llevamos a cabo un óptimo uso de sus potencias.

EL EJERCICIO:

El ejercicio puede hacerse tanto de pie como sentado; en este último caso, la espalda debe mantenerse erguida y sin tensiones. Cada vez que se desee despertar el poder del Árbol, se utilizarán la visualización y los sonidos.

Recuerda Sue siempre debes comenzar por realizar la Cruz Cabalística, para estabilizar tu campo energético. Luego, resultará benéfico elevar alguna plegaria de devoción a las energías más altas de lo divino que estarás convocando. Es indistinto cuál sea la plegaria, pero no debería ser pronunciada de una manera lúgubre o triste. Debes sentir las palabras en tanto que las pronuncias, y visualizarlas haciendo un eco fuerte a través del Universo y hacia su Fuente Divina.

1) Visualiza una esfera blanca, brillante y cristalina, formándose justo en la parte superior de tu cabeza. La esfera vibra con energía. Imagínala iluminando con su brillo. Esa es la energía del nivel de Kether que, mediante el ejercicio de visualización, estás dibujando y atrayendo en una manifestación dentro de tu ser.

2) En este momento, pronuncia con una vibración, el nombre: EHEIEH ("eh—ha—yeh")

Es el nombre de la Fuerza de Dios, relacionada con este nivel de conciencia.

3) Mientras repites la palabra, enfatiza cada sílaba y visualiza la esfera de luz tornándose cada vez más brillante y poderosa, a la vez que va llenando la coronilla de tu cabeza con energía.

4) No hay un número determinado de veces que sea necesario repetir el nombre. Hazlo hasta que tu propia intuición te diga que puedes continuar con el resto del ejercicio. No es necesario que lo digas en voz alta, puedes apenas murmurarlo.

5) Cuando sientas que la esfera de luz está suficientemente activada -es importante aprender a confiar en tus sentimientos a este respecto- visualiza una espada de luz igualmente brillante y enceguecedora, descendiendo a través (le tu cabeza hacia el cuello y el área de la garganta. Este es el nivel de Daath.

6) Visualiza una segunda esfera de luz. Son numerosas las asociaciones y energías que se encuentran en este nivel oculto de energía. La fuerza de Dios que se activa allí es un equilibrio entre la fuerza de Dios de Chokmah y la Fuerza de Dios de Binah. Por esta razón, utilizamos un nombre que combina ambos aspectos: YHVH ELOHIM = ("yah—hoh—voh eh—loh—hiim").

Al hacer vibrar este nombre, la esfera de luz también vibra, y crece en intensidad y brillo hasta que la sientas activa en el área de tu cuello.

7) Luego, visualiza la espada de luz descendiendo desde el fondo de la segunda esfera hasta conformarse en una tercera esfera en la zona del corazón. Esta es la esfera de Tiferet. Siéntela. Es la manifestación que invocaste a través de la concentración en tus pensamientos y el sonido del Divino Nombre del Poder.

8) Haz vibrar el nombre: YHVE ELOAH VADAATH = ("yah—hoh—voh eh—loh—eh va—dah—ahth") y percibe el eco en tu interior y en los confines del Universo. Ve cómo la esfera vibra y crece en intensidad con cada repetición del nombre divino, Siente la energía descendiendo desde la coronilla de la cabeza hacia la zona del corazón, impregnándolo de luz y energía.

9) Visualiza la espada (le luz bajando desde el fondo de esta esfera hasta formar la cuarta, en la zona inferior del vientre.

10) Percibe cómo la esfera cobre vida con la energía y el brillo, al tiempo que haces vibrar el nombre de la Fuerza de Dios que gobierna este nivel: SHADDAI EL CHAI = ("sha—dai—el—jai").

Imagina, siente y reconoce la actividad de la energía, viva y vibrante dentro de esta zona de tu ser.

11) Finalmente, visualiza la espada de luz descendiendo desde el fondo de la cuarta esfera hacia los pies. Aquí se forma la quinta esfera de energía que constituye el Pilar Medio. Haz vibrar el nombre ADONAI HA-ARETZ - ("ah—doh—nai hah—ahvretz")

Ella despierta la energía más elevada y espiritual, y gira y vibra con intensidad y resplandor crecientes a medida que repites el nombre

12) En este punto, no sólo has despertado una gran cantidad de energía espiritual, sino también las has manifestado en tu organismo. Detente durante un momento, mientras sientes las cinco esferas de energía espiritual brillando a lo largo de la espada de luz que penetra y se difunde por tu cuerpo.

13) Con las esferas y la espada brillando con esplendor, vuelve tu atención a la esfera en la coronilla de tu cabeza.

14) Realiza respiraciones rítmicas para hacer circular la energía. Al exhalar lentamente, ve y siente la energía fluyendo desde el tope de la esfera y enviando vapor hacia el lado izquierdo de tu cuerpo. Siente como el lado izquierdo se llena con esta energía luminosa y la irradia hacia afuera fortaleciendo tu aura desde ese lado. Al inhalar lentamente, lleva la energía hacia arriba y hacia la parte derecha del cuerpo, llenándolo e irradiando hacia tu aura en ese lado. Siente tu aura expandirse y fortalecerse con cada respiración. Continúa haciendo esto hasta que puedas sentir la circulación de esta energía alrededor de tu cuerpo y tu aura. Vela, siéntela, descubre que la atraes con el infinito poder de tu mente. Esto formará un campo electromagnético de energía alrededor tuyo que te dará un aura de fuerza y luz. Repítelo varias veces.

15) Luego, al exhalar, permite que la energía descienda hacia tu lado anterior. Es fuerte y esplendorosa, y llena tu aura, que sigue fluyendo. Al inhalar, lleva la energía por arriba hacia tu espalda. Continúa haciendo esto hasta que la sientas circular y expandirse con un aumento del brillo y la fuerza. Ahora tienes energía fuerte circulando alrededor de todo tu ser.

16) Detente, simplemente visualiza y siente la energía en movimiento. Estate consciente de que has llenado todos tus rincones, y que has reemplazado cualquier pérdida de energía. Has colmado tu aura y todo tu ser con una energía de luz que es intensa, brillante y saludable.

Permite que la energía llegue al centro de tus pies. Visualiza la espada de luz que irradia a través de todas las esferas, como un tubo de luz fluorescente. Al inhalar, siente la energía circulando por el tubo hacia el centro de la coronilla y al exhalar, siente la infinita energía bañándote completamente. Visualízala como un arco iris de intensos colores saliendo de tu cabeza, iluminándolo con protectores colores de energía.

17) Permite que al menos cinco veces circule la energía alrededor de tu cuerpo y que tu ser se impregne de ella.

18) Finaliza el ejercicio con una breve plegaria o una breve meditación o contemplación sobre el brillo de tu ser.

19) Enraíza tu energía, dibujándola dentro de tu ser con la Cruz Cabalística y confiando en la fuerza y la protección de la poderosa energía espiritual. Tu te has convertido en un ser de luz.

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TECNICA DE AUTOCURACION

Para ayudar a realinearnos y facilitar el trabajo de los reinos angélicos de la Tierra, una técnica de autocuración fue canalizada a través de nuestros guías sanadores. Es un método simple que cualquiera puede llevar a cabo para ayudar a realinear sus energías:

El siguiente método se puede seguir estando sentado en cualquier lado:

- Siéntate derecho. Inhala y exhala tres veces lentamente hasta que sientas quietud interna.

- Luego pide a los ángeles terrestres de la Madre Tierra que te ayuden a realinear las energías de tus chacras.

- Pon tu mano derecha cinco centímetros por debajo de tu ombligo (sobre el vórtice de energía) y abre tu palma izquierda sobre tu muslo izquierdo. Empezarás a sentir correr energía a través de tu mano derecha.

- Espera hasta que ya no puedas sentir más esa energía, después quita tu mano derecha mientras dejas tu mano izquierda en su posición durante todo el proceso.

- Mueve ahora tu mano derecha cinco cm por arriba de tu ombligo, sobre otro vórtice de energía y repite los pasos anteriores.

- Quita tu mano derecha.

- Colócala ahora sobre el vórtice de energía que está sobre tu corazón. Repite el mismo procedimiento.

- Vuelve a quitar de ahí tu mano derecha.

- Colócala ahora sobre tu garganta, en donde existe otro vórtice más de energía. Repite los mismos pasos.

- Ahora pon tu mano derecha sobre el vórtice de energía entre tus cejas. Repite los pasos descritos.

- Agradece a los Ángeles de la Tierra por su ayuda.

- Experimentarás una liberación de energía desde cada chacra, Y, cuando termines, te sentirás más claro, ligero y balanceado.

Siempre que sientas cualquier tipo de incomodidad, repite este simple ejercicio de autocuración.

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ADMINISTRACION DE ENERGIA

Cada vez que el aura de una persona se contacta con el aura de alguien más, se produce un intercambio de energía. Cuando las situaciones nos parecen confusas y la gente que nos rodea se irrita o nos molesta, gastamos y utilizamos más energía de nuestro propio campo.

Por ser la mediación con el inundo, el aura sufre ciertas alteraciones. Restituirla y volverla a su estado original es una tarea individual.

Es esencial reconocer cuándo estamos utilizando cantidades excesivas de energía y cómo recargarla antes de provocar un gasto poco equilibrado. De lo contrario, el cuerpo reacciona a esa faltas de armonía desarrollando trastornos e, incluso, enfermedades.

Del mismo modo como estamos acostumbrados a las reacciones de nuestro cuerpo físico frente a estímulos externos y sabemos qué hacer en cada caso, necesitamos familiarizarnos con nuestro campo energético. De lo que se trata, simplemente, es de aprender a administrar nuestras energías, no gastarlas sin necesidad y prevenirnos ante aquellos que resuelven su equilibrio tomando nuestra energía.

En estos casos, existen métodos muy simples para limpiar nuestra aura de las influencias extrañas y negativas que se acumulan allí durante el día, a través del solo contacto con otras personas. Para lograr el objetivo de fortalecer el aura y, como consecuencia, prevenir enfermedades y preservar la salud emocional y espiritual, es necesario que aprendamos a despertar y utilizar las energías en todos los niveles (le nuestro ser de una manera equilibrada.

La energía se encuentra, de modo latente, en cantidades ilimitadas dentro de nosotros. Somos de hecho, un reflejo en miniatura de la energía total del Universo. Cuando despertamos y utilizamos todos los aspectos de nuestro ser, creamos un campo energético vibrante, fuerte y protector. Esta especie de escudo nos resguarda de la negatividad y aumenta nuestros propios niveles de energía, de modo que podamos utilizarla en mayores cantidades.

LAS HERIDAS DEL AURA

Muchas veces, sin darnos cuenta, malgastamos nuestra energía, abusamos de ella, o, de lo contrario, no la aplicamos en su justa medida, desaprovechándola y creando núcleos de desequilibrio. Podemos también despertarla sin aprovecharla, algo que provoca que nuestro Árbol (¡Somos el Árbol de la Vida!) no crezca o, lo que es peor, crezca defectuosamente. Tenemos menos resistencia a las cosas que pueden hacernos daño y contamos con menos reserva de energía para manifestarnos a nosotros mismos qué necesitamos y deseamos. No reconocer las carencias conduce a vivir repitiendo errores, sin crecer ni madurar, sin abrirnos a los cambios. Aunque no lo parezca, todo esto proviene de un mal uso de nuestra energía.

Es en esos momentos que estamos librados a las circunstancias y debemos enfrentarnos a situaciones muy alejadas del ideal. De modo que hemos consentido que nuestras energías se escaparan de nuestro campo energético y creado "heridas" aúricas. Se trata de "pinchaduras" y grietas en nuestro campo de energía que operan como válvulas de escape por donde se produce una fuga realmente perjudicial para nuestro cuerpo.

Otra secuencia es que la energía no consigue acumularse rápidamente ni con la suficiente fuerza para recuperar el equilibrio y el bienestar en todos los niveles de nuestra vida.

Ciertas actitudes y hábitos conducen a la formación de heridas áuricas. Si deseas mantener el equilibrio con el Todo, procura evitarlas. Ellos son:

- las drogas

- el alcohol

- los sufrimientos mentales y emocionales

- las meditaciones imprudentes (son las destinadas a manipular a otras personas y crear situaciones negativas)

- el estrés

- el tabaco

Debemos recordar que si deseamos desarrollar nuestros más elevados recursos interiores, debemos alcanzar un estado de salud emocional, mental y físico que nos permita hacer un uso equilibrado de ellos. Si bien invocamos a los otros niveles para favorecer y acelerar nuestro crecimiento en lo físico, estamos inmersos en lo físico. Por esa razón, debemos mantener ese vehículo corporal en el mejor estado posible.

Usamos la Cábala como un sistema para el crecimiento y el incremento le nuestra conciencia. El objetivo es recuperar la responsabilidad que tenemos por nuestras propias vidas. Parte de esa responsabilidad es el cuidado adecuado de nuestro ser físico. Debemos mantener el equilibrio de los estados físico, emocional, mental y espiritual, y lograr que todos ellos trabajen como una unidad. Si ignorásemos uno en función (le los otros, nosotros mismos seríamos los agentes del desequilibrio. Una de las virtudes de este sistema es que puede evidenciar esa desproporción.

Transcribiré, básicamente, dos técnicas para trabajar con las energías. Las dos son sumamente efectivas para despertarlas y estimularlas, y al mismo tiempo, fortalecerlas y protegerlas. Conviene utilizar ambas técnicas o ejercicios con la mayor frecuencia posible, a fin de familiarizarse con el sistema y aprender a manejar el poder que se adquirirá a través de la meditación con las esferas.

Ellos son la Cruz Cabalística y el ejercicio del Pilar del Medio. Ambos fortalecen, equilibran y protegen. Nos armonizan interior y exteriormente.

