3 de agosto de 2010

EN CASA CON DIOS – Parte 4a

Neale Donald Walsch

OCTAVO RECUERDO

No puedes cambiar la Realidad Última, pero puedes, cambiar tu experimento. Estoy mirando en mi experiencia personal para ver si puedo darme cuenta de ello, basándome en mi propio camino por la vida. Bueno. Ese proceso está muy bien. Es una forma maravillosa de empezar. Únicamente no te quedes atascado ahí nunca.

¿Qué quieres decir?

Que siempre mantengas la mente abierta a cosas que no hayas experimentado personalmente.

De acuerdo. Tengo la mente abierta.

En este caso, volvamos a algo que puedas sacar de tu propia memoria. Hablando sobre algo que tu “propio camino por la vida” ¿te pasó alguna vez que estabas fuera caminado, y de repente se puso a llover?

Por supuesto. Más de una vez.

Bien. Ahora, ¿experimentaste ese momento, la realidad de que estaba lloviendo, como un fastidio y una molestia, o como una maravilla y una delicia?

Bueno, puedo recordar, en realidad, haber experimentado las dos cosas. ¿Quiero decir, recuerdo que una vez que sucedió esto lo experimenté completamente como una molestia . Estaba furioso de que hubiera empezado a llover. Corrí para protegerme tan rápido como pude, pero no sirvió de nada, me empapé.

Otra vez recuerdo que estaba caminando con una mujer joven amiga mía de verano y empezó a llover. Estábamos en un aparcamiento medio vacío y la joven de pronto se sacó la ropa apresuradamente ¡y se puso a bailar bajo la lluvia! Estaba bailando y brincando y dando saltos de alegría y yo estaba ahí de pie pasmado, con la cabeza empapada y el pelo cayéndome en mechones por la frente.

Ella se reía de mí y me desafío a que me uniera con ella. Así que lo hice. Y estuvimos bailando en ese aparcamiento casi cinco minutos hasta que llegó la policía. El policía fue muy agradable –de hecho, era una mujer- y simplemente nos pidió que nos volviéramos a vestir porque no quería tener que arrestarnos por exhibición indecente o por convertirnos en un fastidio público. Los tres nos reímos, y nosotros acatamos su petición, pero fue un momento de mi vida del que nunca me olvidaré. Fue gozo puro, desbocado. Fue una gozosa travesura.

Y por supuesto, yo sabía de ese momento, por eso usé este ejemplo en particular. Ahora, permíteme que te haga una pregunta. ¿Qué era diferente en relación a la lluvia?

¿Perdón?

¿En qué sentido era diferente la lluvia del primer incidente de la lluvia del segundo? ¿Mojaba más? ¿Llovía más? ¿Estaban las gotas de agua más fría o eran más grandes?

No. Todo era más o menos lo mismo, en realidad. No estaba más tormentoso ni llovía durante la primera lluvia que durante la segunda. Las dos eran simplemente dos agradables chaparrones del verano.

Entonces, ¿Cuál fue la diferencia entre las dos experiencias?

La forma en que yo las miré. Mi perspectiva. En un caso yo iba vestido con un traje de negocios y me dirigía a una reunión muy importante, y mi perspectiva era que la lluvia era un engorro. Más que un engorro. Era un entrometimiento en mis planes. Era un obstáculo en mi camino. En el otro caso yo iba vestido muy informal y no tenía que estar a ninguna hora en particular en ningún sitio. La lluvia “se veía” divertida.

Sí. ¿Y quién creó esas perspectivas?

Yo las creé, por supuesto.

Podrías haber decidido que la reunión de negocio no era tan importante, o que aparecer un poco hecho una sopa se podría entender completamente y que no importaría, ¿no? Podrías haberlo “visto de esa forma”, ¿No?

Sí.

Entonces, ahora piensa en la lluvia como “realidad última”. No podías cambiar tu experiencia de la lluvia al cambiar la forma en que la mirabas. No podrías cambiar la Realidad Última, pero podrías experimentar la Realidad Última de la forma que quisieras.

¡Pero no siempre es así de fácil!

Es siempre así de fácil. Humanidad en su totalidad aceptara eso realmente como su verdad, dónde estaría todo el drama? ¿Cómo nos íbamos a enfadar o a estar tristes o a llorar la muerte de nuestros seres queridos? ¿Qué harías los italianos? Eso es muy divertido.

¿Crees que los italianos pensarán lo mismo?

Por supuesto que sí. Serán los que se rían más fuerte.

De acuerdo. Pero seriamente, quiero decir, realmente…¿puede ser verdad? Una cosa es decir que hay vida después de la muerte, pero otra cosa es decir que la muerte misma no existe. Has dicho algo tremendamente importante aquí.

Haces que suene como si fuera algo nuevo. Prácticamente en casi todos los lugares donde he sido citado –no importa en qué religión, no importa en qué cultura, no importa en qué período de tiempo o contexto- se me ha descrito correctamente declarando que la muerte no existe: no existe de la forma en la que la mayoría de ustedes piensa en ella, que es como el final de toda la vida. No hay cosa tal como el “final de la vida”.

