17 de octubre, 2009
· TÉCNICA DE PROTECCIÓN
§ Pilar Medio con Gráfico
· FORMULAS PARA ARMONIZAR LA SALUD
§ Gráfico del Árbol de la Vida
· ADMINISTRACION DE ENERGIA
§ La Cruz Cabalística
· MIEDO A LA LIBERTAD
· APROVECHEN LA VIDA AMIGOS
· TRES PEQUEÑOS ÁRBOLES
· EL GATO DEL ASHRAM - Reflexión
· BUSCANDO A DIOS - Diálogos conmigo mismo
· DESDE LAS ESTRELLAS
§ Nº 20 - La Unidad
§ Nº 21 - Creación del Ser Humano
§ Nº 22 - Mantener la atención
§ Nº 23 - Los Errores
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TÉCNICA DE PROTECCIÓN
PILAR DEL MEDIO
La figura del Árbol Microcósmico de la Vida es una representación simbólica del Árbol en el interior del cuerpo humano. Cuando lo construimos y "despertamos" dentro de nuestra aura, ciertas sefirot giran alrededor del centro de nuestro ser. Esta línea forma el Pilar del Medio. El Pilar Medio está constituido por las esferas que coinciden con la parte superior de la cabeza (Kether), la garganta (Daath, la sefirá oculta entre Kether y Tiferet), el plexo solar (Tiferet, los genitales (Yesod) y los pies (Malkuth). Es el equilibrio de todas las energías y fuerzas entre las otras dos líneas verticales formadas por las sefirot (los Pilares Femenino y Masculino).
El ejercicio del Pilar Medio sirve para convocar estas energías y reconstruirlas en el interior del aura. Esta práctica sirve para acumular allí cantidades enormes de energía, la cual salda las fugas que producen las fisuras y elimina toda clase de interferencias energéticas.
Realizado con atención, estabiliza el campo energético completo de la persona y aumenta su energía interior, de modo que pueda ser utilizada en el transcurso del día, cuando tenemos que cumplir múltiples roles sin perder la armonía con el Todo. Además, predispone alcanzar el estado ideal que se requiere para realizar la sanación a los seres queridos.
Pero no sólo actúa cuando el desequilibrio ya se ha producido; también lo previene para que no sobre exijamos nuestras energías psíquicas, físicas, emocionales y espirituales. Este ejercicio eleva la atención de nuestro Yo Superior. Es una práctica de la que tanto los iniciados como los conocedores pueden obtener beneficios.
En el curso del aprendizaje, al vincularnos con las energías latentes en cada sefirá, descubriremos que existe una más (una quinta sefirá) en el Pilar Medio. Es Daath, la sefirá oculta. Es el undécimo nivel de conciencia que existe en nuestro interior. Es el nivel del conocimiento, que nos ayuda a cruzar los abismos de nuestro crecimiento y nuestra conciencia. Es suficiente saber que existe, y que puede ser utilizado del mismo modo que los otros.
El contacto con el nivel oculto de conciencia, con este ejercicio, nos vincula con ciertos simbolismos muy antiguos.
Cinco es el número de sentidos, los que usamos en nuestro nivel de conciencia normal, pero cinco es también el símbolo del sentido oculto (Daath) detrás de los cinco sentidos, el sexto sentido que nos capacita para conectarnos con nuestro Yo Superior.
Las cinco esferas también pueden representar a los cinco elementos:
EL FUEGO, el elemento de la creatividad,
EL AGUA, el de la vida eterna, LA TIERRA, el de la fundación,
EL AIRE, el del conocimiento superior,
EL ESPIRITU DIVINO, el que opera detrás de todos ellos.
A través de este ejercicio movilizamos todos los elementos y despertamos sus energías de una manera equilibrada. Y, fundamentalmente, llevamos a cabo un óptimo uso de sus potencias.
EL EJERCICIO:
El ejercicio puede hacerse tanto de pie como sentado; en este último caso, la espalda debe mantenerse erguida y sin tensiones. Cada vez que se desee despertar el poder del Árbol, se utilizarán la visualización y los sonidos.
Recuerda que siempre debes comenzar por realizar la Cruz Cabalística, para estabilizar tu campo energético. Luego, resultará benéfico elevar alguna plegaria de devoción a las energías más altas de lo divino que estarás convocando. Es indistinto cuál sea la plegaria, pero no debería ser pronunciada de una manera lúgubre o triste. Debes sentir las palabras en tanto que las pronuncias, y visualizarlas haciendo un eco fuerte a través del Universo y hacia su Fuente Divina.
