Con frecuencia a nuestro planeta lo llamamos “La Madre Tierra”, pero no nos damos cuenta del inmenso daño que le estamos infligiendo a nuestra madre, ya que somos los causantes del actual desequilibrio ecológico que se ha producido, por nuestra total despreocupación en cuanto a la contaminación de los recursos de nuestro planeta.
Se podrá argumentar que cada uno de nosotros individualmente no tenemos nada que ver con la contaminación que se está produciendo, pero todos los humanos que vivimos en esta Tierra, tenemos que tomar conciencia de que nuestro planeta necesita desesperadamente de nuestra ayuda y cuidado, si ha de seguir brindándonos un hogar.
La situación actual de nuestra vida nos fuerza a enmendar esa falta de amor demostrada a la Tierra como así también a nosotros mismos como seres humanos, pero parece imposible enmendar esta condición de nuestro planeta solamente a un nivel físico concreto, tal como lo están intentando los grupos ecologistas actualmente.
Dado que todo lo tangible y visible en el mundo es resultado de los pensamientos y sentimientos, que son invisibles, es fundamental que antes de que podamos percibir algún resultado favorable haya una idea o pensamiento correspondiente.
Los focos de formas-pensamiento negativas que nos rodean a todos, son como células cancerígenas en el cuerpo del planeta, invisibles, pero haciéndose más evidentes a medida que pasa el tiempo.
Por lo tanto, la purificación y limpieza de la Tierra tienen que llevarse a cabo en forma simultánea en el nivel sutil de las formas-pensamiento y en el material denso, para que nuestra “Madre” sea sanada, porque si no, todos los esfuerzos que se están llevando a cabo serían insuficientes.
A lo largo de los eones del tiempo todos hemos contribuido a saturar el éter con pensamientos y sentimientos negativos, los que se han transformado en egrégores (arquetipos) negativos que se han hecho tan fuertes como para controlar a aquellos de nosotros que han participado en su formación.
Otro de los factores que más contribuye al aumento de los arquetipos negativos es toda la violencia concentrada, el crimen y las tremendas emociones negativas con las que a diario nos vemos bombardeados por los medios de comunicación, ya sea los diarios, la radio, la televisión y un largo etcétera.
Desde el momento que nosotros permitimos que este exceso de negatividad de cualquier tipo nos sea suministrado a diario, estamos invitando a los arquetipos negativos que tomen el control de nuestro mundo.
Si realmente queremos llegar a tener un planeta sano y una vida más pacífica, tenemos que hacer un esfuerzo conjunto para concentrarnos en emitir ideas, imágenes y sentimientos más alegres, pacíficos, considerados y compasivos, y fundamentalmente amorosos, ya que donde hay un real amor hacia nosotros mismos, hacia los otros humanos, hacia todo ser viviente y hacia la Tierra, no hay lugar para la manifestación de semejantes arquetipos negativos.
Lamentablemente, debido a la gran carencia de Amor que hay en nuestras vidas, muchas personas le vuelven la espalda a este problema y buscan cualquier medio de escape al tormento de la tremenda soledad y de la desdicha por la falta de Amor.
Cada uno de nosotros, con nuestras limitadas fuerzas, podemos contribuir a formar un campo de energía positivo que será capaz de enfrentar y eliminar los egrégores negativos que se han ido formando.
Todos nosotros fuimos bendecidos con el don del “libre albedrío”, lo cual significa que podemos elegir entre seguir a la deriva hacia la destrucción total de nuestra Madre Tierra, o de poner el hombro para ayudar a evitar esa desgracia.
Sinceramente espero que el AMOR retorne al mundo y que sane a la Tierra, tanto como a nosotros mismos.
Se podrá argumentar que cada uno de nosotros individualmente no tenemos nada que ver con la contaminación que se está produciendo, pero todos los humanos que vivimos en esta Tierra, tenemos que tomar conciencia de que nuestro planeta necesita desesperadamente de nuestra ayuda y cuidado, si ha de seguir brindándonos un hogar.
La situación actual de nuestra vida nos fuerza a enmendar esa falta de amor demostrada a la Tierra como así también a nosotros mismos como seres humanos, pero parece imposible enmendar esta condición de nuestro planeta solamente a un nivel físico concreto, tal como lo están intentando los grupos ecologistas actualmente.
Dado que todo lo tangible y visible en el mundo es resultado de los pensamientos y sentimientos, que son invisibles, es fundamental que antes de que podamos percibir algún resultado favorable haya una idea o pensamiento correspondiente.
Los focos de formas-pensamiento negativas que nos rodean a todos, son como células cancerígenas en el cuerpo del planeta, invisibles, pero haciéndose más evidentes a medida que pasa el tiempo.
Por lo tanto, la purificación y limpieza de la Tierra tienen que llevarse a cabo en forma simultánea en el nivel sutil de las formas-pensamiento y en el material denso, para que nuestra “Madre” sea sanada, porque si no, todos los esfuerzos que se están llevando a cabo serían insuficientes.
A lo largo de los eones del tiempo todos hemos contribuido a saturar el éter con pensamientos y sentimientos negativos, los que se han transformado en egrégores (arquetipos) negativos que se han hecho tan fuertes como para controlar a aquellos de nosotros que han participado en su formación.
Otro de los factores que más contribuye al aumento de los arquetipos negativos es toda la violencia concentrada, el crimen y las tremendas emociones negativas con las que a diario nos vemos bombardeados por los medios de comunicación, ya sea los diarios, la radio, la televisión y un largo etcétera.
Desde el momento que nosotros permitimos que este exceso de negatividad de cualquier tipo nos sea suministrado a diario, estamos invitando a los arquetipos negativos que tomen el control de nuestro mundo.
Si realmente queremos llegar a tener un planeta sano y una vida más pacífica, tenemos que hacer un esfuerzo conjunto para concentrarnos en emitir ideas, imágenes y sentimientos más alegres, pacíficos, considerados y compasivos, y fundamentalmente amorosos, ya que donde hay un real amor hacia nosotros mismos, hacia los otros humanos, hacia todo ser viviente y hacia la Tierra, no hay lugar para la manifestación de semejantes arquetipos negativos.
Lamentablemente, debido a la gran carencia de Amor que hay en nuestras vidas, muchas personas le vuelven la espalda a este problema y buscan cualquier medio de escape al tormento de la tremenda soledad y de la desdicha por la falta de Amor.
Cada uno de nosotros, con nuestras limitadas fuerzas, podemos contribuir a formar un campo de energía positivo que será capaz de enfrentar y eliminar los egrégores negativos que se han ido formando.
Todos nosotros fuimos bendecidos con el don del “libre albedrío”, lo cual significa que podemos elegir entre seguir a la deriva hacia la destrucción total de nuestra Madre Tierra, o de poner el hombro para ayudar a evitar esa desgracia.
Sinceramente espero que el AMOR retorne al mundo y que sane a la Tierra, tanto como a nosotros mismos.
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