Entonces, la “muerte” como experiencia humana no existe.

Es el final de tu existencia física presente, sí. Esa experiencia se termina en el momento de tu muerte, pero la vida misma no. Si crees en Dios, debes creer en la vida eterna, porque los dioses de todas las religiones la declaran.

¿Qué pasa si no creo en Dios?

Eso puede cambiar tu experiencia, pero no cambiará como son las cosas. Experimenta aquello en lo que crees, y eso en lo que crees depende de tu perspectiva.

¿No hay ninguna “forma fija” en la que esto suceda? ¿No hay ni una sola cosa que le ocurra a todo el mundo?

Hay cosas “fijas” que ocurren, pero puede que no sepas que están ocurriendo.

Esto empieza a ser muy confuso.

Lo siento. Pero la verdad es que en el momento de tu muerte experimentarás aquello en lo que crees, y tu creencia estará basada en lo que percibes, y tu percepción estará basada en tu perspectiva.

¿Y no hay posibilidad de que cambie mi percepción?

Por supuesto que sí. Igual que en tu vida antes de la muerte, tu percepción puede cambiar en tu vida después de la muerte.

¿Qué causaría o podría causar eso?

Un cambio en tu perspectiva.

Ver las cosas de una manera diferente.

Ver las cosas de una manera diferente.

Pero ¿Qué causaría eso?

Muchas cosas, incluso que decidieras, en los momentos posteriores a tu muerte, que la manera en que estás mirando las cosas en el presente no está funcionando. Es decir, que no te está trayendo una experiencia que eliges tener. Tal decisión alteraría inmediatamente tu experiencia.

De acuerdo, de acuerdo… Supongamos que nosotros simplemente…¿Hay alguna forma de convencerte de que no hicieras otra cosa más que describir exactamente qué ocurre en el momento de la muerte, y seguir desde ahí?

Con mucho gusto podría hablar de las alternativas. Pero, como he dicho, será diferente para cada persona.

Dame alguna de las alternativas, entonces.

Estás haciendo una pregunta de mucha envergadura. ¿Realmente quieres meterte en esto ahora mismo?

Sí. He esperado más que suficiente. Quiero saber qué pasa cuando la gente se muere.

Tengamos en claro. El infierno no existe. Simplemente no hay tal sitio.

Sé que ésta es la Pregunta Eterna: ¿Qué pasa después de nuestra muerte? Pero tengo que preguntarla, directamente, y espero que me des una respuesta directa.

Te la daré. Por supuesto que te la daré. Pero no va a ser una respuesta corta. No va a ser: “Bueno, te vas al cielo o te vas al infierno, dependiendo del tipo de vida que hayas tenido”. No puedo darte ninguna respuesta de una frase a una pregunta como ésta.

No, eso se lo tendrás que dejar a la Iglesia.

Sin comentarios.

Entonces… ¿Tu respuesta?

Déjame empezar diciendo que hay una cosa que será la misma para todo el mundo, y es que tu muerte la experimentarás en lo que podría llamarse etapas o fases, y la primera etapa es la misma para todo el mundo.

En la etapa uno, en el momento de tu muerte, experimentarás instantáneamente que la vida sigue. Esto será lo mismo para todos. Podría haber un corto período de desorientación, hasta que llegases a darte cuenta de que no estás con tu cuerpo, sino que, en vez de eso, ahora estás separado de él.

Pronto llegarás a entender que, aunque hayas “muerto”, no has terminado tu vida. Es en este momento cuando comprenderás y experimentarás plenamente, quizás por vez primera, que no eres tu cuerpo; que un cuerpo es algo que puedes tener, pero no algo que eres. Inmediatamente te moverás a la etapa dos de tu muerte. Y ahí es eres. Inmediatamente te moverás a la etapa dos de tu muerte. Y ahí es donde los caminos individuales divergen.

¿De qué forma?

Si el sistema de creencias que adoptaste antes de tu muerte incluye la certeza de que la vida continúa, una vez que captes que te has “muerto”, sabrás inmediatamente qué está pasando, y lo entenderás. Tu segunda fase será entonces la experiencia de cualquier cosa que creas que pasa después de la muerte. Esto será instantáneo.

Si crees en la reencarnación, por ejemplo, puedes experimentar momentos de vidas anteriores de las que no tienes una memoria consciente anterior. Si crees que te encontrarás envuelto en el abrazo de un Dios que te ama incondicionalmente, ésa será tu experiencia. Si crees en un Día del Juicio Final, seguido del paraíso o de la condena para toda la eternidad…

…sí, dime, ¿Qué pasa entonces?

Exactamente lo que esperas. Tan pronto atravieses la etapa uno de la muerte y te des cuenta de que ya no vives con un cuerpo, pasarás a la etapa dos y te experimentarás a ti mismo siendo juzgado, justo exactamente como te imaginaste que sería.