1) Visualiza una esfera blanca, brillante y cristalina, formándose justo en la parte superior de tu cabeza. La esfera vibra con energía. Imagínala iluminando con su brillo. Esa es la energía del nivel de Kether que, mediante el ejercicio de visualización, estás dibujando y atrayendo en una manifestación dentro de tu ser.
2) En este momento, pronuncia con una vibración, el nombre
EHEIEH = ("eh-ha-yeh")
Es el nombre de la Fuerza de Dios, relacionada con este nivel de conciencia.
3) Mientras repites la palabra, enfatiza cada sílaba y visualiza la esfera de luz tornándose cada vez más brillante y poderosa, a la vez que va llenando la coronilla de tu cabeza con energía.
4) No hay un número determinado de veces que sea necesario repetir el nombre. Hazlo hasta que tu propia intuición te diga que puedes continuar con el resto del ejercicio. No es necesario que lo digas en voz alta, puedes apenas murmurarlo.
5) Cuando sientas que la esfera de luz está suficientemente activada -es importante aprender a confiar en tus sentimientos a este respecto- visualiza una espada de luz igualmente brillante y enceguecedora, descendiendo a través de tu cabeza hacia el cuello y el área de la garganta. Este es el nivel de Daath.
6) Visualiza una segunda esfera de luz. Son numerosas las asociaciones y energías que se encuentran en este nivel oculto de energía. La fuerza de Dios que se activa allí es un equilibrio entre la fuerza de Dios de Chokmah y la Fuerza de Dios de Binah. Por esta razón, utilizamos un nombre que combina ambos aspectos:
YHVH ELOHIM = ("yah-hoh-voh eh- loh-hiim").
Al hacer vibrar este nombre, la esfera de luz también vibra, y crece en intensidad y brillo hasta que la sientas activa en el área de tu cuello.
7) Luego, visualiza la espada de luz descendiendo desde el fondo de la segunda esfera hasta conformarse en una tercera esfera en la zona del corazón. Esta es la esfera de Tiferet. Siéntela. Es la manifestación que invocaste a través de la concentración en tus pensamientos y el sonido del Divino Nombre del Poder.
8) Haz vibrar el nombre:
YHVE ELOAH VADAATH = ("yah-hoh-voh eh-loh-eh va-dah-ahth")
y percibe el eco en tu interior y en los confines del Universo. Ve cómo la esfera vibra y crece en intensidad con cada repetición del nombre divino, Siente la energía descendiendo desde la coronilla de la cabeza hacia la zona del corazón, impregnándolo de luz y energía.
9) Visualiza la espada de luz bajando desde el fondo de esta esfera hasta formar la cuarta, en la zona inferior del vientre.
10) Percibe cómo la esfera cobre vida con la energía y el brillo, al tiempo que haces vibrar el nombre de la Fuerza de Dios que gobierna este nivel:
SHADDAI EL CHAI = ("sha-dai-el-jai").
Imagina, siente y reconoce la actividad de la energía, viva y vibrante dentro de esta zona de tu ser.
11) Finalmente, visualiza la espada de luz descendiendo desde el fondo de la cuarta esfera hacia los pies. Aquí se forma la quinta esfera de energía que constituye el Pilar Medio. Haz vibrar el nombre
ADONAI HA-ARETZ - ("ah-doh-nai hah-ah-retz")
Ella despierta la energía más elevada y espiritual, y gira y vibra con intensidad y resplandor crecientes a medida que repites el nombre.
12) En este punto, no sólo has despertado una gran cantidad de energía espiritual, sino también las has manifestado en tu organismo. Detente durante un momento, mientras sientes las cinco esferas de energía espiritual brillando a lo largo de la espada de luz que penetra y se difunde por tu cuerpo.
13) Con las esferas y la espada brillando con esplendor, vuelve tu atención a la esfera en la coronilla de tu cabeza.
