Por: Trigueirinho
La Jerarquía nos pidió que hiciésemos un ciclo de estudios sobre las apariciones que han acontecido en los centros espirituales de Figueira, aquí en el Brasil y en Aurora, en Uruguay. En esas dos Comunidades Luz, la entidad espiritual que se presenta como Madre Divina de la Concepción de la Trinidad, o Madre del Mundo, como la llamamos, ha buscado tocarnos el corazón, trayendo un mensaje de valor planetario, porque ella nos alerta sobre la situación actual de la tierra y nos sugiere cómo hacer nuestra parte para manejar esta situación. Sus mensajes diarios, que hemos publicado regularmente, nos instruyen de cómo estar delante de las condiciones mundiales con seguridad espiritual.
Esa entidad que se presenta como Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, no es una creación nuestra, no es algo que haya sido fruto solamente de nuestra visión, aquí o en Aurora, o que lo estemos presentando como un privilegio para estas comunidades, porque Ella ha aparecido en varias regiones del planeta. Ella es la misma que surgió otrora, en el siglo XVI en México, como Virgen de Guadalupe; y es aquella también que apareció en el siglo XIX a la joven campesina Bernardette, en Lourdes en Francia. En el siglo XX apareció en Fátima, Portugal a aquellos tres niños pastores, y a través de fenómenos y de curas, llamó la atención de todo el planeta. Hace más de 30 años Ella viene apareciendo en Medjugorje en Bosnia Herzegovina, país al este de Italia, antiguamente conocido como Yugoslavia. Y finalmente hace 5 años aparece en Aurora, en Uruguay y en Figueira en Brasil, atrayendo a millares de personas durante Sus apariciones.
Hay un dato significativo interesante con respecto a las apariciones en más de 30 años en Medjugorje, ellas tuvieron inicio en una época en que el país estaba bajo un régimen político radicalmente materialista y las reuniones espirituales eran permitidas sólo de forma privada. No podían acontecer en aquel período manifestaciones religiosas en público. Y fue en ese ambiente que en 1981 aconteció la primera aparición allí. Cuando los videntes preguntaron por qué la entidad había escogido aquella región para aparecer donde los cultos públicos estaban prohibidos, Ella respondió a los niños videntes: “Porque ustedes están firmes en la fé, fieles a Dios y porque ustedes oran.”
Es bueno notar que ninguna represión fue suficiente para impedir lo que acontecía en Medjugorje, los habitantes de la región no se intimidaban y se mantenían firmes, ligados a los mensajes de la Madre, que continuaba apareciendo para predicar la paz.
A una cierta altura, aún tratándose de un país en guerra, porque estaban en guerra, Medjugorje permaneció libre de ataques. En el tiempo de las guerras, dicen las crónicas, que todo alrededor de Medjugorje fue bombardeado y destruido y que sólo una bomba cayó ahí y no detonó.
¿Por qué la Jerarquía nos pidió hablar sobre eso, siendo un asunto ya conocido? Es que la Madre Divina ha manifestado en Sus comunicaciones, que nuestras mentes aún necesitan de alguna información complementaria con respecto de lo que viene pasando. Es como si lo que viene aconteciendo con las apariciones, vienen trayendo algunas preguntas para los seres que son más racionales. Como humanidad mental que somos, a veces necesitamos ciertos datos y ciertos recuerdos para abrirnos al amor del corazón, ese amor que la Madre Divina trae y que necesitamos de él para verla, nadie consigue ver a la Madre Divina cuando aparece, si no tiene amor en el corazón y si no está allí con el corazón.