LA CRUZ CABALISTICA

Desde el punto (le vista formal, la Cruz Cabalística es más antigua que la Cruz Cristiana. A pesar de que la gente asocia este símbolo sólo con una religión, se puede encontrar la mayoría de los dogmas y culturas, y fue utilizado en todas las antiguas Escuelas de Misterio. Pero no sólo la fe participa de esa figura emblemática; la encontramos, por ejemplo, en los cuatro puntos cardinales del Universo, en los cuatro elementos de la naturaleza, etc.

Esta imagen tan conocida constituye un punto fundamental. en la evolución del subconsciente.

La Cruz puede utilizarse para despertar el flujo de todas las energías presentes en nosotros, en estado latente. Aprender a utilizarla y construirla dentro del aura es uno de los primeros pasos para todo aquel que pretenda alcanzar el saber iluminador.

La Cruz Cabalística te llevará a despertar tu propia luz espiritual y ponerla en acción. Es un primer acercamiento a todos los centros espirituales que residen en el Árbol de la Vida y que estás por activar. Estabiliza toda el aura y te protege, de modo que, mediante un trabajo con ella, podrás acceder más directamente a esos centros espirituales y obtener los frutos deseados.

A fin de realizar estos ejercicios utilizaremos visualizaciones y sonidos para manifestar los poderes latentes. Se trata de poner en evidencia, de modo palpable esos poderes ocultos en el interior de todos nosotros. Procederemos de la siguiente manera:

1) Colócate de pie mirando hacia el ' Este, con los pies juntos, los hombros bajos y los brazos pegados al cuerpo.

2) Realiza algunas respiraciones profundas desde el diafragma. Al inhalar y exhalar lentamente, visualízate a vos misma creciendo y expandiéndote hacia arriba,'a través del techo de tu casa y elevándote hacia las nubes, hasta que te encuentres fuera de la Tierra, con el Universo entero por delante y a tu alrededor. Percíbelo, imagínalo, visualízalo y... ¡así será!

3) Junta los dedos pulgar, índice y mayor (el pulgar representa tu espíritu interior divino; el índice, tu fuego creativo y el del Universo; el mayor, el llamado a la fuerza de los otros dos planos de la Tierra). Únelos, apóyalos sobre la frente, en el punto situado entre los ojos, y pronuncia suavemente la palabra hebrea ATEN (se pronuncia: "ahtoh").

Otorga el mismo énfasis a cada sílaba y visualiza los sonidos como si viajaran por los confines del Universo. Mientras tocas tu frente, visualiza una explosión de luz brillante manifestándose alrededor de tu cabeza y elevándose hacia el infinito.

4) Lleva el pulgar y los otros dedos lentamente hacia abajo, dirigiendo la luz esta vez en dirección al centro de tu pecho, donde apoyarás los dedos. Pronuncia, de modo que vibre, la palabra: MALKUTH ("mahl—kuth")

Malkuth es el nivel que se ubica en el fondo del Árbol de la Vida, por lo tanto, se encuentra dentro del cuerpo. Está asociado con el área que rodea a los pies. Sería torpe agacharse y tocar los pies; por lo tanto es mejor tocar el área del corazón. El corazón es el centro de tu ser y, a partir de él, se puede alcanzar cualquier otra área.

5) Visualiza la luz extendiéndose hacia abajo, hacia los pies y explotando en luz brillante y cristalina. Enseguida, visualízala como si se extendiera hacia abajo en el infinito.

Acaba de crear un rayo de energía universal que se despliega, a través de tu cuerpo, hacia el infinito en dos direcciones.

6) Ahora, lleva los tres dedos con los que estás trabajando hacia el hombro derecho. Visualiza nuevamente la explosión de luz cristalina y ve la luz extenderse fuera del hombro derecho hacia el infinito. Di vibrando las palabras: VE-GE-BURAH ("veh—geh—bur—ah")

7) Luego, dibuja la línea de luz cruzando el pecho hasta tocar el hombro opuesto. Al tocar el hombro izquierdo, visualiza y siente la explosión brillante de luz y vibra las palabras: VE-GEDULAH ("ve—geb—du—lah"); entretanto, visualiza la luz extendiéndose desde el hombro hacia afuera, en dirección al infinito.

8) En este punto, levanta ambos brazos hacia los lados, con las palmas hacia arriba.

9) Inclina la cabeza hacia adelante y lleva las manos a una posición plegada sobre el pecho, con los dedos apuntando hacia arriba, y vibra las palabras: LE-OLAM AMEN ("le oh—lam ah—men").

Vete a tí misma como un ser de luz maravillosa y energía sorprendente, equilibrada y brillando hacia todos los frentes.

A través de esta visualización y la vibración de las palabras, has convocado a las energías de tu interior y has invocado a lo divino para transmutarte a tí misma en una Cruz de luz brillante.

Las palabras son muy significativas, y tienen tanto poder e influjo en la Cábala como en el cristianismo. Son parte de la Plegaria del Señor. El Maestro Jesús las pasó a sus seguidores y están presentes en este Antiguo y Santo sistema de desarrollo personal.

ATEH = TUYO ES

MALKUTH = EL REINO

VE-GUBURAH = Y EL PODER

VE-GEDULAH = Y LA GLORIA

LE-OLAM = POR SIEMPRE

AMEN = ASI SEA

llacé vibrar los nombres y las palabras fuertemente y, si es necesario, repítelas varias, veces. Este procedimiento no sólo mejora la concentración, sino que también puede ayudarte a configurar la Cruz de un modo más claro y vívido. Tu quieres que la Cruz (y por lo tanto vos misma) sea tan brillante y enceguecedora por su intensidad que realmente ilumine todo el universo. Los sonidos y las visualizaciones evocarán poderes inusitados y una gran energía. Recuerda que se trata de un proceso santo y merece atención y reverencia.

ALGUNOS BENEFICIOS

La técnica de la Cruz Cabalística debe ser usada antes de efectuar cualquier meditación o trabajo ritual. Estabiliza el aura y protege.

También, debería ser usada después de las meditaciones y contactos con otros niveles de conciencia, de modo que las otras áreas estén cerradas y selladas cuando volvamos completamente al plano terrestre.

Puede ser utilizada durante el día, cuando sentimos que las cosas se alteran, o que quienes nos rodean ejercen presiones y están interfiriendo con nuestra energía. Es un ejercicio muy favorable para restablecer el equilibrio, y permite enfrentar adecuadamente a las personas y las situaciones conflictivas de un modo controlado.

Cuando te acostumbres a cerrar de este modo una meditación, visualízate adoptando un tamaño normal y absorbiendo la Cruz luminosa dentro tuyo al volver. El camino de energía que has generado no sólo se extiende hacia los otros, sino que se convierte en parte de tu campo energético para fortalecerte y protegerte, mientras estás pendiente de tus asuntos cotidianos.

Con el tiempo y la práctica, este ejercicio te impulsará a aumentar tu percepción de las presencias sombrías en tu vida y orientarte hacia el genio elevado y divino que se encuentra en cada uno.

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LA GRAN INVOCACION

EXPLICACION

La Gran Invocación es una herramienta de muchos niveles para alinear al alma individual con la presencia del Yo Soy. Sus tres niveles operan en el ámbito de la Luz, el Amor y de la Voluntad. Son una serie de invocaciones codificadas. He aquí la explicación de cada invocación:

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios

Que afluya luz a las mentes de los hombres;

Qué la Luz descienda a la Tierra.

La Luz de la Verdad abre la mente hacia el propio yo—Dios. La búsqueda de la verdadera naturaleza del hombre generalmente comienza con el cuestionamiento mental y este verso invoca a la Verdad Divina para que inunde la mente, permitiéndonos comprender que somos parte de la Fuente (p.ej.: iluminación). El descenso de la Luz da como resultado que cada persona quede alineada con su alma.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios

Que afluya amor a los corazones de los hombres,

Que Cristo retorne a la Tierra.

Este verso invoca la apertura del corazón hacia la compasión y el entendimiento. El Amor derramado en tu corazón da por resultado tu alineación con nuestro Yo Crístico. Y el retorno de Cristo a la Tierra invoca la apertura de cada uno de nosotros hacia la banda de la Unicidad o Conciencia Crística.

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,

Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres,

El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Este verso te abre a ser el Divino Siervo. Cuando tu voluntad está alineada con la Voluntad Divina, te conviertes en un Instrumento Divino.

Convertirte en un Instrumento Divino es "el propósito que los Maestros conocen y sirven". Los "Maestros" no están limitados a los Maestros Ascendidos sino que se aplica a cada persona en la medida en que logra su maestría. Lograr tu maestría te alinea con tu Presencia Yo Soy.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres

Que se realice el Plan de Amor y de Luz

Y selle la puerta donde se halla el mal.

El plan de Amor y de Luz se refiere a la ascensión. El sellar la puerta en donde mora la maldad se refiere a la disolución del, velo de la separación. Sólo mediante un sentimiento de separación puede ser experimentada la ilusión de la maldad. Cuando cada uno de nosotros haya disuelto el velo de la separación, la ilusión quedará desterrada y el Plan funcionará.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

Es una invocación final a la Verdad, al Amor y al Poder en el proceso de Ascensión.

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CONFEDERACION INTERGALÁCTICA

¿Que significa una Confederación Intergaláctica? Existe, no es solamente un invento de las películas de ciencia-ficción.

Una confederación es un agrupamiento de distintas entidades de un mismo nivel. Esto significa que cada galaxia tiene un representante en esa Confederación, cada galaxia. Para que cada galaxia tenga un representante a nivel de esa confederación, cada galaxia tiene que elegir su representante y ¿quiénes eligen el representante de cada galaxia?, La Confederación de los Sistemas Solares, porque cada galaxia tiene a su vez miles de sistemas solares.

Entonces eso significa que tiene que haber una Confederación de Sistemas Solares para elegir el representante, a su vez ¿quiénes eligen a los Confederados del Sistema Solar? Cada sistema solar tiene su representante dentro de esa Confederación de Sistemas Solares, a su vez cada sistema solar tiene sus planetas y eso significa que cada planeta tiene un representante que vota a su vez o elige al representante en el sistema solar.

Por lo tanto para que haya un representante por cada planeta, dentro de cada planeta los gobiernos o los países y gobiernos tienen que elegir un representante del planeta.

Para llegar a eso, tiene que haber un gobierno central, un gobierno por cada planeta. Entonces tenemos que llegar a eso, pero todavía estamos en el camino, aunque la base ya está y ello son las Naciones Unidas, que en el futuro serán el gobierno central de nuestro planeta, donde a su vez cada país tendrá su representante, o cada región

Para llegar a eso, ¿qué es lo que tiene que haber? Tienen que desaparecer las guerras, no tiene que haber conflictos, tiene que haber entendimiento entre todas las naciones, además de una transformación individual impresionante. Además, a eso nos lleva la globalización, porque la globalización económica está forzando eso, de una manera brutal y salvaje, pero es algo que nosotros no haríamos por nosotros mismos, no lo haríamos por elección.

Sin embargo, mientras haya un conflicto armado o haya guerra en algún lugar del planeta, eso se hace imposible. Es imposible mientras estamos discutiendo con los chilenos por dos islas o por un pedazo de tierra.

Donde yo te quiero vender pero no te quiero comprar, eso es imposible, entonces, pero esto fuerza eso, se empiezan a derribar las fronteras, ya las fronteras están derribadas, ya las empresas pasan por encima del gobierno diciendo: "no paró, yo tengo una empresa acá, tengo una sucursal en China, entonces no me afanes, no me toques a los chinos, porque yo vivo de eso", eso es una cosa así.

Y como los chinos y los rusos a su vez necesitan el dinero para seguir, entonces no pueden hacer una guerra directa, todo está ahí y se va focalizando cada vez más.

Hasta que asumamos también la responsabilidad de los lugares donde falta y hay hambre, donde hay sequía, porque eso es responsabilidad también del gobierno central del planeta, de ver las necesidades de cada región.

Ahora ya todos están empezando ahí, fíjense en Europa como está funcionando, ya prácticamente es un país, yo creo que para el 2003 desaparecen las monedas nacionales, estará el Euro. Ahora en España por ejemplo, a partir de ahora ya hay las transacciones en los bancos que se efectúan con el Euro y hacen la convertibilidad.

Extracto charla

TVP II - 31-5-2000

CUADERNILLO 36 – Parte 2

· La muerte y el Bardo

· El Árbol de la Vida

§ ¿Qué hago con mi soledad?

· El Templo interior

§ Técnica de visualización

· Formulas para armonizar la salud

§ El cuerpo y las energías de las Sefirot

LA MUERTE Y EL BARDO

Según los tibetanos el Bardo es el espacio comprendido entre la muerte y el renacimiento, o sea el espacio entre vidas.

En la historia del alma se repite constantemente y en forma rutinaria la muerte y el regreso a la vida física. Aunque algunas almas se resistan un poco a partir hay otros que no ven la hora de irse a descansar, y la mayoría no quiere saber nada de volver empezar.

Si nos cuesta tanto volver que a veces nos rebelamos contra nuestros guías cuando nos aconsejan y llega el momento de nacer, ¿por qué entonces tanto miedo, tanto dolor, tanta tragedia, cuando llega el momento ansiado por el alma de regresar por fin a los campos de beatitud, al estado de gracia, a ese mundo de luz y de amor? ¿Qué nos ha pasado? ¿Dónde, en qué lugar, en qué momento, perdimos la conciencia que teníamos de nuestro ser espiritual, de nuestra esencia, de nuestra verdadera condición de seres inmortales?

Vinimos a la vida física a aprender, a crecer y a evolucionar, para regresar más tarde a casa enriquecido con la experiencia adquirida. Pero resulta que en el afán de hacer más cómoda y placentera nuestra estadía aquí en la Tierra, nos hemos olvidado de la verdadera finalidad de nuestra presencia aquí. Nos hemos creído que éramos el cuerpo, cuando en realidad el cuerpo es la ropa que nos pusimos para ir a la escuela, y cuando llega el momento de partir, nos desgarramos las vestiduras por lo que creemos que vamos a perder, porque nos damos cuenta de que perdimos el tiempo o porque no tenemos la conciencia muy tranquila.