14) Realiza respiraciones rítmicas para hacer circular la energía. Al exhalar lentamente, ve y siente la energía fluyendo desde el tope de la esfera y enviando vapor hacia el lado izquierdo de tu cuerpo. Siente como el lado izquierdo se llena con esta energía luminosa y la irradia hacia afuera fortaleciendo tu aura desde ese lado. Al inhalar lentamente, lleva la energía hacia arriba y hacia la parte derecha del cuerpo, llenándolo e irradiando hacia tu aura en ese lado. Siente tu aura expandirse y fortalecerse con cada respiración. Continúa haciendo esto hasta que puedas sentir la circulación de esta energía alrededor de tu cuerpo y tu aura. Vela, siéntela, descubre que la atraes con el infinito poder de tu mente. Esto formará un campo electromagnético de energía alrededor tuyo que te dará un aura de fuerza y luz. Repítelo varias veces.
15) Luego, al exhalar, permite que la energía descienda hacia tu lado anterior. Es fuerte y esplendorosa, y llena tu aura, que sigue fluyendo. Al inhalar, lleva la energía por arriba hacia tu espalda. Continúa haciendo esto hasta que la sientas circular y expandirse con un aumento del brillo y la fuerza. Ahora tienes energía fuerte circulando alrededor de todo tu ser.
16) Detente, simplemente visualiza y siente la energía en movimiento. Estate consciente de que has llenado todos tus rincones, y que has reemplazado cualquier pérdida de energía. Has colmado tu aura y todo tu ser con una energía de luz que es intensa, brillante y saludable.
17) Permite que la energía llegue al centro de tus pies. Visualiza la espada de luz que irradia a través de todas las esferas, como un tubo de luz fluorescente. Al inhalar, siente la energía circulando por el tubo hacia el centro de la coronilla y al exhalar, siente la infinita energía bañándote completamente. Visualízala como un arco iris de intensos colores saliendo de tu cabeza, iluminándolo con protectores colores de energía.
18) Permite que al menos cinco veces circule la energía alrededor de tu cuerpo y que tu ser se impregne de ella.
19) Finaliza el ejercicio con una breve plegaria o una breve meditación o contemplación sobre el brillo de tu ser.
Enraíza tu energía, dibujándola dentro de tu ser con la Cruz Cabalística y confiando en la fuerza y la protección de la poderosa energía espiritual. Tu te has convertido en un ser de luz.
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FORMULAS PARA ARMONIZAR LA SALUD
La Cábala puede utilizarse para mejorar el estado general del organismo a través de un método muy sencillo, pero que debe aplicarse con sumo cuidado. El poder de las sefirot es tan grande que puede invocarse y aplicarse como complemento de las indicaciones y recomendaciones del médico. Las enfermedades, muchas veces, no son más que la expresión visible de los desequilibrios energéticos que se producen los planos emocional y espiritual. La idea es utilizar el poder específico que se despierta al trabajar con cada sefirá playa armonizar nuestra salud.
EL CUERPO Y LAS ENERGIAS DE LAS SEFIROT
Cuando comiences a trabajar y contactarte con tus diferentes niveles de conciencia, seguramente advertirás que cada uno de ellos domina una parte determinada de tu ser físico o emocional.
Una forma de conocer las correspondencias físicas es a través de la asociación astrológica de ciertas partes del cuerpo físico con los planetas. Por eso, si conoces qué nivel de conciencia te conecta a la energía relacionada con el planeta y su correspondiente energía en el cuerpo físico, puedes activar ese nivel para asistir y acelerar la curación. Si una zona particular del cuerpo está desequilibrada, puedes devolverle la armonía contactándote con el nivel de conciencia correspondiente.
Si hay un problema en el área del corazón y de los pulmones, por ejemplo, puede estar indicando una influencia o desequilibrio del Sol o la Luna. El Sol rige el corazón y los pulmones, y la Luna gobierna los pulmones y el estómago. En ese caso, puedes conectarte con aquellas energías de tu Árbol de la Vida que están reflejadas en el Sol o la Luna. Para el Sol, conéctate con Tiferet, para la Luna, con Yesod.
Utiliza el siguiente cuadro de correspondencias para ubicar cuál de los niveles de conciencia te abre las puertas de la sanación a cada uno de los males que pueden afectar el cuerpo físico y emocional:
MALKUTH (Tierra): Donde todas las enfermedades se manifiestan.
YESOD (Luna): Pechos, pulmones, ovarios, estómago, menstruación, todas las enfermedades psicosomáticas.
HOD (Mercurio): Sistema nervioso, manos, cuerdas vocales, tiroides, respiración, plexo solar, problemas mental s„
NETZACH (Venus): Atractivo físico, pelo, piel, riñones, sistema reproductivo, timo, esqueleto.
