26 de febrero, 2008
De acuerdo al compromiso que he contraído en Octubre del 2005 cuando me desperté a mi personalidad de Alexiis, y cuando los Maestros me encargaron que yo tenía que informar fielmente por escrito y compartir, todo lo que vivía, sentía y pensaba, he hecho esto primero en forma de escritos sueltos y luego también por indicación de ellos lo he compaginado en libros.
Ya saben que he terminado dos libros, primero La Historia de una Transformación y luego la Historia de la Reunión de Anita y Alexiis. Ahora estoy trabajando en el tercero ya que he descubierto que en forma de libro puedo explicar mejor el viaje que estoy haciendo.
Hasta el día de hoy no ha habido vivencia, a veces muy crudas en su realidad, que no haya trascripto fielmente, aunque a veces representaba desnudar mi alma, igualmente habiendo transmitido todas las canalizaciones que he recibido a lo largo del tiempo.
Hoy por primera vez me tomo la libertad de no transcribir una canalización que recibí ayer, y espero que sepan comprenderlo, sin embargo voy a comentar sobre ello.
Hoy hace 9 años falleció mi marido con el cual estuve casada casi 46 años y el cual conocí cuando yo tenía 8 años y el 10, viviendo ambos todavía en Bolivia, ya que tuve que estar durante un tiempo en La Paz en un internado por un problema de mi vista.
No fuimos novios desde aquel entonces, pero sí amigos y luego en la Argentina en el año 52 nos hemos casado.
Por un error involuntario anoche me confundí de fecha creyendo que era el 26 de febrero, en lugar del 25, y cuando ya había sido sacada de la cama por una canalización de Yeshua y luego seguida otra de Astarte, el Reptiliano, repentinamente se me ocurrió mandarle un saludo a mi marido, que por informes recibidos sé que está trabajando del otro lado del velo y que no ha vuelto a encarnar.
Dos veces con anterioridad se me ha presentado y yo me he negado a canalizarlo, ya que por decisión mía no quiero canalizar a personas trascendidas. La primera vez ante mi negativa, se presentó Yeshua y se podría decir que hizo de intérprete para él. La segunda vez que apareció fue justo un día antes de mi cumpleaños cuando junto con mi hija mayor estábamos mirando fotos de nuestros viajes. Quiero aclarar que para aquel entonces mi hija no estaba abierta para nada, pero hoy si lo está.
Cuando en aquel momento sentí su presencia, le hice el comentario a mi hija, pero me negué a canalizar. Durante la noche me descompuse fulero, con cólicos y pasándome la mayor parte de la noche en el baño.
Mi cuestionamiento en aquel momento era el porqué de lo que yo consideraba un castigo por negarme a canalizar, cosa que sé que también le ha pasado a otras compañeras. Por suerte temprano a la mañana siguiente vino Yeshua – mi amado Maestro y Guía – explicándome que no se trataba de un castigo sino que una vez que yo percibía la energía y no le daba salida mediante mi voz, siempre quedaba un residuo de la misma en mi cuerpo físico y eso es lo que producía la descompostura. Yeshua me explicó que si yo digo de antemano que en tal día o momento no quiero canalizar, esto se me respeta totalmente y no tengo consecuencias físicas.
Ahora bien, esta madrugada al sentir su presencia, nuevamente me puse en negativa, estaba en plena trascripción de la canalización de Astarte, pero la energía era tan fuerte que temiendo una nueva descompostura me conecté.
Por suerte se presentó primero Yeshua explicándome que respetaban completamente mi negativa de canalizar a seres humanos trascendidos, con lo cual ellos estaban de acuerdo debido a mi capacidad de elevarme a dimensiones muy altas para recibir a los Seres de Luz que me contactaban, pero me estaba olvidando de algo.
Yeshua me informó que mi marido estaba en una posición muy alta, del otro lado del velo, aunque no era uno de los Maestros que trasmitía enseñanzas a la humanidad. Que yo no debía tener ninguna clase de temor si una vez me decidía a recibirlo y les quiero decir que al final lo hice. Fue tremendamente emocionante, y es eso lo que me guardo y no transcribo. Solamente quiero decir que está perfectamente al tanto de la vida de las hijas, mis nietos y de la mía.
Es imposible explicar el sentimiento de amor que me envolvió y espero que comprendan que esta vez no voy a compartir el mensaje.
Con todo cariño, Alexiis
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