29 de julio, 2008
Como tantas veces, voy a compartir algo de mi vida privada con ustedes ya que este mensaje, que recibí en un hermoso Power Point, pero que no puedo reenviar como tal ya que yahoo no me permite envíos tan pesados, lo tuve que pasar solo a texto pero para mí es de una importancia fundamental.
En el año 1998 un neurólogo me diagnóstico que tenía todas las nueronas lastimadas, no muertas, pero que por el resto de mi vida iba a tener que tomar un cierto remedio, que tenía que ser controlado por sus efectos sobre la mente.
Durante unos creo que dos años tomé los remedios, pero ahí comencé de nuevo con la postura de que no me iba a someter a un tratamiento con remedios alopáticos de por vida.
Ya había logrado importantes resultados con la autosanación, liberándome de una enfermedad cardíaca que también me habían dicho que era incurable, pero después de unos años de intenso trabajo de auto-sanación, había desaparecido todo rastro.
Yo seguía convencida de que las neuronas no podían regenerarse pero como me sentía bien, seguí adelante con mi propio tratamiento.
Y, oh milagro, hoy recibí este artículo el cual me informa que sí que hay regeneración y que en general, con mi actividad y enfoque de la vida, estoy segura que hoy en día el estudio saldría muy distinto, pero como ya en aquel entonces era carísimo, y me siento segura de mi misma, ni pienso en hacérmelo.
Tenía que compartir esto con todos ustedes, que me acompañan a través de tantas y tantas experiencias de mi vida. Gracias por estar.
¿SABÍAS QUE EL CEREBRO MEJORA CON LA EDAD?
Elkhonon Goldberg, Neurólogo de la Universidad de New York, Director del Instituto de Nueropsicología y funcionamiento Cognitivo.
Las últimas investigaciones científicas demuestran que la actividad mental modifica el cerebro, y nos conduce a lo que conocemos por “Sabiduría”.
Estos últimos descubrimientos se inscriben en lo que se denomina “NEUROPLASTICIDAD”
Durante muchos años se creyó, que a partir de cierta edad, la dotación de neuronas ya no se renovaba más... Las últimas investigaciones de la Neurociencia demuestran que el cerebro se puede regenerar mediante su uso y potenciación... La clave para conseguirlo se llama:
“Neuroplasticidad”, que es moldear la mente, el cerebro, a través de la actividad.
“El cerebro cambia de forma según las áreas que más utilizamos, según la actividad mental”
En marzo del 2000, investigadores de la Universidad de Londres hallaron que los taxistas de esa ciudad tenían una parte del cerebro, el hipocampo, región importante para la memoria espacial, más desarrollada que el resto de las personas.
Los taxistas desarrollaban más esa zona porque la ejercitaban más cada día memorizando calles y rutas. En estos hombres, su capacidad para memorizar calles y rutas, no menguaba, sino que aumentaba con los años....
En el 2002 científicos Alemanes encontraron los mismos hallazgos en la Circunvolución de Heschl de los músicos, área de la corteza cerebral importante para procesar la música.
Ya en el 2004 los mismos resultados tuvo el Instituto de Neurología de Londres, en la circunvolución angular izquierda, estructura cerebral importante para el lenguaje, en el cerebro de las personas bilingües...
DE ESTAS EXPERIENCIAS SE PUDIERON OBTENER LOS SIGUIENTES RESULTADOS:
· Los seres humanos podemos crear nuevas neuronas a lo largo de toda la vida.
· El esfuerzo para crear nuevas neuronas puede incrementarse mediante el esfuerzo mental.
· Los efectos son específicos: Dependiendo de la naturaleza de la actividad mental, las neuronas nuevas se multiplican con especial intensidad en distintas zonas cerebrales.
Las nuevas neuronas van a parar a las zonas del cerebro que más usamos: Esto es lo que se denomina “Neuroplasticidad”: La actividad puede moldear la mente.
“Esto demuestra la importancia de mantener una actividad mental intensa, conforme avanzamos en edad”.
“El ejercicio físico nos protege la salud cardiovascular.
El ejercicio cognitivo nos protege la salud cerebral. Es factor protector contra la demencia”.
