LA ALTERNATIVA DEL ESPÍRITU SANTO
Durante los meses siguientes, me sentía emocionado por las cinco visitas que había recibido de Pursah y Arten, pero también sentía como si me hubieran quitado el suelo bajo los pies. Estaba acostumbrado a aprender programas de espiritualidad y crecimiento personal destinados a mejorar las experiencias de mi vida cotidiana.
Ahora estaba tratando de aplicar un sistema de pensamiento diseñado no para mejorar mi vida, sino para despertar de lo que creía que era mi vida. Este rumbo era completamente nuevo.
Paradójicamente, el entrenamiento que ahora había emprendido, mejoraría también mi calidad de vida, haciendo hincapié en vivir pacíficamente en lugar de fortalecerme para cosechar conflictos.
Al contemplar más de cerca mi vida cotidiana, me sorprendió comprobar cuán automáticos eran mis juicios. Hice progresos en la observación de esta tendencia instintiva tomando distancia de ella y quitándola la responsabilidad a mis resentimientos.
Esto no llegaba a ser el perdón total, pero me ayudaba a tomar conciencia de los patrones de pensamiento de mi ego. Me di cuenta de que, incluso en mis conversaciones con Arten y Pursah, mi tendencia a hacerme el sabelotodo para defenderme de la timidez que dominaba mi personalidad y me hacía decir cosas que probablemente no diría si mi ego no estuviera dirigiendo el programa.
Me preguntaba si Arten y Pursah simplemente estaban intentando hacer que me sintiera cómodo hablándome en mi propio lenguaje, y me di cuenta de que si yo cambiaba ligeramente mi estilo, ellos probablemente harían lo mismo.
A medida que practicaba las lecciones del Libro de Ejercicios del Curso, estaba siendo entrenado constantemente para elegir pensar junto al Espíritu Santo en mi mentalidad correcta, en lugar de pensar con el ego y mi mente errónea.
Esto dio como resultado algunos episodios alegres y disparatados durante el día, y también sangrientas y terroríficas pesadillas en la cama por la noche. Nunca hubiera creído que en mi inconsciente pudiera haber unas imágenes tan horribles.
Estaba seguro de que estas pesadillas no se manifestaban en todos los estudiantes del Curso, pero aquí estaban, reflejando la horrible e insana autoimagen que estaba enterrada en las profundidades de mi ego y que ahora se me mostraba para ser perdonada y liberada en la paz del Espíritu Santo.
Fue desconcertante recordar que, en realidad, mi pensamiento no tenía lugar en este nivel. La mente señalaba a mi cerebro qué ver, oír, pensar, hacer y experimentar.
Mi cerebro simplemente era el hardware (componente físico del ordenador) programado que dirigía y regulaba mi cuerpo, que emitía una película titulada la <vida de Gary>.
La mente era como un programador que me decía, a través de mi cuerpo y cerebro, qué experimentar y cómo responder. Yo había sido controlado como un robot, se me había dicho qué hacer, y estaba programado para pensar que era yo quien tomaba las decisiones en este nivel.
Del mismo modo que un ser humano podía construir un ordenador, programarlo y decirle qué hacer---o dirigir un cuerpo de realidad virtual para que hiciera cosas dentro de un entorno que en realidad no existe---, la mente del programador me indicaba cómo moverme por dentro y cómo experimentar un mundo que en realidad no existe para convencerme de que soy un cuerpo.
Este cuerpo a veces conseguía lo que quería, pero generalmente echaba de menos algo, fuera físico o psicológico. Esta sensación de carencia era un símbolo de estar separado de Dios.
Las razones específicas de mis problemas me eran mostradas como algo externo a mí mismo, operando en un mundo que en realidad no está allí, a fin de servir de chivo expiatorio a la culpa oculta e inconsciente que siento por esa misma separación.
Me di cuenta de que, aunque esta autoritaria mente inconsciente parecía estar fuera de mí, en realidad no era así. La mente que emitía las directivas al sistema de pensamiento del ego estaba dentro de mí, no fuera, lo cual también significaba que el universo se encontraba en mi mente, no fuera.
Tenía que cambiar el orden de las cosas; el Cielo también estaba aquí, y era, de hecho, la única realidad que existía. No había ningún otro lugar; pero yo había creado la ilusión que parecía reemplazar al Cielo y después insertaba esa ilusión entre yo mismo y Dios en un esfuerzo por escapar de un castigo imaginario que secreta e imaginariamente creía ahora merecer.
Como todos los demás, encontraba el modo de castigarme por esta culpa imaginaria. Sin embargo, Dios tan sólo esperaba para darme la bienvenida al regresar a casa en cuanto fuera curado por el Espíritu Santo y estuviera listo para volver a la realidad.
Celebraríamos entonces, durante toda la eternidad. Hasta ahora no había tenido ni idea de todo eso.
Tomar conciencia de estas cosas me hizo comenzar a apreciar la magnitud de mi mente. Sabía que todas las decisiones a favor de la ilusión habían sido tomadas inconscientemente, y que los símbolos correspondientes a dichas decisiones se representaban en el falso universo.
Primero fue la decisión de estar separado y la culpabilidad y el universo echó su cortina de humo instantáneamente. Todo esto parece tan real para cada individuo que observa desde su punto de vista particular en el sueño, que hace falta entrenamiento para perdonar lo que creemos que son auténticos sucesos y para pensar siguiendo el sistema del Espíritu Santo.
Lo que estaba aprendiendo cambió mi manera de ver las relaciones. Por ejemplo, mi familia política---a quienes veía como personas duras y críticas---no parecían haber cambiado, pero ahora podía tomar un poco de distancia y comprender que su estilo reaccionario simbolizaba mi forma de reaccionar ante algunas personas y problemas de mi vida. Cuando me daba cuenta de que condenaba a mi familia política por mis propios <pecados>, pecados que se presentaban ante mí de una manera engañosamente diferente, se me hizo mucho más fácil perdonarlos y perdonarme a mí mismo.
