31 de octubre, 2008, 5:55 AM
Como Yo Soy El Que Yo Soy, Alexiis, invoco al Regente Cósmico para que me permita acceder a los Archivos Universales. Siento que es el momento adecuado para bajar una información y pido el acceso a esa enorme cantidad de material disponible, agradeciendo desde ya todo lo que se me permita recibir. Quedo esperando. . . .
Como Yo Soy El Que Yo Soy, Alexiis, invoco al Regente Cósmico para que me permita acceder a los Archivos Universales. Siento que es el momento adecuado para bajar una información y pido el acceso a esa enorme cantidad de material disponible, agradeciendo desde ya todo lo que se me permita recibir. Quedo esperando. . . .
Se me aparece todo el asunto de los distintos avistamientos de naves que se están produciendo en el planeta Tierra. Tiene que ver con la aceptación de lo que nosotros llamamos acá los Extraterrestres o ET’s.
Tenemos que darnos cuenta que en cierto sentido todos nosotros, en su gran mayoría, los que habitamos el planeta, somos ET’s porque venimos de otros sistemas estelares, somos Semillas Estelares, pero a raíz del famoso ‘velo’ nos hemos olvidado de quienes somos y por lo tanto muchos, en una gran mayoría casi diría hoy - me temo que sea así - no son capaces de darse cuenta que los que nosotros llamamos ET’s, son hermanos nuestros provenientes desde otros universos, por ahí desde otros sistemas estelares, pero todos provenimos de la misma Fuente. Todos somos UNO.
No importa el aspecto físico que tengamos ya que incluso acá en el planeta Tierra nos diferenciamos por color de piel, por tipología, digámoslo así. Somos distintos sin embargo nos consideramos terrestres. ¿Por qué? Porque vivimos en el planeta Tierra, es cierto, pero muchos somos de orígenes de otros sistemas estelares, o de otros planetas, sea lo que sea.
Entonces ha llegado el momento en el que tenemos que aceptar que no estamos solos en el Universo y también que es tiempo de que aceptemos la presencia de nuestros hermanos, de nuestras hermanas. Tengan otra fisonomía, no importa, pero la gran mayoría de los que se presentan o presentarán hoy en día, vienen para ayudarnos. Vienen para ayudarnos a dar el gran paso con la Madre Tierra, hacia la ascensión, hacia la quinta dimensión.
Nosotros, los que vivimos en la superficie, en su gran mayoría o desconocemos o rechazamos la idea de que haya otra gente, otros humanos, viviendo dentro de la Madre Tierra. Humanos que fueron hermanos nuestros en una época, pero por distintas circunstancias se han retirado al interior de la Tierra, pero no por eso dejan de ser humanos.
Ellos tuvieron en parte la gran ventaja que, al retirarse y vivir en la Tierra interna, en distintas partes, porque hay muchas ciudades, muchas civilizaciones internas también, a lo largo de todo el planeta, al no estar expuestos a la vida casi – digamos – contaminada que hemos vivido nosotros, se han desarrollado mucho más en el sentido de que se han hecho mucho más puros, han avanzado en su evolución mucho más allá de lo que nosotros hemos podido avanzar.
Todos ellos nos ofrecen hoy, ya hace unos años, nos ofrecen su ayuda. Los más conocidos para nosotros son los que residen en la ciudad subterránea de Telos, debajo del Monte Shasta, de los cuales incluso hay algunos teloisianos que trabajan en la superficie y no se distinguen del común de la gente, del ser humano común.
Es sabido que los habitantes de Telos son descendientes de los Lemurianos que se refugiaron en esa zona del planeta ante el inminente hundimiento de Lemuria. Son seres de un elevado grado de evolución que ya desde hace unos años nos van brindando sus enseñanzas, a fin de ayudarnos en nuestro camino evolutivo.
