14. LA PREPARACIÓN PARA LA SALIDA
Cuando las almas terminan de consultar con los guías y los compañeros las posibilidades físicas y psicológicas de la nueva vida que han elegido, entonces toman la decisión de reencarnarse de nuevo. Sería lógico pensar que se dirigirían inmediatamente a la Tierra, pero esto no ocurre .hasta que el alma pasa por una etapa de preparación previa.
En este punto ya hemos comprendido que las almas que regresan del lugar de selección no sólo deben decidir cuál es la mejor vida para ellos sino que también deben coordinar su decisión con el resto de las almas que van a tener un papel en esa vida. Utilizando una analogía teatral, hemos decidido cuál será el actor o actriz principal y todo lo que haga afectará a los demás personajes menores —menores porque no somos nosotros— del guión. Sus papeles pueden verse alterados por nosotros y el nuestro por ellos debido a los cambios en el guión —que representa el libre albedrío— que pueden producirse en medio de la representación. Aquellas almas que van a tener una estrecha relación con nosotros en la obra de la vida son los actores o actrices secundarios, cada uno con un papel importante. ¿Cómo podremos reconocerlos?
La cuestión de cómo encontrar a los compañeros y a otras personas importantes en la vida es una de las principales preocupaciones de los que acuden a mí para sesiones hipnóticas de regresión. Al final la mayoría de mis clientes responden ellos mismos a sus preguntas a través del superconsciente, porque encontrar a estas almas fue una parte fundamental del trabajo de preparación a realizar antes de abandonar el mundo espiritual.
El espacio al que las almas van para este propósito en el mundo espiritual se llama el lugar del reconocimiento, o la clase de reconocimiento. Según mis clientes la actividad en este lugar es corno la preparación para un examen final. En consecuencia, mis clientes utilizan el término «clase de preparación» para describir la actividad que se lleva a cabo inmediatamente antes de que el alma se embarque hacia la Tierra. El caso siguiente nos narra esta experiencia.
Para entender con claridad lo que supone esta clase de reconocimiento, quizás deberíamos definir el concepto de «alma compañera». Para muchos de nosotros el compañero más cercano y más querido es el cónyuge. Pero, como hemos podido comprobar en los casos anteriores, las almas importantes de nuestra vida pueden ser otros miembros de la familia o incluso un amigo. El tiempo que estas almas pasan con nosotros en la Tierra puede ser largo o corto. Lo que importa es el impacto que causen mientras están con nosotros.
Aunque me arriesgue a simplificar demasiado un tema que es muy complejo, voy a dividir las relaciones de las almas en categorías.
La primera es la del tipo de relación en la que existe un amor tan profundo que ambas personas no podrían vivir separadas. Esta es una atracción física y mental tan fuerte que ninguno de los dos miembros duda que están hechos el uno para el otro. La segunda es una relación basada en el compañerismo, la amistad y el respeto mutuo. La última está formada por las asociaciones con personas menos unidas a nosotros pero que forman un ingrediente importante en nuestra vida. Basándonos en esto, vemos que un alma compañera puede relacionarse de varias formas con nosotros, pero aún así, nunca es por casualidad.
Las almas compañeras están destinadas a ayudamos a nosotros a la vez que se ayudan a sí mismas a alcanzar metas comunes, que se consiguen con más facilidad si existe un apoyo mutuo en varias situaciones. En el campo de los amigos y los amantes, es nuestra más profunda consciencia la que reconoce en ellos la similitud de los espíritus hermanos.
Es una experiencia maravillosa y misteriosa a la vez, tanto física como mentalmente.
Conectar con seres que conocemos en el mundo espiritual, escondidos bajo todo tipo de disfraces físicos puede resultar una experiencia armoniosa o frustrante. La lección que debemos aprender en las relaciones humanas es la de aceptar a las personas por lo que son sin esperar que nuestra felicidad dependa totalmente de ellas. He tenido clientes que han acudido a mí asumiendo que no están con un alma compañera por la cantidad de problemas y sufrimiento que había en sus matrimonios. No se dan cuenta de que las lecciones kármicas a veces fijan unas metas muy difíciles y que las experiencias dolorosas con respecto al amor son premeditados exámenes que la vida nos presenta.
Frecuentemente éstos son los más duros.
Cualquiera que sea la circunstancia, las relaciones interpersonales son la parte más importante de nuestras vidas. ¿Es por una coincidencia, una percepción extrasensorial, un déjà vu o por sincronicidad cuando llega el momento perfecto en el lugar adecuado y conocemos a la persona que dará sentido a nuestra vida? ¿Hubo un fugaz recuerdo ya olvidado, algo familiar en ella que nos venía de lo más profundo de nuestra mente? Yo pediría al lector que buscara en los recuerdos de ese primer encuentro con alguien importante. ¿Fue en el colegio? ¿Vivía en su mismo barrio? ¿Le conoció en el trabajo o durante algunas vacaciones? ¿Les presentó alguien o fue un encuentro casual? ¿Qué sintió en ese momento?
Odiaría modificar los recuerdos favoritos de cualquiera sobre ese encuentro casual, pero la causalidad, los impulsos o las circunstancias fortuitas no pueden aplicarse a estos contactos cruciales; pero esta circunstancia no los hace menos románticos. En estos casos he oído muchos relatos apasionados de entidades espirituales muy unidas que han viajado a través del espacio y el tiempo para encontrarse como seres humanos en un lugar específico de la Tierra en un momento concreto. También es verdad que nuestra amnesia consciente hace difíciles estos importantes encuentros y podemos tomar el camino equivocado y perder el contacto. No obstante puede hacerse un acuerdo previo para remediar estas contingencias.
En el siguiente caso el diálogo comienza cuando yo le pregunto al sujeto sobre lo que ocurre en el mundo espiritual justo antes de que el alma vuelva a reencarnarse en la vida actual.
Caso 28
P: ¿Se acerca el momento de abandonar el mundo espiritual para empezar otra vida?
R: Sí... estoy casi preparado.
P: Después de salir del lugar de selección, ¿habías decidido quién serías y a quién te encontrarías en la Tierra?
R: Sí, todo está empezando a encajar perfectamente.
P: ¿Y qué pasaría si ahora te lo pensaras mejor? ¿Podrías cambiar de opinión?
R: (Suspira) Sí, y además lo he hecho otras veces, todos lo hemos hecho, o al menos los que yo conozco. La mayoría de las veces es curioso pensar en estar vivo otra vez en la Tierra.
P: ¿Pero qué ocurriría si te resistieras a volver a la Tierra poco antes del momento de reencarnarte?
R: Esto no es tan... rígido. Siempre hablo de las posibilidades... mis preocupaciones sobre la nueva vida con mi tutor y mis compañeros antes de comprometerme firmemente. Los tutores saben cuando estamos sencillamente intentando ganar tiempo y cuando no estamos seguros de verdad. Yo estoy decidido.