Si te moriste pensando que te merecías el cielo, inmediatamente, experimentarás eso, y si piensas que te mereces el infierno, inmediatamente experimentarás eso. El cielo será exactamente como te imaginaste que sería, y lo mismo el infierno.

Si no tienes ninguna idea sobre los detalles de cualquiera de los dos, te los inventarás en el momento. Entonces, estos lugares serán creados para ti de esa forma, instantáneamente. Puedes permanecer en esas experiencias todo el tiempo que quieras.

Bueno, entonces, ¡puedo encontrarme en el infierno!

Tengamos esto claro: El infierno no existe. Simplemente no hay tal sitio. Por lo tanto, no hay un sitio tal al que puedas ir. Ahora… ¿puedes crear un “infierno” personal para ti si eliges hacerlo o si crees que es lo que te “mereces”? Sí. Así que puedes mandarte a ti mismo al “infierno”, y ese “infierno” resultará ser exactamente como te lo imaginas o sientes que deba ser; pero no te quedarás ahí un momento más de lo que decidas estar.

¿Quién podría quedarse ahí ni un segundo?

Te sorprenderías. Muchos viven con un sistema de creencias que dice que son pecadores y deben ser castigados por sus “ofensas”, así que estarán en realidad en su ilusión del “infierno”, pensando que esto es lo que se merecen, que esto es lo que les “corresponden”, que esto es lo que tienen que hacer.

No importa, sin embargo, porque no sufrirán en absoluto. Simplemente se observarán a sí mismos a cierta distancia y verán lo que está pasando: algo así como ver un vídeo educativo.

Pero, si no hay sufrimiento ¿Qué está pasando?

Sufrimiento, pero no habrá nada.

¿Perdón?

Lo que está pasando es que parecerá que están sufriendo, pero la parte de ellos que está mirando esto no sentirá nada. Ni siquiera tristeza. Simplemente estará observando. Usando otra analogía, sería un poco como ver a tu niña “haciendo una escenita” en la cocina. Parece que la niña está sufriendo, agarrándose la cabeza con las manos o apretándose el estómago, con la esperanza de que mami la deje quedarse en casa y no ir al colegio.

Pero mami sabe perfectamente que en realidad no está pasando nada. No le duele nada. No es una analogía exacta. Pero se aproxima lo suficiente para ilustrar esta sensación. Entonces estos observadores estarían mirándose a sí mismo en este “infierno” autocreado, pero sabrían que no es verdadero.

Y cuando hayan aprendido lo que sientan que necesiten aprender (es decir, cuando se hayan recordado a sí mismo lo que habían olvidado), se “liberarán” y seguirán a la tercera etapa de la muerte.

¿Y qué pasa con los que se crearon un “cielo” para sí mismos? ¿Irán alguna vez ala etapa tres?

Finalmente, sí. Recordarán todo aquello para recordar lo cual crearon la experiencia de su cielo y entonces se darán cuenta de lo mismo de lo que se dieron cuenta al final de su vida terrenal.

¿Qué es…?

Que no hay nada más que hacer.

Así que seguirán.

Seguirán. Hacia la etapa tres de la muerte. Pero no quiero describir eso todavía. Déjame enseñarte algunas otras posibilidades de la “etapa dos”.

Oh. De acuerdo. ¿Cómo qué?

Podrías ser un de aquellos que se mueren con la incertidumbre de si la vida continúa o no después de la muerte.

Oh, sí. Ya veo. De acuerdo, ¿Qué pasa entonces?

Estarás hecho un lío con lo que está pasando y esto hará que manejes lo que ocurre de forma completamente diferente. Te darás cuenta de que no eres tu cuerpo, de que estás “muerto” (esto le sucede a todo el mundo en la “etapa uno”), pero, como estás seguro de lo que viene después, si es que viene algo, puede que te pases un montón de tiempo tratando de ver cómo “proceder”.

¿Tendré ayuda?

Toda la ayuda que puedas aceptar. En los momentos después de tu “muerte” te encontrarás en la presencia de los ángeles más amorosos y guías y espíritus delicados, incluyendo el espíritu o la esencia de todos aquellos que fueron importantes en tu vida.

¿Mi Madre? ¿Mi Padre? ¿Mi hermano está allí?

Aquellos a los que más querías serán los que más cerca estén. Estarán a tu alrededor.

Eso es maravilloso.

La presencia de estos seres queridos y de los ángeles será de enorme apoyo, al ayudarte o “orientarte” y a entender exactamente qué te está pasando y cuáles son tus “opciones”.

Había oído que nos reunimos con nuestros seres queridos después de la muerte y que ellos nos ayudan a “cruzar al otro lado”, ¡y estoy taaaan contento de saber que esto es verdad!

Puede incluso que te vuelvas consciente de la presencia de algunos de esos seres queridos antes de tu muerte.

¿Antes de mi muerte?