El amor es la puerta para relacionarnos con ciertas cosas de los niveles superiores de conciencia, que son misteriosos para nosotros, la humanidad de superficie. Pero el amor, que es la llave para entender las cosas misteriosas, no es un amor humano, que casi siempre espera usufructuar de la relación y de la unión con otros seres. Se trata de aquel amor desinteresado, ese es el que es necesario, de la donación de nosotros mismos para que el verdadero amor, que nace en el universo y que fluye sobre toda la creación, nos permee, y que podamos irradiarlo incondicionalmente sin estar escogiendo seres o personas para donarlo. Se trata de percibir, de sentir el amor de Dios, el amor del Cosmos, que es igual para todos y de tratar de no retenerlo para nosotros, sino que se trata de irradiarlo y así como hace el sol con sus rayos, con su calor, su luz y vida, nadie, ninguna cosa deja de recibir la vida y el calor del sol.
Pero ahora vamos a ver el asunto de las apariciones de la Madre Divina y algunos temas correlacionados a ese acontecimiento, tan fundamental en estos tiempos actuales. No sé si tenemos una conciencia correcta con respecto a cuán fundamental es que estemos en estos tiempos de oscuridad, en contacto directo con algo que viene de los planos más elevados y que se llega a materializar. Vamos a tener otros estudios próximamente, porque el tema es muy amplio y tendríamos que ver algunos aspectos de esta Madre Divina, de esta Madre del Mundo, que hoy no tendríamos posibilidad de examinar.
Más, a medida que vamos entregando nuestro ego humano, o nuestra personalidad humana a los niveles superiores de nuestra conciencia, nuestras percepciones comienzan a ampliarse, comienzan a avanzar y comienzan a crecer rumbo al infinito. Ese camino de la conciencia del pequeño ego humano nuestro, al infinito, al cosmos, ese camino abre nuestra visión para cosas internas importantes, de manera inesperada. Pasamos a ver lo que para la mayoría de las personas es invisible y pasamos apercibir lo que en general es imperceptible.
Esa expansión de la conciencia que nos posibilita percibir lo que hoy no es visible para casi todos, ese progreso que podemos hacer, es inevitable. Todos nosotros tenemos que hacer este progreso, porque así fue decretado por la conciencia mayor, por la conciencia cósmica. Es inevitable que nuestra conciencia se amplíe, aunque tengamos miedo, es inevitable que se amplíe, porque la conciencia planetaria se está ampliando y nosotros vivimos en este planeta, por tanto es inevitable que ampliándose la conciencia planetaria, nosotros que estamos aquí recibiremos el estímulo y el reflejo de eso.
Pero para que esa mudanza en nosotros pueda llegar y para que comencemos a tener conciencia de esa ampliación, es necesario que nosotros como personalidades, como seres humanos, queramos conocer esta vida mayor, esos niveles mayores y sus habitantes y los habitantes de esos mundos más evolucionados, y son esos los que pueden aparecer y uno no verlos, no percibirlos. Son los que llamamos hermanos mayores donde la jerarquía espiritual existe y vive. Pero para tener conciencia de esas presencias, es necesario no sólo que queramos eso, sino que es necesario que la conciencia mayor quiera presentarse a nosotros, quiera que la reconozcamos o que la percibamos, porque la conciencia mayor está siempre ahí, nosotros somos los que no la percibimos.
El poder, que es el poder intermediario entre esas conciencias supremas, ese cosmos perfecto en nosotros, ese poder que liga la voluntad suprema del cosmos de instruirnos con nuestra intención y con nuestra pequeña voluntad de unión con ellos, ese poder de ligación con la perfección es lo que llamamos Madre Divina. Entonces la Madre Divina no es una mujer, la Madre Divina es un poder, es un poder cósmico que tiene el poder, justamente, de ser intermediaria, de hacer este nexo entre nosotros, aquí en la superficie del planeta y aquello que está allá en lo alto como conciencia.