P: Me alegro. Ahora responde a esto: una vez que te has comprometido firmemente a regresar a la Tierra ¿hay algo importante en el mundo espiritual que debas hacer?
R: Debo ir a la clase de reconocimiento.
P: ¿Y cómo es ese lugar?
R: Es una reunión de observancia…
P: Cuando chasquee los dedos, irás inmediatamente a esta clase. ¿Estas preparado?
R: Sí.
P: (Chasqueo los dedos) Explícame lo que haces.
R: Estoy flotando… con los demás... esperando al que va a hablar.
P: Me gustaría acompañarte pero tendrás que ser mis ojos, ¿de acuerdo?
R: De acuerdo, pero tenemos que darnos prisa.
P: ¿Cómo es este lugar?
R: Mm... es un auditorio circular con un estrado elevado en el centro donde se coloca el que habla.
P: ¿Vamos a flotar hasta los asientos?
R: (Sacudiendo la cabeza) ¿Para qué necesitamos asientos?
P: Sólo lo suponía. ¿Cuántas almas hay a nuestro alrededor?
R: Unas diez o quince... son los que van a estar cerca de mí en la próxima vida.
P: ¿Esas son todas las almas que ves?
R: No. Tú me preguntaste por las que tenía alrededor. Hay más... a lo lejos... formando grupos... y esperando a sus oradores.
P: ¿Pertenecen las diez o quince almas que tienes a tu alrededor a tu mismo grupo primario?
R: Algunas.
P: ¿Es esta reunión parecida a la que tienes cerca de la entrada cuando regresas al mundo espiritual después de la muerte?
R: No, esa fue más tranquila… sólo con mi familia.
P: ¿Por qué fue tu bienvenida más tranquila que esto?
R: Estaba todavía confuso por haber perdido mi cuerpo. Aquí hay mucha charla y mucho movimiento… nerviosismo... tenemos mucha energía. Escucha, tenemos que ir rápido porque tengo que escuchar lo que dicen los oradores.
P: ¿Son los oradores tus tutores-guías?
R: No, son apuntadores.
P: ¿Son almas especializadas en esto?
R: Sí. Nos dan las señales inventándose ideas ingeniosas.
P: Bien. Vamos a acercarnos al apuntador y continúa diciéndome lo que ocurre.
R: Formamos un círculo alrededor del estrado. El apuntador flota hacia delante y hacia atrás en el centro y nos señala a cada uno de nosotros pidiéndonos que prestemos mucha atención. ¡Tengo que hacerlo!
P: (Bajando la voz) Entiendo, y no querría que te perdiera nada, pero explícame qué son las señales.
R: El apuntador ha sido asignado para nosotros con el fin de que sepamos qué tenemos que buscar en la próxima vida. Estas señales se colocan en nuestra mente para estimular nuestros recuerdos después, cuando seamos seres humanos.
P: ¿Qué tipo de señales son?
R: Como banderas.... mojones en el camino de la vida.
P: ¿Podrías ser más específico?
R: Las señales del camino nos hacen tomar una dirección distinta en ciertos momentos, cuando ocurre algo importante... y también cuando debemos conocer los signos que nos reconozcan mutuamente.
P: ¿Y esta clase se recibe antes de cada una de las vidas?
R: Naturalmente. Necesitamos poder recordar los pequeños detalles...
P: ¿Pero no has visto ya los detalles de tu vida próxima en el lugar de la selección?
R: Sí, es cierto, pero no he visto los pequeños detalles. Además entonces no conocía a todos los que van a estar conmigo. Esta clase es como un repaso final... con todos juntos.
P: ¿Es sólo para aquellos que tendrán una relación especial entre ellos?
R: Así es. Es sobre todo una clase de preparación porque al principio no nos reconoceremos en la Tierra.
P: ¿Ves a tu alma compañera aquí?
R: (Ruborizándose) Sí... está aquí... y hay también otras personas con quien se supone que tendré que contactar... o ellos conmigo... Los demás también necesitan sus señales.
P: ¡Ah, entonces por eso estas almas vienen de diferentes grupos! Todas van a jugar un papel importante en la próxima vida de los demás.
R: (Impaciente) Sí, pero si hablas no puedo oír lo que están diciendo... ¡Chissss!
P: (Bajando la voz otra vez) Muy bien, cuando cuente tres voy a dejar esta clase en suspenso por un momento para que no pierdas nada. (Con suavidad) ¡Uno, dos, tres! El orador está callado y tú podrás explicarme más detalles sobre las banderas y las señales ¿de acuerdo?
R: Supongo... que sí.
P: Voy a llamar a estas señales resortes de la memoria. ¿Quieres decir que habrá resortes de la memoria especiales para cada una de estas personas?
R: Por eso nos han traído aquí. Habrá momentos en mi vida en los que aparecerán estas personas. Debo intentar... recordar... algo sobre ellos… su mirada... sus movimientos... su manera de hablar...
P: ¿Y cada uno de ellos te hará funcionar uno de esos resortes?
R: Sí, y probablemente perderé algunos. Se supone que las señales deben hacer saltar un recuerdo y decirte un «Ah, bien, estás aquí.» en tu interior. Sabremos que ha llegado el momento de empezar a trabajar en la siguiente fase. Parecerán cosas insignificantes pero las banderas son momentos de cambio en nuestras vidas.
P: ¿Y qué pasa si alguien no reconoce estas banderas o señales, porque, como tú dices, se olvidó de lo que dijo el apuntador? ¿O qué ocurre si decides ignorar tus inclinaciones y tomar otro camino?
R: (Pausa) Tenemos otras posibilidades, aunque pueden no ser tan buenas. Puedes ser obstinado pero... (Se para)
P: ¿Pero qué?
R: (Con convicción) Después de esta clase normalmente no te olvidas de las señales importantes.
P: ¿Por qué simplemente no te dan los guías las respuestas que necesitas una vez que estás en la Tierra? ¿Por qué son necesarias todas estas tonterías de las señales para recordar cosas?
R: Por la misma razón por la que vamos a la Tierra sin saber nada por adelantado. Nuestra alma debe crecer con lo que descubre por sí misma. A veces las lecciones se resuelven muy deprisa… pero no es lo normal. La parte más interesante del camino es descubrir las curvas y es mejor que no ignoremos las señales del camino.
P: De acuerdo. Voy a contar de diez a uno y cuando termine, la clase empezará de nuevo y podrás escuchar mientras el apuntador te da las señales. Yo no hablaré hasta que no levantes el dedo índice de la mano derecha. Esto me indicará que la clase ha terminado y que puedes explicarme las señales que debes recordar. ¿Estás preparado?
R: Sí.
Nota: Termino de contar y espero un par de minutos hasta que mi cliente levanta el dedo. Este es un ejemplo muy simple de cómo el tiempo terrenal es insignificante en comparación con el tiempo espiritual.
P: No ha sido muy largo.
R: Sí que lo ha sido. El apuntador tenía mucho que decirnos a todos.