Sí. Mucha gente, cuando todavía está en su cuerpo físico, les anuncia a los otros en la habitación que está viendo a seres queridos, o que sus seres queridos han venido a buscarla. Esos otros en la habitación a menudo tratan de convencer a la gente que se está muriendo de que está viendo cosas.

Y está viendo cosas, cosas que son muy reales, pero cosas que otra gente no puede ver debido a su perspectiva limitada. Tu perspectiva se ensancha inmensamente después de la “muerte”, y a menudo justo antes de morir.

¡Qué emocionante! Ahora estás haciendo casi la muerte suene emocionante.

Es emocionante. De hecho, tu muerte puede ser uno de los momentos más emocionante de tu vida. Todo depende de lo que creas. Como en la vida, en la muerte eso en lo que crees es lo que experimentarás.

Por ejemplo, si no experimentas la presencia de esos espíritus a la hora de tu muerte, será porque no lo esperas y porque la posibilidad de su presencia está fuera de tu sistema de creencias. Sin embargo, si tú realmente esperas que estas presencias amorosas estén ahí, inmediatamente las percibirás.

Entiendo. Entonces es realmente importante tener claro lo que uno cree en relación a la muerte.

Es importante en la vida tener claro lo que crees en relación a todo. No es sólo tu muerte lo que es afectado por tus creencias, sino tu vida entera. La muerte es algo que te intriga. Te intriga y es emocionante y es totalmente maravillosa.

He estado oyendo durante mucho tiempo que mis creencias afectan mi vida. Supongo que creía que cierto tipo de reglas diferentes funcionarían después de la muerte. Me sorprende un poco oír que, incluso después de la muerte, estoy creando mi propia realidad.

Entonces mi alegra que estemos teniendo esta conversación.

Espera un momento. ¿Qué significa eso con respecto a mi padre? Mi padre creía que no sucedía nada después de la muerte. Absolutamente nada.

Si mueres con la certeza de que no hay vida después de la muerte, una vez que te das cuenta de que has muerto irás inmediatamente a la etapa dos, que será la experiencia de que no hay vida.

¿Cómo puedo experimentar la “no vida”?

No experimentarás nada en absoluto. Simplemente no habrá experiencia. Las cosas seguirán ocurriendo, pero tú no podrás percibirlas. Sería exactamente como sería ahora si estuvieras durmiendo mientras las cosas ocurren a tu alrededor.

¿Entonces no hay esperanza? Mi padre murió con la absoluta certeza de que no había nada de nada, ni vida de ningún tipo ni experiencia de ninguna clase, después de la muerte… entonces… no hay esperanza para él…

De nuevo, cuando mueres creyendo eso, es como quedarte dormido. Para experimentar algo más, simplemente tienes que despertarte.

¿Cómo se puede despertar él?

La buena noticia es que todo el mundo se despierta. Igual que en la vida terrenal no te quedas durmiendo para siempre, tampoco en el Más Allá permanecerás en un sueño inconsciente para siempre. Ese no es el plan.

El alma se despertará con la ayuda de los seres queridos y de los ángeles. Entonces se preguntará dónde está, por qué no está ocurriendo nada, qué pasó. Empezará a atar cabos, y en ese momento el alma pasará a la conciencia plena de la etapa dos de la muerte.

¿Cómo será eso? ¿Que experimentó mi padre?

Lo que eligió experimentar entonces.

¿Cualquier cosa que quisiera crear? ¿Cualquier cosa en absoluto?

Definitivamente. Pero, si hay confusión, la experiencia podría ser un poco confusa. Una especie de mezcolanza de escenarios creados rápidamente que puede que tengan sentido o no.

Eso suena muy emocionante.

No te preocupes. No es nada “malo”. Se trata sólo de orientarse otra vez. Es como pasar de una canal a otro en la televisión rápidamente con un mando a distancia. No pasa nada malo. Simplemente tienes que decidir qué “canal” quieres ver.

Si empiezas a sentir un poco agobiado y a desear tener algo de ayuda, inmediatamente te harás consciente de esos seres queridos y ángeles y espíritus que han estado revoloteando a tu alrededor y asistiéndote, esperando a que te dieras cuenta de que estaban ahí.

En cualquier caso, pronto te vas a quedar a gusto con una imagen, de entre las miles de imágenes de tu mente, y empezarás a crear desde ahí. Pero ahora es importante que entiendas que ninguna de los escenarios que te he descrito tiene nada que ver con la Realidad Última. Eso se experimenta en la tercera etapa. Los escenarios que acabo de describirte son las primeras dos etapas, las etapas más tempranas, de tu “experiencia después de la muerte”.

De acuerdo. Entonces, en la primera etapa de la “muerte” lo que ocurre es que me daré cuenta de que ya no soy mi cuerpo. En la segunda etapa de la “muerte” me moveré a través de lo que yo haya imaginado o decidido que sucederá cuando “muera”. ¿Y en la tercera etapa? ¿Vas a describirme eso? ¿Qué me sucederá entonces?