Estamos aquí, en la Tierra, para cumplir con un propósito. Venimos con un plan diagramado de antemano. Sabemos exactamente lo que tenemos que hacer y aprender Pero al poco tiempo nos olvidamos de nuestro objetivo. Así como un muchacho es enviado por su padre a un país lejano para estudiar, y cuando está lejos de su casa se olvida del estudio, seducido por las tentaciones de un país diferente, así nosotros nos olvidamos de nuestro Padre y nos deslumbramos como niños en un parque de diversiones.

Creemos que el objetivo es pasarla bien y queremos probar todos los juegos. Y queremos ganar todos los juegos que podamos y conseguir todos los premios que sea posible, y competimos y rivalizamos con los otros y con nuestros propios amigos y si podemos hacer trampa lo hacemos y ya lo único que nos importa es ganar cada vez más y más y acumular más cosas y tener más poder que los otros y sufrimos cuando no lo logramos.

Y así se nos pasa esta vida y cuando llega el momento de la muerte, el momento de regresar a casa y reunirnos con nuestro Padre, no queremos saber nada, y lloramos y pensamos que es un castigo, y que nuestro Padre es injusto porque nos obliga a dejar todos los amigos que hicimos y todas las cosas que ganamos. Sólo después de desprendernos del cuerpo, al mirar hacia atrás, nos damos cuenta de lo equivocados que estábamos, de lo tontos que fuimos al dejarnos encandilar por las luces de un parque de diversiones y de que todo eso no era nada más que una ilusión momentánea y pasajera. Y resulta que, por querer poseer esa ilusión, no aprendimos nada, no cumplimos con lo que nos habíamos comprometido y encima, en el afán de poseer más, engañamos, defraudamos, robamos y no nos importó el sufrimiento de los que se quedaron fueran de la feria de diversiones.

Ahora, tendremos que volver una vez más a la escuela de la Tierra. Y esta vez, no habrá parque de diversiones. Sin embargo, ya nos arreglaremos para no hacer lo que tenemos que hacer. Esta vuelta, la excusa será la lucha por la vida y el esfuerzo por alcanzar una posición social acomodada. Y una vez más llegaremos a la muerte con pánico y desolación. Y una vez más, cuando estemos del otro lado, nos daremos cuenta de que nos esquivamos otra vez, de que nos olvidamos otra vez. Y seguirá ocurriendo así, hasta que despertemos a nuestra conciencia espiritual y recuperemos ese conocimiento que está en nosotros mismos, en nuestra propia esencias. Necesitamos recuperar nuestra verdad. Y esto es lo que necesitamos. Salir del olvido y del sueño en el que estamos sumidos y entrar en el despertar.

La muerte no es ni un castigo ni una maldición. No hay vida y muerte. Sólo existe la vida, y la muerte es el punto medio de una larga vida. Una vida, que en un momento transcurre en el plano de la esencia, y en otro momento, transcurre en el plano de la manifestación física.

La muerte es un pasaje..Igual que el nacimiento. Uno es un pasaje de ida y el otro es un pasaje de vuelta. Hay una puerta de entrada y una de salida. Y de las dos, la más importante es la de la salida, porque es la hora de la verdad, la hora de rendir cuentas. La vida física es una escuela, y la muerte es el momento del examen final. El momento en el que no podemos ni mentir, ni inventar lo que no aprendimos. Es el momento en el que nos graduamos, o somos reprobado y enviado de vuelta a repetir la lección que no aprendimos.

¿Por qué entonces tanta tragedia cuando llega el momento más trascendental de nuestro paso por la vida física? Cuando estábamos allá en el espacio, la mayoría de nosotros no quería venir, y ahora que por fin llegó el momento de la liberación, no queremos retornar al lugar de donde no queríamos salir. ¿Cómo se entiende esto?

Se me ocurren dos razones fundamentales. Olvido e ignorancia. El olvido nos sume en la ignorancia, y la ignorancia nos lleva a la superstición y la superstición nos lleva a adjudicarle poder a cosas, creencias y personas que en realidad no tienen más poder que el que nosotros mismos les otorgamos.

Despreciamos y miramos despectivamente a pueblos más antiguos o primitivos, porque creen y se preparan para la vida más allá de la muerte, y no nos damos cuenta de que nuestra sociedad moderna y erudita se asienta sobre una cultura supersticiosa de miedo a la muerte. Como creemos que la muerte es un castigo, entonces, ese es el castigo máximo que se nos ocurrió para los criminales y también para los inocentes que piensan en forma diferente.

Ahora bien, cuando una persona es condenada a muerte, ¿a qué la estamos condenando? ¿Cuál es la consecuencia de este castigo en forma de muerte? ¿Es un castigo o una liberación? ¿Es un castigo para la persona condenada o para los familiares que se quedan sin su presencia? ¿Y qué es lo que le espera a quien dicta la sentencia y a quien la lleva a cabo?

Cuando comenzamos a penetrar en la historia íntima del alma y de su evolución a través de los distintos ciclos de vida, muerte y renacimiento, nos damos cuenta de que la muerte no es ni un castigo ni una tragedia. Lo verdaderamente trágico es la forma como nos conducimos ante la muerte y los despropósitos a los cuales somos arrastrados por la ignorancia y el olvido de lo que somos.

No somos el cuerpo. El cuerpo sólo es el instrumento que nos permite manifestarnos en el plano físico y obrar directamente sobre la materia, y la muerte es el abandono de este instrumento, cuando ya hemos cumplido con nuestro propósito aquí en la Tierra.

La muerte es el punto culminante, más sublime y trascendental en la vida de una persona. Es el momento en que el alma en evolución se reunirá con su Padre, llevando el aprendizaje realizado, el fruto de su esfuerzo aquí en la Tierra. Y resulta que, por miedo, ignorancia, olvido y superstición arruinamos ese momento.

Para un lama tibetano, toda la vida es una preparación para la muerte. La práctica espiritual constante, la meditación cotidiana, no tiene otro fin que experimentar la naturaleza esencial del espíritu, para reconocerla en el instante de la muerte. De cómo morimos, dependerá nuestra evolución posterior. Es imprescindible estar conscientes en ese momento, para poder perdonar, perdonarnos y desprendernos de todas las sensaciones, apegos, emociones y pensamientos que puedan arrastrarnos a un estado de existencia inferior.

Los pensamientos y sensaciones en el momento de la muerte pueden programarnos para una vida de sufrimiento y dolor. Un lama procurará liberarse de la necesidad de volver a encarnar. Esa liberación también es posible para cada uno de nosotros y si no lo logramos, al menos tendremos la posibilidad de renacer en condiciones que nos permitan desarrollarnos espiritualmente. De este modo, tal vez nos graduemos en la próxima muerte y obtengamos un pasaporte definitivo para ese mundo de luz.

Ahora bien. Para rendir un buen examen final y graduarnos en el momento de la muerte y obtener la liberación tan ansiada, es necesario respetar ese momento y hacer de él, el acto más sagrado de nuestra vida. Desafortunadamente, empecinados como estamos en derrotar a la muerte, enceguecidos por la soberbia de arrancarle unos días más a la vida, a un cuerpo que ya cumplió con su servicio, y acuciados por la culpa de no cumplir con nuestro deber si no agotamos todos los recursos de la ciencia, violamos impunemente el momento para el cual nos hemos preparado durante toda una vida. Y es en ese momento, cuando se instala la tragedia. "Lo trágico no es morir. Lo trágico es impedir que una persona pueda morir en paz, con dignidad, conscientemente y acompañado por sus seres queridos, para que cada uno tenga la oportunidad de despedirse"

Lo más difícil para una persona que se está muriendo, no es la muerte, sino la soledad, la incomprensión de los otros que no entienden lo que está viviendo y que la duerman, cuando necesita mantener su conciencia despierta.

Imagínense a un enfermo en condiciones clínicas irreversibles, internado en una unidad de cuidados intensivos. El sabe que se va a morir, pero su familia y los médicos no quieren que se muera. Y allí está él, entonces, en un mundo frío y desconocido, lejos de su casa, separado de los seres que ama, conectado a un respirador artificial, su cuerpo ensartado con tubos y catéteres, sondas por arriba y por abajo, electrodos, drogas extrañas circulando por su sangre y las manos atadas para evitar que se arranque todo lo que le insertaron. Su conciencia está obnubilada, su dignidad humillada y su pudor ultrajado. La familia no quiere que se vaya, y los profesionales se juegan su egolatría y su prestigio. Y mientras tanto, él está a punto de desprenderse de su cuerpo y de rendir su examen final. ¡Está a punto de ser llevado ante la Presencia Divina, tal vez obtenga su graduación y a nadie le interesa! Y aquí, no se puede solicitar postergación de la fecha de examen. Es ahora o ahora.

Desesperados por salvar el cuerpo, con el miedo a la culpa y el terror cultural a la muerte cargando sobre nuestras espaldas, nadie percibe la tragedia del alma, que se debate entre el dolor y la congoja de sus familiares, el sufrimiento de su cuerpo atormentado, sus propios miedos y culpas no resueltos y su esperanza de lograr, por fin, la paz y la liberación de sus ataduras carnales.

Se debe hacer todo lo posible para evitar y alejar la muerte de un individuo que tiene todavía, teóricamente, muchos meses o años para vivir. Pero si se sabe que la muerte es ineluctable, la actitud debe ser diferente. Cuando la vida ha terminado, se debe facilitar el pasaje al otro lado del río. Y es allí, en ese punto, donde fallamos. Nacidos y educados en la cultura de la negación y el miedo a la muerte, sélo vemos en ella una enfermedad más, un enemigo a derrotar y no podemos aceptarla e integrarla como un hecho natural y cotidiano de nuestra vida. Nos falta familiaridad con la muerte. Necesitamos aceptarla como un hecho natural, como el resultado lógico de nuestra experiencia aquí en la Tierra, para poder encontrar el punto de equilibrio que nos permita actuar con sabiduría y ecuanimidad.

Un médico con experiencia sabe en qué momento una enfermedad o una condición clínica determinada es irreversible. Sabe que, a partir de ese instante, todo lo que haga será inútil y sólo conseguirá diferir lo que ya es inevitable. Pero en nuestra cultura, el moribundo es visto como un fracaso en el mandato que tienen los profesionales.

Todo podría ser distinto, si aceptásemos, emocionalmente, la realidad de la muerte. Si comprendiéramos que la muerte no es un enemigo a derrotar, sino que se trata del momento culminante de nuestra vida. Es el cierre de la experiencia que se abrió con el nacimiento. Es necesario hacer de ese momento, un ritual, un acto sagrado. Es necesario rodearlo del cuidado y del amor que implica un acto de esa naturaleza. Entonces, todo será mucho más glorioso y ya no veremos los despropósitos a los cuales el miedo y la tecnología nos tienen acostumbrados.

Los maestros tibetanos insisten en que debemos prepararnos para la muerte ahora, mientras estamos en la vida. Pero, ¿qué significa prepararnos para la muerte? Nada más, ni nada menos, que tomar conciencia de nuestro propósito aquí en la vida física. Significa tomar conciencia de nuestra razón de ser y de existir. Significa acordar a nuestra vida cotidiana, una trascendencia mucho más valiosa de lo que lo hacemos habitualmente. Cada acto de nuestra vida puede constituirse en una oportunidad que nos aleje de nuestra negatividad y nos acerque un poco más hacia nuestra propia condición divina.

Meditar sobre la muerte significa tener más conciencia, aquí y ahora. Significa estar conscientes de que estamos aquí trabajando con nuestras falencias y debilidades, realizando nuestro aprendizaje, resolviendo conflictos del pasado y construyendo los peldaños que usaremos en nuestro futuro.

Cada uno de nosotros está realizando su aprendizaje. Tal vez, no sepamos cuál es la lección que estamos tratando de aprender. Pero aún así, lo estamos haciendo. El tomar conciencia de nuestra lección de vida, sencillamente, nos ayudará a que la tarea sea más fácil y efectiva. Por duras o difíciles que sean las circunstancias que nos toquen vivir, es necesario aceptarlas como parte de nuestro aprendizaje. En la aceptación, se evidencia la madurez del espíritu. No somos producto de las circunstancias, las circunstancias están ahí, para que podamos realizar nuestro aprendizaje. Del espíritu con que las abordemos, dependerá si pasamos o no la prueba.

No vinimos aquí a divertirnos. Vinimos a estudiar. Y al terminar nuestra experiencia en esta vida, nos espera el examen final Y así como el alumno que va a la escuela se prepara durante todo el año para el examen de fin de curso, así debemos prepararnos nosotros, para ese examen que es la muerte. Y esa preparación nos llevará toda la vida. Y, al igual que el alumno estudioso no siente temor porque sabe que se ha preparado a conciencia, así nos sentiremos nosotros, cuando lleguemos al momento de nuestra muerte. El miedo sólo lo experimentarán los alumnos que dilapidaron su tiempo, creyendo que eran más pícaros, porque se divertían mientras los otros estudiaban.

Necesitamos una práctica espiritual constante a lo largo de esta vida, para abordar la muerte y el espacio entre vidas en las mejores condiciones. A través de la meditación, de la práctica espiritual, podemos purificarnos, podemos desprendernos de nuestros apegos y reconocer la verdadera naturaleza de nuestro espíritu. Si no lo hacemos, cuando llegue el momento de la muerte, la fuerza del karma nos arrastrará, sin que tengamos ninguna posibilidad de elección.

Necesitamos hacer de la muerte un ejercicio espiritual. Si estamos listos, la muerte nos liberará de la prisión que es este mundo de aprendizaje y sufrimiento. Es importante conocer el proceso de la muerte. Es como conocer la hoja de ruta con todas sus señales. Ahora, a través de las experiencias que vivimos podemos tener una idea más precisa de la muerte en sí y del camino a recorrer, una vez que dejamos el cuerpo.

Para quien muere sin preparación espiritual, la angustia y el sufrimiento son inevitables. Esta angustia se origina, en su mayor parte, en nuestra ignorancia y apego a la vida material.

