25 de septiembre de 2010

LA DESAPARICIÓN DEL UNIVERSO - Gary R. Renard CAPÍTULO 9 – (Parte I)

EXPERIENCIAS CERCANAS A LA VIDA

Después de estar practicando el Curso durante casi 3 años, mis ocasionales pesadillas nocturnas cesaron. El sistema de pensamiento criminal del ego seguía estando presente en mi mente, pero una capa de él había desaparecido, y los sueños que lo simbolizaban también. El Sol que es el Espíritu Santo, durante largo tiempo oscurecido por  las nubes de culpabilidad el ego, brillaba ahora con renovado fulgor para mí.

Las nubes que aún subsistían irradiaban sombras que tomaban la forma de un simbólico mundo de cuerpos a nivel consciente y de un mundo de miedo y culpabilidad a nivel inconsciente.

Ahora tenía la  certeza de que las sombras no eran reales, y la luz que parecían ocultar podía estar velada, pero nunca extinguirse.

Este proceso de despertar era tan fascinante e inspirador para mí que comencé a escribir, tal como Arten y Pursah sabían que haría. Incluso tomé prestado un párrafo de Shakespeare para expresar una idea:

¿Qué luz es la que en mi mente despunta?

Es el balcón de oriente,

Y El Espíritu Santo es el sol. Sube radiante,

¡Amiga mía! Disuelve el ego luna

quien de pena pálido y triste está porque en verdad

le vence tu hermosura.

¡Ella el Cristo Niño es!  ¡O es mi amor!

¡Y si supiese lo que soy!

Tu vivo resplandor o mente mía

Oscureciera el brillo de esos astros,

Como la luz del sol la de una tea;

Mi mente desde el Cielo derramara

Por las ignotas regiones tal torrente de luz,

que a medianoche

El mundo despertara, y a la aurora

Saludaría con su voz canora

Y a la noche aprendería a ignorar.

Éste era un proceso que yo intentaba conducir hasta el final, sin importar lo temeroso que pudiera parecerle al enfermo y pálido ego con quien solía identificarme a veces. Tal vez, en el nivel ilusorio de la forma, mi cuerpo no era más que un robot manipulado por la mente ego; no obstante, simultáneamente, mi mente estaba siendo liberada por el Espíritu Santo a medida que yo perdonaba cada aparente suceso. Para mí ya no había vuelta atrás.

Los símbolos que mis maestros usaban eran sorprendentemente mundanos, pero el Curso mismo decía que lo tenían que ser para que yo pudiera compartir su mensaje con otros:

Sería en verdad extraño si se te pidiese que fueses más allá de todos los símbolos del mundo y los olvidaras para siempre, y al mismo tiempo se te pidiera asumir una función docente. Todavía tienes necesidad de usar los símbolos del mundo. Mas no te dejes engañar por ellos. No representan nada en absoluto, y éste será el pensamiento que en  tus prácticas te liberará de ellos.

Ahora mi trabajo era enseñar mediante el perdón, y también compartir el mensaje del Curso de tal manera que mis hermanos y hermanas pudieran conectarse con él.

Así pues, lo que necesitas cada día son intervalos en los que las enseñanzas del mundo se conviertan en una fase transitoria; una prisión desde la que puedes salir a la luz del sol y olvidarte de la oscuridad. Ahí entiendes la Palabra, el Nombre que Dios te ha dado; la única Identidad que comparten todas las cosas; el reconocimiento de lo que es real. Y luego vuelves a la oscuridad, no porque creas que es real, sino sólo para proclamar su irrealidad usando términos que aún tienen sentido en el mundo regido por la oscuridad.

De modo que comencé a escribir el libro que Arten y Pursah habían dicho que escribiría, cometiendo faltas de ortografía, usando una puntuación incorrecta y perseverando en una tarea que no llegaría a completar hasta más de seis años después.

Entre tanto, hacía mi elección a favor de Dios. Ahora entendía por qué mis amigos habían resaltado las distinciones entre Un Curso de Milagros y otras sendas espirituales. ¿Cómo podía mantener una vigilia exclusiva por Dios y su Reino si estaba tonteando con ideas relacionadas con la evolución, el  poder del universo falso y otras de esas cosas de las que están hechos lo sueños? La respuesta nunca estaba en el sueño, sino fuera de él, donde se hallaba la verdad y donde yo también estaba realmente.