Te fusionarás con la Esencia y empezarás a experimentar la Realidad Última en el Centro de tu Ser.

O sea, ¿Dios?

Puedes llamar a la Realidad Ultima como quieras. Algunos la llaman la Esencia. Algunos la llaman Alá. Algunos la llaman Todo. No importa cómo la llames, es la misma cosa.

¿Qué pasa si eso es exactamente lo que yo siempre había pensado que pasaría?

¿Qué pasa si qué es exactamente lo que siempre habías pensado que pasaría?

¿Qué pasa si lo que yo siempre había pensado que pasaría después de mi muerte era que estaría inmerso en Dios? ¿No se experimentaría eso entonces en la segunda etapa de la muerte?

Tu idea acerca de eso se experimentaría en la segunda etapa, sí. Es así porque en la segunda etapa de tu muerte estás operando todavía desde tu mente. Sería una experiencia tan placentera y gloriosa como pudieras crearla, en tu imaginación.

Pero entonces, en la etapa final de la muerte, tendrías la experiencia como es en realidad, no como te has imaginado que sería. Pero tienes razón. Lo estás captando. Si lo que siempre creíste que sucedería es que inmediatamente después de tu muerte estarías en Casa con Dios, lo estarás. Esa es la más alta esperanza del mundo, y es verdad.

Mi madre no tenía esa esperanza, ella lo sabía. Mi madre sabía que sería recibida por todos los ángeles y que estaba volviendo a Casa.

Y eso es exactamente lo que experimentó. Después pasó a la siguiente etapa de la muerte, y su imaginación se transformó en una realidad aún más grande.

¿Experimentó la presencia de Dios? ¿Estabas ahí para recibirla?

Te lo estoy diciendo, estoy ahí para recibir a Todos. Es imposible morir sin Dios. Siempre estaré ahí. Te abrazaré, te aliviaré, te daré la bienvenida y te aseguraré que eres perfecto tal como eres, y que estás perfectamente listo para entrar en el Reino del Cielo.

Después te dejaré en las manos de las almas de tus seres queridos y de los ángeles, que te guiarán el resto del camino, conduciéndote al reino espiritual… o a lo que podría llamarse “el cielo auténtico”, en contraposición al que tú te has imaginado. Allí harás el trabajo que fuiste a hacer allí.

¿Tengo que “trabajar” en el cielo?

No te preocupes. Será como jugar. Estarás jugando en los Jardines de Dios. Verdaderamente será el “cielo”. Uso la palabra trabajo en el sentido de “cumplir con lo que empezaste a hacer”

¿Y qué es eso que “empezaré a hacer” en el cielo?

Cuando lleguemos a nuestras exploraciones del reino espiritual, veremos eso. No obstante, sabe esto ahora: no te irás de mi presencia hasta que yo haya hecho –y tú hayas respondido- la Pregunta Santa.

¿La Pregunta Santa?

Sí. Pero me gustaría hablarte de esto más adelante. Esto puede que sea la parte más importante de nuestra conversación, y quiero preparar un poco más el terreno.

De acuerdo… pero ya son dos las cosas de las que has dicho que son muy importantes y que has dejado para más adelante. Anteriormente dijiste que importantes y que has dejado para más adelante. Anteriormente dijiste que tenías una respuesta a una pregunta mía que realmente podría conmocionarme.

Dijiste que “había mucho trabajo preliminar que hacer antes”. Ahora me estás diciendo que me vas a revelar qué es la “Pregunta Santa”, pero sólo después de “preparar un poco más el terreno”. Así que me tienes realmente intrigado aquí.

Bueno, la muerte es algo que te intriga. Te intriga y es emocionante y es totalmente maravillosa.

Entonces, si Dios estaba ahí para recibir a mi madre, dime, ¿Qué aspecto tenía Dios? O sea, cuando me encuentre contigo, ¿Podré reconocerte? ¿Qué aspecto quieres que tenga? ¿Vas a tener el aspecto que yo quiero que tengas?

Sí. Como en todas las cosas, tendrás cualquier cosa que elijas. Sí, sí y, una vez más sí. Si eliges que me parezca a Moisés, me pareceré a Moisés. Si esperas parezca a Mahoma, me pareceré a Mahoma. Adoptaré cualquier forma que esperes o que te haga sentirte cómodo en mi Presencia.

¿Qué pasa si no tengo la menor idea de cómo es Dios?

En ese caso seré un sentimiento. Será el sentimiento más maravilloso que hayas tenido nunca. Se sentirá como sí, estuvieras inmerso en un baño de luz cálida, como si estuvieras siendo abrazado por el amor.

O puede que te sientas como si estuvieras envuelto en un capullo, o suspendido en un radiante receptáculo ingrávido de aceptación absoluta e incondicional. Experimentarás este mismo sentimiento en el caso de que apareciera ante ti en alguna forma física.