En el momento de la muerte, podemos alcanzar la liberación. Si fracasamos, es porque no nos liberamos y si no nos liberamos, es porque nos apegamos a viejos hábitos que se convertirán en el núcleo de nuestra próxima vida. Nuestra vida futura estará desde ya condicionada por esos hábitos. Cuanto más nos liberemos de esas actitudes, mayor será nuestra libertad de acción pudiendo acceder entonces a un renacimiento mejor. La muerte nos da la oportunidad de acceder a una condición de existencia infinitamente mejor que aquella que conocemos hasta ahora.

El punto decisivo es cómo morimos y, para eso, el estado del espíritu en el momento de la muerte es de fundamental importancia. Es esencial que el espíritu no sea distraído ni perturbado. Es la ocasión para el perdón, la puesta en orden de los asuntos no cumplidos y, por sobre todo, el abandono del apego. Es esencial mantener la conciencia lúcida en el momento de la muerte. Si la conciencia se interrumpe, se borra la memoria y entramos en otra dimensión sin una referencia conocida. Y para mantener la conciencia lúcida es requisito imprescindible que tanto los médicos como los familiares acepten la muerte como el desarrollo natural de los acontecimientos, sin intentar salvataje en el último momento.

Es habitual que, cuando una persona llega a la muerte con mucho dolor y sufrimiento, se le apliquen sedantes para que no sufra y para que no se dé cuenta de lo que está pasando. ¡Justamente! ¡Necesitamos todo lo contrario! Está bien calmar el dolor. Pero una cosa es aliviar el dolor y otra cosa es borrar la conciencia. Necesitamos darnos cuenta, paso a paso, de todo lo que está aconteciendo y, entonces, haremos nuestra transición, como si fuera un ejercicio de meditación. Tomaremos una inspiración profundas y, al exhalar, nos dejaremos ir, como si fuéramos un globo que se suelta en el aire.

Todo lo que necesitamos es familiaridad y aceptación de la muerte como un hecho natural. Vivir la muerte como un rito de pasaje. y todos podemos hacerlo. Para un practicante, el momento de la muerte es el punto culminante de su vida espiritual. Es el momento para el cual se preparó toda su vida. Es suficiente con hacer de la meditación, una práctica cotidiana y tomar así conciencia de nuestra esencia espiritual. Es salir de la letargia y del olvido y entrar en el despertar.

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EL ÁRBOL DE LA VIDA

Esta es una publicación gratuita de los alumnos en Argentina del Maestro de Meditación Sahu Afi Merek.

El siguiente contenido es extracto de sus enseñanzas, impartidas durante 28 años por el Maestro para el enriquecimiento de nuestra mente y espíritu.

¿Qué hago con mi soledad?

La soledad siempre duele, y ese dolor provoca sentimientos contrapuestos. Veamos por ejemplo tres situaciones raíz, dentro de las posibilidades más, comunes que la soledad nos ofrece para poder estudiarla y resolverla.

1) Tenemos, en primera instancia, a la persona con una firme voluntad de superar este sufrimiento, buscando en todas las opciones de encuentro y relacionamiento posibles una solución concreta que le permita salir de ese estado, sea esta orientada al amor, a la amistad o a ambos. En donde todos los que llegan son incorporados como amigos o potenciales amores, siendo en definitiva, la vía rápida para darle un equivocado valor a cada uno de estos recién llegados.

2) Hace poco tiempo vino a verme una mujer joven que deseaba modificar una conducta que le preocupaba muchísimo. Ella se estaba encerrando cada vez más en si misma y me decía: %o estoy pudiendo salir. Me estoy acostumbrando a la soledad y convivo día a día con el miedo de abrirme a gente nueva, porque no quiero que me dañen más. He dado tanto en mi vida sin esperar recibir, que cuando necesité y me devolvieron, no recibí ni siquiera una pequeña parte de lo que había entregado. Y esto me ha provocado muchísimo sufrimiento, ya no quiero que me usen más"

3) Se nos presenta una tercera opción, la situación en dónde muchas personas se sienten terriblemente solas, siendo que, paradójicamente y al mismo tiempo, están rodeadas de familia, novio, esposa, hijos, amigos, etc., pensando: "¿Cómo puede ser que me sienta tan solo en algunos momentos, siendo que estoy rodeado de tanta gente y supuestamente también de su afecto? ¿Cómo todo esto no me llena, no me llega y me hace sentir así?"

Obviamente, la soledad es un hecho, se manifiesta en sensaciones internas y abarca la mente y el corazón causando dolor y angustia a ambos.

¿Qué hacer? ¿Cómo transformar esa energía negativa en un motor positivo de cambio?

Dentro de las tres opciones mayoritarias que encontramos en este gran capítulo de la vida llamado soledad, la opción del primer ítem contiene una parte de buen y sano impulso, pero la conforma otra parte de angustiante desenfreno motivado por el miedo a experimentar el frío de la soledad. Y esto lleva a quien así hace y siente, a correr muchos riesgos dentro de esas nuevas relaciones. Primero de todo le abre las puertas de su vida al primero o primeros que aparecen, lo cual le lleva a tener que soportar formas de ser que no comparte, y situaciones que llegan a veces hasta a ser desagradables, pero las tolera pagando un precio carísimo con tal de estar en compañía. Ni hablar de cuando actúa en base a: "Hago lo que los demás me dicen que haga, porque si no, es posible que se enojen y me abandonen".

Estas situaciones llevan irremediablemente a la desvalorización de la persona, donde se pierden los valores propios al incorporar obligatoriamente valores ajenos, con los que comienza a regir su vida, convirtiéndose en una esclava de quienes le rodean. Y a su correspondiente despersonalización, que representa la pérdida de la personalidad al dejar de tomar decisiones propias, ya que otros lo hacen, dejando así en manos ajenas el destino y la vida.

La segunda opción nos habla de una persona en donde el miedo a que la usen, la defrauden y sometan es mucho más agudo y obsesivo, ya que le provoca angustias y las depresiones son muy fuertes y continuas. Ya que su pensamiento es doble, ambivalente, una parte sí quiere relacionarse, pero la otra se niega rotundamente a exponerse nuevamente al fracaso del amor o la amistad. Y en estos casos de fuerte obsesión motivada por el miedo, casi siempre gana "La que ya no quiere", y las ganas de estar en soledad se transforman en un escudo mentiroso "En contra de los que me han fallado y desilusionado, por eso yo no me entrego más a nadie". Pero la experiencia nos enseña que a pesar de ese escudo autodestructivo, el dolor por la soledad es mucho más terrible aún y crece y crece más cada vez.

Y en la tercera opción, nos encontramos con esta soledad en compañía, donde la personalidad de quien así se siente experimenta sensaciones de vacío constantes, y cree que a los demás no les interesa lo que le pase a ella o a él (lo que en algunos casos es cierto). Entonces, nos hallamos frente a arranques de agresividad ocasionados por no poder definir en forma clara que le sucede, y le cuesta mucho llenar ese gran vacío que siente, cargando sus pensamientos de incontable cantidad de porqués, frente a los cuales, casi a ninguno encuentra la respuesta que necesita. Aquí el dolor es muy fuerte y tiene una antigüedad histórica en la vida de quien esto sufre que puede datarse en muchos años, originándose posiblemente en la niñez o en la adolescencia.

¿Cómo poder salir, pues, de este abrazo gélido y asfixiante que es la soledad, frente a, cómo dijimos antes, estas tres opciones que son multitud en la mente de mujeres y hombres?

Tenemos claro que las personas que así sienten entran al mundo de la soledad en base a una imposición. Están obligados a vivirla, ya sea porque ellos quieren salirse de ésta y no pueden, porque se les impone o porque caen una y otra vez en el aislamiento, por causa de regalar al mejor postor sus dones y valores, saliendo lastimados de esta puja. Comencemos actuando en pensamiento, mirando hacia quienes nos rodean, si se nos han impuesto, si no sentimos lo que nos dan o dicen que nos dan porque no es suficiente, o porque frente a lo que recibimos, esperamos mucho más, y si los volveríamos a elegir.

Es importante que cada ser comprenda que vale muchísimo y que cuando permite la entrada a su corazón a gente nueva, lo debe hacer en el entendido de que la relación se basa en un enriqueci­miento mutuo, y en donde desde el Yo en soledad, cada uno debe acercarse pagando en actitudes y palabras lo que vale, o sea, mucho. Cuando la soledad nos controla, la mejor estrategia es hacer un hueco en el dolor que nos provoca, decretar en nuestra vida el cero absoluto, la soledad sabiamente elegida, para, en ese espacio planificar sin pasiones, ni locuras nuestra estrategia. Orientada ésta a lograr la compañía en el amor, en la amistad, sabiendo que le hemos quitado el poder al dolor, estructurándonos con valores de orden, para que nos permita ver que cada decisión que estamos tomando no nos está destruyendo.

Y si una vez que gritamos hacia los que están afuera a través de ese hueco, realmente nos quieren, seguramente nos van a comprender y podremos entonces celebrar ese maravilloso enriquecimiento del cual hablé antes. Quien no esté dispuesto a pagar por ti lo que vales, no te sirve ni se sirve a sí mismo, porque quiere decir que él desconoce su valor, y por creer que vale poco, te va a tratar a ti de la misma forma que él se trata.

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EL TEMPLO INTERIOR - TÉCNICA DE VISUALIZACIÓN

Es una técnica muy antigua a través de la cual conseguimos aquello que nos proponemos o deseamos.

Lo primero que debes realizar es una profunda relajación, así que tómate todo el tiempo que necesites para ello. Se trata de que al final llegues a un punto en el que casi te quedes dormido. Recuerda que para ello es muy importante hacer una respiración adecuada.

La visualización consta de lo siguiente:

Una vez totalmente relajado, visualiza un camino de tierra que va en línea recta. Si quieres y dominas bien la imaginación, también puedes ponerle un bonito paisaje a ese camino.

Cuando lo tengas ya en la mente, visualiza como comienzas a avanzar a través de él. Sabes que ese camino te llevará a tu templo interior, un lugar mágico donde haces que todos tus deseos se hagan realidad. Así que sigue andando hasta que llegues a él.

El templo interior no es una imagen prefijada sino una imagen que tu formarás porque es algo totalmente personal. Puede ser del tipo que sea, con los colores que prefieras y el tamaño que a tí te parezca. Sea como sea, lo que importa es que lo visualices totalmente, así que tómate bastante tiempo para descubrir cómo es tu templo interior.

Una vez que lo hayas visto, entra dentro y repite el proceso de observación de cómo es. Fíjate hasta en el último rincón.

Luego avanza por su interior, por donde tú consideres hasta llegar a una fuente mágica.

En este caso, al igual que con el templo, tú decides cómo es esa fuente mágica. El único requisito es que tenga agua cristalina y en calma, donde te puedas ver reflejado.

Sitúate delante de la fuente cuando ya la hayas observado y visualiza reflejado en el agua tu deseo. Puede que sea una imagen, una palabra o un símbolo; pero sea lo que sea lo que quieres reflejar en la fuente ha de ser algo muy concreto y que tengas muy claro. Después pon todo tu poder de concentración y confianza en lo que estás visualizando en la fuente, y cuando consideres que ya has impreso la energía necesaria para que se cumpla, sal del templo y regresa por el camino que llegaste a él.

Cuando estés en el punto de partida, abre los ojos y dí: "YA ESTA HECHO".

No tardarás en obtener resultados siempre y cuando no dudes ni te sientas inseguro al respecto.

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FORMULAS PARA ARMONIZAR LA SALUD

La Cábala puede utilizarse para mejorar el estado general del organismo a través de un método muy sencillo, pero que debe aplicarse con sumo cuidado. El poder de las sefirot es tan grande que puede invocarse y aplicarse como complemento de las indicaciones y recomendaciones del médico. Las enfermedades, muchas veces, no son más que la expresión visible de los desequilibrios energéticos que se producen los planos emocional y espiritual. La idea es utilizar el poder específico que se despierta al trabajar con cada sefirá para armonizar nuestra salud.

EL CUERPO Y LAS ENERGÍAS DE LAS SEFIROT

Cuando comiences a trabajar y contactarte con tus diferentes niveles de conciencia, seguramente advertirás que cada uno de ellos domina una parte determinada de tu ser físico o emocional.

Una forma de conocer las correspondencias físicas es a través de la asociación astrológica de ciertas partes del cuerpo físico con los planetas. Por eso, si conoces qué nivel de conciencia te conecta a la energía relacionada con el planeta y su correspondiente energía en el cuerpo físico, puedes activar ese nivel para asistir y acelerar la curación. Si una zona particular del cuerpo está desequilibrada, puedes devolverle la armonía contactándote con el nivel de conciencia correspondiente.

Si hay un problema en el área del corazón y de los pulmones, por ejemplo, puede estar indicando una influencia o desequilibrio del. Sol o la Luna. El Sol rige el corazón y los pulmones, y la Luna gobierna los pulmones y el estómago. En ese caso, puedes conectarte con aquellas energías de tu Árbol de la Vida que están reflejadas en el Sol o la Luna. Para el Sol, conéctate con Tiferet, para la Luna, con Yesod.

Utiliza el siguiente cuadro 'de correspondencias para ubicar cuál de los niveles de conciencia te abre las puertas de la sanación a cada uno de los males que pueden afectar el cuerpo físico y emocional:

MALKUTH (Tierra): Donde todas las enfermedades se manifiestan.

YESOD (Luna): Pechos, pulmones, ovarios, estómago, menstruación, todas las enfermedades psicosomáticas.

HOD) (Mercurio): Sistema nervioso, manos, cuerdas vocales, tiroides, respiración, plexo solar, problemas mentales.

NETZACH (Venus): Atractivo físico, pelo, piel, riñones, sistema reproductivo, timo, esqueleto.

TIFERET (Sol): Corazón, espalda, presión arterial, circulación, columna vertebral.

GEBURAH (Marte): Glóbulos rojos (anemia), vías respiratorias, sistema muscular, glándulas suprarrenales, temperatura.

CHESED (Júpiter): hígado, caderas, muslos, intestinos, nutrición celular, formación de hemoglobina.