El moderno estudio de la Neuroplasticidad demuestra que el cerebro de las personas mayores no degeneran, sino que tienen una evolución particular, de acuerdo a la actividad realizada, que convierte a esas personas en gente “sabia” cuando llega a la vejez.
El cerebro cambia de forma de acuerdo a las áreas que más utilizamos.
En las personas, a medida que avanzan en edad, se da naturalmente un deterioro mayor en el hemisferio derecho que en el izquierdo.
Esto ocurre porque usan más el hemisferio izquierdo, que es el encargado de poner en marcha tareas ya aprendidas y consolidadas.
Para aprender algo, necesitamos más el hemisferio derecho, pero cuando alcanzamos cierto nivel de pericia, esas actividades pasan a ser controladas por el hemisferio izquierdo.
A lo largo de la vida, acumulamos un repertorio de destrezas cognitivas, habilidades y capacidad para reconocer patrones que nos permiten abordar nuevas situaciones con familiaridad. Es lo que popularmente llamamos “Experiencia”.
A medida que avanzamos en edad, nuestra actividad mental está más dominada por esas “rutinas cognitivas”, por el “piloto automático”.
Esto no es malo, pues permite resolver problemas complejos mediante el “reconocimiento instantáneo” de patrones, sin mucho esfuerzo, problemas que pueden plantear un verdadero “reto” para una mente más joven.
Pero la estimulación cognitiva, que obliga a utilizar el hemisferio derecho, es un ingrediente en el estilo de vida, que ayuda a evitar el deterioro cognitivo.
La corriente científica dominante respalda la afirmación, de que la vida mental intensa desempeña un papel esencial en el bienestar cognitivo en las etapas avanzadas de la vida.
¿Qué tal la idea de incluir el ejercicio cognitivo en forma regular como un rasgo en nuestro estilo de vida?
Sería extraordinario si nuestra incipiente comprensión de la función de la neuroplasticidad en la conservación de la salud mental, diera lugar a la aparición de un nuevo fenómeno de masas: ¡EL FITNESS MENTAL!
¡ESO ES TODO GENTE!
Como tantas veces, voy a compartir algo de mi vida privada con ustedes ya que este mensaje, que recibí en un hermoso Power Point, pero que no puedo reenviar como tal ya que yahoo no me permite envíos tan pesados, lo tuve que pasar solo a texto pero para mí es de una importancia fundamental.
En el año 1998 un neurólogo me diagnóstico que tenía todas las nueronas lastimadas, no muertas, pero que por el resto de mi vida iba a tener que tomar un cierto remedio, que tenía que ser controlado por sus efectos sobre la mente.
Durante unos creo que dos años tomé los remedios, pero ahí comencé de nuevo con la postura de que no me iba a someter a un tratamiento con remedios alopáticos de por vida.
Ya había logrado importantes resultados con la autosanación, liberándome de una enfermedad cardíaca que también me habían dicho que era incurable, pero después de unos años de intenso trabajo de auto-sanación, había desaparecido todo rastro.
Yo seguía convencida de que las neuronas no podían regenerarse pero como me sentía bien, seguí adelante con mi propio tratamiento.
Y, oh milagro, hoy recibí este artículo el cual me informa que sí que hay regeneración y que en general, con mi actividad y enfoque de la vida, estoy segura que hoy en día el estudio saldría muy distinto, pero como ya en aquel entonces era carísimo, y me siento segura de mi misma, ni pienso en hacérmelo.
Tenía que compartir esto con todos ustedes, que me acompañan a través de tantas y tantas experiencias de mi vida. Gracias por estar.
¿SABÍAS QUE EL CEREBRO MEJORA CON LA EDAD?
Elkhonon Goldberg, Neurólogo de la Universidad de New York, Director del Instituto de Nueropsicología y funcionamiento Cognitivo.
Las últimas investigaciones científicas demuestran que la actividad mental modifica el cerebro, y nos conduce a lo que conocemos por “Sabiduría”.