Al final esa forma se disolverá en un sentimiento, y nunca más tendrás la necesidad de verme en ningún tipo de forma o manera en particular. No obstante, recuerda ahora lo que he dicho. Es imposible morir sin Dios, pero no es imposible pensar que lo estás haciendo.

Puedes pensar lo que quieras en la etapa dos de la muerte. Así que la energía de mi Esencia Pura puede rodearte y tú puedes elegir rechazarla, reducir la experiencia, es decir que es una alucinación o descartarla por completo.

Yo nunca haría eso. ¿Por qué iba a hacer eso?

Lo has hecho muchas veces durante tu vida. ¿Qué te hace pensar que no podrías hacerlo después de tu muerte?

Porque no sería tan tonto. Cuando esté muerto, es de esperar que no sea tan tonto. Además, cuando esté muerto, tú harás que sea muy claro para mí que tú eres Dios, y que soy amado, y que esta experiencia que estoy teniendo eres Tú, dándome la bienvenida a Casa.

Escúchame. La muerte es un momento de creación. Hay un ajuste de energía en el momento de lo que tú llamas muerte que sintoniza con precisión la energía con la que entras en ese momento, produciendo un efecto duplicativo en el mundo no físico en el que acabas de entrar, para que puedas continuar teniendo la experiencia que has estado creando, incluso durante tu transición a otro reino. (El mismo proceso ocurre al nacer, sólo que al revés.

Cuando naces, la energía que has traído contigo del reino espiritual se transforma en materia por este proceso de sintonización de energía, produciendo un efecto duplicativo en el mundo físico en el que acabas de entrar).

Recuerda lo que dije antes: la muerte es un umbral, y la energía con la que atraviesas ese umbral determina qué hay al otro lado. Ahora, puedes re-crear algo nuevo en cualquier momento que elijas (igual que en la vida), pero encontrarás ahí, inicialmente, lo que esperas encontrar ahí.

Si no crees en Dios, y entras en la muerte no creyendo en Dios, Dios estará ahí y tú experimentarás a Dios, no más de lo que lo experimentaste durante tu vida. Tienes que saber que Dios está presente para experimentar que Dios

está presente. Si miras una flor y sabes que Dios está ahí, verás a Dios ahí. Si no, no verás nada más que una flor. Puede que incluso veas una mala hierba. Si miras a alguien a los ojos, y sabes que Dios está ahí, verás a Dios ahí. Si no, no verás nada más que una flor. Puede que incluso veas una mala hierba.

Si miras a alguien a los ojos y sabes que Dios está ahí, verás a Dios ahí. Si no, no verás nada más que un ser humano. Puede que incluso veas un villano. Si te miras a los ojos en un espejo y sabes que Dios está ahí, verás a Dios ahí.

Si no, no verás nada más que una persona tratando de descifrar quién está ahí. Puede que incluso veas a una persona que no tiene la respuesta a esa pregunta. ¿Quieres decir que Dios no me rescatara de mi propio “no-saber”? Dios te está “rescatando” cada día de tu propio no-saber.

¿Sabes esto?

Supongo que sí.

¿Sí?

Bueno, a veces.

Es lo mismo inmediatamente después de la muerte. A veces la gente lo sabes, y a veces no. Y, según sea aquello en lo que crees, así se hará en ti. ¡Menudo mensaje, hombre! Ciertamente esperaba más que esto. Esperaba que me dijeras que la presencia de Dios en el Más Allá haría “borrón y cuenta nueva”, anulando cualquier creencia en contrario y colmando el momento de una Gloria Absoluta.

Dios colmará el momento de una Gloria Absoluta, porque no hay nada más glorioso que el Acto de la Pura Creación y Dios te permitirá crear en el momento de tu muerte cualquier experiencia que desees.

Esto es lo que pasa en la etapa dos de la muerte. En la etapa tres llegarás a conocer una Verdad más profunda sobre ti mismo: y entonces recordarás otra vez cómo crearla. Porque eres parte del Dios del que estás hablando aquí. Incluso aunque continúes imaginándote que no lo eres, todavía puedes crear cualquier experiencia que desees.

Y por eso ahora entiendes esto: tu primera experiencia después de la muerte es algo que estás creando aquí y ahora, y que continuarás creando entonces y allá, con tu pensamiento sobre ella y con tu esperanza.

¿La esperanza juega un papel?

Recuerda lo que te dije antes. Si tienes la más vaga esperanza de que alguien venga a ayudarte, estarás rodeado de seres queridos y de ángeles. Si tienes la más vaga esperanza de encontrarte con Mahoma, Mahoma te guiará.

Si tienes la más vaga esperanza de que Jesús esté ahí, Jesús estará ahí. O Krishna. O Buda. O sólo simplemente la Esencia del Amor Puro. La esperanza juega un papel maravilloso en la “muerte” y en la “vida”. (Son lo mismo, por supuesto). Nunca abandones la esperanza Nunca.