BINAN (Saturno: Piel, huesos, articulaciones, dentadura, audición, tendones, vías respiratorias (congestiones)

CHOKMAH (Urano): Lado izquierdo del rostro, hemisferio del equilibrio, glándula pituitaria.

KETHER (Neptuno): Cráneo, chacra coronario.

Procedimiento de sanación paso a paso:

1) En primer lugar debes armonizar la habitación donde trabajarás, con velas e incienso y música relajante. Prefiere los colores asociados al nivel de conciencia que desees invocar; por ejemplo, si pretendes ¡invocar a Binah, encenderás velas de color negro. Pero ésta no es una regla imprescindible.

2) Al principio será conveniente que prepares el cuerpo, la mente y el aura realizando el ejercicio del Pilar Medio o el de la Cruz Cabalística. Cuando estés entrenada en lograr rápidamente un estado definido de conciencia, bastará un ejercicio más breve de concentración, ya sea a través de la respiración aquietante (recuerda siempre exhalar hasta el final todo el aire a través de la nariz y dejar que nuevamente el aire entre por ella, e infla tu abdomen suavemente sin forzar hasta que una nueva exhalación sea necesaria) o simplemente los ojos y focalizando en el tercer ojo.

3) Cuando hayas logrado un estado de relajación absoluta y te encuentres completamente energizado y receptivo, de modo que te hayas convertido en un canal energético -un medio a través del cual todas las energías pueden manifestarse-, estarás lista para proceder a la tarea de realizar una sanación.

4) Concéntrate en la sefirá que corresponda a la zona afectada y repite el nombre de la fuerza de Dios correspondiente; visualiza su color, su energía poderosa, mientras emana de la zona del cuerpo donde esté localizada y se distribuye desde allí hacia el resto del aura.

5) Invoca al Arcángel y a las fuerzas angélicas que trabajan en ese nivel para pedirles protección y que limpien la zona de cualquier desequilibrio energético, que puede estar provocando la enfermedad.

6) Pide al Arcángel correspondiente a ese nivel, que te responda cuál es la causa del problema y que te señale el camino para corregirla en el plano físico.

7) Al hablar con el Arcángel, permítele que te ayude a descubrir cuáles son las emociones que has permitido que te afecten, o al enfermo en cuestión, y que han provocado la manifestación física del malestar o la enfermedad. Cuando la respuesta aparezca no la discutas, acéptala aunque en ese momento no puedas ver la relación que hay entre ella y la enfermedad. La explicación racional llegará más adelante, seguramente cuando ya no la necesites.

8) Permite que la energía de ese nivel restablezca el equilibrio de la zona afectada. Para esto tienes dos caminos:

a) Uno es seguir tu intuición para realizar las prácticas que te puedan ayudar en ese momento: colocar la mano para dar calor a la zona afectada o realizar un masaje descontracturante. Visualiza la luz de la sefirá creciendo en intensidad hasta enceguecerte. Vela, siéntela, imagínala quemando los sentimientos negativos que han congestionado la zona. Percibe como la energía de la luz inunda el área afectada, llenándolo con la energía curativa. En caso de realizar la sanación a otra persona, visualiza lo mismo sobre la imagen de ella. Siente el alivio que llega al armonizar su cuerpo y restablecer el equilibrio de las energías.

b) El segundo modo de hacerlo es solicitar al Arcángel que provea la energía curativa. Hazlo con firmeza y convicción. Visualiza a este enfermo Ser de Luz llegado hacia ti -o la persona a sanar-, tocándote y bendiciéndote. Siéntete envuelta en un abrazo de amor y fuerza que fluye incondicional y libremente hacia a través tuyo, para restablecer su equilibrio y devolverte la salud. Agradece al maravilloso ser la ayuda que te ha proporcionado.

9) Recuerda que ninguno de estos procedimientos debe realizarse para suplantar la asistencia médica profesional ni los métodos terapéuticos apropiados. Lo que has hecho es aceptar la responsabilidad que te cabe por tu salud y bienestar; esto significa reparar en que si una enfermedad se ha manifestado, es porque has creado y concentrado la energía que le 'permitió manifestarse. Y si la creaste, también puedes modificarla, trabajarla, manipularla.

En tu interior hay enormes poderes para hacer que la salud circule libremente. Cuando puedas reconocerlo, habrás dado un paso enorme en el proceso de sanación.

SEFIRA ARCANGEL COLOR

Malkuth Sandolfon Vela amarilla, oliva, bordó o negra.

Yesod Gabriel Vela violeta

Llod Miguel Vela anaranjada

Netzach Haniel Vela verde

Tiferet Rafael Vela amarilla

Geburah Kamael Vela roja

Chesed Tzadkiel Vela azul

Binah Tzaphkiel Vela negra

Chokmah Raziel Vela gris

Kettier Metatron Vela blanca

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Continuará.....

Cuadernillo N° 36 – Parte 1

· Rompiendo las ataduras

§ Los 12 principios de liberación

· Cuento esotérico para la iluminación

§ El Jardinero y el Forastero

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ROMPIENDO LAS ATADURAS - LOS 12 PRINCIPIOS DE LIBERACION

Todo y todos formamos parte de un gran plan cósmico que tiene sus propias leyes. Contravenirlas nos condena a vivir infelices, atrapados en creencias y contradicciones que nos mantienen presos; conocerlas y ponerlas en práctica nos conduce a lograr el propósito último por el cual estamos aquí: evolucionar. Y los 12 Principios de Liberación nos ayudan a conseguirlo.

Todo lo que nos ocurre en la vida es producto de nuestras acciones, pensamientos, sentimientos y palabras. A través de ellos emanamos vibraciones y, consecuentemente, atraemos la misma energía generada, pero multiplicada. Somos los arquitectos de nuestro propio destino. Nuestra vida de hoy es fiel reflejo de nuestras acciones del pasado: la cosecha que hemos sembrado a nivel individual o colectivo.

En los últimos cien años hemos avanzado a pasos gigante en términos tecnológicos y materiales, pero va siendo hora de que también asumamos la "mayoría de edad" en sentido cósmico, de que nos cuestionemos cuál es el propósito real por el que estamos aquí. Todos somos parte del Gran Plan de la Creación, y sí cada uno asumiera tan sólo la tarea que le corresponde, la Tierra se colmaría de luz y vida. Para este propósito sirven los 12 Principios de Liberación, para liberarnos de las creencias y conceptos erróneos que nos mantienen presos.

1) EL TODO ESTA EN TODO.

El todo está en todo. El todo está en todas las cosas. Cuando ayudas a los demás a evolucionar, también evolucionas tú.

Hemos venido a este mundo para evolucionar, y esto implica esforzarse en la formación del alma. Para ello, debemos evitar dejarnos llevar por las apariencias del mundo físico y vivir encandilados por lo que muestran los sentidos, ya que ello supone un impedimento para el desarrollo del alma porque este estado nos hace actuar como autómatas, inconscientes de que casi todo lo que hacemos es parte de la programación preestablecida.

Son precisamente estos estados de "sueño", involución y existencia mecánica de los que hay que liberarse para dejar salir a la luz nuestro propio "yo", ese que se manifiesta coherentemente en lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos. Evolucionar es emprender el camino de regreso al "hogar universal".

Nosotros formamos parte del Universo y éste ha sido creado para evolucionar. Una semilla evoluciona y se convierte en árbol, un niño se transforma en hombre... pero puede suceder que la semilla no crezca o que el niño tampoco. Por lo tanto, la evolución implica, respetando el libre albedrío de cada cual, la posibilidad potencial de permanecer inerte e incluso de involucionar.

En cada reino del Cosmos, en cada criatura existente, hay una sola vida. La misma vida que late en uno se encuentra en los demás y viceversa. El Todo está en todo y en todas las cosas. No se puede frenar la evolución, ni tan siquiera la de una partícula de vida, porque se estaría yendo en contra de la propia vida.

La Involución ajena nos afecta de la misma forma que la evolución propia incide en los demás. Por tanto, estamos obligados a contribuir a la evolución de todos los seres (incluida la propia) y cosas, pero hay que hacerlo según el patrón que corresponde a cada uno. De este modo si una persona ya tiene algo ganado, ayudarla a manifestar ese algo no representa evolución para ella. Si lo es, en cambio, incitarla a desarrollar, a través de la voluntad, otras facetas que le resulten más costosas.

2) FORZAR UNA FINALIDAD PRODUCE EL EFECTO CONTRARIO

Si fuerzas algo hacia un fin produces lo opuesto. Todo lo que se quiere lograr tiene un precio justo que ha de ser pagado con empeño, trabajo, esfuerzo, voluntad o de cualquier otra manera, pero sin forzarlo.

En incontables oportunidades deseamos cosas, tenemos ideas brillantes, pero a la hora de llevarlas a la práctica obtenemos como resultado lo opuesto a lo que pretendemos Pocas veces nos detenemos a pensar por qué se produce esto. Y es que todo en la vida tiene un precio que, tarde o temprano, voluntaria u obligatoriamente, hay que pagar.

En el caso de los seres humanos, los objetivos deseados se pueden cumplir sólo cuando existe un equilibrio entre la fuerza evolutiva o mental y la involutiva o emocional. La parte consciente de nuestra mente posee las ideas y tiende a desarrollarlas, mientras que las emociones constituyen la fuerza para ponerlas en práctica.

Sin embargo, estas últimas prefieren permanecer en lo seguro, en lo ya conocido. La fuerza emocional pocas veces acompaña a las ideas porque se encuentra atrapada en el subconsciente debido al miedo, la inseguridad, los traumas del pasado, los asuntos sin resolver y un cúmulo de ataduras de las que hemos de liberarnos. Las consecuencias de esta lucha las paga el cuerpo físico desarrollando dolencias y enfermedades.

Cuando el aspecto emocional sobrepasa al mental, se suelen forzar situaciones. Y al contrario, cuando el aspecto mental sobrepasa al emocional, falta apoyo para llevar a cabo lo que se quería hacer. En ambos casos el resultado que se obtiene es el opuesto al deseado.

3) SER CONSCIENTES DE NUESTRAS POSIBILIDADES REALES

En caso de una fuerza mayor, retorcerle, espera a que ésta se debilite y luego avanza con resolución.

Muchos de los golpes que nos da la vida son consecuencia de nuestra incapacidad para prever fuerzas mayores. Pero éstos son en realidad el precio que pagamos por acciones del pasado, a la par que lecciones que nos permiten evolucionar.

Si no nos detenemos ante ellas para preguntarnos por qué están ahí, si no discernimos cuándo hay que retroceder, parar o avanzar, estas "fuerzas de choque" nos golpean. Por tanto, es importante analizar, ser humilde y saber retirarse a tiempo. Además hay que intentar resolver la situación con una nueva posibilidad que implique el equilibrio entre las fuerzas mentales y emocionales.

En general, cuando las personas subestiman algo es porque su mente hace que se sobreestimen a sí mismas, con lo cual la fuerza las golpea. Y por el contrario, cuando sobreestimamos algo es porque las emociones hacen que nos subestimemos a nosotros mismos, por lo que la fuerza nos paraliza.

4) MANTENER EL EQUILIBRIO EN LA "RUEDA DE LA VIDA"

Las cosas van bien cuando marchan en conjunto, cuando se desarrollan armónicamente y no aisladamente.

Todos anhelamos "vivir en paz y en armonía", pero en tanto a cada aspecto de la vida (uno mismo, la familia, el prójimo, el mundo...) no se le otorgue conscientemente el interés, tiempo y esfuerzo que merecen, la "rueda de la vida" no fluirá por sí misma, sino que necesitará constantes fuerzas de choque que vayan limando los malos hábitos hasta convertirnos en seres humanos equilibrados, con una ordenada escala de valores.

5) SUPERAR LAS CONTRADICCIONES

Si para ti está bien el día y la noche, el invierno y el verano, el frío y el calor y todos los pares de opuestos, habrás superado tus contradicciones.

Este principio se ilustra con la llamada Ley del Péndulo: cuando se busca cualquier punto que no sea el equilibrio, automáticamente se obtiene el opuesto. Y es que todo lo que nos disgusta en el mundo está en nosotros, en algún punto no equilibrado del péndulo.

Sin embargo, una persona con muchas contradicciones podrá buscar la semilla del equilibrio.

La conclusión es que cada uno debe superar sus contradicciones aprendiendo a adaptarse a todo e intentando sentirse bien ante cualquier circunstancia externa. Alguien que se encuentra igual de cómodo durmiendo en un hotel de cinco estrellas que haciéndolo en una humilde choza o al aire libre, será realmente una persona feliz.

6) SUSTITUIR EL PLACER POR EL AUTENTICO GOZO

Si persigues el placer te encadenas al dolor y al sufrimiento, pero mientras no perjudiques tu salud física, emocional, mental, sexual y espiritual, y mientras no perjudiques a tu prójimo para conseguir placer, podrás disfrutar cuanto quieras con libertad, cuando la oportunidad se presente.

Placer es toda cosa que deleita y que, mal asimilado, termina por convertirse en vicio. Pero el placer, siempre efímero, no está en aquello que perseguimos, sino en la intención que hay detrás de ello. Placer y dolor son las caras de una misma moneda.

En contraposición a ello se encuentra el gozo, cuya naturaleza es permanente, unitiva y carente de polaridad. El gozo implica disfrutar de las oportunidades que presenta la vida. El gozo es salud y puede transmitirse a otros, mientras que el placer es efímero.

7) NO HAY GRANDES METAS, SI GRANDES PASOS

Si persigues un fin te encadenas, pero si haces cada cosa como si fuera un fin en si misma te liberas.

Si somos capaces de renunciar a las falsas metas y buscamos las verdaderas, nos será revelado el propio plan de vida. Además, si cada paso que damos para lograr un ideal determinado lo consideramos como un fin en sí mismo, se producirá una auténtica liberación, no sólo porque la meta será verdadera, sino porque estaremos pagando su precio con nuestro propio esfuerzo. No interesa, pues, el resultado, sino cada acción en sí misma.