P: Supongo que ahora tienes claramente en tu mente todos los detalles del reconocimiento ¿no?
R: Espero.
P: Bien. Entonces dime ahora cuál es la última señal que te dieron antes de acabar la clase.
R: (Pausa) Un colgante de plata... Lo veré cuando tenga siete años… en el cuello de una mujer de mi calle... Siempre lo llevaba puesto.
P: ¿Y de qué manera será este colgante de plata una señal?
R: (De manera muy abstracta) El sol brilla en él... y atrae mi atención... Debo recordarlo.
P: (Con tono de orden) Ahora eres capaz de aunar tus conocimientos espirituales con los terrenales. (Pongo la mano sobre la frente del sujeto) ¿Por qué es importante para ti reconocer el alma de la mujer del colgante?
R: Yo la he conocido cuando montaba en bicicleta en la calle. Me sonríe... y el colgante de plata brilla... Le pregunto sobre él... y nos hacemos amigos.
P: ¿Y después?
R: (Añorante) Sólo estaré con ella poco tiempo porque nos mudaremos de casa, pero será suficiente. Me leerá en alto y me hablará de la vida, y me enseñará a... respetar a la gente...
P: Al hacerte mayor, ¿pueden ser las propias personas señales de uno de estos recuerdos o proporcionar ellas mismas las banderas que tú puedas reconocer?
R: Por supuesto que sí. Pueden presentarme gente en el momento justo.
P: ¿Conoces ya a la mayoría de las almas que tendrán una relación estrecha contigo?
R: Sí, y si falta alguna, la conoceré en clase.
P: Supongo que también se organizan las relaciones amorosas, ¿no?
R: (Riéndose) Sí, eso lo hacen los emparejadores, pero los encuentros pueden ser también para desarrollar una amistad… para unir a la gente que va a ayudarte en tu trabajo... o cosas por el estilo.
P: ¿Entonces las almas que están en este auditorio y en otros sitios pueden tener distintas relaciones contigo en tu próxima vida?
R: (Con entusiasmo) Sí, voy a conectar con el que está en mi equipo de béisbol. Otro es mi compañero en la granja, y también está mi amigo íntimo del colegio.
P: ¿Y qué ocurre si conectas con una persona equivocada en el trabajo, en el amor o en lo que sea? ¿Significa esto que has olvidado la señal de un acontecimiento importante?
R: ... Probablemente no sea del todo equivocada... Podría ser un salto que te llevará en otra dirección.
P: Ahora dime cuál es la señal más importante que debes recordar de esta clase de preparación.
R: La risa de Melinda.
P: ¿Quién es Melinda?
R: Mi futura mujer.
P: ¿Y qué tienes que recordar de la risa de Melinda?
R: Cuando nos conocemos, su risa va a... recordarme pequeñas campanillas… como un soniquete… no puedo describírtelo. Después el olor de su perfume cuando bailamos por primera vez… un olor familiar… sus ojos...
P: ¿Entonces te han dado más de una señal para reconocer a tu compañera?
R: Sí, es tan importante que los apuntadores creyeron que necesitaban más señales. No quería equivocarme al reconocer a la persona correcta.
P: ¿Y qué se supone que debe reconocer ella en ti?
R: (Sonríe) Mis grandes orejas... el que la pise al bailar... lo que sentimos cuando nos abrazamos por primera vez.
Un antiguo dicho nos recuerda que los ojos son el espejo del alma. Ninguna característica física tiene más importancia que los ojos cuando se encuentran en la Tierra las almas compañeras. Con respecto al resto de nuestros sentidos, ya he mencionado antes que las almas retienen recuerdos de sonidos y olores. Los cinco sentidos pueden ser utilizados por los apuntadores espirituales como señales para estimular un recuerdo en una vida futura.
El caso 28 empezó a expresar su incomodidad porque yo le estaba impidiendo participar en la clase de reconocimiento. Reforcé la imagen visual del alma flotando alrededor de un estrado central en este auditorio —otras personas utilizan nombres diferentes para este lugar. Le di tiempo para que terminara de recibir las instrucciones en su clase de preparación y hablara con sus compañeros y después le conduje hacia fuera del lugar de reconocimiento.
En mis sesiones tengo por costumbre no apremiar nunca a mis clientes para que entren y salgan de los distintos lugares espirituales porque esto afecta a la intensidad de la concentración y del recuerdo. Cuando nos alejamos del resto de las almas hablé con este hombre sobre su compañera, Melinda. Me dijo que ambos se sentían muy cómodos juntos como marido y mujer, aunque a veces eligieran tener una relación distinta en sus vidas juntos. Los dos querían asegurarse de que conectarían en la Tierra en sus próximas vidas. Creí conveniente asegurarme de lo que había ocurrido en realidad.
P: Cuando Melinda y tú erais jóvenes en la Tierra ¿vivíais cerca el uno del otro?
R: No. Yo vivía en Iowa y ella en California... (Reflexivo) Fue a Clair a quien conocí en Iowa.
P: ¿Te enamoraste de Clair?
R: Sí, y casi me caso con ella. Estuve a punto y eso hubiera sido un error. Clair y o no éramos lo mejor el uno para el otro, pero como íbamos al colegio juntos se convirtió en un hábito.
P: ¿Y a pesar de todo te fuiste a California?
R: Sí, Clair no quería que me fuera pero mis padres querían dejar la granja y marcharse hacia el oeste. A mí me gustaba Iowa y me preocupaba la idea de irme y dejar a Clair, que todavía estaba en el colegio.
P: ¿Era ésta una de las señales que te ayudó a tomar la decisión de marcharte con tus padres?
R: (Con un suspiro) Fue mi hermana la que me mostró una bandera roja. Me convenció de que tendría más oportunidades en la ciudad a la que mis padres pensaban ir.
P: ¿Ves a tu hermana en el mundo espiritual?
R: Sí, claro. Está en mi círculo (grupo primario).
P: ¿Y es Clair una compañera tuya?
R: (Pausa) No, es sólo una amiga.
P: ¿Te fue difícil dejar a Clair?
R: Sí... y más por ella. Nos atraíamos mucho sexualmente en el colegio. Pero era un enamoramiento que no tenía ninguna conexión mental... Es tan difícil saber lo que tienes que hacer con los demás en la Tierra... El sexo es una trampa muy fuerte... Nos habríamos aburrido el uno del otro con el tiempo.
P: ¿La atracción física fue diferente con Melinda que con Clair?
R: (Pausa) Cuando Melinda y yo nos conocimos en el baile, su cuerpo me atrajo mucho... y supongo que también me parecía guapa… pero ambos sentimos algo más...
P: Quiero que me aclares esto ¿Elegisteis en el mundo espiritual Melinda y tú vuestros cuerpos de hombre y mujer deliberadamente para atraeros mutuamente en la Tierra?
R: (Asintiendo) Hasta... cierto punto... pero nos atrajimos en la Tierra porque en nuestras mentes estaba el recuerdo de lo que debía ocurrir. P: Cuando llegó el momento del baile, ¿qué pasó por tu mente?