La esperanza es una declaración de tu deseo más alto. Es el anuncio de tu sueño más grandioso. La esperanza es el pensamiento, hecho Divino. ¡Oh, qué declaración más maravillosa! La esperanza es el pensamiento,, hecho Divino.

¡Que declaración tan perfectamente maravillosa! Ya que te gusta tanto esa declaración aquí está esa “Fórmula de 100 palabras par Todo en la Vida” que te prometí. ¡Oh, sí, una de tus promesas pospuestas! La esperanza es el umbral para creer, creer es el umbral del saber, saber es el umbral para crear, y crear es el umbral para la experiencia.

La experiencia es el umbral para la expresión, la expresión es el umbral para llegar a ser, y el llegar a ser es la actividad de toda la Vida y la única función de Dios. Lo que espera, lo creerás eventualmente; lo que crees, lo conocerás eventualmente; lo que conoces, lo crearás eventualmente; lo que creas, lo experimentarás eventualmente; lo que experimentas, lo expresarás eventualmente; lo que expresas, lo llegarás a ser eventualmente.

Esta es la fórmula para todo en la vida. Así de simple. Me encanta cuando la información sobre la vida se nos da de forma tan sucinta. ¡Qué regalo! Poetas como Robert Frost nos hacen ese regalo. Y los autores de las letras de las canciones.

Y los dramaturgos. Y los escritores. Y los mensajeros y los maestros. Me encanta lo que otra poetisa, Lisa Mueller, puso en un poema en verso libre titulado Esperanza. Ella dice que la esperanza “es el movimiento que va desde los ojos a la cola de un perro” ¿No es fabuloso? ¿No lo captura perfectamente?

Aquí está un fragmento de su trabajo más extenso: ESPERANZA… …es el movimiento que va Desde los ojos a la cola de un perro, es la boca que hincha los pulmones del niño que acaba de nacer Es el único regalo Que no podemos destruir en nosotros, el argumento que refuta la muerte, el genio que inventa el futuro, todo lo que sabemos de Dios.

Experimentas en un mundo de tres dimensiones, Pero no vives en un mundo de tres dimensiones. La Realidad Última es mucha más compleja de lo que Nunca te hayas imaginado. Y entonces volveremos otra vez a la idea de que el estado mental de una persona en el momento de su muerte es la experiencia con la que su alma se encontrará al “otro lado”.

Sí, eso es exactamente lo que estoy diciendo. Lo he dicho una y otra vez aquí. Sí, pero sigo volviendo a ello una y otra vez porque hay algo en esa declaración que simplemente no me parece que encaje del todo y he estado tratando de descifrar qué es. Ahora creo que sé qué es.

Por favor, dímelo.

Esa idea no deja mucha posibilidad de consuelo para los que se están acercando a la muerte sin esperanza –los que se encuentran en un estado de miedo o terror o aprensión o autor recriminación o duda- ni para sus familias.

Entiendo. Entiendo a dónde estás yendo.

Bueno, quiero decir, no mucha gente se muere con tanta paz y tan maravillosamente expectante como pareces sugerir que sería necesario para que tuviera una experiencia gloriosa. Yo me inclino a pensar que hay más gente que se muere con… ¿qué palabra usar aquí?...aprensión, como mínimo, cuando no miedo o pavor o confusión o conmoción ante tan repentino que puede ser morir, por ejemplo en un accidente, o lo que fuere…

Entiendo tu preocupación. Sin embargo, el consuelo viene de saber que todas las almas encuentran paz y alegría y amor. Todas las almas pasan a la etapa tres de la muerte, que es cuando se fusionan con la Esencia.

Entretanto, no hay tal cosa como el “dolor” –emocional, físico o espiritual- en el “Más Allá”. Mencioné antes que incluso aquellos que se imaginan que se están yendo al “infierno” y entonces se envían a sí mismo allí, no sufren. Simplemente se observan a sí mismos tener la experiencia, pero sin estar conectados a eso emocionalmente.

Dijiste que era algo así como estar viendo un vídeo educativo.

Así es. Ese es el nivel de desapego aquí. Simplemente te das a ti mismo la experiencia para revisarla, sacando de ella cualquier enseñanza que se pueda extraer de ahí, pero no sufres. En la vida después de la “muerte” no hay algo así como el sufrimiento.

Entonces, ¿qué hay ahí? ¿Hay algo ahí? ¿Hay alegría? ¿Hay felicidad?

Eso es todo lo que hay. No hay nada negativo.

¿Nada negativo?

Nada de nada.

Pero pensé que habías dicho que las personas experimentan exactamente lo que esperan experimentar.

Correcto.

Entonces, ¿qué pasa si la persona espera sufrimiento? ¿Qué pasa con una persona que elige sufrir, que siente que es la única forma de poder “ganarse” el cielo o de “pagar por sus pecados”? Pensé que habías dicho que un alma puede experimentar cualquier cosa que quiera experimentar después de la muerte.