8) BUSCAR LA RAIZ DEL CONFLICTO

Podrás superar tus conflictos y contradicciones cuando los entiendas en su raíz y no cuando trates de resolverlos.

Siempre estamos intentando resolver los inconvenientes, dificultades, obstáculos, problemas, contradicciones y conflictos que se nos presentan y precisamente por eso vivimos esclavizados.

Sin embargo, los cuatro primeros: inconvenientes, dificultades, obstáculos y problemas, constituyen oportunidades para evolucionar. Las contradicciones y conflictos nos impiden avanzar porque son elementos sobre los cuales pensamos de una forma determinada, aunque su realidad cósmica sea otra bien diferente. Por tanto, estamos hablando de fuerzas mayores con las que chocamos.

Si imponemos nuestro criterio en relación a un tema y no buscamos su verdad, chocamos con estas fuerzas y provocamos lo contrario a lo que buscamos, creando un conflicto. y al revés, si sabemos lo que el Cosmos ha previsto para cada situación, el conflicto desaparece porque habremos llegado a su raíz.

9) LA LEY DE CAUSA, EFECTO Y FIN

Si perjudicas a tu prójimo te encadenas.

Nadie consciente, despierto y alerta perjudican al prójimo. Pero cuando caemos en la inconsciencia, si podemos hacer el mal. Para contrarrestar esto el Cosmos ha ideado la Ley de Causa, Efecto y Fin, mediante la cual todo lo que se le haga al prójimo -bueno o malo- volverá a uno multiplicado con creces.

Por tanto, si hemos sembrado mucha inconsciencia, habremos de transmutarla a través de acciones que impliquen el reconocimiento y arrepentimiento por lo pasado.

10) AMAR A NUESTROS ENEMIGOS

Trata a los demás como quiera que te traten a ti.

Amar a quien nos agrada es fácil, pero amar al enemigo requiere fuerza de voluntad. El desarrollo de la empatía y la armonización de cualquier aspereza que se tenga en la relación con los otros, es de suma importancia, porque evita que caigamos en la peor de las enfermedades: la soledad. Es además un factor determinante en el desarrollo de la fuerza de voluntad.

11) LOS BANDOS NO EXISTEN

No importa en qué bando te hayan colocado los acontecimientos de la vida, lo importante es que comprendas que tú no has elegido ninguno de ellos.

No hemos elegido nada en la vida: ni los padres que tenemos, ni la sociedad en la que crecimos, ni ninguno de esos factores que nos hacen sentir orgullosos de lo que somos. Por ello no debemos creernos superiores o inferiores a los demás, y mucho menos criticarlos, ya que todos nos encontramos en el mismo barco.

Todo lo que nos sucede lo ha atraído nuestra esencia (lo que se ama o teme), y no nuestra personalidad, y lo ha hecho con el propósito de que evolucionemos. Y sólo cuando se viven las circunstancias conciliando lo que la esencia atrae con al diligencia de la personalidad, es posible conformar el "yo" real capaz de evolucionar.

Los que se identifican extremadamente con uno u otro bando en la vida, se vuelven fanáticos.

12) ACUMULAR ACTOS UNITIVOS

Los actos unitivos y contradictorios se acumulan en ti. Si acumulas tus actos de unidad interna ya nada podrá detener tu liberación y vuelta al hogar universal; serás como una fuerza de la Naturaleza que no encuentra oposición a su paso.

Todo acto contradictorio es aquel en el que lo que la mente desea no se ve apoyado por las emociones o la acción física. Un acto unitivo, en cambio, implica ser consciente del deber y estar apoyado por la fuerza emocional y física, equilibrándose así perfectamente lo que queremos, lo que podemos y lo que hacemos, algo que nos acerca a la propia esencia.

La acumulación de actos unitivos conduce a la evolución, la de actos contradictorios a la involución. Asimismo, los primeros atraen otros actos unitivos, algo que sucede también con los segundos: que generan más actos contradictorios.

Ambos son como depósitos bancarios: producen intereses y representan el capital con el que contamos para invertir en más actos de una u otra índole. Y como los pensamientos crean realidades, la conciencia unitiva o contradictoria de cada uno generará las diferentes realidades -unitivas o contradictorias- en las que nos vemos inmersos.

*****

CUENTO ESOTÉRICO PARA LA ILUMINACIÓN - EL JARDINERO Y EL FORASTERO

PROLOGO: Pocas veces estamos en presencia de una obra de la sabiduría tan exquisita.

El Jardinero y El Forastero es un gran cuento esotérico que espera que Ud. lo devele. Cada uno podrá llegar con su conocimiento a "su" estado de conciencia particular... algunos se quedarán con la narración, otros con el sufrimiento del buscador, los más avanzados dirán: me siento identificado con lo que le pasa al Forastero... pero muy pocos tomarán real conciencia de que este cuento ha llegado a su vida de la mano de sus Grandes Maestros de la Luz, que quieren verlo a Ud. limpiando su Jardín de malezas, detectando las semillas extrañas y retirando de allí los pájaros que lo pueden arruinar todo.

Este texto es una experiencia única, que nos enseña: Humildad, Respeto, Amor y desapego.

Ud. se puede transformar en un Iluminado, todos podemos, y ser quien siempre semillas de luz por doquiera que vaya, para que hermosas flores crezcan en el Gran Jardín de Dios.

Firmado: Un Discípulo del Gran Jardinero

EL JARDINERO

La escena es imponente. Toda la Tierra aparece blanca, cubierta de un grueso manto de nieve. No hay ni una hierba, ni un árbol que permitan al viajero recordar que aquellas cosas existen. Sólo la blancura perdiéndose en el horizonte.

Desde lejos, el viajero se destaca como un punto negro, en aquella inmensidad, pequeño, solo.

Pero acerquémonos a él. Algo muy importante debe haberlo llevado hasta ese paraje. Una fuerza superior lo debe sostener, pues sólo un corazón muy valiente puede atreverse a enfrentar esta soledad. Escuchemos lo que piensa, unámonos a él, en este difícil peregrinaje:

"¡Dame fuerzas, Dios Mío! ¡No me abandones! Muchos días llevo en este sendero, y solo encuentro soledad, frío, desesperación. ¿Me habré equivocado de camino? ¿Me habrá engañado la voz que escuché? Mi visión cada vez se acorta más. La niebla y el viento blanco me cierran el paso. Pero mi determinación está tomada: si no encuentro lo que busco, aquí me quedaré. Cuando se ha visto por un instante la luz, ya no se puede vivir sin ella".

Así pensaba el viajero, mientras con paso cada vez más débil, seguí la difícil ruta. La nieve se arremolinaba ante él. Lo envolvía como queriéndolo detener, para que no llegara a su meta.

De pronto su pie resbala y su agotado cuerpo cae. Queda postrado de rodillas en el suelo inmaculado. Sus ojos ya casi no ven. La desesperación va ganando su corazón. Pero entonces el viento barre un poco la niebla que lo envuelve, y algunos pasos más adelante hay algo: un contorno borroso que se confunde con la blancura de la nieve. Pero no cabe duda, allí estaba lo que el viajero buscaba.

"¡Gracias, Dios mío! ¡No me has abandonado!"

Se levantó lentamente. Y a no sentía el cansancio. Las dudas se habían disipado. Avanzó extasiado. A su paso el suave viento se iba abriendo, dejando ver una alta muralla que se perdía hacia ambos lados. Frente a él se destacaba un portal de gruesas maderas. Nuestro viajero se acercó cauteloso, tras unos instantes de vacilación. Se irguió con decisión, golpeó una, dos y tres veces. Luego silencio. La espera.

¿Le recibirían, lo considerarían digno? Todo era tan desolado, tan desierto, que llegó a preguntarse sí realmente viviría alguien allí. El frío y la duda se hacían sentir cada vez más. El tiempo transcurría, y nada. Llamaría nuevamente.

Ya lo iba a hacer, cuando percibió un leve crujido y vio que una pequeña ventanita se abría. A través de ella pudo ver un par de ojos que lo observaban atentamente. Luego sin cruzar palabra, se volvió a cerrar. Y después la gran puerta se entreabrió pesada, lenta. Tal vez hacía mucho tiempo que no se abría.

El sol brillaba esplendoroso iluminando los bellos jardines. Reinaba una armonía que se podía oler, palpar, respirar. Todo estaba rodeado por caminos trazados por entre las plantas y las flores. En los lugares más apartados se veían cómodos bancos que servían de reposo y lugar de meditación a los habitantes de ese lugar. Se percibía un silencio muy especial, en el que se escuchaba algo indefinido, tal vez una melodía. Era un silencio lleno de vibraciones calmantes, relajantes. A lo lejos se divisaban grupos de casas blancas con grandes galerías. Por ellas iban y venían sus habitantes, dedicados a sus tareas.

Lentamente el viajero cobró conciencia de sí mismo. Entonces buscó a su alrededor alguien a quién dirigirse. Nadie había cerca. Sorpresivamente en un recodo del camino se encontró con un anciano que con gran atención estaba trabajando la tierra.

El viajero se detuvo esperando que el hombre se percatara de su presencia. Pero pasaron los minutos y el viejecito seguía concentrado en su labor. Cuando ya no pudo soportar más la situación, el viajero carraspeó quedamente, pero no hubo reacción. Entonces no le quedó más remedio que hablarle:

- Buen hombre, ¿puedo interrumpirlo un momento?

El anciano lentamente se volvió, apoyando su herramienta en un arbusto. Luego sus ojos se clavaron en el rostro del viajero. ¡Pero qué ojos Señor! Nunca en su vida, nuestro hombre había visto ojos iguales. Mirarlos era como observar el cielo. Allí cabía un universo de belleza, de poesía, de amor. La dulzura que emanaba de ellos, embriagaba. Eran tan especiales, que nuestro viajero casi cae al suelo de rodillas.

- Disculpa, hermano, no te había oído llegar. Ocurre que cuando cuido mi jardín, me concentro tanto en el trabajo que olvido todo lo que me rodea. ¡Discúlpame, te lo ruego!

- Señor, yo soy quien le pide disculpas. Pero soy nuevo aquí y estoy desorientado.

- Si, ya veo que eres nuevo aquí.

- Recién acabo de llegar. O al menos eso creo, pues he comenzado a dudar e mis sentidos externos.

- Tienes razón. Mira esos muros, ellos separan dos mundos. Aquí dentro la realidad es distinta de lo que se llama comúnmente "realidad". Aquí es REALIDAD, allá sólo es APARIENCIA. Pero dime, ¿qué andas buscando por estos lugares tan apartados y hostiles?

- Bueno, yo busco sabiduría. Busco a Dios.

- Vaya, vaya. Pues si que te has propuesto algo difícil, muy difícil.

-¿Usted podría ayudarme, honorable anciano? Estoy perdido, soy nada más que un forastero, y no se qué debo hacer.

- Nadie es aquí un forastero. Todos somos hermanos, y somos uno en nuestra aparente multiplicidad. Todos sufrimos y nos alegramos con tos.

- Qué hermosas palabras, dice. Me traen gran consuelo, pues mi corazón está destrozado por las luchas y los errores que he dejado detrás de esos muros.

- Debes tener presente que esas cosas que recién mencionaste, son indispensables. Son parte de la enseñanza. Sin esas experiencias no hubieras tenido las fuerzas para llegar hasta aquí. Ni el guardián te hubiera permitido entrar.

- Pero yo me siento tan pequeño ante su presencia, y me considero indigno de estar aquí.

- Detente, hermano. No te atormentes inútilmente. Yo también he luchado y he caído mil veces.

-¿Usted? ¡No lo puedo creer! No se le ven cicatrices.

- Claro, lo que ocurres es que cuando se trabajo duro y en el sentido correcto, las cicatrices desaparecen. Es como si tomaras un nuevo cuerpo purificado, sublimado por el fuego del dolor. Te puedo asegurar que mucho he sufrido. Pero no obstante siento que todavía muchas impurezas llenan mi ser. Sucede que existen dos medios por los cuales aprendemos las enseñanzas de la vida: uno de ellos es el dolor, que purifica, pero es muy lento. Es el camino que transitan los que viven en el mundo del que tú vienes. Por eso le llaman un valle de lágrimas. ¿Entiendes?

- Si, si. ¿Pero cuál es el otro camino?

- El otro es más difícil de explicar. Cuesta más comprenderlo. El otro camino para aprender o acercarnos a Dios, es el camino de la "Conciencia Despierta".

-¿La conciencia despierta? ¿Y cómo es eso?

- Es difícil, ya te lo dije. Sólo puedo agregar que el que encuentra este camino, el que despierta su conciencia, ya no necesita más sufrir. El dolor deja de ser su maestro para ser ahora: la comprensión. Comprensión de las leyes cósmicas que son la guía.

El hermano forastero, admirado ante la sabiduría de este humilde jardinero, sintió prisa para obtener todo lo que, adivinaba, se encerraba en ese lugar. ¿Cuánta sabiduría podría obtener de los maestros de ese monasterio, si el simple jardinero sabía tanto? El anciano suspiró profundamente. Tal vez leía el pensamiento del hermano viajero. Con un rostro amable, pero de pronto cansado, le dijo:

- Amado hermano, ¿te gusta la jardinería? Por que yo solamente puedo enseñarte eso: a trabajar la tierra. A cultivar un jardín, a trabajar con los elementos de la naturaleza. Compréndeme.

- Bueno, yo he caminado y he afrontado verdadero peligros en busca de conocimiento. Perdóneme, pero esa es la misión que me impuse. No quiero herirlo, pero comprendo que cada uno tiene aquí una misión especial.

- Así es, hijo. Así es.

- Al llegar aquí, vi personas sumergidas en profundas reflexiones. Concentrados en graves problemas. Creo que eso es lo que busco, la sabiduría al más alto nivel.

- Tienes razón. Por ahora ese es tu camino. Tal vez más adelante te interese esto.

- Me informaron que aquí, en este lugar santo, estaba guardada toda la más grande sabiduría. Todos los secretos. Y eso es lo que he venido a buscar. Ese es el camino que, entiendo, debe llegar a Dios.