Otro ejemplo lo constituía mi forma de pensar respecto a los corredores de los mercados financieros con los que hacía tratos por tí.
Algunos de estos individuos tenían las personalidades más rudas, egoístas y destructivas que me había encontrado. Aunque muchos corredores trataban sinceramente de ser serviciales y profesionales, había otros que parecían disfrutar perversamente con las dificultades y pérdidas ocasionales de algunos clientes, procediendo a veces más como enemigos que como amigos.
Ahora podía ver su hostilidad como un símbolo del sistema de pensamiento del ego, representándose en un mundo que esperaba mi perdón más que mi venganza. Al mismo tiempo, las ocultas y oscuras piedras angulares de mi mente inconsciente estaban siendo perdonadas y curadas por el Espíritu Santo sin duda alguna.
Me volví más pacífico, y empecé a tomarme con calma las ocasionales conductas inapropiadas de los demás.
Me di cuenta de que, si iba a continuar por este camino, necesitaría mucha ayuda para perdonar las imágenes tan realistas que se me mostraban, diseñadas por el ego para quedarse con lo mejor de mí en cualquier momento.
Era a J a quien pedía ayuda. Se la podía haber pedido a Arten y Pursah, con quienes me sentía profundamente agradecido, haberles rezado como Tadeo y Tomás o, como hacían la mayoría de los estudiantes del Curso, haber intensificado mi relación con el Espíritu Santo, Quien sabiamente era mencionado en el Curso no como la Voz de Dios, sino como la Voz que habla por Dios.
Pero ya había establecido mi relación con J, y estaba más que contento de seguir desarrollándola. Por cuando había comprendido y experimentado, sabía que, en el instante que tomé la mano de J, la separación había terminado.
Por supuesto, esto también era cierto si tomaba la <mano> del Espíritu Santo. De hecho, cualquier símbolo de Dios sirve; ésta era una decisión personal.
Lo importante era que la persona tuviera dicho símbolo y pudiera unirse a Dios a través de él sin sentido de distancia ni separación. Gracias al Curso de J, Dios ya no era un concepto alejado, sino algo presente aquí y ahora. Descubrí que el espíritu de este sentimiento, así como una parte importante del mensaje el Espíritu Santo que J había vivido, estaban maravillosamente expresados al principio de la lección 156 del Libro de Ejercicios:
Camino con Dios en perfecta santidad
La idea de hoy no hace sino expresar la simple verdad que hace que el pensamiento de pecado sea imposible. Esta idea nos asegura que la culpabilidad no tiene causa, y que, por lo tanto, no existe. Es la consecuencia lógica de la idea fundamental que tan a menudo se menciona en el Texto, la cual reza así: las ideas no abandonan su fuente. Si esto es verdad, ¿cómo ibas a poder estar separado de Dios? ¿Cómo ibas a poder caminar por el mundo solo y separado de tu fuente?
Así, el Espíritu Santo enseñaba con consistencia el principio de Expiación que mis maestros habían citado del Curso; que la separación de Dios en realidad nunca había ocurrido. Pero yo sabía que había más. Creía que Arten y Pursah estaban en lo cierto al afirmar que el verdadero perdón es el camino a casa. ¿De qué otro modo podría J haber sido capaz de perdonar a la gente que estaba matando su cuerpo? Practiqué fielmente las lecciones del Libro de Ejercicios, pero también esperaba ansiosamente las explicaciones de Arten y Pursah sobre el Espíritu Santo y el verdadero perdón.
Me propuse recordar siempre que pudiera la idea de que <El amor no abriga resentimientos>. Esto conseguía detener mis juicios inmediatamente... ¿Cómo podía quejarme de mi situación, o juzgar a un hermano o hermana, o desear otro resultado diferente si yo era Amor, si el Amor no abriga resentimientos? Mi actitud y mis procesos mentales estaban cambiando.
Por ejemplo, la personalidad de Karen y la mía a veces parecían aceite y agua. Cuando quería estar tranquilo y pensar, ella quería hablar---continuamente---. Le expliqué repetidas veces que necesitaba concentrarme cuando estaba en la habitación que usábamos como oficina, pero no servía de nada. Sentía que era como decírselo a la pared.
Cuando examiné la situación empleando los principios del Curso que hasta ahora había aprendido, recordé que yo había sido quien decidió casarse. Ciertamente, no era una víctima. Asimismo, ¿no era su resistencia a honrar mis repetidas peticiones sino una forma de sueño o negación? Y... ¿no era esto en realidad un símbolo de mi propia negación a tantas cosas, entre las que se incluyen todo el sistema de pensamiento del ego?
Una noche, cuando Karen empezó a hablarme mientras yo estaba trabajando, por fin me acordé de aplicar la idea de que el <Amor no abriga resentimientos> en esa circunstancia particularmente difícil. De repente me sentí diferente. No estaba intentando aplicar el amor, ¡y era amor!
Entonces pude percibir este problema como una oportunidad de elegir qué quería ser al ver a Karen con los ojos del amor incondicional del Espíritu Santo.
Poco después, empecé a hacer la mayor parte de mi trabajo cuando ella no estaba en casa o después de que se hubiera ido a dormir. De ese modo podía tomarme tiempo para escucharla y también encontrar tiempo para concentrarme en mi trabajo.
Así, el 21 de diciembre, cuando se cumplía un año de la primera aparición de Arten y Pursah, se presentaron en la sala de mi casa por sexta vez.
Gary: ¡Sabía que vendríais hoy! Es nuestro aniversario.
Pursah: Sí. Hemos venido este día sólo por ti. Las fechas no son importantes, pero sabíamos que lo estabas esperando.