Pero no es sólo el esfuerzo que hacemos con nuestra energía humana lo que realiza este nexo, esa unió con esa Madre Divina o con esta Madre del Mundo, como la llamamos, es necesaria una aspiración muy firme de nuestra parte por verla, por estar con Ella, por ser con Ella, pero también es necesaria una Gracia de lo alto, una Gracia de lo alto que responde a nuestra aspiración. Entonces tendríamos que examinar en principio si esa es nuestra aspiración, ¿será que nosotros aspiramos ver a esta Madre?, ¿será que nosotros aspiramos a percibir a esta entidad?, ¿será que queremos, de forma prioritaria, convivir con eso conscientemente? Entonces, si esto acontece nos tornamos conscientes de la presencia física de esta Divina Madre, si esto acontece con nosotros y si viene la Gracia de lo alto. Pero la Gracia, ¿será que viene si nosotros no estamos interesados en eso como prioridad? Bien.
Los antiguos griegos, los antiguos chinos, los antiguos hindúes, todos los antiguos orientales llamaban a esto Madre Divina, esto no es una creación nuestra aquí en occidente. Más en cada época, en cada raza, en cada pueblo, comprendíamos a esta gran fuerza cósmica según la posibilidad de comprensión de cada pueblo y según el desenvolvimiento de su conciencia, cada ser humano la llamaba Madre Cósmica o Madre Universal o Madre del Mundo. Nuestra tarea en este momento, es reconocer a esta fuerza como Madre del Mundo, porque en esa dimensión y en esas proporciones y no como Madre Cósmica, que esa suprema fuerza está trabajando con nosotros. Ella está trabajando con nosotros como Madre del Mundo, es como Madre del Mundo que con divina paciencia y ustedes han visto la paciencia que Ella tiene, nos está trabajando para que consigamos percibir la realidad en otros planos de conciencia - esto es como Madre del Mundo que lo hace- y que consigamos liberarnos de comprender la vida apenas física y mentalmente, como la comprendemos hasta ahora en nuestra evolución.
¿Y cómo conseguirá eso esa Madre?, a no ser descendiendo de otras dimensiones y materializándose aquí en este nivel donde vivimos. Un gran filósofo hindú, muy devoto de la Madre dice que si nosotros, detrás de nuestra devoción por Ella escondemos nuestros propios deseos humanos, deseos de experiencias espirituales, deseos de recibir favores, en fin, exigencias egoístas. Si ponemos estas cosas en el lugar de la pura aspiración de verla, encontrarla, a estar con Ella, no será posible que acontezca esto y será inútil invocar la Gracia para encontrarla. Entonces todo depende de nuestra intención, si estamos curiosos de ver fenómenos, que Ella aparezca, que haga milagros, que produzca efectos, no perdamos tiempo con esto en la actual fase de Ella, en Su actual ciclo de manifestaciones sobre esta tierra.
Otros servidores del mundo y de la humanidad, buscaron traer hasta nosotros esta realidad, que para ellos era familiar. Ustedes saben, conocen por la historia que muchos hermanos humanos nuestros tuvieron contacto con la Madre del Mundo. En el campo del arte, por ejemplo, existe un cuadro hecho por Nicolás Roehrich, un gran autor del siglo pasado, un cuadro titulado Madre del Mundo, que se encuentra expuesto en el museo Roehrich en Nueva York. En ese cuadro, un velo oculta parte de la faz de la figura de la Madre del Mundo. ¿Y por qué en el cuadro Ella tiene los ojos cubiertos? Según Roehrich, autor del cuadro, que era un gran devoto de cosas ocultas, Ella tiene los ojos cubiertos significando que ciertos misterios del universo aún no pueden ser conocidos por el hombre. Pero la Madre del Mundo no sólo es conocedora de esos misterios sino también portadora de todos los misterios del cosmos, descifrado. Vean cómo necesitamos de esa instructora y delante de qué cosa estamos, en esas experiencias que son tan simples y que para nosotros no cuesta nada tenerlas, es sólo transportarnos para allá y Ella está presente.
Pero esa divina fuerza, al mismo tiempo que está presente en todo el universo, no habiendo cosa en la cual Ella esté ausente, Ella también existe viva en la conciencia de cada uno de nosotros de forma muy especial ¿estamos percibiendo eso?, ¿y para qué tanto esfuerzo para verla, si Ella está en nuestra conciencia?, ¿no es Ella la Madre del planeta?