TIFERET (Sol): Corazón, espalda, presión arterial, circulación, columna vertebral.
GEBURAH (Marte): Glóbulos rojos (anemia), vías respiratorias, sistema muscular, glándulas suprarrenales, temperatura.
CHESED (Júpiter): Hígado, caderas, muslos, intestinos, nutrición celular, formación de hemoglobina.
BINAR (Saturno: Piel, huesos, articulaciones, dentadura, audición, tendones, vías respiratorias (congestiones)
CHOKMAH (Urano): Lado izquierdo del rostro, hemisferio del equilibrio, glándula pituitaria.
KETHER (Neptuno): Cráneo, chacra coronario.
Procedimiento de sanación paso a paso:
1) En primer lugar debes armonizar la habitación donde trabajarás, con velas e incienso y música relajante. Prefiere los colores asociados al nivel de conciencia que desees invocar; por ejemplo, si pretendes invocar a Binah, encenderás velas de color negro. Pero ésta no es una regla imprescindible.
2) Al principio será conveniente que prepares el cuerpo, la mente y el aura realizando el ejercicio del Pilar Medio o el de la Cruz Cabalística. Cuando estés entrenada en lograr rápidamente un estado definido de conciencia, bastará un ejercicio más breve de concentración, ya sea a través de la respiración aquietante (recuerda siempre exhalar hasta el final todo el aire a través de la nariz y dejar que nuevamente el aire entre por ella, e infla tu abdomen suavemente sin forzar hasta que una nueva exhalación sea necesaria) o simplemente los ojos y focalizando en el tercer ojo.
3) Cuando hayas logrado un estado de relajación absoluta y te encuentres completamente energizado y receptivo, de modo que te hayas convertido en un canal energético -un medio a través del cual todas las energías pueden manifestarse- estarás lista para proceder a la tarea de realizar una sanación.
4) Concéntrate en la sefirá que corresponda a la zona afectada y repite el nombre de la fuerza de Dios correspondiente; visualiza su color, su energía poderosa, mientras emana de la zona del cuerpo donde esté localizada y se distribuye desde allí hacia el resto del aura.
5) Invoca al Arcángel y a las fuerzas angélicas que trabajan en ese nivel para pedirles protección y que limpien la zona de cualquier desequilibrio energético, que puede estar provocando la enfermedad.
6) Pide al Arcángel correspondiente a ese nivel, que te responda cuál es la causa del problema y que te señale el camino para corregirla en el plano físico.
7) Al hablar con el Arcángel, permítele que te ayude a descubrir cuáles son las emociones que has permitido que te afecten, o al enfermo en cuestión, y que han provocado la manifestación física del malestar o la enfermedad. Cuando la respuesta aparezca no la discutas, acéptala aunque en ese momento no puedas ver la relación que hay entre ella y la enfermedad. La explicación racional llegará más adelante, seguramente cuando ya no la necesites.
8) Permite que la energía de ese nivel restablezca el equilibrio de la zona afectada. Para esto tienes dos caminos:
a) Uno es seguir tu intuición para realizar las prácticas que te puedan ayudar en ese momento: colocar la mano para dar calor a la zona afectada o realizar un masaje descontracturante. Visualiza la luz de la sefirá creciendo en intensidad hasta enceguecerte. Vela, siéntela, imagínala quemando los sentimientos negativos que han congestionado la zona. Percibe como la energía de la luz inunda el área afectada, llenándolo con la energía curativa. En caso de realizar la sanación a otra persona, visualiza lo mismo sobre la imagen de ella. Siente el alivio que llega al armonizar su cuerpo y restablecer el equilibrio de las energías.
b) El segundo modo de hacerlo es solicitar al Arcángel que provea la energía curativa. Hazlo con firmeza y convicción. Visualiza a este enermo Ser de Luz llegado hacia ti -o la persona a sanar-, tocándote y bendiciéndote. Siéntete envuelta en un abrazo de amor y fuerza que fluye incondicional y libremente hacia a través tuyo, para restablecer su equilibrio y devolverte la salud. Agradece al maravilloso ser la ayuda que te ha proporcionado.
9) Recuerda que ninguno de estos procedimientos debe realizarse para suplantar la asistencia médica profesional ni los métodos terapéuticos apropiados. Lo que has hecho es aceptar la responsabilidad que te cabe por tu salud y bienestar; esto significa reparar en que si una enfermedad se ha manifestado, es porque has creado y concentrado la energía que le permitió manifestarse. Y si la creaste, también puedes modificarla, trabajarla, manipularla.