Gary: El simple hecho de que lo tuviera marcado en mi calendario no significa que lo estuviera esperando. Lo siento, estoy intentando no ser tan sabelotodo.
Arten: No trates de cambiar de una sola vez, querido hermano. Podrías explotar.
Pursah: A pesar de todo, estamos aquí para ayudarte a acelerar tu progreso todavía más. El pasado ha sido el prólogo. Todo lo que hasta ahora hemos dicho sólo ha servido para ayudar a prepararte. Nuestro estilo estaba diseñado para conseguir que nos prestaras atención. Pero ya no es el primer día de escuela y es hora de que crezcas. Caminar con J o con el Espíritu Santo significa que piensas como ellos. Hablaremos entonces de cómo piensan. Para ello, compararemos la actitud del Espíritu Santo con las frágiles ideas de tu ego.
Arten: El ego cree en los opuestos, en cosas como placer y dolor. El Espíritu Santo dice que no hay opuestos, y que tu verdadera dicha no puede tener opuestos. Como dice el Curso:
¿De qué otra forma puedes encontrar dicha en un lugar desdichado, excepto dándote cuenta de que no estás en él?
El ego quiere la complejidad y cree en ella. La verdad del Espíritu Santo es simple: no necesariamente fácil para que la aceptes, pero simple.
El ego dice que eres diferente de los demás. El Espíritu Santo dice que, en realidad, todo el mundo es igual, y tienes que sentir eso para poder ver como Él. Porque, como el curso dice:
La diferencia entre la proyección del ego y la extensión del Espíritu Santo es muy simple. El ego proyecta para excluir, y, por lo tanto, para engañar. El Espíritu Santo extiende al reconocerse a Sí Mismo en cada mente, y de esta manera las percibe todas como una sola.
Nada está en conflicto en esta percepción, porque lo que el Espíritu Santo percibe es todo igual. Dondequiera que mira se ve a Sí Mismo y, puesto que está unido, siempre ofrece el Reino en su totalidad. Éste es el único mensaje que Dios le dio, en favor del cual tiene que hablar porque eso es lo que Él es. La paz de Dios reside en este mensaje, y, por consiguiente, la paz de Dios reside en ti. La gran paz del Reino refulge en tu mente para siempre, pero tiene que irradiar desde ti hacia fuera para que tomes conciencia de ella.
Por supuesto, Dios te entregó este mensaje en el Cielo, y el Espíritu Santo es tu recuerdo de ese mensaje. Ahora, para recordar Quién eres en realidad, debes compartir el mensaje el
Espíritu Santo con aquellos que ves en tu mente.
El ego dice que has sufrido una pérdida terrible y la pérdida es ahora parte de lo que llamas la vida. El Espíritu Santo dice que en realidad no hay pérdida, y que el Hijo de Dios no puede perder. El Libro de Ejercicios dice:
Perdona todo pensamiento que se oponga a la verdad de tu compleción, unidad y paz. No puedes perder los regalos que tu Padre te dio.
Y, un poco más adelante, en el Libro de Ejercicios:
De acuerdo con el plan de Dios tan sólo puedes recibir, sin jamás perder nada, hacer sacrificio alguno o morir.
El ego dice que los demás son los culpables, porque secretamente cree que tú eres culpable. Utiliza la ira, la justificada indignación e incluso se ríe de otros, para poner distancia entre tu culpa y tú. Piensas que sólo los animales y los niños son inocentes, porque ahí es donde has elegido ver tu inocencia aparentemente perdida.
El ego tiene que poner la idea de inocencia en alguna parte. Pero el Espíritu Santo dice que todo el mundo es completamente inocente, porque Él sabe que eres completamente inocente.
Piensa en ti como uno de los que se acusan a sí mismos. Porque como el Curso dice:
Sólo los que se acusan a sí mismos pueden condenar.
Tú te has acusado a ti mismo. Pero ahora, piensa que el Espíritu Santo es como un tribunal supremo, como el Curso describe con estas grandes palabras:
No tienes por qué temer que el Tribunal Supremo te vaya a condenar. Éste simplemente declarará sin lugar el caso contra ti. No puede haber caso contra un Hijo de Dios, y todo testigo que da fe de la culpabilidad de las creaciones de Dios está levantando falso testimonio contra Dios Mismo.
Apela jubilosamente todo lo que creas al Propio Tribunal Supremo de Dios, ya que éste habla por Él, y, por consiguiente, lo que afirma es la verdad. Declarará sin lugar el caso contra ti, no importa cuán cuidadosamente lo hayas preparado.
Lo podrás haber planeado a prueba de todo, pero no está a prueba de Dios. El Espíritu Santo no le dará audiencia, pues Él sólo puede dar testimonio de la verdad. Su veredicto será siempre: <Tuyo es el Reino>, porque el Espíritu Santo te fue dado para recordarte lo que eres.
El ego trata de convencerte de que tienes una historia personal que obviamente es real. Sin embargo, la actitud del Espíritu Santo puede ser resumida inmejorablemente en sólo dos palabras: nunca ocurrió.
El ego entraría en éxtasis si siguieras creyendo que hay un mundo ahí fuera que existía antes de que tu vida comenzara y que seguirá adelante sin ti cuando muera tu cuerpo. La respuesta del Espíritu Santo, por más escandalosa que le parezca a tu ego, es ésta, según reza el Libro de Ejercicios:
...! El mundo no existe! Éste es el pensamiento básico que este curso se propone enseñar. No todo el mundo está listo para aceptar esto, y cada cual irá tan lejos a lo largo del camino que conduce a la verdad como se permita a sí mismo ser guiado. Regresará e irá todavía más lejos, o tal vez retrocederá un poco para luego avanzar de nuevo.