No había nada más; la verdad se estaba apoderando de mí, y yo  miraba constantemente hacia la luz del Espíritu Santo, que representaba la Expiación, la única respuesta a mi único problema. El Curso decía:

Tú no puedes cancelar tus propios errores pasados por tu cuenta. No desaparecerán de tu mente sin la Expiación, remedio éste que no es obra tuya.

Esto explicaba por qué  otros métodos no funcionaban, pues les faltaba Dios o el Espíritu Santo. Pero yo también sabía que tenía que hacer mi parte y elegir el perdón. Una salvación vicaria y traída a mí mágicamente por una fuerza o figura externa no funcionaría.

Nadie más podría despertar  del sueño por mí. Evidentemente, no había nadie más que pudiera despertar del sueño. Por eso, el Curso dice: < Mi salvación viene de mí>. De mí dependía cambiar mi manera de ver el mundo y elegir el milagro.

A nivel metafísico, estaba empezando a pensar en mí mismo no como un cuerpo---ni siquiera como espíritu, de la manera que el mundo se refería a ello tradicionalmente---,sino como mente. Sí, mi Fuente era espíritu, y ésa era la realidad a la cual yo retornaría. Pero tenía que usar mi mente para redescubrir el estado libre de pecado.

¿Qué se te ha dado? Se te ha dado el conocimiento de que eres una mente,  de que te encuentras en una mente y de que no eres sino mente, por siempre libre de pecado y totalmente exento de miedo al haber sido creado del Amor. No has abandonado tu fuente; por lo tanto, sigues siendo tal como fuiste creado.

Y había un estilo de vida que podía traerme de nuevo a ser consciente de mi realidad.

Hay una manera de vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. No cambias de apariencia, aunque sí sonríes mucho más a menudo. Tu frente se mantiene serena; tus ojos están tranquilos.

Cuando Arten me dijo que era completamente posible practicar el tipo de espiritualidad que comentaríamos sin que nadie lo supiese, yo había tenido mis dudas. Después de todo---pensé--- ¿no hace todo el mundo proselitismo de su religión o camino espiritual?  Sin embargo,  ahora sabía que Arten tenía razón. Si elegía no hablar del Curso a la gente, podía seguir practicándolo sin decir una palabra al respecto. Como decía el Curso acerca de la gente que mi mente me mostraba a través de mis ojos:

...Caminas por esta senda tal como otros lo hacen, mas no pareces ser distinto de ellos, aunque ciertamente lo eres. Por lo tanto, puedes ayudarlos al mismo tiempo que te ayudas a ti mismo, y encauzar sus pasos por el camino que Dios ha despejado para ti y para ellos, a través de ti.

Hacía esto por medio del perdón, de modo que no tenía necesidad de sentirme distinto o especial. Mis hermanos y hermanas estaban volviendo a Dios lo mismo que yo. Algunos de ellos lo sabían en aquel momento y otros no, pero el resultado era tan cierto para cualquiera de ellos como lo era para todos.

Una de las cosas que continuaba sorprendiéndome era la variedad de experiencias místicas que tenía cuando practicaba el Curso. Había tenido aquellas vivencias muchas veces a lo largo de los años anteriores y ahora supe que eran simbólicas. También había aprendido que la verdadera prueba de que uno  está progresando en el camino espiritual elegido no tiene nada que ver con las < experiencias espirituales>.

Las verdaderas preguntas que uno debería plantearse eran: ¿me estoy volviendo más amoroso? ¿Más pacífico?  ¿Más capaz de perdonar? ¿Me he hecho responsable de mi vida?  ¿Comprendo que juzgar es una locura? Así es como se puede distinguir si el camino elegido funciona para uno. En cualquier caso, mis experiencias místicas personales me  daban alegría, pues había aprendido que eran un símbolo de que mi mente, al perdonar al mundo, estaba siendo perdonada.

Ahora, en lugar de las pequeñas líneas blancas que antes veía en torno a diversos objetos, lo que percibía de vez en cuando era que la cabeza de las personas era reemplazada completamente por una hermosa luz blanca. Y también había momentos en los que J parecía jugar delicadamente conmigo, como aquella ocasión que me vino a la memoria mientras estudiaba el Libro de Ejercicios.