En tu interior hay enormes poderes para hacer que la salud circule libremente. Cuando puedas reconocerlo, habrás dado un paso enorme en el proceso de sanación.
SEFIRA ARCÁNGEL COLOR
Malkuth Sandolfon Vela amarilla, oliva, bordó o negra.
Yesod Gabriel Vela violeta
Hod Miguel Vela anaranjada
Netzach Haniel Vela verde
Tiferet Rafael Vela amarilla
Geburah Kamael Vela roja
Chesed Tzadkiel Vela azul
Binah Tzaphkiel Vela negra
Chokmah Raziel Vela gris
Kether Metatron Vela blanca
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ADMINISTRACIÓN DE ENERGÍA
Cada vez que el aura de una persona se contacta con el aura de alguien más, se produce un intercambio de energía. Cuando las situaciones nos parecen confusas y la gente que nos rodea se irrita o nos molesta, gastamos y utilizamos más energía de nuestro propio campo.
Por ser la mediación con el mundo, el aura sufre ciertas alteraciones. Restituirla y volverla a su estado original es una tarea individual.
Es esencial reconocer cuándo estamos utilizando cantidades excesivas de energía y cómo recargarla antes de provocar un gasto poco equilibrado. De lo contrario, el cuerpo reacciona a esa falta de armonía desarrollando trastornos e, incluso, enfermedades.
Del mismo modo como estamos acostumbrados a las reacciones de nuestro cuerpo físico frente a estímulos externos y sabemos qué hacer en cada caso, necesitamos familiarizarnos con nuestro campo energético. De lo que se trata, simplemente, es de aprender a administrar nuestras energías, no gastarlas sin necesidad y prevenirnos ante aquellos que resuelven su equilibrio tomando nuestra energía.
En estos casos, existen métodos muy simples para limpiar nuestra aura de las influencias extrañas y negativas que se acumulan allí durante el día, a través del solo contacto con otras personas. Para lograr el objetivo de fortalecer el aura y, como consecuencia, prevenir enfermedades y preservar la salud emocional y espiritual, es necesario que aprendamos a despertar y utilizar las energías en todos los niveles de nuestro ser de una manera equilibrada.
La energía se encuentra, de modo latente, en cantidades ilimitadas dentro de nosotros. Somos de hecho, un reflejo en miniatura de la energía total del Universo. Cuando despertamos y utilizamos todos los aspectos de nuestro ser, creamos un campo energético vibrante, fuerte y protector. Esta especie de escudo nos resguarda de la negatividad y aumenta nuestros propios niveles de energía, de modo que podamos utilizarla en mayores cantidades.
LAS HERIDAS DEL AURA
Muchas veces, sin darnos cuenta, malgastamos nuestra energía, abusamos de ella, o, de lo contrario, no la aplicamos en su justa medida, desaprovechándola y creando núcleos de desequilibrio. Podemos también despertarla sin aprovecharla, algo que provoca que nuestro Árbol (¡Somos el Árbol de la Vida!) no crezca o, lo que es peor, crezca defectuosamente. Tenemos menos resistencia a las cosas que pueden hacernos daño y contamos con menos reserva de energía para manifestarnos a nosotros mismos qué necesitamos y deseamos. No reconocer las carencias conduce a vivir repitiendo errores, sin crecer ni madurar, sin abrirnos a los cambios. Aunque no lo parezca, todo esto proviene de un mal uso de nuestra energía.
Es en esos momentos que estamos librados a las circunstancias y debemos enfrentarnos a situaciones muy alejadas del ideal. De modo que hemos consentido que nuestras energías se escaparan de nuestro campo energético y creado "heridas" áuricas. Se trata de "pinchaduras" y grietas en nuestro campo de energía que operan como válvulas de escape por donde se produce una fuga realmente perjudicial para nuestro cuerpo.
Otra secuencia es que la energía no consigue acumularse rápidamente ni con la suficiente fuerza para recuperar el equilibrio y el bienestar en todos los niveles de nuestra vida.