Mas la curación es el regalo que se les hace a aquellos que están listos para aprender que el mundo no existe y que pueden aceptar esta lección ahora. El hecho de que estén listos hará que la lección les llegue en una forma que ellos pueden entender y reconocer.
Gary: Ojalá la gente pudiera escucharte cuando citas el Curso; es hermoso. Tienes razón; algunas de las cosas que dice el Curso son realmente escandalosas para el ego, y a veces difíciles de creer. Si alguien está enfadado conmigo, parece que el Curso expresara que lo que estoy viendo no es una persona real, sino un símbolo de mi propio enfado, presentado como algo externo a mí.
De modo que en realidad es mi propio odio y locura lo que veo en el mundo, incluso en las noticias. Eso es algo muy radical. Sin embargo, tiene sentido dentro del modelo que has explicado.
Arten: Sí y el ego diría que la persona iracunda que ves fuera de ti es una amenaza de la que hay que encargarse de algún modo. El Espíritu Santo ve a la persona enfadada como una persona sufriente que está pidiendo ayuda. Dado que el Curso enseña, como hemos mencionado, que sólo puedes tener dos emociones, amor y miedo, el Espíritu Santo ve todas las cosas del mundo o bien como una expresión de amor o bien como un pedido de amor.
Ahora bien, si alguien está expresando amor, ¿cuál sería la respuesta apropiada para ti?
Gary: Amor, por supuesto.
Arten: Excelente, Gary. Ese título de secundaria por fin está empezando a servirte de algo. Y si alguien está pidiendo amor, entonces, ¿cuál sería la respuesta adecuada de tu parte?
Gary: Amor, sabelotodo. Bajo el sistema de pensamiento del Espíritu Santo, la respuesta adecuada a cualquier situación siempre es el amor. Cuando piensas con el Espíritu Santo, tienes una actitud consistente, una actitud de amor.
Arten: Genial. Haré contigo un trato inspirado en el amor. Dejaré de ser un sabelotodo si tú lo haces. No es tan divertido cuando estás en el extremo receptor, ¿verdad?
Gary: Entiendo lo que quieres decir. De todas formas, estoy corrigiendo mi actitud. Entiendo la idea sobre la coherencia del amor.
Pursah: Muy bien. Si el Curso expresa que el mundo no existe, entonces en realidad no existen personas ahí fuera más listas o más talentosas que tú. En realidad no existen personas ahí fuera más ricas que tú, o más famosas que tú, o que vivan el sexo más que tú, o que hagan cualquier cosa para hacerte sentir enfadado, inferior o culpable. En realidad, no hay nadie que te persiga por alguna razón. No hay un mundo ahí fuera para que lo conquistes, como si fuerais adultos jugando a ser el Rey de la montaña tratando de expulsaros de al cima unos a otros, lo que en realidad es un símbolo del ego tratando de derrocar a Dios.
No hay problemas ni amenazas que puedan dañar de modo alguno lo que realmente eres. Sólo es un sueño, y puedes disfrutar de la paz mental y de la ausencia de miedo que acompañan a la convicción de que esto es verdad. Como J pregunta tan oportunamente en el Texto:
¿Qué pasaría si reconocieses que este mundo es tan sólo una alucinación? ¿O si realmente entendieses que fuiste tú quien lo inventó? ¿Y qué pasaría si te dieses cuenta de que los que parecen deambular por él, para pecar y morir, atacar, asesinar y destruirse a sí mismos, son totalmente irreales?
El Espíritu Santo sabe que las imágenes que ves son sólo eso, imágenes y nada más. Tomándole como tu Maestro, puedes aprender a experimentar esto a través del poder de Su perdón, el cual es tu poder cuando te unes a Él y piensas como Él.
Arten: El ego dice que eres un cuerpo. El Espíritu Santo dice que no eres un cuerpo; no eres una persona, no eres un ser humano: eres como Él. El ego dice que tus pensamientos son muy importantes. El Espíritu Santo sabe que sólo los pensamientos que tienes con Dios son reales, y nada más importa. En el Cielo, no tienes que pensar en absoluto.
En realidad tú eres pensado por Dios. En este nivel, el Curso considera los pensamientos que tienes con el Espíritu Santo como tus únicos pensamientos reales. Además, se puede decir que el Espíritu Santo es la única verdad en el nivel del mundo. Repasa las Lecciones 35 y 45 del Libro de Ejercicios, entre otras.
El ego pide sacrificio. En cambio, el Espíritu Santo dice que no hace falta ningún tipo de sacrificio. Durante nuestra próxima visita hablaremos del verdadero significado de la crucifixión y de la resurrección.
El ego dice: <El Señor da y el Señor quita>. El Espíritu Santo sabe que Dios sólo da y nunca quita nada.
El ego proclama reverentemente que la muerte es real. El Espíritu Santo dice que nadie está muerto y que en realidad nadie puede morir.
El ego juzga las cosas como buenas o malas; el Espíritu Santo dice que no son ni una cosa ni otra, porque no son verdaderas. Así por su naturaleza ilusoria, todas las cosas en el nivel de la forma son igualmente falsas.
El ego asigna identidades específicas y diferentes. Tanto su <amor> como su odio están dirigidos hacia individuos específicos. El Espíritu Santo piensa que todos son lo mismo y totalmente abstractos. Así, al igual que J, Su Amor es no específico y todo lo abarca.
El ego ingenia razones astutas por las que deberías seguir escuchando sus consejos egoístas, pero el Espíritu Santo sabe que en algún momento te volverás a Él, y que en último término volverás a casa con Él, tal como dicta la ley del perdón y las leyes de la mente.
Porque, como el Curso enseña, si verdaderamente aprendes a perdonar y perdonas, la consecuencia debe ser tu regreso a Dios.
La salvación no es otra cosa que < mentalidad recta >, que, aunque no es la Mentalidad-Uno del Espíritu Santo, se debe alcanzar antes de que la Mentalidad-uno pueda ser reinstaurada.
