2 de febrero de 2008

LAS HADAS Y SU MUNDO


25 de enero, 2008
Dado que en el día de ayer fui bendecida por primera vez con el contacto de un Hada, el Hada Almisa, cuyo breve mensaje he enviado por separado, quiero explayarme hoy un poco sobre la vida y lo relacionado a las mismas.
El hada, particularmente bella, posee un cuerpo cubierto de una luz dorada tornasolada y transparente. Tiene grandes alas, divididas en dos partes. La inferior, más pequeña que la parte superior, se alarga en punta como las alas de ciertas mariposas. El hada puede agitar los brazos y batir las alas. Solamente puede describirse como una maravilla de oro. Sonríe y es evidente que nos ve. Pone los dedos sobre sus labios. Se encuentra escondida en un sauce, entre las hojas y las ramas, nos espía con una sonrisa. No se la puede ver objetivamente desde el plano físico, sino sólo con la vista astral.
Geoffrey Hodson: Faires at Work and Play
Las hadas, aunque muchos niegan su existencia porque no pueden ser vistas con nuestra visión de tercera dimensión, nunca caen en el olvido. En todo caso es su apariencia y su actitud la que cambia respecto a nosotros. Permanecen agazapadas en la invisibilidad y en los espacios cada vez más reducidos de la naturaleza y preferentemente en las partes frondosas de la misma.
En contadas ocasiones han sido vistas porque no tienen la costumbre de dejarse observar en lugares cuyo entorno natural esté deteriorado. Al ser espíritus de la naturaleza, protectoras de las flores, de los árboles, de sus aromas y esencias, les duele en el alma ver a los bosques talados y calcinados indiscriminadamente, las fuentes – antaño cristalinas – ahora sucias, los ríos contaminados. Ellas sufren enormemente con el deterioro progresivo de nuestra naturaleza ya que ellas están estrechamente vinculadas con la misma.
En la canalización Almisa comentó que en mi pequeño jardín se sienten bien, porque lo lleno de amor, a todas mis plantas, flores etc. y luego como en el trabajo con el grupo siempre hacemos invocaciones para ayudar a GAIA, la Madre Tierra, parece que ese es otro factor por el cual se hallan aquí.
Lamentablemente yo no tengo todavía desarrollado la visión mediante el tercer ojo, pero en cambio sí me ayuda mucho la imaginación, que en cierta forma también es una visión.
Hay distintas teorías sobre sus orígenes, generalmente se cree que las hadas y el resto de la Gente Menuda, se remontan a los tiempos más antiguos de la Tierra, cuando todavía estaban en formación los montes y los océanos y aún no había surgido el primer ser humano.
Existen tantas teorías distintas sobre su origen, que el entrar en detalle a esa información equivaldría a páginas y páginas, lo que no es la intención de este artículo. En realidad, tanto su origen como sus posibles etimologías se pierden en la noche de los tiempos al tratarse de seres que se han ido adaptando a las circunstancias de las épocas, pero siempre han permanecido con nosotros, eso sí, con diversas apariencias y distintos nombres.
Con el paso de los tiempos, las hadas se dispersaron y vieron cómo podían especializarse. Por ejemplo, las hadas de los bosques y de las llanuras, se transformaron en protectoras de los seres vivos, de las plantas, de los animales y por supuesto del hombre. Se dice que con su ayuda se levantaron los dólmenes, situados en lugares específicos para controlar las fuerzas telúricas. Las hadas de las fuentes se establecieron junto a los ríos o en los lagos y facilitaron el agua a las tierras vecinas; las de las montañas cuidaron de los desprendimientos y de los aludes y hubo otro grupo que se dedicó a cuidar los tesoros de la tierra.
Cuando un hada decide hacerse visible en nuestro mundo, suele hacerlo a nivel etérico, que es un estado de la materia más denso que el astral, aunque mucho más sutil que el físico. Las hadas poseen un cuerpo que les permite ser transparentes, invisibles, etéricas, volátiles, encantadoras, gráciles, armoniosas..., razón por la cual han formado parte del mundo de los sueños y de los mitos.
La mayoría de los espíritus de la naturaleza evitan la compañía de los hombres, y no es extraño que así sea, pues para ellos el hombre es un ser devastador que destruye, calcina, horada y deja su pestilente huella allí por donde pasa.
Saben que el hombre es capaz de matar a sangre fría a hermosas criaturas de las cuales los espíritus de la naturaleza gustan cuidar, como son las flores o las mariposas. Los seres humanos talan árboles, siegan las hierbas, arrancan las flores, tirándolas acto seguido para que se marchiten, construye hogares y fábricas con elementos impuros y artificiales que contaminan su ambiente, y todo esto nunca ha podido ser visto con buenos ojos por un espíritu de la naturaleza.