R: Ahora lo entiendo todo. Nuestro tutor nos estaba ayudando esa noche. De repente yo decidí ir al baile. No me gusta bailar porque soy muy torpe. Además no conocía a nadie en la ciudad todavía y me sentía estúpido. Ahora entiendo que alguien me guió hasta allí.
P: ¿Habíais previsto Melinda y tú la escena del baile, juntos durante vuestra clase de preparación?
R: Sí, sabíamos que ocurriría y cuando la vi en el baile todas las alarmas se dispararon. Hice algo que no es típico de mí: me interpuse entre ella y el hombre con quien estaba bailando. Cuando la abracé para bailar tenía las piernas de goma.
P: ¿Y qué más sentisteis Melinda y tú en ese momento?
R: Como si estuviéramos en otro mundo... Existía una familiaridad especial... fue un baile tan extraño… no teníamos ninguna duda que estaba ocurriendo algo importante… la guía... el propósito de nuestro encuentro... nuestros corazones latían con fuerza... Era como una especie de encantamiento.
P: ¿Entonces por qué estaba Clair en tu vida antes complicando la situación?
R: Tentándome para que me quedara en la granja... fue uno de los caminos falsos que tenía que pasar... otro tipo de vida. Después de dejar a Clair, encontré a la persona adecuada.
P: Si Clair y tú hubierais tomado ese camino juntos ¿habría sido tu vida un completo desastre?
R: No, pero no habría sido tan buena. Hay un camino principal en la vida pero siempre existen alternativas con las que también podemos aprender.
P: ¿Te ha ocurrido alguna vez que en la vida hayas cometido un error o tomado un camino equivocado perdiendo una de estas señales, por ejemplo en un cambio de trabajo o de ciudad, o al no conocer a alguien importante porque los detalles que viste en el lugar de selección o las señales que aprendiste en la clase de preparación no las conocías suficientemente?
R: (Pausa larga) Las señales están ahí. Pero a veces yo las he ignorado. Hay veces en mis vidas en las que cambio de dirección porque lo pienso y lo analizo demasiado. O por las mismas razones, dejo de hacer algo que debía hacer.
P: ¿Entonces podrías hacer algo que no estaba planeado con anterioridad en el mundo espiritual?
R: Sí, y puede no funcionar tan bien... pero tenernos el derecho a ignorar estas señales.
P: Entiendo. Me ha gustado mucho hablar contigo sobre la clase de reconocimiento y me pregunto si esta clase espiritual hace algo más por ti en la vida física.
R: (Con voz lejana) Sí, a veces cuando estoy confundido acerca de la dirección que debe tomar mi vida… me imagino hacia dónde voy en relación con el punto en el que estoy y... automáticamente me viene a la mente lo que debo hacer.
Ayudar a mis clientes a reconocer a las personas que están destinadas a ser importantes en su vida es una de las labores más fascinantes de mi trabajo. Creo que los que vienen a verme con este tipo de preguntas no están aquí en ese momento concreto por casualidad.
¿Estaré anulando el propósito de las clases de reconocimiento ayudando a estas personas a recordar sus señales? No lo creo, principalmente por dos razones. Una, porque lo que no deben saber probablemente no se revela en la hipnosis; y dos porque muchos de mis clientes sólo buscan confirmar lo que ya saben que deben hacer.
Yo puedo hablar por experiencia propia de estas señales de reconocimiento, puesto que tuve tres signos muy claros para encontrar a mi mujer. Siendo adolescente un día ojeaba la revista Look y vi un anuncio de Navidad de relojes Hamilton en el que había una guapísima mujer de pelo oscuro y vestida de blanco. El eslogan decía: «Para Peggy» y ella sostenía un reloj de pulsera regalo de su imaginario marido. Sentí una sensación extraña y nunca se me olvidó la cara ni el nombre de la chica. Cuando cumplí los veintiún años mi tía favorita me regaló un reloj de la misma marca.
Años más tarde, cuando estaba en Phoenix haciendo un curso de postgrado, un sábado fui a la lavandería y cuando estaba poniendo la lavadora se activó una de estas señales y en mi mente apareció el siguiente mensaje: «Ya es hora de que conozcas a la mujer de blanco». Intenté que se me fuera de la cabeza pero la cara de la chica del anuncio seguía ahí. Paré, miré a mi reloj marca Hamilton y oí la siguiente orden: «Ahora ve». Pensé en quién se vestía de blanco, y actuando como si me obsesionara la idea me dirigí hacia el hospital más grande de la ciudad y pregunté en la recepción por una enfermera llamada Peggy que se ajustara a la descripción de la del anuncio. Me contestaron que esa persona acababa de terminar su turno. Cuando la vi me quedé asombrado por el parecido con la imagen que yo tenía en la mente. Nuestro primer encuentro fue muy extraño, pero después nos sentamos en la entrada y charlamos durante cuatro horas como lo harían dos viejos amigos que no se han visto en mucho tiempo, lo cual por otro lado, era cierto.
Esperé a estar casado para contarle a mi mujer la razón por la que fui ese día al hospital y las señales que me dieron para encontrarla. No quería que creyera que estaba loco.
Entonces ella me dijo que el día de nuestro primer encuentro había comentado a sus asombradas amigas que «acababa de conocer al hombre con el que se casaría».
El consejo que doy sobre estos encuentros es que no se intente razonar demasiado.
Algunas de nuestras mejores decisiones vienen de lo que llamamos instinto. Hay que hacer caso de ellos de .vez en cuando. Además cuando tiene que ocurrir algo especial en la vida, normalmente ocurre.
15. LA REENCARNACIÓN – Parte 14
Ya hemos visto cómo el alma toma la decisión de reencarnarse en un momento y un lugar específicos en la Tierra siguiendo un plan espiritual que se desarrolla ordenadamente.
Cuando el alma de un cliente se acerca al momento de salir del mundo espiritual, la mayoría suele volverse introspectiva, mientras que algunas suelen hacer bromas sobre ello con sus amigos. La reacción ante lo que se les presenta varía según el individuo y el tiempo que ha transcurrido desde la última reencarnación.
Volver a nacer es una experiencia muy intensa. Las almas que se preparan para salir hacia la Tierra son como veteranos de guerra que se preparan para el combate. Ésta es la última oportunidad que tienen las almas de disfrutar de su propia identidad antes de que adopten un cuerpo nuevo. En el último caso que expongo, una mujer nos ofrece una buena definición sobre su viaje a la Tierra más reciente.
Caso 29
P: ¿Ha llegado ya el momento en el que debes volver a nacer en tu próxima vida?
R: Sí, ha llegado.
P: ¿Qué es lo más importante para ti de volver a la Tierra?
R: La oportunidad de vivir en el siglo XX. Es un momento de cambios muy interesantes.
P: ¿Y has visto esta vida, o por lo menos partes de ella con antelación?