La mentalidad recta conduce automáticamente al siguiente paso, ya que la percepción correcta está completamente exenta de cualquier forma de ataque, y, por lo tanto, la mentalidad errada desaparece.
El ego no puede sobrevivir sin hacer juicios, y, por consiguiente, se le abandona. La mente tiene entonces una sola dirección por la que avanzar. La dirección que sigue siempre es automática, pues no puede sino acatar los dictados del sistema de pensamiento al que se adhiere.
Pursah: Al ego le encanta cuando te lamentas del pasado, <Hubiera, podido haber, debería haber>, y < si hubiera hecho esto en lugar de lo otro>, y <si hubiera sabido entonces lo que sé ahora>, son algunos de sus números favoritos. Y esto no sólo hace que tu pasado sea real para ti, también lleva a que te sientas mal, todo ello para deleite del ego. El Espíritu Santo sabe que, con excepción del perdón, no importa lo que hagas. Para el ego eso es una herejía. Pero el Espíritu Santo quiere que te cures, y sabe que la culpa inconsciente en tu mente acabaría desplegándose de algún modo, aunque tomara otra ruta.
Arten: En conexión con esto, el ego quiere que lo que haces sea importante. Para inmiscuirse en tu espiritualidad y demorar la verdad, trata de hacer que lo que hagas en ésa área sea importante y especial. Sin embargo, para el Espíritu Santo, lo que hagas por Él o por Jesús, o por Dios no es importante. ¿Cómo podría ser importante lo que ocurra en una ilusión si comprendes que no es real?
Lo único que importan son el perdón y tu curación. Es muy cierto que este tipo de enseñanza difícilmente será la base de una religión popular que se adueñe del mundo y diga a todos cómo vivir su vida, pero definitivamente es la verdad.
Gary: ¿De modo que en realidad no importa si escribo un libro o no, ni el tiempo que me cueste hacerlo?
Arten: Eso es correcto. Estamos contentos de estar aquí contigo y de enseñarte, Gary, pero esto no es importante. No es importante que hagas nada. No tienes que demostrar tu valía ante nosotros ni ante Dios. Eso ya fue establecido en la mente de Dios cuando Él te creó. Ninguna otra cosa que parezca ocurrir en el universo de la percepción puede cambiar eso, excepto en tus sueños erróneos.
Tal como el Curso te ayuda a recordar:
Tú no moras aquí, sino en la eternidad.
Y
Siempre que te sientas tentado de emprender un viaje inútil que no haría sino alejarte de la luz, recuerda lo que realmente quieres, y di: El Espíritu Santo me conduce hasta Cristo, pues, ¿a qué otro sitio querría ir? ¿Qué otra necesidad tengo, salvo la de despertar en Él?
Gary: En realidad yo soy Cristo, y también todos los demás, y todos somos uno. Como dijisteis antes, en este nivel todos vemos el mismo sueño, pero desde puntos de vista diferentes. Creo que fue Freud quien dijo que todos los personajes que ves en tu sueño nocturno en realidad son tú, de modo que de día y de noche siempre hay un símbolo de mi mismo allí fuera que está contemplando mi sueño desde un punto de vista diferente. Mi trabajo es reunirme conmigo mismo a través del perdón y estar completo de nuevo.
Pursah: No está mal para un ejemplar de la especie masculina. Sabes, la primera vez que vinimos aquí no te gustaba hablar mucho.
Gary: Sigue sin gustarme, pero creo que soy diferente con vosotros porque sé que en realidad no me juzgáis.
Pursah: Todo lo que tienes que recordar es que no hay nadie ahí fuera para juzgarte, y lo que realmente eres no puede verse afectado por lo que el mundo piense. Como dice el Curso:
Nada puede hacerte daño, y no debes mostrarle a tu hermano nada que no sea tu plenitud. Muéstrale que él no puede hacerte daño y que no le guardas rencor, pues, de lo contrario, te estarás guardando rencor a ti mismo. Ése es el significado de: <Ofrécele también la otra mejilla>
Arten: Mientras el Espíritu Santo te enseña tu verdadera fortaleza, el ego te dice a ti, a los demás hombres-macho y a todas las mujeres liberadas que tienen que ser duros y aprender a dar patadas en la carrera de ratas, porque, si no lo hacen, otros se quedarán con su queso. Todo lo que esto prueba es lo temerosos que son, porque si no tuvieran miedo no tendrían que ser tan duros. Están pidiendo amor sin saberlo.
Pursah: El ego trata de convencerte de que tus problemas son el problema, pero el Espíritu Santo sabe que el problema es la culpabilidad bien escondida y oculta que te hace necesitar soñar un mundo de separación. Por supuesto, el mundo no piensa eso. ¡El mundo ni siquiera sabe de ello! Como el Curso se asegura de recordarte hacia el final del Texto:
...De lo único que estabas seguro era de que, entre las numerosas causas que percibías como responsables de tu dolor y sufrimiento, tu culpabilidad no era una de ellas.
Arten: Ya hemos citado el Curso cuando expresa que la mente que está libre de culpa no puede sufrir. De modo que cuando el Curso dice que nada puede hacerte daño, significa que practicar el tipo de perdón que entiende que en realidad nada puede hacerte daño te otorgará la misma capacidad que tenía J de no sufrir ni sentir dolor.
¿Qué significado tendrán entonces tus problemas? Ampliando algo que dijimos antes, el ego quiere que J-el-cuerpo-maravilloso sea muy diferente de ti y que sea muy especial, lo cual es un modo muy astuto de hacer que todo el mundo sea diferente y especial. El Espíritu Santo sabe que en realidad sois lo mismo. Como la Clarificación de Términos al final del Curso dice sobre J:
El nombre de Jesús es el nombre de uno que, siendo hombre, vio la faz de Cristo en todos sus hermanos, y recordó a Dios.