Estos últimos descubrimientos se inscriben en lo que se denomina “NEUROPLASTICIDAD”
Durante muchos años se creyó, que a partir de cierta edad, la dotación de neuronas ya no se renovaba más... Las últimas investigaciones de la Neurociencia demuestran que el cerebro se puede regenerar mediante su uso y potenciación... La clave para conseguirlo se llama:
“Neuroplasticidad”, que es moldear la mente, el cerebro, a través de la actividad.
“El cerebro cambia de forma según las áreas que más utilizamos, según la actividad mental”
En marzo del 2000, investigadores de la Universidad de Londres hallaron que los taxistas de esa ciudad tenían una parte del cerebro, el hipocampo, región importante para la memoria espacial, más desarrollada que el resto de las personas.
Los taxistas desarrollaban más esa zona porque la ejercitaban más cada día memorizando calles y rutas. En estos hombres, su capacidad para memorizar calles y rutas, no menguaba, sino que aumentaba con los años....
En el 2002 científicos Alemanes encontraron los mismos hallazgos en la Circunvolución de Heschl de los músicos, área de la corteza cerebral importante para procesar la música.
Ya en el 2004 los mismos resultados tuvo el Instituto de Neurología de Londres, en la circunvolución angular izquierda, estructura cerebral importante para el lenguaje, en el cerebro de las personas bilingües...
DE ESTAS EXPERIENCIAS SE PUDIERON OBTENER LOS SIGUIENTES RESULTADOS:
· Los seres humanos podemos crear nuevas neuronas a lo largo de toda la vida.
· El esfuerzo para crear nuevas neuronas puede incrementarse mediante el esfuerzo mental.
· Los efectos son específicos: Dependiendo de la naturaleza de la actividad mental, las neuronas nuevas se multiplican con especial intensidad en distintas zonas cerebrales.
Las nuevas neuronas van a parar a las zonas del cerebro que más usamos: Esto es lo que se denomina “Neuroplasticidad”: La actividad puede moldear la mente.
“Esto demuestra la importancia de mantener una actividad mental intensa, conforme avanzamos en edad”.
“El ejercicio físico nos protege la salud cardiovascular.
El ejercicio cognitivo nos protege la salud cerebral. Es factor protector contra la demencia”.
El moderno estudio de la Neuroplasticidad demuestra que el cerebro de las personas mayores no degeneran, sino que tienen una evolución particular, de acuerdo a la actividad realizada, que convierte a esas personas en gente “sabia” cuando llega a la vejez.
El cerebro cambia de forma de acuerdo a las áreas que más utilizamos.
En las personas, a medida que avanzan en edad, se da naturalmente un deterioro mayor en el hemisferio derecho que en el izquierdo.
Esto ocurre porque usan más el hemisferio izquierdo, que es el encargado de poner en marcha tareas ya aprendidas y consolidadas.
Para aprender algo, necesitamos más el hemisferio derecho, pero cuando alcanzamos cierto nivel de pericia, esas actividades pasan a ser controladas por el hemisferio izquierdo.
A lo largo de la vida, acumulamos un repertorio de destrezas cognitivas, habilidades y capacidad para reconocer patrones que nos permiten abordar nuevas situaciones con familiaridad. Es lo que popularmente llamamos “Experiencia”.
A medida que avanzamos en edad, nuestra actividad mental está más dominada por esas “rutinas cognitivas”, por el “piloto automático”.
Esto no es malo, pues permite resolver problemas complejos mediante el “reconocimiento instantáneo” de patrones, sin mucho esfuerzo, problemas que pueden plantear un verdadero “reto” para una mente más joven.
Pero la estimulación cognitiva, que obliga a utilizar el hemisferio derecho, es un ingrediente en el estilo de vida, que ayuda a evitar el deterioro cognitivo.
La corriente científica dominante respalda la afirmación, de que la vida mental intensa desempeña un papel esencial en el bienestar cognitivo en las etapas avanzadas de la vida.
¿Qué tal la idea de incluir el ejercicio cognitivo en forma regular como un rasgo en nuestro estilo de vida?
Sería extraordinario si nuestra incipiente comprensión de la función de la neuroplasticidad en la conservación de la salud mental, diera lugar a la aparición de un nuevo fenómeno de masas: ¡EL FITNESS MENTAL!
¡ESO ES TODO GENTE!
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