Tal como mencioné anteriormente si alguna vez se me ocurre cortar una flor de mi jardín para que sirva de adorno a mi mesa, siempre le pido el permiso a la planta y a los elementales y les bendigo por la belleza y el amor que me brindan.
Como norma general, al no poder materializarse jamás de manera completa, están muy limitadas para hablar de forma física, aunque no telepáticamente, tal como a mí me ha pasado con el Hada Almisa. Ellas se comunican con humanos que gozan de su amistad, trasmitiéndonos a veces valiosos datos sobre la vida y el mundo, gracias a los cuales hoy podemos conocerlas un poco mejor.
Las variedades de los llamados “espíritus de la naturaleza” son tan grandes como la que podríamos registrar en el reino animal. Los elementales son seres cuya corporización normal se da en el plano de la energía, y son, por lo tanto, inmateriales e invisibles para la inmensa mayoría de los humanos, pero se han podido constatar algunos rasgos comunes respecto a su forma de organización que nos sirven como puntos de referencia.
En general viven en sociedades, con familias grandes, pero cada uno conserva su individualidad, aunque están totalmente integrados en la comunidad. Cada uno vive y trabaja para sí, pero en hermandad con los demás, sabiendo que puede contar con ellos siempre tratando de no interferir en lo que sería la vida del otro.
Tienen el alimento aparentemente asegurado, por lo menos en lo inmediato, y no se nota un desgaste en sus ropas, y al estar muy relacionadas con el reino vegetal y animal, hacen labores importantes y desapercibidas para la mayoría de los seres humanos, tales como repasar el aura de las plantas, hoja por hoja, y la de pastos, brizna por brizna.
No solo admiran la belleza de una flor o de un árbol, la delicadeza de sus colores o la gracia de su forma, sino que experimentan gran interés y un profundo placer respecto a todos los procesos de la naturaleza. Se preocupan también por la vida de pájaros y de los insectos, por la formación de los huevos y el desarrollo de las crisálidas.
En cuanto al nombre de las Hadas, el saber el nombre de una persona confiere un cierto poder a aquel que lo descubra, pudiendo ejercer una influencia sobre él. Debido a esto en algunas culturas se ha tenido un especial cuidado de no revelar el verdadero nombre a extraños, pues de lo contrario, podrían estar a merced de aquel que poseyera el secreto, sobre todo a efectos de invocaciones o cosas similares.
El poder del nombre está relacionado con la creencia de la fuerza creativa del sonido: aquello que se invoca en voz alta, utilizando las palabras y los vocablos correctos, acaba por cumplirse. La prohibición de usar el nombre verdadero se produce especialmente entre las hadas.
Todo esto es un tema tan amplio, de tantos enfoques distintos, que no me quiero detener en ello. Yo creo que al haberme dado su nombre Almisa, ella sabe perfectamente que jamás lo utilizaría para algo que no sea un trabajo de la luz y también sé que mi contacto con ella hace necesario que yo en el momento dado para una canalización, tengo que elevar muchísimo mi energía, tal como me está sucediendo también con mi nuevo contacto, ASTARTE el ser Reptiliano, que ya van dos veces que me ha trasmitido mensajes.
Por supuesto estoy contentísima con esta nueva energía que se ha incorporado en mi vida, tal como la alegría que he sentido cuando por primera vez he canalizado a ALCE LIGERO, el Cacique Cherokee.
Me he dado cuenta que se me van apareciendo varios seres que hasta ahora no han tenido contactos humanos y por consiguiente no han sido canalizados y mi interpretación es que paulatinamente al conseguir elevar mi vibración llego a conectarme con seres de otras dimensiones, cosa que anteriormente no me era posible.
Si vamos al caso, aunque es algo distinto, pero no me olvido de que el Maestro Kirael me ha insistido tanto para que me comunique con el Archivo Cósmico para bajar información y yo pienso que, en cierta forma, esto es algo similar, ya que para poder conectarme con estos Seres de Luz hasta ahora desconocidos para mí, es necesario que incremente mi vibración y tengo la esperanza que cuanto más lo consiga hacer, tanto más hermosos seres conoceré.
Me faltan palabras para poder expresar concretamente el contento que me produce esto, me siento muy feliz con ello, y ojalá pueda transmitir con mis palabras un poco de esta felicidad que siento.
Es como si constantemente estoy en búsqueda de nuevos encuentros, por supuesto, siempre y cuando sean de la Luz, y no importa el esfuerzo que requiere el elevarme para conseguirlo pero es una experiencia fabulosa.
Finalmente les quiero comentar que luego de una de estas canalizaciones, tardo un rato de un relajamiento total como para volver a mi cuerpo físico y a mi vida actual.
Con toda Luz y Amor, Alexiis

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