R: Sí... ya he pasado por eso... (Parece distraída)
P: ¿Hay algo que quieras decirme sobre tu próxima reencarnación?
R: Estoy hablando por última vez con Pomar (su guía) sobre las alternativas de este proyecto (vida).
P: ¿Puede considerarse ésta una entrevista final con Pomar?
R: Sí, supongo que sí.
P: ¿Te ayudaría si hablaras conmigo sobre los planes que tienes para esta vida?
R: (Con un hilo de voz corto y seco) Creo… que lo tengo claro...
P: ¿Cómo fue tu clase de reconocimiento? ¿Supongo que habrás completado esa fase de preparación?
R: (Todavía distraída) Sí... Ya me he reunido con el resto (de los participantes) para mi proyecto.
P: ¿Tienes claras en tu mente las señales de reconocimiento para encontrar al resto de las almas en el momento adecuado?
R: (Con una risa nerviosa) ¡Ah.... los signos!... Mis acuerdos con la gente...Sí, todo eso está hecho.
P: Dime lo que sientes en este momento sin analizar o censurar tus sensaciones de ningún modo.
R: Estoy... concentrándome... para el salto hacia la nueva vida… siento aprensión...pero a la vez estoy ilusionada...
P: ¿Estás quizás algo asustada o insegura sobre el hecho de volver a la Tierra?
R: (Pausa y después con más alegría) Estoy algo... preocupada... por lo que me espera... Dejar mi casa aquí... Pero estoy contenta por la oportunidad que supone...
P: ¿Entonces son sentimientos mezclados y opuestos?
R: La mayoría de nosotros los tenemos cuando se acerca la hora. Yo he tenido ganas de pensármelo mejor a veces, pero... Pomar sabe cuando estoy simplemente queriendo perder tiempo. Ya sabes que aquí no puedes esconder nada.
R: De acuerdo. Vamos a imaginarnos que ha llegado el momento. Cuando yo cuente tres, tu decisión de volver es firme y estás a punto de abandonar el mundo espiritual. ¡Uno, dos, tres! Describe lo que está ocurriendo.
R: Me despido de todos. Esto puede resultar… difícil. (Echa la cabeza hacia atrás con decisión) De todas formas todos me desean buena suerte y me alejo de ellos... Floto sola. No hay mucha prisa. Pomar me permite pensar un poco. Cuando esté preparada vendrá a acompañarme... a animarme... a ofrecerme seguridad... y él sabe cuando estoy preparada.
P: Veo que ahora estás más animada con la idea de la reencarnación.
R: Sí, es un momento de inspiración y esperanza... un cuerpo nuevo… la vida...
Preparo a mi sujeto para abandonar el mundo espiritual por última vez antes de la vida actual. Tengo tanto cuidado en este momento como cuando les traigo aquí por primera vez en un proceso normal de regresión. Empiezo reforzando el escudo protector de energía que tiene a su alrededor e intento mantener su alma en equilibrio con el cuerpo del niño que va a adquirir por medio de las técnicas de acondicionamiento adecuadas.
P: Muy bien. Pomar y tú estáis juntos esperando tu salida. Quiero que mires en el fondo de tu mente y me expliques qué haces como si estuviéramos en cámara lenta. ¡Empieza!
R: (Pausa) Empezamos... a movernos... a gran velocidad. Después yo... me doy cuenta de que Pomar... se separa... y me quedo sola.
P: Dime qué ves y qué sientes.
R: Yo...
P: ¡Céntrate en esto! Estás sola y te mueves muy rápido. ¿Y después qué ocurre?
R: (Con voz muy lejana) Atravieso... almohadas de blancura... Me alejo...
P: ¡Céntrate en mí! Sigue avanzando y describiéndome lo que ocurre.
R: Estoy... atravesando trozos de tela sedosa... suave... Voy en una banda… un camino… cada vez más deprisa...
P: ¡Continúa! ¡No dejes de hablarme!
R: Todo está borroso... Estoy resbalando hacia abajo... hacia un tubo largo y oscuro... Es estrecho... oscuridad… y ahora... ¡calor!
P: ¿Dónde estás?
R: (Pausa) Estoy en el vientre de mi madre.
P: ¿Quién eres?
R: (Con una risita) ¡Soy un bebé!
La sensación de estrechez que describen mis clientes no es la vagina de la madre. Es algo similar al túnel de salida que las almas atraviesan para regresar al mundo espiritual después de la muerte y puede que sea incluso la misma ruta. El lector se preguntará porqué tengo especial cuidado con el momento del nacimiento cuando mis clientes entran y salen varias veces de sus vidas en cada sesión. Existen dos razones. La primera porque revivir una vida pasada no tiene que incluir necesariamente el nacimiento. Yo les ayudo a mis clientes a ir directamente desde el mundo espiritual hasta el momento en la vida que nos interesa, normalmente de adultos. La segunda porque si decido llevarles a revivir su nacimiento, tengo que evitar la incomodidad que muchos sienten cuando se despiertan de esa experiencia.
Antes de continuar con este caso quisiera dar una informa ció general sobre los bebés y las almas. Todos mis clientes dicen que la transición del alma desde el mundo espiritual hasta la mente de un niño es mucho más rápida que el camino de vuelta. ¿Por qué esta diferencia? Después de la muerte física nuestras almas viajan a través del túnel del tiempo y pasan la puerta de entrada al mundo espiritual de manera progresiva. Hemos visto cómo el camino de regreso al mundo espiritual debe ser más gradual para que el alma se aclimate a su nueva libertad. Sin embargo, las almas que entran en el cuerpo de los niños están en un estado de omnisciencia que les permite adaptarse mentalmente con más rapidez al nuevo ambiente. Además también se nos brinda un período de adaptación dentro del vientre de nuestra madre.
De todas maneras, este período dentro de nuestra madre no nos prepara del todo para la sacudida estremecedora que supone el nacimiento, con cegadoras luces de hospital, respiraciones repentinas y contactos físicos por primera vez. Mis clientes dicen que comparando el momento del nacimiento con el de la muerte, el choque físico de nacer es mucho más fuerte.
En algún momento antes del nacimiento el alma conecta cuidadosamente con la mente en desarrollo del niño y se une a ella por completo. Cuando un alma decide entrar en un niño, él no tiene posibilidad de elección. El tiempo cronológico del alma comienza en el momento de la entrada. Depende del alma el momento en el que se hace el contacto con el cuerpo del niño. He tenido casos en los que las almas han entrado en el cuerpo en el último momento antes del nacimiento, aunque este caso es muy poco frecuente.
Normalmente incluso las almas que se unen pronto al cuerpo del niño parecen salir muchas veces fuera de la madre durante el embarazo.