Según los antiguos chinos, que la conocían bien a Ella, según los antiguos chinos, esa Divina Madre significa una voz siempre presente en nuestra esencia, los chinos antiguos veían eso como una voz, en nuestra esencia. Sólo que esa divinidad en nosotros, está latente, aún no está manifestada en cada ser humano, está presente sólo en nuestra esencia más profunda y no siempre esa voz puede ser oída, o percibida, porque aún nos estamos preparando, nos estamos desobstruyendo de tantos compromisos que asumimos durante las vidas con lo que es denso, con lo que es material, con lo que es humano y con lo que es puramente terrestre. Y esas no son cosas de la tierra, son cosas del cosmos y se hacen presentes en nuestras dimensiones, en nuestro mundo, por puro amor, pero vea, usted no necesita dar un paso para ver esto, eso está dentro de usted.
Según los griegos antiguos, la voz de esa divinidad, está en la conciencia de todos nosotros, de todos los seres y podría ser oída por todos los que tengan intención para que en cualquier nación, en cualquier religión, en cualquier fé, en cualquier creencia podría verla, podría encontrarla. Y podría Ella, enderezar la vida de cada uno trayendo por tanto equilibrio para toda la humanidad.
Los grandes filósofos de la antigüedad enseñaban que quien domina las propias pasiones, los propios sentimientos, puede oír esta voz. Vean cómo es simple. Muchos oyeron esa suprema voz universal que se dirigía a todos sin excepción de ningún ser, de ningún espíritu, desde que se esté abierto realmente a escucharla. Abierto quiere decir no tener otra prioridad, porque no es una voz de este mundo material, aunque quien la escucha, la escucha materialmente, la escucha con el oído. Pero la entrega a la búsqueda de esa Madre debe ser total y todas las partes del ser humano la deben estar buscando. No es suficiente que nuestra mente la quiera encontrar y la quiera ver, es preciso que el corazón también quiera y que la naturaleza física de la persona no cree obstáculos a convivir con tan elevada energía, porque la energía es elevada. No debe haber reserva alguna de nuestra parte, ninguna duda, nada en nosotros que se rehúse a recibirla. Y nosotros no sabemos si inconscientemente hay algo en nosotros que se rehúse a recibirla. Yo conozco personas que me dijeron: yo tengo miedo que Ella hable conmigo porque de repente Ella me va a pedir una cosa que no sé si puedo hacer. Vean cómo somos.
En la India se enseñaba que si una parte del ser humano se entrega a esa búsqueda, pero otra parte tiene reservas de que sea ese el propio camino, o coloca sus propias condiciones, entonces cada vez que la Gracia de esa Madre Divina se aproxima, con las dudas y con las cuestiones mentales, usted mismo la empuja lejos de usted. Entonces es preciso ver si aquellos que no están viendo y aquellos que no están percibiendo, si no son ellos los que están empujando porque hay alguna duda o hay algún tipo de temor. Pero tenemos que reflexionar sobre eso ¿eh?, porque tenemos temores y tenemos dudas que no conocemos. Y claro, estar delante de una Madre del Mundo, estar delante de una Madre Divina ¿qué será lo que esto puede causar en nuestro subconsciente?
El esfuerzo que se pueda hacer para tener este encuentro, este esfuerzo tiene tres puntos que tenemos que observar. Primero, como vimos, tenemos que tener aspiración verdadera a encontrarla; segundo, tenemos que rechazar nuestras resistencias, que surgen inevitablemente en la personalidad, inevitablemente, dicen los orientales; y tercero, es necesaria una verdadera entrega de sí. Esto es, yo estoy disponible para ser lo que debo ser, una verdadera entrega de sí. Esto es muy raro ¿eh?, pero este es el tercer esfuerzo requerido, que usted tenga una verdadera entrega de sí. Entonces vea que todo esto es posible, el obstáculo está en nosotros.