Una mañana,  mientras desayunaba, sentí un toque suave, cálido y bellamente amoroso en mi hombro; un toque que hubiera jurado que venía de un ángel, Ser Divino o el mismo J. Después de desayunar leí la lección del Libro de Ejercicios de ese día, que incluía la frase siguiente:

Cristo ha puesto su mano sobre tu hombro, y ya no te sientes solo.

No pude más que seguir diciendo <gracias> una y otra vez, sintiéndome abrumado al saber que verdaderamente no estaba solo.

Algunos meses después iba caminando por el jardín trasero de casa con Karen, recogiendo algunas grandes ramas que el viento había arrancado de los árboles durante una tormenta . En un momento dado me di la vuelta para mirarla y me sentí anonadado pues, en lugar de ver a Karen contemplé una gran columna de luz que se elevaba hasta los Cielos, perdiéndose más allá de donde alcanzaban a ver mis ojos.

Me quedé observando fijamente aquella visión maravillosa durante algunos segundos; después aparté la mirada y a continuación volví a mirar. Esta vez sólo vi el cuerpo de Karen. Entonces ella me preguntó, ¿Qué estás mirando?. No lo sé, me limité a responder, corto de palabras en medio el más completo asombro. La experiencia fue beatífica y después, recordando mis lecturas del Texto, me di cuenta de lo que debía haber visto.

Tal como el ego quiere  que la percepción que tienes de tus hermanos se limite a sus cuerpos, de igual modo el Espíritu Santo quiere liberar tu visión para que puedas ver los Grandes Rayos que refulgen desde ellos, los cuales son tan ilimitados que llegan hasta Dios.

Entonces me torné menos interesado---tal vez totalmente desinteresado---en los cuerpos, y miraba más consistentemente a la luz que está más allá de la sombra temporal.

Descubrí una fuente de diversión y experimentación en las imágenes que solía ver antes de quedarme dormido o justo antes de despertar. Con mis ojos cerrados, a menudo veía imágenes en movimiento y a color, como en una película, y a veces hasta con sonido. En ocasiones estas imágenes tenían valor predictivo con respecto a lo que el guión tenía preparado esa día para mí. Muchas de estas imágenes eran arquetípicas, residían en el inconsciente colectivo y habían sido rastreadas por investigadores de diccionarios de sueños durante muchos siglos.

Por ejemplo, la mano derecha, mía o de cualquier otra persona, parecía ser positiva, y la izquierda negativa, una correlación mítica que se remontaba a la antigua Grecia y a Roma. Las aguas calmadas eran positivas, pero las turbulentas no. Algunas imágenes contradecían lo evidente: por ejemplo, recibir un golpe era una buena señal mientras que golpear a otro no lo era.

La mayoría de los presagios eran  muy claros. Las caras positivas y sonrientes o los animales amistosos eran, evidentemente, buenos augurios, y las desagradables lo contrario, pareciendo anunciar las sorpresas agradables o desagradables que traería el día siguiente. Estas <películas> acabaron por convencerme de la existencia de la mente colectiva, así como del hecho de que las imágenes de mis sueños en realidad eran símbolos de mí mismo, y que Arten y Pursah tenían mucha razón cuando afirmaban que todo lo que ocurría en mi vida ya estaba determinado.

Aun así, procuraba no dejarme absorber demasiado por todo esto. Sí, probablemente podría encontrar algún modo inteligente de usar tal información, e incluso de aprovecharme de ella, especialmente en mi negocio de inversiones. Por otra parte, sabía que la información  no siempre era fiable. Mis maestros me habían dicho que cada guión incorpora cierto grado de imprevisibilidad. También sabía que la herramienta de predicción más precisa de la historia, el Oráculo de Delfos, ¡a veces había engañado a la gente deliberadamente!

El ego aún controlaba parte de mi mente, y yo sabía que no había recurso del cuál no se valdría con tal de confundirme y causarme sufrimientos, siempre tentándome a creer que yo era un cuerpo. Finalmente, sólo el perdón me llevaría a casa. Como  amigo y estudiante de J , mi nueva capacidad psíquica seguiría siendo una fuente de interés, pero no el falso ídolo en que la habría convertido anteriormente.