Ciertas actitudes y hábitos conducen a la formación de heridas áuricas. Si deseas mantener el equilibrio con el Todo, procura evitarlas. Ellos son:
· las drogas
· el alcohol
· los sufrimientos mentales y emocionales
· las meditaciones imprudentes (son las destinadas a manipular a otras personas y crear situaciones negativas)
· el estrés
· el tabaco
Debemos recordar que si deseamos desarrollar nuestros más elevados recursos interiores, debemos alcanzar un estado de salud emocional, mental y físico que nos permita hacer un uso equilibrado de ellos. Si bien invocamos a los otros niveles para favorecer y acelerar nuestro crecimiento en lo físico, estamos inmersos en lo físico. Por esa razón, debemos mantener ese vehículo corporal en el mejor estado posible.
Usamos la Cábala como un sistema para el crecimiento y el incremento de nuestra conciencia. El objetivo es recuperar la responsabilidad que tenemos por nuestras propias vidas. Parte de esa responsabilidad es el cuidado adecuado de nuestro ser físico. Debemos mantener el equilibrio de los estados físico, emocional, mental y espiritual, y lograr que todos ellos trabajen como una unidad. Si ignorásemos uno en función de los otros, nosotros mismos seríamos los agentes del desequilibrio. Una de las virtudes de este sistema es que puede evidenciar esa desproporción.
Transcribiré, básicamente, dos técnicas para trabajar con las energías. Las dos son sumamente efectivas para despertarlas y estimularlas, y al mismo tiempo, fortalecerlas y protegerlas. Conviene utilizar ambas técnicas o ejercicios con la mayor frecuencia posible, a fin de familiarizarse con el sistema y aprender a manejar el poder que se adquirirá a través de la meditación con las esferas.
Ellos son la Cruz Cabalística y el ejercicio del Pilar del Medio. Ambos fortalecen, equilibran y protegen. Nos armonizan interior y exteriormente.
LA CRUZ CABALISTICA
Desde el punto de vista formal, la Cruz Cabalística es más antigua que la Cruz Cristiana. A pesar de que la gente asocia este símbolo sólo con una religión, se puede encontrar en la mayoría de los dogmas y culturas, y fue utilizado en todas las antiguas Escuelas de Misterio. Pero no sólo la fe participa de esa figura emblemática; la encontramos, por ejemplo, en los cuatro puntos cardinales del Universo, en los cuatro elementos de la naturaleza, etc.
Esta imagen tan conocida constituye un punto fundamental en la evolución del subconsciente.
La Cruz puede utilizarse para despertar el flujo de todas las energías presentes en nosotros, en estado latente. Aprender a utilizarla y construirla dentro del aura es uno de los primeros pasos para todo aquel que pretenda alcanzar el saber iluminador.
La Cruz Cabalística te llevará a despertar tu propia luz espiritual y ponerla en acción. Es un primer acercamiento a todos los centros espirituales que residen en el Árbol de la Vida y que estás por activar. Estabiliza toda el aura y te protege, de modo que, mediante un trabajo con ella, podrás acceder más directamente a esos centros espirituales y obtener los frutos deseados.
A fin de realizar estos ejercicios utilizaremos visualizaciones y sonidos para manifestar los poderes latentes. Se trata de poner en evidencia, de modo palpable esos poderes ocultos en el interior de todos nosotros. Procederemos de la siguiente manera:
1) Colócate de pie mirando hacia el Este, con los pies juntos, los hombros bajos y los brazos pegados al cuerpo.
2) Realiza algunas respiraciones profundas desde el diafragma. Al inhalar y exhalar lentamente, visualízate a vos misma creciendo y expandiéndote hacia arriba, a través del techo de tu casa y elevándote hacia las nubes, hasta que te encuentres fuera de la Tierra, con el Universo entero por delante y a tu alrededor. Percíbelo, imagínalo, visualízalo y... ¡así será!
3) Junta los dedos pulgar, índice y mayor (el pulgar representa tu espíritu interior divino; el índice, tu fuego creativo y el del Universo; el mayor, el llamado a la fuerza de los otros dos planos de la Tierra). Únelos, apóyalos sobre la frente, en el punto situado entre los ojos, y pronuncia suavemente la palabra hebrea
ATEH (se pronuncia: "ahtoh").
Otorga el mismo énfasis a cada sílaba y visualiza los sonidos como si viajaran por los confines del Universo. Mientras tocas tu frente, visualiza una explosión de luz brillante manifestándose alrededor de tu cabeza y elevándose hacia el infinito.