Al identificarse con Cristo, dejó de ser un hombre y se volvió uno con Dios.
Eso es lo que Él quiere para ti. Ahora nos estamos acercando al punto de ser un poco más precisos respecto a cómo puedes tener la actitud que te ayudará a ver la faz de Cristo---que en realidad es tu faz---en cada uno. Una de las cosas que podría ayudarte es recordar que es a ti a quien ayuda el perdón. No siempre te tiene que importar personalmente la persona que perdonas. Tu trabajo consiste exclusivamente en corregir tus percepciones erróneas, y no va contra las reglas saber que no puedes sino beneficiarte por ello.
Gary: De modo que el hecho de que perdone a alguien no quiere decir que tenga que pasar tiempo con él.
Arten: Correcto. Esto no tiene que ver con hacer el bien, aunque no hay nada malo en hacer buenos actos si disfrutas con ello. El Curso tiene que ver con ser un pensador correcto. Actualmente muchos cristianos se preguntan: ¿Qué haría Jesús? Sólo hay una respuesta correcta a esa pregunta, y siempre será la misma. Él perdonaría. El perdón tiene que ver con lo que piensas. Lo que hagas no es lo importante, aunque sea el resultado de lo que pienses. Es aquello que pienses---no lo que hagas---lo que te mantendrá soñando, o bien te ayudará a volver a casa.
Gary: Quieres decir que J nunca os dijo: <Id adelante y haced creyentes de todas las naciones>
Arten: Me alegra que hagas bromas.
Pursah: Hablando de naciones, recuerda que ellas tampoco son importantes. En realidad Aquello que en verdad eres es eterno.
Estados Unidos no lo es.
Gary: ¡Blasfemia!
Arten: Thomas Jefferson, considerado el pensador más destacado entre los padres fundadores y autor de vuestra Declaración de Independencia, también era un experto en las escrituras. A lo largo de los años corrigió la Biblia con el fin de crear su propia Biblia personal. Por supuesto que no podía ponerla a disposición del público en aquel tiempo si no quería ser acusado de cosas terribles, pero pronto estará a disposición de aquellos que quieran ojearla.
En resumen, Jefferson omitió completamente las viejas escrituras, lo que llamáis el Antiguo Testamento. Tampoco dejó nada donde se dijera que J era Dios hecho carne. Ni conservó nada donde se dijera que J había realizado milagros físicos. Descartó casi 200 páginas del Nuevo Testamento, dejando sólo 46. Pero conservó todo lo que tenía que ver con el perdón, la sanación y cómo pensar.
Si los conservadores de tu país quieren descartar Un Curso de Milagros por ser demasiado radical, tal vez tendrían que escuchar al genio visionario que está detrás de las raíces de tu nación, en lugar de perder tiempo defendiendo ciegamente lo que se ha convertido en una burla de democracia en manos de las corporaciones.
Gary: De modo que Thomas Jefferson fue capaz de abrirse camino por entre todas las tonterías religiosas y dualistas y llegar a lo importante. Al mismo tiempo, yo debería recordar que mucha gente necesita toda esa tontería hasta estar dispuestos a renunciar a las cosas innecesarias e ir al grano. En realidad no tiene sentido condenarlos ni tratar de apartar de ellos las ideas que necesitan.
Arten: Muy bien, Gary. Un estudiante radiante. Pero ten cuidado con tu lenguaje. El hecho de que muchas de las películas que te gustan ver sean clasificadas <R> no significa que nuestro libro también lo tenga que ser.
Gary: He estado tratando de cuidar mis modales.
Arten: Lo sabemos. No has usado palabras vulgares ni una sola vez. También nos hemos dado cuenta de que últimamente no bebes mucho. Tal disciplina es sin duda indicativa de un futuro maestro, siempre que continúes con tu entrenamiento.
Gary: Se me ocurrió que bebo porque creo que soy culpable, aunque en realidad no lo soy, y tengo miedo de Dios, aunque mi miedo se manifiesta como preocupación por otras cosas.
Arten: Sí, pero eso no significa que la gente que no bebe, ni fuma ni consume drogas no tenga miedo. Simplemente encuentran otros modos de lidiar con ello o negarlo. El único camino de salida para todos es el perdón.
Pursah: Lo cual nos lleva al final de nuestra breve conversación sobre el Espíritu Santo. El Curso dice que Él reconoce tus ilusiones sin creer en ellas. De modo que escúchale para poder llegar a ver como Él. El Curso dice más adelante, en el Libro de Ejercicios:
...El Espíritu Santo entiende los medios que fabricaste para alcanzar lo que siempre ha de ser inalcanzable. Más si se los ofreces a Él, Él se valdrá de esos medios que inventaste a fin de exilarte para llevar a tu mente allí donde verdaderamente se encuentra su hogar.
Gary: De modo que Él toma las mismas ilusiones o imágenes que he fabricado y las usa para llevarme a casa. Eso es perfecto, es deshacer el ego utilizando el mismo material que el ego fabricó.
Para que esto ocurra, tengo que hacer algo que dice el Curso y que tú has citado antes: tengo que llevar mis ilusiones a la verdad en lugar de otorgar verdad a mis ilusiones. El Curso también dice que J es un Salvador porque vio lo falso sin aceptarlo como verdad. Si yo hago eso mismo, además de ser un Salvador como él, mi mente será sanada por el Espíritu Santo.
Pursah: Sí. J fue capaz de contar la historia del Hijo Pródigo tan bien porque él era el Hijo Pródigo, tal como tú. Él escuchó al Espíritu Santo; por eso pudo ver lo falso sin aceptarlo como verdad. Al escuchar al Espíritu Santo, puedes transformarte como e identificarte totalmente con Cristo. Como expresa el Curso sobre tu Ayudante:
El Espíritu Santo mora en la parte de tu mente que es parte de la Mente de Cristo.