En cuanto a la idea de que los sucesos de la propia vida están predeterminados,  me di cuenta de que había gente que detestaba esta idea. Para algunos, el existencialismo ofrecía más esperanzas que la predestinación, porque les daba una razón para intentar cambiar las cosas, tanto en sus vidas personales como el mundo en general. Sin embargo, el Curso ofrecía formas más elevadas de esperanza: la esperanza de volver a casa a la larga y de alcanzar la paz en cualquier momento, y qué decir de la capacidad de evitar incontables experiencias negativas por haber aprendido las lecciones de perdón que las hacen innecesarias en el futuro.

Además de todo esto, mientras uno cambiaba de manera de pensar respecto al mundo y a medida que practicaba el perdón, también podía buscar soluciones a sus problemas que fuesen aceptables en el mundo ilusorio, siempre que no se dejase encadenar al nivel de la percepción con la carga que acarreaban las creencias.

Una noche, un par de semanas antes de la siguiente visita de Arten y Pursah, me ocurrió algo muy distinto de cualquier otra cosa que hubiera experimentado. Estaba sentado leyendo una revista cuando de repente me invadió una sobrecogedora sensación de estar consciente. El universo desapareció de forma momentánea, y yo simplemente estaba sentado allí, en un estupor reverente. Me sentí totalmente seguro y completamente amparado, en el conocimiento de una Presencia que, hasta ese momento, habría sido inimaginable.

La revelación te une directamente a Dios.

Aunque la experiencia de revelación nunca puede ser traducida en palabras, tiene una cualidad tan única que se adhiere a la memoria. Ocurre en un instante en el que se nos da la experiencia de estar fuera del tiempo y del espacio, e incluso más allá de eso. Te haces uno con algo tan grande que está más allá del tamaño. Su cualidad más clara,  que es completamente diferente de cualquier cosa de este universo, es que es constante. No hay cambio ni interrupción en su poder ilimitado;  no cambia ni se altera. Esta experiencia te permite saborear algo en lo que puedes confiar, algo real, y la alegría que produce es increíble. Supe que Dios se había comunicado conmigo.

La revelación no es recíproca. Procede de Dios hacia ti, pero no de ti hacia Dios.

Aquella noche no hice nada más. Simplemente seguí sentado allí, en mi estado de reverencia y gratitud.

La reverencia se debe reservar sólo para la revelación, a la que se puede aplicar perfecta y correctamente.

No tenía nada que decir ni ninguna necesidad de hacerlo.

La revelación es literalmente inefable porque es una experiencia de amor inefable.

Supe que nunca volvería a ser el mismo. A medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de que esta experiencia había ocurrido porque me había preparado para ella a través de mi práctica del perdón, lo cual me animaba aún más a continuar por el camino emprendido. Como habían dicho mis visitantes cuando recitaban el Curso, nadie que haya experimentado una revelación de este tipo de permanencia y certidumbre de Ser puede volver a creer plenamente en el ego. Me estaba preparando para volver a Dios.

...La curación, en última instancia, procede de Dios. Se te están explicando cuidadosamente los medios. La revelación puede, de vez en cuando, revelarte cuál es el fin, pero, para alcanzarlo, los medios son necesarios.

Después de esta suspensión completa pero temporal de la duda y del miedo, sabía que no me importaría estar siempre así. Aunque la mayor parte del tiempo apenas tenía miedo, todavía me sentía tímido e incómodo en mis interacciones con extraños o nuevos conocidos. Me preguntaba si eso desaparecería alguna vez, y también me preguntaba qué tendrían que decir mis visitantes respecto a mis múltiples experiencias cuando volvieran, lo que esperaba que ocurriera muy pronto. Cuando se presentaron, Pursah sonreía abiertamente.

Pursah: Hola Gary. ¿Cómo se siente haber probado el Cielo?

Gary: Absolutamente asombroso, pero me considero demasiado estúpido para ponerlo en palabras.

Pursah: No lo intentes. Simplemente te estaba felicitando.

Arten: Yo también te felicito, Gary. Ahora que has probado la permanencia, ya no te dejarás impresionar por lo impermanente, y eso hará que te resulte más fácil perdonar.

Gary: ¿Te refieres a algo como lo de ayer en la tienda de la esquina?

Nota: El día anterior, en el supermercado, me vi atrapado haciendo cola ante un cajero que estaba hablando por tlf. Había varias personas por delante de mí y el cajero no paraba de hablar, por lo que nos tuvo esperando unos minutos. Cuando empecé a sentirme un poco ansioso, recordé mi entrenamiento y el hecho de que me estaba inventando todo aquello, como si fuera el director de mi propia película. Entonces perdoné al cajero por lo que no estaba haciendo y también me perdoné a mí mismo. Seguidamente dejó de hablar por tlf, y tuve la sensación de que también me había inventado esa parte.

