Alexiis, 25 de febrero, 2009
Pasan los días, las horas y los minutos y no me tomo el tiempo para hacer este relato. Me pregunto a mi misma ¿por qué será?, ¿tengo miedo de volcar al papel todos los traspiés que he dado? Supongo que como siempre, a medida que escriba se me va a aclarar el panorama. Sería más fácil simplemente no hacerlo, ¿quién me obliga?, el compromiso que he contraído de relatar mis experiencias, sentimientos, pensamientos para que a lo mejor a otros les puedan servir de orientación. Ese compromiso para mí es sagrado, aunque tengo que reconocer que escudándome en la cantidad de trabajo acumulado, he demorado hacerlo, pero por más que lo demore, es una asignatura pendiente que hay que realizar. Así que adelante....
Como muchos sabrán por comentarios míos, para Navidad del año pasado mi hija menor me insistió o que me vaya de vacaciones, sí o sí, a casa de ella, este verano. No acepté enseguida por estar consciente de que mi movilidad física está muy impedida todavía, pero con todo amor me dijo que aunque pase los días en la cama allá, o sentada en un sillón, me iba a llevar a Bariloche para descansar. ¿Quién se puede resistir ante semejante mensaje?
Ir a vivir a Tafí del Valle, donde vive mi hija mayor, no era una posibilidad ya que por la al-tura de 2200 metros, y todo el entorno, no era lo adecuado para mí, así que solamente quedaba Bariloche.
Luego poco a poco, como siempre, empezaron a caer las fichas. Está bien que en una oportunidad uno de los Maestros había insistido que mi “lugar dulce y momento oportuno” era aquí en Buenos Aires, pero en aquel momento había mucha gente que venía, entre alumnos e integrantes de los grupos.
Hoy en día la cantidad ha disminuido drásticamente e incluso he llegado a resentir la falta de compromiso con el sendero de la luz de algunos, que hacían prevalecer los eventos de la tercera dimensión frente al compromiso espiritual que considero que todos los que nos hallamos en este momento en el planeta, hemos contraído. Sin embargo, he tenido que aprender sí o sí, que yo no puedo influenciar a nadie, que puedo brindar conocimiento, ayuda, todo lo que estaba a mi alcan-ce, pero finalmente cada uno tiene que elegir el camino a seguir.
Luego, y esto era algo fundamental pero que costó para mí llegar a tomar conciencia de ello, es que me iba a separar de lo último “material” que me ataba o relacionaba a nivel físico con mi marido, que justo mañana van a ser 11 años que partió.
Ahora faltaba el tercer bloqueo, el compromiso con los Maestros de quedarme aquí. Para ello no tenía otra forma que invocar una respuesta de parte de ellos. En general trato de formular preguntas para mí personalmente, pero en este caso sí lo tuve que hacer y relaté todo y tuve la respuesta de mi amado Maestro Yeshua, la cual en su momento he transmitido. Me liberaba de todo compromiso de permanecer en Buenos Aires e incluso me indicó de cerrar el centro de luz aquí y abrir uno más grande en Bariloche.
Así, habiendo superado el último impedimento, avisé a mis hijas mi cambio de opinión y mi disposición a mudarme a Bariloche. Para ello tengo que comentar que siempre fue un lugar de ensueño para mí y para mi marido y tal es así que en el año 1976 compramos un hermoso terreno para construir nuestro hogar, pero cuando volvimos a Buenos Aires las dos hijas pusieron el grito en el cielo que no se querían ir. Nos cansamos de pagar impuestos y lo vendimos. Ahora tengo mi hija menor viviendo ahí desde hace más de 10 años.
De aquí en adelante comenzó lo que realmente no sé si llamar una odisea, o la batalla entre el bien y el mal, o qué se yo, pero viéndolo a distancia de unos días es tan, pero tan increíble todo lo que pasó, que a lo mejor le sirva a alguien para ver como se pueden atravesar las cosas.
No sé si se podrán imaginar la desesperación que me agarró viendo que desde aquí no podía hacer nada. Por supuesto llamé enseguida a Bariloche, poniendo mi hija en movimiento la agencia de viajes, etc., pero Lan estaba inmutable, no me brindaban la silla y tampoco me permitían cambiar la fecha de vuelo.