En una de las referencias que hace el Curso a la historia del Hijo Pródigo, conectando al Espíritu Santo con él:
Parece ser un Guía por tierras lejanas, pues ésa es la clase de ayuda que necesitas.
Arten: Si realmente quieres voltearle la mesa al ego y conseguir el cambio de pensamiento que propone el Curso, entonces tienes que recordar lo que comentamos la última vez. El ego te ha engañado haciéndote pensar que te estás librando de tu culpa inconsciente al proyectarla en los demás y creer que están equivocados, o cuando los condenas o culpas a determinadas circunstancias por tus problemas, por los problemas del mundo o por cualquier otra cosa.
No obstante, lo único que esto hace es dejarte eternamente aferrado a tu culpa inconsciente. ¿Estás comenzando a entender lo importante que es el perdón para ti?
Gary: Lo creas o no, pienso que sí. El Libro de Ejercicios me está ayudando mucho.
Arten: Sí. Para nuestra próxima visita lo habrás completado. Estarás en una excelente posición para practicar el verdadero perdón.
Gary: Entonces podré ser un MDD.
Arten: ¿Qué es...?
Gary: Maestro de Dios.
Arten: Me gusta. Puede que no seas doctor, pero aún puedes ser MDD. Ahora éste es tu verdadero trabajo, colega. Todo lo demás es superfluo. El Curso es muy conmovedor con respecto a la importancia de tu verdadero trabajo.
...¿No es acaso un propósito loable ayudar al bienamado Hijo de Dios a escapar de los sueños de maldad, que aunque sólo son fabricaciones suyas, él cree que son reales? ¿Quién podría aspirar a más, mientras parezca que hay que elegir entre el éxito y el fracaso, entre el amor y el miedo?
Gary: Sí, supongo que no podría esperar nada mejor que eso. Creo que el Curso también dice que la Expiación es la profesión natural de los hijos de Dios. Creo que, si voy a hacerlo, más vale hacerlo bien....me refiero al perdón.
Pursah: Sí. El verdadero perdón es el propósito real de la vida, pero tienes que elegirlo para poder hacerlo tuyo. Recuerda, practicar el verdadero perdón sólo puede conducirte a casa. El J oculto no puede perder, pues J no hace concesiones, dado que el Espíritu Santo no hace concesiones.
Esto no es una revolución de lo físico, es una recuperación de la mente: marcar el comienzo de un nuevo modo de pensar. Cuando llegues a las formas avanzadas de perdón que propone el Curso, serás bueno en ello. Ése será el corazón de nuestra próxima visita, aunque también será un tema recurrente en visitas posteriores. El instante santo será tuyo con sólo pedirlo, hermano mío.
Gary: ¿Podrías aclararme brevemente qué es exactamente el instante santo?
Pursah: Sí. Como estudiante del Curso oirás hablar mucho de él. Aunque el instante santo en realidad tiene lugar fuera del tiempo y del espacio, tú pareces elegirlo aquí. El instante santo es simplemente ese instante cuando eliges como Maestro al Espíritu Santo en lugar del ego. Como expresa el Curso:
Frente a la demente noción que el ego tiene de la salvación, el Espíritu Santo te ofrece dulcemente el instante santo. Hemos dicho antes que el Espíritu Santo tiene que enseñar mediante comparaciones, y que se vale de opuestos para apuntar hacia la verdad. El instante santo es lo opuesto a la creencia fija del ego de que la salvación se logra vengando el pasado.
Eso ocurre en cualquier momento en que eliges el perdón, actuando así en interés tanto de ti mismo como de tu perdonante, que en realidad son el mismo, aunque en el nivel de la forma puede parecer que tenéis intereses separados. Vuestro interés común es regresar al Cielo.
Gary: ¿Estás seguro de que perdonante es una palabra?
Pursah: Ahora lo es. De hecho el perdonante eres tú; simplemente no parece que sea así. En realidad, lo que estás alcanzando es el perdón del contenido simbólico de tu propia mente.
Gary: Siempre me olvido de plantear las preguntas que quiero hasta que os habéis ido, de modo que ¿os importa si os pregunto algo mientras aún estoy reflexionando sobre ello?
Pursah: ¿Qué crees, Arten?
Arten: No voy a decir nada. He prometido que dejaría de hacerme el <sabelotodo> si él también lo hacía.
Gary: De acuerdo. No incluiste muchos de los dichos del Sermón de la Montaña en el Evangelio de Tomás. Me preguntaba si J realmente dijo algunas de las frases que más me gustan de los Evangelios como: <No acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, donde los ladrones entran a robar; acumulad tesoros en el Cielo, donde ni la polilla y el moho destruyen y donde los ladrones no entran a robar. Porque donde tengáis vuestro tesoro, allí tendréis también el corazón.
Pursah: Sí. Como dije antes, mi Evangelio no contiene todo lo que dijo. Ni siquiera conseguí terminarlo. Él dijo algo muy similar a eso, aunque fue un poco más gráfico de lo que podrías pensar. Por ejemplo, no usó la palabra moho sino la palabra gusano, e hizo de la frase poco menos que una elección entre el cuerpo y el espíritu.
En realidad el Sermón de la Montaña es una combinación de dichos. J no subía a las montañas para prodigar largos sermones a las multitudes que le adoraban. Dijo, sí, cosas que son razonablemente parecidas a algunos de los dichos de los Evangelios, y en cuanto entiendes su sistema de pensamiento, que es el sistema del Espíritu Santo, deberías ser capaz de reconocer por ti mismo el tipo de cosas que diría, distinguiéndolas del tipo de cosas que no diría.