Arten: Sí. Los Milagros son todos iguales. Los beneficios que obtiene tu mente cuando perdonas de ese modo son inimaginables para ti. Hace un par de años probablemente te habrías enfadado y lo habrías expresado de algún modo, aunque fuera sólo un insulto en la mirada. Vas bien. No siempre vas bien, pero sigue en ello. En cuanto a la revelación, ahora ya sabes lo que realmente es. Volverá a ocurrir alguna vez. Sigue usando los medios, y deja que el fin---tanto como ciertas vislumbres de él---se ocupen de sí mismos.

Gary: Otras veces también me he sentido alegre y en paz. Supongo que no todo lo que le ocurre a uno tiene que ser experiencias cumbre. El mismo hecho de sentirse bien es divertido.

Arten: Oh, te refieres a cosas como  la del verano pasado, cuando ibas montado en tu cortacésped muy cerca de tus vecinos conservadores gritando a pleno pulmón  ¡ El hijo de Dios es libre! ¡El hijo de Dios es libre!

Gary: Sí, ése era yo.

Arten: ¿Tienes alguna pregunta antes de seguir adelante?

Gary: Sí, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?

Arten: Obviamente ambos fueron hechos simultáneamente, junto con el resto del universo. Dentro de la ilusión parecen estar separados, pero no lo están. Sigamos adelante.

Pursah: Has vivido muchas experiencias que podríamos llamar psíquicas, aunque la revelación no se encuentra entre ellas porque viene directamente de Dios. La mayoría de las experiencias, incluso las espirituales, no vienen de Dios mismo; más bien surgen de tu propia mente inconsciente. Pueden ser símbolos de lo que hay en tu mente correcta. Pongamos en perspectiva algunas de esas otras experiencias.

Como dice el Curso en el Manual:

Ciertamente hay muchos poderes psíquicos que están claramente de acuerdo con los postulados de este curso.

Y sigue diciendo:

Los límites que el mundo le impone a la comunicación son los mayores obstáculos para una experiencia directa del Espíritu Santo...

Y

Aquel que de alguna manera trasciende estos límites está simplemente volviéndose más natural.

Recordando que sólo hay dos cosas que puedas hacer---dar realidad a algo o perdonarlo---cualquier nueva habilidad que se presente en tu camino debes ofrecérsela al Espíritu Santo y usarla bajo Su dirección.

El Manual también dice que nadie tiene poderes que no estén a la disposición de todos los demás. Sin duda el Espíritu Santo te recordaría que no eres especial, y no deberías intentar convencerte a ti mismo o a otros de que lo eres.

Nada que sea genuino se puede usar para engañar.

Sé consciente de tu objetivo. El Cielo es permanente y nada de lo que parezcas hacer fuera de Él es permanente. ¿Cómo podría ser importante? Es importante mantener las cosas en perspectiva. A medida que practicas el perdón, tu conciencia aumenta, y esto es lo que dice el Manual de cualquier estudiante así:

...A medida que tu conciencia se expanda, es posible que desarrolle capacidades que le parezcan muy sorprendentes. No obstante, nada que él pueda hacer puede compararse en lo más mínimo con la gloriosa sorpresa de recordar Quién es. Si deja que todo su aprendizaje y todos sus esfuerzos se dirijan hacia esa gran sorpresa final, no querrá que las pequeñas sorpresas que se pueden presentar en el camino lo retrasen.

Gary: Gracias, incluyendo a J, por supuesto. Esto pone las cosas en perspectiva, especialmente ahora que se me ha dado a probar de esa gran sorpresa final.

Arten: Muy bien. Ahora queremos prepararte para recibir visitas breves y con muchos meses entre una y otra. Vendremos para ayudarte a seguir practicando y, mientras estemos aquí hablaremos de diversos temas y responderemos a cualquier pregunta que se te pueda ocurrir. Más que todo queremos que te concentres en trabajar con el Espíritu Santo y en practicar el perdón. No te desilusiones si no nos quedamos largos ratos. Ya estás grandecito. Además, te aseguro que siempre somos conscientes de lo que te está ocurriendo, y siempre lo seremos.