Estuve sentada aquí desesperada, cuestionándome qué es lo que significaba esto, pero al final prevaleció un cierto grado de cordura y llamé a Aerolíneas, donde conseguí vuelo, silla de rueda sin problema, teniendo que pagar más, pero por lo menos viajaba. El único problema era que el avión salía mucho antes que el de Lan, yo no había terminado de empacar, ni ducharme, ni lavarme la cabeza y todo lo correspondiente ante un viaje así.
Tiré realmente dentro de la valija todo lo que se me ocurría, olvidándome por supuesto unas cuantas cosas, rápidamente me vestí y me fuí.
El lunes comenzó la locura: mi hija había ido a ver unas cuantas casas para que yo las viera y salimos a recorrer, una tras otra, evaluando los pro y los contra de cada una.
Por supuesto el bajar a la fuerza la presión, aumentaron mi debilidad, pero por supuesto seguimos viendo casas.
Una de las primeras, ya mi mente me hizo una mala jugada, me quedó en la memoria el living que me encantó, y la consideraba una posibilidad tal es así que cuando finalmente encontramos una que me encantaba, no me decidí porque quería volver a ver la primera.
Cada vez me era más difícil movilizarme ya que – nunca en toda mi vida he tenido fiebre – y repentinamente tenía más de 38º y muchos dolores en la espalda para respirar. Tal es así que el domingo 15 me sentí tan mal que llamamos a mi médico de Buenos Aires, el que por supuesto no estaba. Llamamos a otro médico naturista de Bariloche, que hacía visitas a domicilio, también au-sente y finalmente uno tercero dijo que me lleven a una clínica para sacar radiografía de tórax
Pero como conmigo nada pasa por vía normal, llovía torrencialmente y para llegar de la casa de mi hija hasta el coche tenía que caminar unos 20 a 25 metros, totalmente imposible, así que a combatir todos los síntomas solos. Por suerte me dieron a tomar gotas de Propóleo, que realmente es milagroso, junto con aspirinas, tranquilizantes, contra la presión y unas placas de una aleación especial que tenía desde las épocas del consultorio de mi marido, que mi hija me pegó en la espalda para fortalecer y quitar el dolor.
Bueno aquí me tienen, sin presión, sin fiebre, sin dolor al respirar, lo único muy débil para caminar por la cura forzosa a que me sometí. Es por ello que al comienzo dije que era la lucha entre el bien y el mal. Sentí como que una parte quería que me vaya a vivir a Bariloche y la otra lo quería evitar, pero como sabrán, soy cabeza dura y como muchas veces dije, me doblegaré como un junco pero me vuelvo a enderezar. En eso estoy ahora.
Esto fue el relato de lo negativo, ahora viene lo lindo. Toda mi familia, que se compone de mi hija, su esposo y los dos hijos de él, que son como nietos para mí, me atendieron con un amor que nada lo puede superar. Realmente viví milagros en este sentido ya que aunque por supuesto los conozco y los he tratado alguna vez, pero no tenía idea que había un afecto tan profundo hacia mí de parte de mis nietos. Ahora sale la abuela chocha. De mi nieta adulta ya bastante les he comentado como así también de mi nietito de 4 años, que son los que están en el norte.
También tuve otro mensaje de Yeshua para una familia que me vino a ver, que también he transmitido.
Bueno, a duras penas pero sí, volví a ver la primer casa que me había gustado y aquí mi mente me jugó una treta porque únicamente me acordé del living que me gustó, pero cuando volví a ver lo demás me dí cuenta que lo había bloqueado porque no era para mí.
Tal como esto se produjo con suma rapidez, cuando volvía a Buenos Aires, al día de hoy tengo dos carteles de inmobiliaria colocados, habiendo encaminado las mil y una cosas y como último les comento como me siento, representado en forma gráfica: “Imagínense a alguien parado con la cola al aire, detrás un gran soplete que hace pppffffffffffffffffff con un fuerte chorro como me empuja hacia adelante a una velocidad increíble”.
Creo que con todo esto les doy una idea de lo que pasó, al que le resulte largo, hay una forma simple, se hace click y se borra el mensaje. Pero es un recuento hecho con el amor de siempre hacia todos ustedes, Alexiis.
http://wayran.blogspot.com
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