La aspiración a eso debe ser constante, no debe ser una aspiración que se tenga en algún fin de semana, o tenga en algunos momentos por día, o la tenga en algún momento en que se sienta necesitado de alguna cosa, entonces pide. Es una aspiración que debe ser constante.
El rechazo a los movimientos de la naturaleza humana inferior debe establecerse en nosotros, este es el segundo requisito. Entonces debe estar establecido en nosotros el rechazo por todas nuestras contradicciones con respecto a este tema. Y la entrega de sí y de todo, debe ser total. Vean cómo es simple, no existe ninguna fórmula científica complicada, no existe ningún secreto. Son cosas que cualquier ser humano que tenga nuestro nivel de interés evolutivo pueda hacer.
Y será en la proporción en que nosotros nos dedicáramos a la búsqueda de esa energía suprema, que nos tornaremos conscientes de Ella. Yo voy a repetir: será en la proporción en que nos dedicáramos a la búsqueda de esa energía suprema es que nos tornaremos conscientes de Ella.
Mientras más ese proceso consciente va tomando lugar en nuestro ser, más rápida será la aproximación con la Madre del Mundo. Entre nosotros debe haber alguien que tenga esa real aspiración a recibir a esa Madre y a unirse con ese Divino Corazón. Debe haber alguien que tenga hecho muy bien hecho en sí, y por eso Ella continúa apareciendo, continúa instruyéndonos y continúa preparándonos para que algo se aproxime y que pueda armonizar el planeta después de la próxima etapa de la purificación de la tierra.
En función de todo eso iniciamos hoy este ciclo de estudios, esperando que podamos sentir, cada vez más fuerte, esa unión con esa energía tan sublime. Vamos a necesitar de esa energía universal, vamos a necesitar de esa Madre del Mundo para atravesar los desafíos de los días que vendrán, de los cuales ya estamos avisados por innumerables profecías.
Jamás podríamos alcanzar esta situación de prepararnos realmente, amorosamente para enfrentar las situaciones que se aproximan, realmente nosotros tendríamos que tener esta ayuda, tendríamos que tener a Esta intermediaria, que fue la que Dios, la que el Poder Único nos envió y que habla con nosotros de la forma más simple, de la forma más tranquila y que habla con nosotros como si nosotros estuviésemos oyendo, como si nosotros estuviésemos acompañando y como si nosotros estuviésemos realmente decididos a transformarnos. Jamás podríamos alcanzar una situación de seres conscientes y de seres aptos para caminar en la superficie de la tierra en los días que vendrán, jamás podríamos alcanzar esta situación si un poder tan inmenso no llegase hasta nosotros con algo que llamamos humildad perfecta, para hablar con nosotros, como si nosotros estuviésemos oyendo con el corazón y no sólo con la mente, repetimos. Porque la mente no resuelve cuando se trata de cosas divinas, la mente no resuelve cuando se trata de cosas de niveles superiores de conciencia, porque la mente para nosotros es el quinto nivel de nuestra conciencia y nosotros tenemos infinitos niveles.
Y tenemos a este ser intermediario, tenemos a este, llamémoslo ser, tenemos a esta gran fuerza como intermediaria y vamos a hacer un voto, vamos a hacer un voto de estar presentes con el corazón, en esas apariciones. Vamos a hacer un voto de estar con el corazón, en esta historia. No sólo con la mente, no sólo con el intelecto, no sólo con la voluntad humana pura y simple, sino de estar realmente con el corazón, estar realmente con amor. Vamos a recoger dentro de nosotros todo el amor que podamos recoger y vamos a estar amando, y ahí verán lo que acontece.
1 comentario:
Domingo 14/03.29. En estas líneas que escribo, sin extenderme ni molestar, quiero hacerte llegar mi mancomunión con tus escritos, en contacto.
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