Una vez que se ha producido el nacimiento, la unión del espíritu y la carne se ha consolidado. El alma inmortal se convierte en la base de la percepción de la personalidad que se está desarrollando. Ella es la que aporta la fuerza espiritual heredada de la conciencia infinita. Aunque ya he dicho que las almas pueden sentirse confinadas por un ser humano que sufre algún trauma, nunca están completamente atrapadas. Además de abandonar el cuerpo después de la muerte, pueden también salir y entrar durante el sueño, en estado de profunda meditación o bajo los efectos de una anestesia quirúrgica.
En el caso de una lesión cerebral muy grave o de un estado de coma las ausencias del alma pueden ser mucho más largas de lo normal.
El caso 29 continúa cuando el sujeto nos explica la belleza creativa que existe en la unión del alma con el cuerpo de un ser humano, Esta unión de la fuerza vital inteligente antes del nacimiento nos lleva a completar el recorrido iniciado por la muerte descrita en el primer caso.
P: Me alegro de que llegaras sana y salva a tu nuevo cuerpo. Dime, ¿qué edad tiene el niño?
R: Han pasado cinco meses (desde la concepción).
P: ¿Es este el momento en el que sueles entrar en un niño?
R: En mis vidas… he entrado en diferentes momentos... dependiendo del niño, la madre y la vida que voy a llevar.
P: ¿Como alma, qué sentimiento te produce si existe un aborto antes de que se cumpla el período completo de embarazo?
R: Nosotros sabemos si el niño va a cumplir los nueve meses o no. Para nosotros no es una sorpresa no nacer. Podemos venir sólo para consolar al niño.
P: Si el niño no vive, ¿se anula todo el proyecto de la vida de un alma?
R: No. Nunca se hizo un provecto de vida para un niño que no iba a vivir.
P: ¿Podrían no haber tenido alma algunos de los niños que murieron en un aborto?
R: Eso depende del tiempo de embarazo. Los que mueren muy pronto normalmente no nos necesitan.
Nota: Este tema ha sido muy debatido tanto en el pasado como en la actualidad. Durante el siglo XIII, la iglesia cristiana creyó necesario establecer unas pautas que rigieran la existencia de las almas en el feto. Sto. Tomás de Aquino y otros teólogos medievales decidieron arbitrariamente que el cuerpo recibía al alma después de cuarenta días a partir de la concepción.
P: Si asumirnos que el niño va a nacer, ¿conoces las costumbres de las otras almas en relación al momento de unión?
R: (Sin pensarlo mucho) Algunos están a su alrededor más que otros, y entran y salen del niño muchas veces antes del nacimiento porque se aburren.
P: ¿Y tú qué haces normalmente?
R: Yo estoy en medio, supongo. No estoy mucho tiempo dentro del niño porque puede resultar muy monótono.
P: Muy bien. Vamos a dejar tu situación actual dentro de la madre para hablar de otras cosas, ¿qué haces cuando no estás dentro del cuerpo del niño?
R: (Se ríe) ¿Quieres que te diga la verdad? Te la diré. Yo me dedico a jugar. Es un momento perfecto para hacer trastadas... cuando el niño es menos activo. Yo me divierto con los amigos que están en la misma situación. Vamos de un lado para otro en la Tierra haciéndonos visitas… volvemos a lugares interesantes… en los que hemos estado en vidas anteriores.
P: ¿No creéis tú y tus amigos que abandonar al niño durante tanto tiempo es evitar las responsabilidades de vuestra labor en la Tierra?
R: (Defensiva) ¡Eh, relájate! ¿Quién ha hablado de períodos largos de tiempo? ¡Yo no hago eso! De todos modos nuestra misión no ha comenzado todavía.
P: Cuando abandonas el cuerpo del niño ¿en qué plano astral estás en relación con la Tierra?
R: No salimos del mismo plano astral de la Tierra... y tampoco nos distraemos mucho. Pasan muchas cosas alrededor del niño. No quiero que pienses que no hay nada que hacer en los niños que no han nacido todavía.
P: ¡Ah…!
R: (Continúa) Estoy muy ocupada con esta nueva mente, aunque todavía no esté completa.
P: ¿Por qué no hablamos más sobre esto? Cuando tu alma entra en un niño con el que vas a estar toda una vida ¿qué supone para ti?
R: (Suspirando profundamente) Una vez que me uno a un niño es necesario que mi mente se sincronice perfectamente con su cerebro. Tenemos que acostumbrarnos a trabajar juntos.
P: Esto es lo que me han dicho otros, pero ¿sentís el niño y tú una afinidad inmediata?
R: Bueno... yo estoy en la mente del niño pero a la vez estoy separada de él. Al principio hay que ir despacio.
P: Bien, ¿por qué no me explicas qué haces en la mente del niño?
R: Es una labor delicada y no hay que darse prisa. Empiezo con un suave examen... definiendo las conexiones... los espacios... cada mente es diferente.
P: ¿Puede haber algún conflicto del niño contra ti?
R: (Suavemente) Al principio hay una ligera resistencia... no acepta del todo el que yo recorra sus caminos… es lo normal... hasta que se familiariza contigo (Para un momento y sonríe ligeramente) No hago más que chocarme contra mí misma.
P: Y mientras te integras con el niño, ¿cuándo empieza a mostrarse receptivo a la fuerza de tu identidad espiritual?
R: No me gusta la palabra «fuerza». Nunca utilizamos la fuerza cuando conectamos con un niño. Yo realizo el examen muy cuidadosamente.
P: ¿Tardaste muchas vidas en aprender a conectar con el cerebro humano?
R: Sí... unas cuantas... cuando eres un alma nueva te ayudan a hacerlo.
P: Puesto que tú representas energía pura, ¿conectas con el cerebro a través de los neurotransmisores, las células nerviosas u otros órganos parecidos?
R: (Pausa) Bueno, algo así... De todas maneras no modifico nada... aprendo las ondas cerebrales del niño.
P: ¿Te refieres a los circuitos mentales que regulan el pensamiento?
R: Sí, al modo en el que esta persona codifica las señales. Es una capacidad que varía en cada niño.
P: Sé completamente sincera conmigo. ¿No estás invadiendo la mente de este niño y sometiéndola a tu voluntad?
R: No lo entiendes. Es una fusión. Antes de que llegue hay un vacío… que yo lleno para hacer al niño completo.
P: ¿Tú traes el intelecto?
R: No, amplío lo que ya hay.
P: ¿Podrías ser más específica sobre lo que le proporciona exactamente tu alma al cuerpo humano?
R: Proporcionamos... comprensión de las cosas... el reconocimiento de la verdad a través de la mente.
P: ¿Estás segura que este niño no cree al principio que eres un ser extraño que le invade la mente?
R: No, por eso nos unimos a las mentes que todavía no están desarrolladas. El niño me reconoce como un amigo.... un gemelo… que va a ser parte del él. Es como si el niño hubiera estado esperando mi llegada.
P: ¿Crees que hay un poder superior que prepara al niño para tu llegada?
R: No lo sé, pero parecería lógico.
P: ¿Y está acabado tu trabajo de unificación antes del nacimiento?
R: En realidad no, pero al nacer empezarnos a complementarnos mutuamente.