- Tienes razón, nuevamente. Ese es tu camino. ¡Mira! ¿Ves esas casas blancas, sobre la colina?

- Ah, si, si.

- Bien, anda allá. Tal vez entre sus paredes encuentres lo que buscas. Hay muchos hermanos dedicados a esos estudios. Y si eres digno y sí te esfuerzas por alcanzar la sabiduría, tal vez puedas ver a nuestro superior, el Gran Maestro.

- Gracias, hermanos, gracias. Espero que no esté enojado conmigo.

- No te preocupes. Y ya sabes: yo sólo soy el jardinero.

- Le prometo que si algún día tengo tiempo, vendré. Para que me enseñe a cuidar el jardín y a adornarlo con lindas flores.

- Espero. Trata de hacerte un lugar. Da muchas satisfacciones trabajar la tierra. Plantar semillas, verlas germinar, crecer. Ver cómo se convierten en flores y árboles. Ve hijo mío, ve con Dios, que me corazón te acompañará también.

El hermano forastero de despidió amablemente del anciano, que volvió paciente, humilde y silencioso a sus tareas. Y con paso presuroso se encaminó al grupo de blancas casas, y allí se instalo.

Muchos meses pasó el viajero, estudiando. Profundizó las matemáticas que él ya dominaba. Pero conoció el lado mítico de los números, su significado oculto. Se instruyó en el arte de curar, que también conocía desde antes, pero estudió y comprendió como funcionan las leyes cósmicas a través de la naturaleza. Practicó, luego, las artes, en ese estado de exaltación, que da la visión mística. Participó en innumerables foros, clases, experiencias, alcanzando gran sabiduría.

Ya concluidos todos los estudios, el hermano forastero se consideró listo para solicitar una entrevista con el Gran Maestro. Llamó, entonces, al guía, quien se presentó presuroso.

- Amado hermano, creo que ha llegado el momento tan ansiado, de entrevistarme con el venerable Maestro, pues he profundizado todas las enseñanzas que se dan aquí. Creo estar preparado.

- Bien. Pero antes quisiera preguntarte algo muy personal, y quiero que me contestes con la más absoluta sinceridad, pues eso es fundamental.

- Pregunta, hermano, lo que quieras. Voy a responderte con toda mi sinceridad.

- Dime, hermano: ¿cómo te sientes con respecto a Dios?

- No entiendo muy bien tu pregunta. ¿Puedes explicarme de qué se trata?

- Es así de sencillo. ¿Cómo te sientes: más cerca de él, más cerca del fin?

El rostro del forastero se ensombreció, ya no irradiaba tanta seguridad. Miró al hermano guía que lo contemplaba lleno de amor y de comprensión. Ciertamente aquel hermano era sabia y había tocado en lo profundo de su corazón. El día era claro, fresco, transparente. La armonía del lugar hacía presentir la presencia de Dios en cada cosa: en las flores, en las aves, en la brisa. Todo era un canto de alabanza para el Creador. El guía retomó la palabra:

- Si, hermano: ¿cuál es nuestra meta? ¿Para qué y hacia dónde caminamos?

- No digas más. Comprendo. Te responderé como lo has pedido: con sinceridad. Pensé que aprendiendo lo que enseñaban aquí, me acercaría a la perfección. Me elevaría a Dios. Pero te lo confieso con pesar: estoy un tanto desilusionado. No me siento como tu has dicho "más cerca de Dios". Lo lamento mucho, pero creo que he fracasado.

- Bien, muy bien. -¿Cómo dices? ¿Acaso te burlas de mi?

- No, no. Al contrario. Digo "bien" por que si tu respuesta hubiera sido otra, si te hubieras manifestado conforme con lo que has aprendido, nada más habríamos podido hacer por ti. Pero en cambio si te sientes realmente disconforme con el camino seguido, o con los resultados obtenidos, entonces sí podremos empezar a trabajar.

-¿En serio? ¿A trabajar en serio? ¿Y todo lo que he estudiado y aprendido en estos largos meses?

- Eso es sólo la preparación. Recién ahora es cuando comienza el verdadero trabajo. Aquello preparó la tierra, para recibir la semilla.

-¿Quieres decir que todavía no estoy listo para ver a nuestro superior?

- Exacto. Todavía creo que no es el momento.

- Y bien, dime ¿qué debo hacer ahora? Porque ya he recorrido todos los estudios. Todo lo que se enseña aquí.

- No todo. Ahora viene lo más difícil. Debes aprender jardinería.

-¡¿Jardinería?!

- Si, hermano: jardinería. El que no sabe cultivar su jardín, no puede verlo a El. Solo será por poco tiempo, pues cuando hables con el maestro jardinero, comprenderás lo importante de ese trabajo, de ese arte.

-Me dejas perplejo. Pero está bien. Mi decisión es inquebrantable, mi meta es llegar a El, o tener la iluminación. ¡No cederé en mi empeño!

- Eso es lo que nos gusta de ti. Pues muchos flaquean ante nuestras pruebas de paciencia y de humildad.

-¿Qué debo hacer, hermano guía?

- Mañana con las primeras horas del alba, preséntate al hermano jardinero y dile que vas para cultivar el jardín. Dile textualmente: "maestro, he encontrado tiempo para dedicarme a cultivar mi jardín". El comprenderá. Te deseo mucha suerte, pues la tarea no es fácil, pero el premio justifica todo el esfuerzo.

- Muchas gracias, hermano.

- El guía se alejó con paso rítmico. Todo en él irradiaba armonía. Nuestro amigo lo miró apartarse. La tarde comenzaba a declinar. Era la hora propicia para la meditación, y en ese minuto la necesitaba más que nunca. Su mente trabajaba arrebatadamente. Quería comprender.

La mañana lo sorprendió casi sin haber dormido. Se levantó presuroso, hizo sus trabajos místicos, y partió ansioso hacia el lugar donde tantas veces conversara con el jardinero. Quería llegar antes que él para observar el jardín, ver si descubría algo especial para que lo guiara.

Llegó al lugar cuando todavía no se borraban las últimas estrellas. El rocío regaba ricamente las plantas y las flores. Había un mágico encanto en aquella hora que precedía la salida del sol. El silencio sólo era roto por un acompasado y rítmico golpe. Nuestro amigo quedó sorprendido, pues allí estaba el anciano trabajando encorvado sobre la tierra.

- Buenos días, hermano jardinero. Vengo a decirle que he encontrado tiempo para cultivar mi jardín.

Ante estas palabras el anciano quedó quieto, estático por breves momentos. Luego se levantó en toda su estatura. No era ni tan pequeño ni tan viejo

- Bienvenido, aprendiz de jardinero. Me alegro que hayas encontrado tiempo para aprender este difícil trabajo.

- Pero, maestro, ¿no descansa Ud. nunca?

- No. Una vez que comienzas a trabajar la tierra y a cultivar el jardín, no puedes descansar jamás. Debes dedicarle todas las horas del día. Ya comprenderás porqué es así. Ocurre que la tierra se vuelve fértil, y todo, incluso las malezas pueden prosperar más rápidamente. Hay que trabajar mucho.

- Realmente no comprendo todo esto. Pero ¿para qué me servirá aprender a cultivar la tierra?

- Primero debemos saber cuál es la tierra que vamos a cultivar. Eso es lo fundamental. Pero ahora perdóname un momento. Espérame y luego seguiremos conversando. Tengo que arrancar esas hierbas malas que crecen por todos lados. Ven, ven aquí. Acércate y observa. ¿Ves? Debes aprender a defender tu jardín de estas malezas.

- Pero no veo nada extraordinario, maestro.

- Claro, porque ahora son muy pequeñas. Pero si las dejas crecer pronto estas cizañas taparán y sofocarán a las más hermosas flores del jardín. Hay que arrancarlas de raíz, porque esta maleza es muy peligrosa.

- Y ¿cómo se llama esta hierba maestro?

- Esta hierba arruina muchísimos jardines. Sabes se llama ORGULLO.

-¡Oh! ¡Qué ciego he sido todo este tiempo!

- No te reproches, hijo mío. Las enseñanzas llegan a su debido tiempo. Antes no habrías comprendido nada. Es como dice el refrán: "cuando el discípulo está listo, el maestro aparece". Sin embargo, si eres: buen observador, puedes apreciar que el maestro siempre está presente. Lo que pasa es que no lo vemos. Pasamos a su lado y no lo reconocemos.

-¡Tienes razón! Y esto me trae a la memoria que en una conversación anterior, Ud. mencionó que hay dos caminos para aprender: uno era el dolor, y el otro era el despertar de la conciencia. Porqué no me habla más sobre este último. ¿Qué es el despertar?

- Simplemente eso: despertar, estar alerta.

- Si, pero ¿alerta a qué?

- Ahí está la clave. Recuerda que yo soy el jardinero de mi jardín, y tu debes ser el jardinero de tu jardín. Nadie puede cultivar la tierra ajena. Y tu ya te has dado cuenta de qué jardín y de qué tierra se trata.. Bien, escucha, hermano forastero: debemos estar muy atentos, vigilantes para seleccionar las semillas que plantamos, en nuestro jardín, en nuestra mente. Pues esta tierra es muy fértil, y cualquier semilla ya sea que las traiga el viento, o las arroje un mal intencionado, cualquier semilla, te repito, crecerá fuerte y lozana, y por eso hay que vigilar.

- Comprendo tus palabras, hermano jardinero. Es sin duda una labor difícil. Pero esa es la clave para acercarnos a Dios.

- Así es. Debemos cultivar nuestro jardín interior, nuestra mente Pues de allí saldrán las flores que obsequiaremos a Dios, y que a él tanto le agradan.

-¿En qué puedo ayudarle?

- Por hoy ya es bastante. Retírate ahora a la soledad y medita sobre todo lo que hemos hablado. Mañana seguiremos.

Profundas meditaciones ocuparon la mente de nuestro amigo forastero. Un amplio panorama se abría ante él. Esa noche, en sueños, se vio trabajando afanosamente la tierra, que era dura y reseca. Nunca cesaban los golpes de su azadón. Estaba empapado, sudoroso por el esfuerzo. Las malezas lo querían aprisionar, y él luchaba desesperadamente. Cuando despertó, el cuerpo le dolía a tal punto, que llegó a dudar de que todo hubiera sido una pesadilla. Es tan difícil separar lo real de lo imaginario... Presuroso, se encaminó al jardín del maestro. Lo encontró sentado, pensativo.

- Buenos días, maestro.

- Buenos días, hijo.

- Me extrañó no escuchar los golpes de su azadón.

- Mira, de vez en cuando es muy necesario para ver los resultados del trabajo. Es necesario apartarse un poco del escenario del mundo con sus ruidos. Y ver, y observar los resultados, como si fuéramos extraños. Analizar las plantas que han crecido. Ver los colores de las flores. En fin, analizar y meditar sobre todo lo que se ha estado haciendo.

-¡Ah, maestro! Si Ud. supiera ¡qué noche he pasado! ¡He tenido una pesadilla terrible! Cuando desperté estaba como apaleado, adolorido.

- Y así tiene que ser hijo. No sólo en el día trabajamos en el jardín. de noche también. Y es en ese momento cuando podemos recibir ayuda o instrucciones especiales. La labor es inmensa. Pero también la ayuda que recibimos es grande. Los maestros jamás nos ponen pruebas que sean superiores a nuestras fuerzas.

- Cada vez estoy más maravillado.

- Bueno. Mira, ahora quiero llevarte a que veas un jardín. Ven acompáñame. Juntos cruzaron el inmenso parque. Atravesaron largas avenidas bordeadas de hermosos árboles multicolores, hasta que se detuvieron ante un hermoso jardín.

- Mira este jardín. ¿Te gusta?

- Si. Realmente tiene flores preciosas. Una distribución muy armoniosa.

- Este es tu jardín. Aquí trabajarás. -¿Mi jardín?

-¡Si¡¡! Aquí se reflejará el trabajo que tú hagas en tu mente. Así tu trabajo interior se reflejará afuera.

-¡Amado hermano, que privilegio es tenerlo a Ud. de maestro, en esta labor!

El forastero en un arrebato de amor, tomó la mano del anciano y la besó. Los ojos del maestro brillaron de una forma muy especial, envolviendo al discípulo en una luz imperceptible para los mortales. Por fin el maestro le dijo:

- No olvides que el trabajo lo debes hacer tu solo. Yo te indicaré las técnicas y el resto es tuyo. Debe salir de adentro. Allí está el verdadero maestro. Ese sí que es un gran jardinero.

- Por favor, indíqueme por dónde comenzar.

- Dime: ¿qué es lo que ves en el jardín?

- Veo bellas flores, distribuidas por todas partes.

-¿Sabes qué son esas flores? Son tus CONOCIMIENTOS. Pero hay algunas flores cuyos colores no me gustan del todo. ¿Ves aquellos claveles de color rojo encarnado? Eso representa una PASION DOMINANTE, que afea la armonía del conjunto. Debes trabajar hasta que esa planta dé flores de color blanco o de un rojo más suave. ¿De qué le sirve al hombre por ejemplo cultivar el arte, un arte sublime, y que eleva hasta los cielos, si toda su obra la empequeñece con sus pasiones mundanas de ORGULLO, VANIDAD o EGOISMO? Esos son colores que tienen algunas de tus flores. Colores de ENVIDIA y DUDAS. Por eso se puede tener mucho conocimiento y estar sin embargo lejos de Dios.

- Maestro, estoy muy apenado. Me siento indigno de estar aquí, de estar junto a Ud.

- No, hijo, no. Lo que ocurre es que hay que trabajar duro para purificar y embellecer esto. Para eso estamos aquí en la tierra. La mayoría de las veces no nos damos cuenta de la maleza que ahoga nuestras rosas. Son tan propias del jardín que hasta que no tropezamos con ellas y nos golpeamos, no las vemos. 0 sea, no tomamos conciencia de estos defectos. ¿Quién se llama a sí mismo orgullos, o egoísta o cruel? Nadie. Todos se justifican diciendo: "no soy orgulloso, yo realmente valgo más que los demás. No soy egoísta, puesto que esto lo gané y es mío. No soy cruel, solo justo." Ves la maleza se oculta muy hábilmente.