Por ejemplo; en el Curso expresa algo similar al dicho que acabas de referirte, con relación a la importancia de lo que atesoras. Independientemente de cómo lo diga, la elección siempre es entre dos cosas: el mundo del cuerpo y del ego o el mundo del espíritu y de Dios, el mundo del Espíritu Santo.
...La fe le infunde poder a la creencia, y dónde se deposita dicha fe es lo que determina la recompensa, pues la fe siempre se deposita en lo que se valora, y lo que valoras se te devuelve.
Gary: Algunos de los estudiantes del Curso con los que he hablado parecen pensar que Dios creó las partes buenas del mundo y no las malas, y que el Curso está tratando de hacer que renunciemos a nuestras malas percepciones, pero que conservemos las buenas.
Arten: Sí. Ya hemos dicho bastante sobre la percepción y la conciencia que está detrás el ego, pero siempre habrá alguien que tratará de decir lo que has pensado. Seamos muy claros una vez más; Dios no creó parte del mundo. ¡Acabamos de tomar una cita del Curso que dice que el mundo no existe! ¿Cómo podría haber creado Dios un aparte del mundo si ni siquiera existe? ¡La intención del Espíritu Santo no es hacer nada excepto despertarte de un sueño de que existe un mundo! Esto es cierto, ya parezca ser temporalmente bueno o malo.
En última instancia, la verdad no es temporal; es plenaria, absoluta, total. Sin embargo, en este nivel, la curación de tu percepción a cargo del Espíritu Santo es un proceso temporal que conduce a una solución absoluta.
Gary: Otra pregunta. ¿Por qué el énfasis en que mente y espíritu son diferentes?
Arten: Es simple. El ego, o mente errada, hace todo por lo que parece ocurrir en el nivel de la forma. El espíritu no hace ocurrir nada en el nivel de la forma, y ésa es la razón por la cual no deberías espiritualizar los eventos u objetos del universo. La mente recta ofrece la interpretación del Espíritu Santo en el nivel de la forma, guiándote---y al decir que te guía a ti nos estamos refiriendo a esa parte observadora de la mente que se ha identificado con el ego, y habiendo hecho esto, se a encadenado a si misma a él---de regreso al hogar. El Hogar es espíritu inmutable.
Gary: Puede que sea simple para ti, pero creo entenderlo.
Arten: Bien. Aunque el Espíritu Santo no hace nada en este mundo. Su interpretación en el nivel de la forma puede ayudarte a ver con más claridad qué deberías hacer aquí. Eso sólo es una ventaja adicional al elegirle como Maestro, y no la razón principal, que es la salvación.
Gary: Siguiente pregunta. He sabido desde hace mucho tiempo que la separación no es real, ni siquiera en el nivel de la forma. Si los físicos tiene razón y a nivel subatómico ni siquiera puedes observar algo sin afectarlo, entonces, si miro a una estrella que está a billones de años luz, provoco que cambie instantáneamente.
No importa cuán lejos se halle, porque en realidad no está allí fuera; se encuentra en mi mente. Si muchas cosas en el universo imitan aspectos de la verdad, ¿se puede decir que el hecho de que la mayor parte del universo está oculto de nosotros se correlaciona con el hecho de que la mayor parte de nuestra mente es inconsciente?
Arten: ¿No es nuestro estado de ánimo muy profundo el día de hoy? El 95% del universo es oscuro, o está oculto de ti. No sólo se correlaciona con el inconsciente, sino que está montado de esta forma para que continúes haciendo descubrimientos sobre él y busques las respuestas en el universo en lugar de en la mente, donde la verdadera respuesta se encuentra. También debes recordar que el ego utiliza humo y espejos, al igual que un gran ilusionista, para ocultar la conversión de sus instrucciones inconscientes en manifestaciones sensoriales ilusorias. Por ejemplo, ¿estás empezando a comprender que en realidad no ves con los ojos del cuerpo?
Gary: Creo que sí, pero eso me da un poco de miedo. Quiero decir que es como que la mente ve, y el cuerpo en realidad no hace nada.
Pursah: Bien. Vamos a dejarlo aquí. No es necesario ir demasiado rápido. Como has dicho, puede dar miedo. ¿Recuerdas en mi Evangelio cuando J dijo: ¿Es que habéis descubierto ya el principio para preguntar por el fin? Sabed que donde está el principio, allí estará también el fin. Bueno, como J expresa en el Curso:
A medida que te acercas a tu Origen, experimentas el miedo a la destrucción de tu sistema de pensamiento como si se tratase del miedo a la muerte. Pero la muerte no existe. Lo que existe es la creencia en la muerte.
Como he dicho, no hay prisa. El Espíritu Santo sabe que tienes miedo de tu inconsciente. El propósito del Curso es la paz, no atemorizarte hasta el extremo. Cuanto más preparado estés y mejor hagas tu trabajo de perdón, menos temible será en última instancia tu viaje con el Curso.
Vamos a irnos ilusoriamente, pero volveremos en 8 meses. El Espíritu Santo estará contigo, ofreciéndote Su Alternativa en todo momento. Desde ahora hasta la hora de volver a vernos, concluye el Libro de Ejercicios y diviértete. Te queremos Gary.
Gary: Yo también os quiero.
Arten: Dentro de 4 días será Navidad. Este año, en lugar de hacer de las fiestas la habitual orgía del capitalismo, conviértelas en lo que deberían ser. Piensa en Dios, y en lo que tú y tus hermanos y hermanas sois en realidad. Recordando que la palabra luz es sinónimo de verdad, piensa en estas hermosas palabras que J entregó como regalo a todos aquellos que aman su Curso:
El símbolo de la Navidad es una estrella: una luz en la oscuridad. No la veas como algo que se encuentra fuera de ti, sino como algo que refulge en el Cielo interno, y acéptala como la señal de que la hora de Cristo ha llegado.
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