P: ¿Entonces el proceso de unificación tarda bastante tiempo?
R: Claro, mientras nos adaptamos una a otra. Corno te dije antes, yo salgo del niño a veces.
P: ¿Y qué ocurre con las almas que entran en los niños momentos antes de nacer?
R: Mm... Ese no es mi estilo. Tienen que empezar a trabajar en la cuna.
P: ¿Cuántos años tiene el cuerpo cuando ya no sales más de él?
R: Aproximadamente a los cinco o seis años. Normalmente funcionamos ya completamente dentro del cuerpo cuando el niño empieza a ir al colegio. Los niños más pequeños pueden dejarse solos mucho tiempo.
P: ¿No es tu obligación estar siempre con tu cuerpo?
R: Si las cosas se ponen mal físicamente... pero después estoy de vuelta de un golpe.
P: ¿Cómo te enterarías si estuvieras jugando con otras almas?
R: Cada mente emite unas ondas específicas, como huellas dactilares. Si el niño que tenemos a nuestro cargo tiene problemas, lo sabemos de inmediato.
P: Entonces durante las primeras etapas del desarrollo estás vigilando al niño que te corresponde constantemente, tanto desde dentro como desde fuera, ¿no?
R: (Con orgullo) Por supuesto, y también a los padres. Podían estar discutiendo alrededor del niño y esto produce vibraciones muy molestas para él.
P: Y si esto ocurre, ¿qué haces?
R: Le calmo lo mejor que puedo. Y también intento llegar a los padres a través del niño para calmarles a ellos.
P: Dame un ejemplo de cómo puedes llegar sus padres.
R: Puedo hacer que el niño se ría delante de ellos golpeando la cara de los padres con las manos. Este tipo de cosas hace que los padres quieran a los niños.
P: ¿Como alma, puedes controlar los movimientos del niño?
R: Yo soy... yo. Puedo estimular un poco la parte del cerebro que controla el movimiento. También puedo hacer cosquillas al niño... Puedo hacer lo que sea para traer armonía a mi familia.
P: Dime qué se siente estando en el vientre de tu madre.
R: Es un sentimiento cálido y confortable de amor. La mayoría del tiempo hay amor... aunque a veces hay problemas. Entonces utilizo estos momentos para pensar y planear lo que voy a hacer después de mi nacimiento. Pienso en mis vidas pasadas y las oportunidades que he perdido con otros cuerpos. Esto me motiva.
P: ¿Y todavía no ha bloqueado la amnesia todos tus recuerdos de vidas anteriores y del mundo espiritual?
R: Eso comienza después del nacimiento.
P: Cuando nace el niño ¿tiene pensamientos conscientes de quién es su alma y cuales son las razones de esta unión?
R: (Pausa) La mente del niño está tan poco desarrollada que no puede razonar hasta ese punto. Tiene parte de este conocimiento lo que le proporciona seguridad, pero luego se diluye. Ahora mientras hablo, esta información se está bloqueando dentro de mí y así debe permanecer.
P: ¿Entonces de niño puedes tener recuerdos fugaces de otras vidas como niño?
R: Sí, es como soñar despierto... la manera de jugar... crear historias… tener amigos imaginarios que son reales... pero todo ello se desvanece. En los primeros años de vida los niños saben más de lo que los demás se creen.
P: Muy bien. Ahora es el momento inmediatamente anterior a tu nacimiento. Dime lo que estás haciendo.
R: Estoy escuchando música.
P: ¿Qué música?
R: Mi padre está poniendo discos, eso le relaja mucho, y le ayuda a pensar. Estoy un poco nerviosa por él...
P: ¿Por qué?
R: (Se ríe) Porque cree que quiere un chico, pero voy a cambiarle la idea de inmediato.
P: ¿Entonces es este un momento productivo para ti?
R: (Con determinación) Sí, estoy muy ocupada planeando el momento en el que entraré en el mundo de los humanos y respiraré por primera vez. Esta es la última oportunidad que tengo para contemplar tranquilamente la próxima vida. Cuando salga... empezaré a correr.
CONCLUSIÓN – Parte 15
La información que contiene este libro sobre la existencia del alma después de la muerte física representa la explicación con más sentido que yo he encontrado para la pregunta de por qué estamos aquí. Los años de estudio que dediqué a descubrir la finalidad de la vida apenas me prepararon para el momento en que uno de mis clientes bajo hipnosis me abrió por fin la puerta del mundo espiritual.
Mi amigo más íntimo es ahora un cura católico. De niños paseábamos juntos por las colinas y las playas de Los Ángeles y nos enfrascábamos en discusiones filosóficas pero nuestras creencias diferían mucho. Una vez me dijo: «Creo que se debe necesitar mucho valor para ser un ateo como tú y no creer en nada más allá de esta vida». Yo no lo veía así y no cambié de idea durante muchos años. Desde los cinco años mis padres me enviaron interno a un colegio militar donde me pasaba largos períodos de tiempo. Me sentía tan solo y abandonado que no creía en ninguna fuerza superior a mí mismo. Ahora entiendo que de una manera muy sutil alguien me daba la energía necesaria para soportarlo. Mi amigo y yo todavía seguirnos teniendo ideas diferentes sobre la espiritualidad pero ambos creemos en que el orden y la causalidad del universo emanan de una fuerza superior.
Mirando al pasado, supongo que no sería casual que la gente viniera a mi consulta para recibir sesiones de hipnosis, siendo éste un vehículo para llegar a la verdad en el que yo creo, y me hablara de los guías, las puertas del mundo espiritual, los grupos de estudio espirituales y la misma creación del mundo de las almas. Incluso ahora, a veces me siento como un intruso en las mentes de aquellos que me describen el mundo de los espíritus y el lugar que está destinado para ellos allí. A pesar de eso debo reconocer que sus conocimientos me han hecho encontrar un camino a seguir. Todavía me pregunto por qué he sido elegido mensajero de los conocimientos que se exponen en este libro, cuando alguien con menos cinismo y menos dudas hubiera estado mucho más preparado para ellos que yo. En realidad las personas que representan los casos aquí narrados son los verdaderos mensajeros de la esperanza en el futuro, no el narrador.
Todo lo que yo he aprendido sobre quiénes somos y de dónde venimos se lo debo a aquellos que acudieron a mí en busca de ayuda. Ellos me enseñaron que un aspecto muy importante de nuestra misión como almas en la Tierra es sobrevivir mentalmente al hecho de estar alejados de nuestro verdadero hogar. Mientras está en un cuerpo humano el alma está básicamente sola. Este aislamiento relativo que sufre el alma en la Tierra en el transcurso de una vida física se hace mucho más difícil si en el nivel consciente pensamos que no existe nada fuera de esta vida. Las dudas nos empujan a encontrar significado sólo en las cosas físicas que nos rodean. Los conocimientos científicos que nos dicen que la Tierra es únicamente un grano de arena al borde de una costa galáctica rodeada por un inmenso mar universal se añaden al sentimiento de insignificancia.