Una gran parte de esta enseñanza la recibimos durante nuestro estado de sueño, ya que durante ese tiempo el Espíritu viaja y asiste a muchos de los centros de enseñanzas que hay distribuidos por todo el planeta. Si nosotros queremos fomentar esto en forma consciente, nos conviene que antes de dormir le pidamos a nuestro Ser Superior que nos lleve a tal o cual parte a fin de beneficiarnos con esta sabiduría. También podemos pedir acordarnos de ello al despertar, pero sé que esto es bastante difícil, porque yo personalmente nunca he sido capaz de hacerlo. Sin embargo lo aprendido queda registrado y cuando hace falta esa información surge al consciente.
Tal como las distintas poblaciones del interior de la Tierra, hay otros que vienen de diferentes sistemas planetarios y actualmente la Madre Tierra está rodeada por una gran cantidad de naves ocupadas justamente por esos hermanos nuestros, los que están ansiosos por llegar y brindarnos su ayuda. La ayuda que considero que necesitamos para poder enfrentar y solucionar lo que hemos hecho mal, ya que no hemos tenido conciencia de que nosotros éramos los guardianes, los custodios de la Madre Tierra. Nunca nos hemos considerado como tales, salvo los pueblos indígenos que sí están conscientes de esta relación.
Nosotros hemos utilizado por ejemplo la madera en forma desmedida, talando para ello grandes cantidades de bosques, que son en realidad como el pulmón de la tierra ya que son los que proveen el oxígeno tan necesario, el que nosotros mismos nos hemos cortado, fundamentalmente en búsqueda de ganancias materiales. Hemos excavado la tierra sacando grandes cantidades de minerales, petróleo, todo ello sin siquiera pensar, si de alguna forma podíamos reponer lo que le estábamos sacando.
Toda la industria que funciona en base al petróleo ha ido dañando tanto al planeta, no solamente que le ha quitado lo que es una parte vital para la tierra, sino que las emisiones tóxicas producidas han contaminado el aire.
Todo esto ya hace tiempo podría haberse solucionado, pero lógicamente las soluciones de lo que sería la energía libre no reditúa dinero, no brinda riquezas y lamentablemente hemos caído tan – casi diría tan bajo – que en la mayoría predomina el ansia de poder, el ansia de bienes materiales.
No nos hemos dado cuenta que la vida no termina aquí, no es que venimos nacemos, vivimos, morimos y se acabó, no, la susodicha ‘muerte’ es solamente un paso, un paso a otra etapa, pero un paso en el cual no podemos llevarnos los bienes materiales que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra estadía aquí. Entonces ¿por qué?, no voy a decir que tenemos que pasar hambre, al contrario, la vida es para ser feliz, la vida es para disfrutarla, pero disfrutar lo que se puede disfrutar en el momento. No para acaparar, para hacernos riquezas inmensas que igual no podemos gastar, pero esas riquezas inmensas hacen que haya otras partes de la población que no tenga para comer, que no tenga suficiente para vivir.
Todo eso requiere que cada uno de nosotros se ponga a analizar desde el corazón, ¿qué es lo que realmente necesito en la vida?, ¿qué es lo que necesito y también qué es lo que puedo yo brindarle a la vida?, ¿qué puedo brindarle a la Madre Tierra?, ¿qué puedo brindarle a mis hermanos humanos?
No podemos esperar que los hermanos estelares, nos saquen de todo lo que hemos hecho mal. No. Ellos nos ayudarán, sí, pero el camino lo tenemos que caminar nosotros.
Entonces, viendo todo esto, analizando todo esto, considero que hay que darse cuenta que la aparición de las naves es una bendición, tenemos que recibirlos con amor y con alegría, porque si ellos quisieran ya nos habrían invadido hace rato y no lo hicieron, y no lo hacen porque respetan nuestro libre albedrío, pero ahora creo que ha llegado el momento en que nuestro libre albedrío nos indica que tenemos que recibirlos como lo que son, hermanos nuestros.
Los dejo por hoy con esta reflexión.
ALEXIIS
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