-¡Cuánta sabiduría hay en tus palabras!

- Pero mucho más encontrarás ahí dentro, en tu pecho.

-¿Por dónde comienzo? ¡La tarea se me ocurre gigantesca!

- Creo que por hoy tienes bastante. Retírate nuevamente a la soledad y medita sobre todo esto. Pero antes quiero que escuches la palabra del jardinero más grande que ha pasado por esta tierra. Le llamaban Jesús, el hijo de María. El dijo sabiamente:

"Hay muchos árboles, no todos dan frutos. Hay muchos frutos, no todos se pueden comer. Muchas también son las clases de conocimientos, pero no todos tienen valor para los hombres."

En la soledad del bosque pasó todo el día, el hermano forastero. Cada árbol, cada flor, cada pájaro adquiría un nuevo significado, una nueva dimensión.

Otra vez aquella noche soñó. y en sueños lloró. Y cuando despertó sus almohadas estaban mojadas y sus ojos rojos. El jardinero interno, había estado trabajando toda la noche.

Mucho tiempo trabajó en su jardín, bajo la mirada atenta de su maestro. Poco a poco las flores fueron cambiando de color. Los bajos deseos fueron siendo reemplazados por deseos generosos. Y cada vez se unía más a Dios. Cada día se desprendía más de lo superficial y mundano.

Un día consultó afligido a su maestro:

- Maestro, estoy un tanto confundido. Han comenzado a salir algunas hierbas que no conozco, o sea que no he plantado. ¿Qué significa esto?

- Ya te lo expliqué una vez. Eso significa que en nuestro jardín no sólo crecen las semillas que nosotros plantamos, sino que cualquier semilla puede prosperar en la tierra fértil. Ya sea útil, o nociva. Por lo tanto debemos estar siempre atentos a lo que entra en nuestro jardín. Ya que puede venir por el aire ocasionalmente, o ser arrojada por un vecino. Insisto: debemos seleccionar y controlar la calidad de las semillas. En nuestra mente alguien susurra un pensamiento y enseguida este cobra vida propia. Y luego si es nocivo, debemos luchar para arrancarlo. Por eso hay que estar siempre atento.

- Otra cosa, maestro. He segundo todas sus instrucciones, pero sin embargo crecen algunas plantas raquíticas y con sus hojas amarillentas. ¿Es queme habré equivocado?

- ¿Has removido bien la tierra?

- Si, maestro.

-¿Y has regado también los brotes tiernos?

- Si.

- Entonces veremos qué es lo que anda mal. ¡Ajá! Eso es, ¿Ves esos árboles que rodean tu jardín? Bien, son tan frondosos y tienen tantas ramas que no dejan pasar el sol. Las plantas no prosperan. Esos árboles simbolizan las CIENCIAS MUNDANAS que llenan tu mente. Hay muchos conocimientos que a veces nos impiden ver la realidad. Nos impiden ver la luz. Debemos podar esos árboles, para que dejen pasar la luz. Por eso a menos que seamos puros e inocentes como los niños, no podremos entrar en el reino de los cielos.

- Pero ¿eso significa que debo derribar esos árboles? ¿significa que debo vivir en la ignorancia?

No, hijo, no. Solo debes podar las ramas que impiden entrar la luz y el aire. Una vez que hayas alcanzado la verdad por otro camino, el interior, verás cómo se junta con él, la ciencia, y cómo ésta cobra otra dimensión y otro significado diferente del que antes tenía.

- Mucho tengo que meditar sus palabras para comprender a fondo la verdad. Pero recuerdo en última instancia esto: las plantas reciben la vida del sol, símbolo de la luz. Y nosotros también dependemos de la bondad infinita de Dios para atravesar el sendero. Pero esto significa que debemos siempre confiarnos a su omnipotencia, sin él nada somos.

Antes de irme, una última consulta maestro: el otro día una bandada de pájaros invadió mi jardín. Eran horribles. De un aspecto feroz. Y arrancaron flores, y se comieron muchas semillas. De seguir así, pueden destrozar mi jardín. ¿Qué hago, debo defenderme?

- Hijo mío, si tratan de destruir tu jardín, debes luchar valientemente. Empeñando la vida en ello. A toda costa debes ahuyentarlos. Debes comprender que ellos no tienen ningún poder sobre ti. Tienen solo el poder que tu les des. Y los pájaros son las IDEAS y PENSAMIENTOS NEGATIVOS, las PERDICIONES e IGNORANCIAS que nos sumergen en las tinieblas. Son los fantasmas que tratan de deformar nuestros propios conceptos. ¡Aléjalos de tu jardín. Ten siempre presente que no podemos impedir que bandadas vuelen sobre nuestro jardín. Pero lo que sí podemos impedir es que hagan sus nidos en él.

Reflexiona sobre todo lo que hemos hablado. Saca tus propias conclusiones. Y lo más importante: aplícalas a tu vida diaria.

Mucho trabajó el hermano forastero en su jardín. Poco a poco se fue produciendo un cambio en él. Las flores eran blancas, azules, puras, esbeltas. Casi ya no había malezas en su tierra. Una paz inmensa y una gran armonía con las leyes cósmicas, iluminaban su rostro. La impaciencia que antes le dominara, la envidia que alguna vez lo atormentara, la duda, el egoísmo, todo había sido cambiado, purificado. El maestro que seguía atentamente el progreso de su discípulo, le habló así cierto día:

- Querido hermano forastero, has hecho grandes progresos. Has aprendido a cultivar tu jardín. Creo que ya está muy cerca el día en que tu más caro anhelo sea satisfecho.

-¿Se refiere a la entrevista con el Gran Maestro?

- Si. Te he observado y he comprobado que has purificado lo suficiente tu cuerpo como para poder resistir su presencia. Deberás por lo tanto prepararte durante tres días. Harás ayuno, meditación, y entonces visitarás la Catedral de los Sonidos. Pero para todo esto te espera un guía.

-¿Y no trabajaré más junto a Ud.?

- No. Ahora debes seguir tú solo en el camino. Esta es nuestra despedida.

- Pero yo todavía no me considero preparado, y quisiera quedarme más a su lado. ¡Un tiempo más!

- Querido hermano, ya sabes lo necesario. Ahora tu misión será viajar por el mundo, tratando de arrojar semillas en los jardines que encuentres a tu paso. Comprende, serás un nuevo sembrador. Uno de los que andan silenciosos trabajando por el Gran Jardín del Señor.

- Maestro, ¡lo extrañaré mucho!

- Yo también querido hijo. Pero cada uno tiene su misión en la vida y debemos cumplirla cabalmente, aunque queden en el camino dolores de nuestra propia carne. Ya se acerca tu día.

- Por favor, su bendición.

- Hijo no tortures más nuestros corazones.

El forastero se había postrado a los pies del maestro. El anciano hizo un signo en la cabeza del discípulo. Luego colocó sus dos manos sobre los hombros, y elevando su mirada hacia el cielo, murmuró:

- Señor, protégelo.

Luego ayudó a levantarse al hermano forastero. En el aire se percibía una intensa vibración, que parecía salir del pecho del maestro. De sus ojos brotaba una dulzura impresionante. Los árboles mecieron sus hojas, agitadas por una extraña brisa. Parecían despedirse de su amigo. El perfume de las flores se esparció con más fuerza por todo el lugar. En el jardín del forastero, un capullo de rosa se abrió inmenso, y de color rojo como el fuego abrazador del amor que ardía en aquellos corazones.

Temblando de emoción se dirigió hasta sus habitaciones. Allí permanecería el hermano forastero preparándose, sumido en profunda meditación y contemplación. Su alma estaba extasiada, como si hubiera cruzado un umbral hacia una nueva dimensión. El tiempo carecía de significado.

Al concluirse el tercer día, el guía se presentó nuevamente.

- Hermano, te conduciré a la Catedral de los Sonidos, y ahí terminarás tu purificación. Y entonces estarás listo para reunirte con la Magna Asamblea.

- Te sigo, respetable guía.

- En la Catedral sentirás unos sonidos muy especiales. Allí recibirás vibraciones que elevarán tu alma hasta un estado especial en que podrás comulgar con los Maestros Cósmicos, tanto como te lo permita tu propia naturaleza. En algún momento, puedes sentir cierto temor, pero pronto pasará. Que nada turbe tu paz interior. Está allá en aquella suave colina. Acércate lentamente para permitir que tu estructura molecular se armonice con las vibraciones. Es más fácil, ya verás. Ellos serán tus guías. Paz profunda.

- Paz profunda, hermano.

A paso lento se encaminó hacia la colina. El lugar era imponente. Lejos, a cada costado de la escena, unos pequeños bosques interrumpían la ondulante línea de la colina. Y en su centro, majestuosa, radiante: La Catedral de los Sonidos.

Desde lejos parecía una semi esfera de marfil con una aguja en su centro apuntando directamente al cielo.

Al irse aproximando, nuestro amigo percibió algo semejante a un coro gigante. Una ola de vibraciones salió a su encuentro, chocó contra su pecho, lo paralizó. Una voz interior le aconsejó que se detuviera por unos momentos. Luego la presión disminuyó, entonces volvió a avanzar len­tamente.

Los sonidos se percibían cada vez con más fuerza. Las vibraciones envolvían su cuerpo. Le hacían temblar junto con ellas. Un estado indescriptible se apoderó de él. Los sonidos subían y bajaban rítmicamente. Parecía como si el corazón del Universo latiera allí, en esa misma catedral.

Por momentos parecía como que su cuerpo se disolviera en aquella atmósfera llena de energía, que subía y bajaba del cielo a la esfera y de esta al cielo, en constante flujo.

Nuestro amigo no veía ninguna puerta ni abertura para entrar, pero así y todo siguió avanzando como atraído por un mágico encanto. Siguió avanzando y penetró en la esfera, ya que ésta no era sólida. Allí los sonidos casi no se oían, mal bien se percibían como una sensación vibrante por todo el cuerpo. Y finamente, en el centro de la cabeza, una luz potente, que a la vez no dañaba sus ojos, lo rodeaba, lo penetraba. Todo era luz. No podía ver otra cosa que no fuera luz. Su cuerpo parecía perder densidad. Sólo su mente conservaba su identidad. Era una extraña comunión con el Todo. No sabía si veía, si eran imágenes reales o producto de sus fantasías. Pero delante suyo, tal vez cerca, tal vez lejos, se dibujaba una mesa con mantel blanco. Sobre ella, contrastando con su blancura, una mancha roja.

Quiso avanzar, pero una fuerza invisible lo contuvo. Aguardó allí extasiado con una armonía como jamás había experimentado. Los sonidos alcanzaron un punto máximo, y luego fueron bajando de intensidad. Un gong grave, profundo sonó al mismo tiempo que se abría algo parecido a una puerta.

El corazón del hermano forastero, se detuvo anhelante. Y por aquella puerta, aparecieron en prolijas filas seres que más que hombres parecían ángeles luminosos estaba viendo, sintiendo, percibiendo la presencia de los Maestros Cósmicos.

Sus piernas se aflojaron, y cayó al suelo de rodillas. Las manos entrelazadas y el rostro bañado en lágrimas. Vio como aquellos seres se acomodaron en sus respectivos lugares, y tomaron asiento. Sólo uno permaneció de pie: alto, fino, indescriptible. Su voz resonó en todo el ámbito de la catedral. Potente como un trueno, pero suave a la vez, como el aleteo de una paloma.

- Hermanos amados del Reino de la Luz: venimos a este santo lugar para despedir a un viajero, que por sus esfuerzos y por su amor, ha alcanzado la iluminación. En nuestras Sagradas Enseñanzas se indica claramente cuáles son las metas que están dentro del Jardín de la Verdad. El propósito es conducir al hombre para que pase a través de los grandes portales de ese jardín, hasta que estemos todos dentro de él. Donde florecen constantemente las flores de la Verdad, y de donde se ha extirpado la cizaña de la falsedad.

Los Grandes Maestros de esta fraternidad estarán satisfechos de su Obra. En este jardín no existen las flores púrpuras de la opinión obcecada. No existen las flores amarillas de los deseos egoístas. No existen las flores de la parcialidad apasionada y de la autodecepción. Sino justamente las inmaculadas flores azules y blancas. Flores de la verdad, simbolizando la pureza y el conocimiento.

Para alcanzar ese jardín, nos hemos reunido de manera que podamos hacer el viaje juntos. Recibe, pues, hermano forastero nuestra bendición y nuestro apoyo. Que en los momentos más difíciles de la lucha estaremos contigo. Sigue los senderos que Dios te ha trazado. Y cuando nos llames, allí estaremos.

Quiero darte en prueba de nuestro amor, esta rosa roja, que simboliza el fuego purificador que debe arder en todos los corazones de aquellos que han visto la luz. Toma, guárdala junto a ti."

Aquel ser luminoso tomó una rosa roja que estaba sobre la blanca mesa. Avanzó hacia el hermano y le extendió la flor. El recibió la rosa de aquellas manos que se la ofrecían. Su corazón latió desbocado. Aquellas manos eran conocidas. Eran las manos de su amado maestro jardinero.

Levantó tímidamente los ojos, y miró aquel rostro iluminado. ¡Sí! Allí estaba su maestro, el humilde jardinero. ¡Cuánto tiempo juntos, y él ciego, sin comprender que aquel era el iluminador!

Aquellos ojos, aquel rostro, fueron lo último que vio. Cuando despertó estaba tendido en la nieve, blanca, inmaculada. Se encontraba cerca de un poblado. Miró ansioso buscando sus amigos. Nada había. Estaba solo en medio de aquella blancura deslumbrante. Se incorporó despacio, y a su lado vio una mancha roja. La levantó en sus manos: era una hermosa rosa roja.

Autor: Maestro

Prólogo: Discípulo

Continuará.....