4) Lleva el pulgar y los otros dedos lentamente hacia abajo, dirigiendo la luz esta vez en dirección al centro de tu pecho, donde apoyarás los dedos. Pronuncia, de modo que vibre, la palabra:
MALKUTH ("mahl-kuth")
Malkuth es el nivel que se ubica en el fondo del Árbol de la Vida, por lo tanto, se encuentra dentro del cuerpo. Está asociado con el área que rodea a los pies. Sería torpe agacharse y tocar los pies; por lo tanto es mejor tocar el área del corazón. El corazón es el centro de tu ser y, a partir de él, se puede alcanzar cualquier otra área.
5) Visualiza la luz extendiéndose hacia abajo, hacia los pies y explotando en luz brillante y cristalina. Enseguida, visualízala como si se extendiera hacia abajo en el infinito.
Acaba de crear un rayo de energía universal que se despliega, a través de tu cuerpo, hacia el infinito en dos direcciones.
6) Ahora, lleva los tres dedos con los que estás trabajando hacia el hombro derecho. Visualiza nuevamente la explosión de luz cristalina y ve la luz extenderse fuera del hombro derecho hacia el infinito. Di (vibrando) las palabras:
VE-GE-BURAH ("veh-geh-bur-ah")
7) Luego, dibuja la línea de luz cruzando el pecho hasta tocar el hombro opuesto. Al tocar el hombro izquierdo, visualiza y siente la explosión brillante de luz y vibra las palabras:
VE-GEDULAH ("ve-geh-du-lah");
entretanto, visualiza la luz extendiéndose desde el hombro hacia afuera, en dirección al infinito.
8) En este punto, levanta ambos brazos hacia los lados, con las palmas hacia arriba.
9) Inclina la cabeza hacia adelante y lleva las manos a una posición plegada sobre el pecho, con los dedos apuntando hacia arriba, y vibra las palabras:
LE-OLAM AMEN ("le oh-lam ah-men").
Vete a ti misma como un ser de luz maravillosa y energía sorprendente, equilibrada y brillando hacia todos los frentes.
A través de esta visualización y la vibración de las palabras, has convocado a las energías de tu interior y has invocado a lo divino para transmutarte a ti misma en una Cruz de luz brillante.
Las palabras son muy significativas, y tienen tanto poder e influjo en la Cábala como en el cristianismo. Son parte de la Plegaria del Señor. El Maestro Jesús las pasó a sus seguidores y están presentes en este Antiguo y Santo sistema de desarrollo personal.
ATEN = TUYO ES
MALKUTH = EL REINO
VE-GEBURAH = Y EL PODER
VE-GEDULAH = Y LA GLORIA
LE-OLAM = POR SIEMPRE
AMEN = ASI SEA
Hace vibrar los nombres y las palabras fuertemente y, si es necesario, repítelas varias veces. Este procedimiento no sólo mejora la concentración, sino que también puede ayudarte a configurar la Cruz de un modo más claro y vívido. Tu quieres que la Cruz (y por lo tanto vos misma) sea tan brillante y enceguecedora por su intensidad que realmente ilumine todo el universo. Los sonidos y las visualizaciones evocarán poderes inusitados y una gran energía. Recuerda que se trata de un proceso santo y merece atención y reverencia.
ALGUNOS BENEFICIOS
La técnica de la Cruz Cabalística debe ser usada antes de efectuar cualquier meditación o trabajo ritual. Estabiliza el aura y protege.
También, debería ser usada después de las meditaciones y contactos con otros niveles de conciencia, de modo que las otras áreas estén cerradas y selladas cuando volvamos completamente al plano terrestre.
Puede ser utilizada durante el día, cuando sentimos que las cosas se alteran, o que quienes nos rodean ejercen presiones y están interfiriendo con nuestra energía. Es un ejercicio muy favorable para restablecer el equilibrio, y permite enfrentar adecuadamente a las personas y las situaciones conflictivas de un modo controlado.
Cuando te acostumbres a cerrar de este modo una meditación, visualízate adoptando un tamaño normal y " absorbiendo la Cruz luminosa dentro tuyo al volver. El camino de energía que has generado no sólo se extiende hacia los otros, sino que se convierte en parte de tu campo energético para fortalecerte y protegerte, mientras estás pendiente de tus asuntos cotidianos.
Con el tiempo y la práctica, este ejercicio te impulsará a aumentar tu percepción de las presencias sombrías en tu vida y orientarte hacia el genio elevado y divino que se encuentra en cada uno.
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