Lo que he dicho es verdad. Y por lo tanto podrías experimentar sufrimiento… con la salvedad de que no lo haces. Porque, como dijiste antes, ¿estás mirando simplemente y no te estás identificando con el “ser” que está experimentándolo?

Sí, y también porque, aunque te pudieras identificar con la parte de ti mismo que está experimentándolo, no lo harías. Te das cuenta de que me estás dejando a oscuras aquí…

Permíteme recordarte algo que se dijo antes que podría explicar todo esto de forma más completa.

Sí, eso sería bueno. Precisamente ahora, una explicación más completa sería buenísima.

Cuando ocurre algo que el alma experimenta como no deseable, el mismo pensamiento de que no es deseable causa que la experiencia interior del alma se altere instantáneamente. Y por eso no hay sufrimiento.

Ni siquiera para la persona que imagina vehementemente que debería ser castigada. Creará la experiencia de su imaginación, pero no la experimentará como se la había imaginado, por la sencilla razón de que, tan pronto como tenga la experiencia, elegirá no tenerla.

¿Incluso si esto es lo que realmente piensa que quiere? El nivel de conciencia del Más Allá excluye la posibilidad de que alguien elija voluntariamente lo que no es real. Y el alma debería saber y comprender inmediatamente que el concepto y la idea y la experiencia del “sufrimiento” no es real.

En la primera etapa de la muerte, el alma llega a comprender que el cuerpo con el que pasó su vida física no es real. Es decir, no es quien el alma es realmente. En la segunda etapa de la muerte, el alma llega a comprender que la mente, con todos sus pensamientos, no es real. Es decir, no es quien el alma es realmente.

Todos los pensamientos de la mente limitada, que emergen de la perspectiva limitada de la experiencia humana, reciben un gran impacto en la segunda etapa de la muerte, precisamente porque la perspectiva del alma en el Más Allá es muchísimo más grande y diferente de lo que era cuando el alma estaba con el cuerpo.

Es desde el lugar de esta perspectiva mejorada como el alma empieza a crear y a experimentarse a sí misma. Tan pronto como el alma ve y se da cuenta de que no es un cuerpo, su perspectiva cambia tremendamente, como puedes imaginar: Esto es, de hecho, lo que propulsa al alma hasta la tercera etapa de la muerte, cuando todos los pensamientos –no sólo los “malos” pensamientos, sino incluso sus propios pensamientos del “cielo” –se abandonan, y se experimenta la Realidad Última.

Y así –aun en el caso de la persona que cree sinceramente que debe sufrir, que merece sufrir, que sufrir es la única forma de redimirse ante los ojos de Dios-, la idea misma de redención, y el sufrimiento como medio para conseguirla, deja de tener significado en la perspectiva amplificada del alma.

El alma puede mirarse a si misma intentando sufrir en su infierno auto creado, pero el alma pronto entenderá que no tiene ningún sentido crear semejante experiencia. Pensaba que nada era imposible para un alma que se está expresando a Sí Misma como la Creadora de Su Propia Realidad.

No es cuestión de que sea imposible. Es cuestión de que no tiene el menor sentido. El alma no tendría ninguna razón para crear ciertas experiencias, más allá del “recordar” involucrado en ellas. Una vez que el alma ha recordado que sufrir no es una realidad, sino simplemente una experiencia creada en la mente humana, habrá conseguido lo que buscaba conseguir con la creación de su propio infierno, y la experiencia carecerá de sentido de ahí en adelante.

Es así porque, en cierto modo, el alma “sabe demasiado” como para sacar algo más de semejantes experiencias. Sería como un mago que hiciera sus propios trucos una y otra vez… para una audiencia de una persona: él mismo.

Me imagino que sería bastante difícil que un mago se mantuviera interesado en sus propios trucos. Sería más que difícil. Sería imposible. Es en ese sentido, en el contexto, en el que podría decirse que es imposible que el alma sufra.

Pero ¿ni siquiera una fracción de segundo? ¿Ni siquiera mientras estaba decidiendo estar interesada o no?

No, absolutamente No. No existe algo así como “una fracción de segundo”. Tu pregunta está basada en tu realidad de lo que llamas Tiempo, donde las cosas pasan en secuencia. Sin embargo, todas las cosas que he descrito que le pasan a un alma después de la muerte suceden en el mismo instante.

Espera un momento. Tú mismo dijiste que suceden en “etapas”. Etapa uno, etapa dos y demás.

Eso es correcto, de acuerdo con tu terminología. Sin embargo, esas etapas se experimentan simultáneamente: cada nueva experiencia “borra” la vieja. Y entonces es como si la vieja nunca hubiera pasado.

“Eres” lo que “eres” Aquí Ahora, y es, en realidad, como si nunca hubieras sido otra cosa.

Disculpa eso no tiene sentido. Acabas de decir algo aquí que no tiene sentido.

El desafío aquí es hablar en términos terrenales de una situación o experiencia que está fuera de este mundo. Déjame decir simplemente que todas las cosas suceden secuencialmente y simultaneamente. (Continúa parte 4-b)

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