¿Por qué a ningún otro ser viviente en la Tierra le preocupa la vida después de la muerte? ¿Es simplemente porque nuestro ego nos impide pensar que la vida es sólo temporal, o es porque nuestro ser está conectado con una fuerza superior? Hay gente que defiende que pensar en el más allá es fruto de las falsas esperanzas humanas. Yo solía hacerlo también. Sin embargo ahora veo la lógica detrás de la idea de que no fuimos creados meramente por casualidad y para que sobreviviéramos en este mundo, sino que somos parte de un sistema universal que tiene una razón para transformar al yo en un ser físico.
Creo que es la voz de nuestras almas, que nos dice que hay una parte de nuestra persona cuyo destino no es morir.
Ninguna de las relaciones que hacen mis clientes de la vida después de la muerte tiene una base científica que la pruebe. A aquellos que creen que los relatos que se ofrecen en este libro son demasiado inauditos para ser ciertos les diría lo siguiente: si la única conclusión que sacan es que puede existir una identidad permanente que merece la pena buscar, habré conseguido mucho.
Una de las máximas preocupaciones de las personas que quieren creer en algo superior a ellos mismos es la causa de tanta negatividad en el mundo. Y como primer ejemplo dan la maldad. Cuando pregunto a mis clientes como un Dios que nos ama permite el sufrimiento sorprendentemente encuentro pocas variaciones en las respuestas. Todos ellos afirman que nuestras almas nacen de un creador que nos aleja tanto del estado de paz absoluta con el único fin de que nos superemos a nosotros mismos.
Los hombres aprendemos de nuestros errores. La ausencia de rasgos positivos expone la imperfección absoluta de nuestra naturaleza. Lo que no es perfecto existe para probarnos, de lo contrario no podríamos medir el avance. Cuando pregunto a mis clientes por la razón de la alternancia de piedad e ira con la que percibimos al alma superior, algunos responden que el creador sólo muestra ciertos atributos con fines específicos. Por ejemplo, si igualamos la maldad con la justicia y la piedad con la bondad, si Dios nos permitiera sólo conocer la piedad, no existiría la justicia.
Este libro presenta el orden y la sabiduría como características comunes de todos los niveles de energía espiritual. El notable mensaje que nos envían las almas, particularmente las más avanzadas, es la posibilidad de que el Dios o alma superior de nuestro universo no esté en un estado de perfección absoluta. Así, la infalibilidad absoluta se desvía hacia una fuente divina incluso superior a la anterior.
A partir de mi trabajo he llegado a la conclusión de que vivimos en un mundo imperfecto que ha sido diseñado como tal.
La Tierra es uno de los incontables mundos que posee seres inteligentes, cada uno con sus propias imperfecciones que deben superar. Si ampliamos esta idea, podemos llegar a pensar que somos un universo dimensional entre muchos otros también dirigidos por un creador que está dentro de un nivel similar a los niveles progresivos de las almas que hemos descrito en este libro. En este panteón de dioses nuestra divinidad particular gobierna un mundo a su manera.
Si las almas que pueblan los planetas de nuestro universo descienden de un alma madre que aumenta su sabiduría por medio de nuestra lucha, ¿existe la posibilidad de que haya un «abuelo divino» que sea el dios absoluto? La idea de que nuestro dios inmediato está todavía en desarrollo al igual que nosotros no le quita importancia a la idea de una fuente última de perfección que le creó también a él. Para mí, un dios supremo y perfecto no perdería su omnipotencia o su control total sobre la creación si permitiera el desarrollo de sus criaturas superiores. Estos dioses menores podrían crear sus propios mundos imperfectos como un método de desarrollo espiritual y a la vez de emulación y unión con el Dios último.
Los aspectos de la intervención divina en este universo deben ser nuestra realidad última. Aunque nuestro dios no sea el mejor porque utiliza el dolor como técnica de enseñanza, debemos aceptarlo como lo mejor que tenemos y aún así seguir tomando nuestra existencia como un regalo divino. Esta idea no resulta fácil de entender para alguien que sufre físicamente, por ejemplo, con una enfermedad en fase terminal. El dolor físico es especialmente peligroso porque puede llegar a anular los poderes de curación del alma, sobre todo si no aceptamos lo que está ocurriéndonos como una prueba premeditada.
Aún en este caso, a lo largo de nuestra vida el karma está diseñado de tal manera que cada prueba no nos sea imposible de superar.
En un templo Wat en las montañas del norte de Tailandia, un profesor budista me recordó una vez una verdad muy sencilla: «La vida —dijo— se nos ofrece como un medio de expresión de nuestro yo, dándonos sólo aquello que buscamos cuando escuchamos a nuestro corazón» Las más altas formas de expresión son los actos de bondad.
El alma puede estar viajando constantemente alejada de su hogar, pero no sólo por turismo Somos responsables de la evolución de la conciencia superior que reside dentro de nosotros y de los demás. En el viaje no estamos solos.
Nosotros somos seres divinos pero imperfectos que existimos en dos mundos: el material y el espiritual. Nuestro destino es viajar de uno a otro a través del espacio y el tiempo mientras aprendemos a dominarnos a nosotros mismos y adquirimos sabiduría. Debemos confiar en este proceso y tener paciencia y determinación. Nuestra esencia no se muestra completa en ninguno de los cuerpos físicos pero nunca se pierde porque permanece siempre conectada con ambos mundos.
Quizás la característica más gratificante de mi labor al descubrir la existencia de un mundo espiritual en las mentes de mis clientes sea el efecto que ello tiene en su mente consciente La ventaja más significativa que tiene saber que existe un hogar en el que nos espera el amor eterno es que nos hace muy receptivos al poder espiritual interior. Darnos cuenta de que existe un lugar al que pertenecemos nos da seguridad y nos ofrece paz, no entendiéndolo simplemente como refugio en momentos de conflicto, sino también como unión con una mente universal. Un día acabará nuestro largo viaje y alcanzaremos el estado de iluminación perfecto, en el que todo es posible.
Los grupos primarios pueden subdividirse en otros más pequeños sin dejar de pertenecer al grupo primario integrador.
El ritmo de aprendizaje varía entre los miembros de un mismo grupo. Algunas almas avanzan más rápidamente que otras. Su energía física deja el grupo cuando adquieren un nivel intermedio de desarrollo. Estas almas forman con otras en la misma situación «grupos de estudio independientes» controlados por sus antiguos guías y bajo la dirección de un profesor-guía de estatus superior. De esta manera se crea un nuevo grupo de entidades que avanzan hacia en nivel III proveniente de distintos grupos pero integrado en la misma comunidad.
Aunque el tamaño del grupo disminuye a medida que las almas van subiendo de nivel, el contacto íntimo entre los miembros del grupo nunca se pierde.
Los guías espirituales utilizan una gran variedad de técnicas de enseñanza que dependen de la composición del grupo.
F I N
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