Gary: Os creo. A propósito, he empezado a escribir un poco, como estoy seguro de que sabéis, y me preguntaba si tenéis algún consejo que darme respecto a cómo  proseguir.

Pursah: Por supuesto. Sabíamos que finalmente cederías,  y acabarías escribiendo algo. Eres lento, pero no eres un caso perdido. Es broma. Considerando el hecho de que estás un poco agobiado, nos alegra que te hayas decidido. No dejes que te intimide el hecho de partir desde cero. Recuerda que el propósito de escribir es comunicar. Lo de citar a Shakespeare fue muy listo de tu parte, y lo que dice es cierto. Si consigues comunicar bien eres un escritor eficaz. No te preocupes demasiado por las reglas. Aquí entre nosotros, el inglés es una lengua un tanto simplona. Pero Dios me libre de estar juzgando.

Gary: Sí. Ese tipo de juicio podría sugerir que eres un inculto.

Pursah: Tal vez, del mismo modo que nuestro libro podría sugerir que no hablas ningún buen idioma.

Gary: ¿Estás sugiriendo que debería preocuparme por lo que algún maestro de lenguaje pudiera pensar de mi estilo literario?

Pursah: Exactamente. Me alegro de no haber sido < malinterfregada>.

Gary: Me encanta cuando dices palabrotas.

Pursah: Bueno, creo que mejor continuamos. Recuerda esto: si alguien piensa mal de lo que escribes, e incluso si simplemente no tiene una actitud positiva respecto a ello, perdónalos. Recuerda siempre cuál es tu trabajo número uno, independientemente de lo que parezcas estar haciendo.

Arten: Asimismo, a medida que vayas articulando el libro, tienes permiso para expandir el diálogo y hacer que la presentación sea más completa y coherente. Por supuesto, tu narración es tuya. Simplemente asegúrate de que esté basada en nuestras visitas y de que sea coherente con nuestras conversaciones.

Gary: ¿Qué debería hacer cuando el libro esté terminado?

Pursah: Siempre puedes seguir el modelo del Evangelio de Tomás. Lo que has de hacer es enterrar tu libro en algún lugar de Egipto. Si alguien lo descubre dentro de 15 siglos, serás famoso.

Gary: Muy graciosa. ¿Algún consejo para esta vida?

Pursah: Sí. No te preocupes por ello. Te diremos informalmente lo que tienes que hacer, pero todavía es muy pronto.

Gary: Bueno, más vale que me lo digáis, porque no  tengo ni idea. Ni siquiera sé si soy capaz de escribir un libro, pero lo intentaré.

Arten: Lo sabemos, por eso no tienes que preocuparte por tu capacidad. Basta con que lo hagas. Bien, ¿Hay algo más que quieras preguntarnos por el momento?

Gary: No lo sé. Me siento muy bien con todo lo que ha ocurrido.

Arten: Sí, se te puede excusar por sentirte tan contento considerando tus experiencias recientes. Pero debes de tener alguna otra pregunta.

Gary: De acuerdo. Me dijisteis que me explicaríais algo más sobre vuestros cuerpos, vuestras voces y lo que en realidad sois, y que explicaríais las apariciones de ángeles y de la Virgen María.

Ahora bien, mientras hacía el Curso alguien me regaló esta imagen de María que fue tomada en la iglesia de Medjugorje, donde se le apareció en los años 80 a unos niños visionarios.

Teniendo en cuenta mis experiencias, siento cierta afinidad con esos niños. Como estoy seguro de que sabéis, fui a ver a Ivenka---una de las niñas que ahora ya es adulta---cuando dio una charla en una iglesia católica aquí, en Maine. Tuve la impresión, aunque se expresaba a través de un intérprete, de que su experiencia fue genuina y de que decía la verdad.

En el programa que editaron para esa charla había otro dibujo de la Virgen María basado en otra imagen que ella imprimió en la camisa de un hombre al que se apareció hace más de 460 años en lo que ahora es la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Méjico.

Los científicos dicen que esa camisa debería haberse descompuesto y desintegrado en unos doce años más o menos, pero aún sigue intacta y expuesta en la iglesia, ¡y ahora ya lleva allí cinco siglos!  De modo que tengo estas dos imágenes de María que han sido hechas con una diferencia de unos 460 años.  Una de ellas es una fotografía. ¡Y lo increíble es que tienen el mismo aspecto! ¿Qué está pasando aquí?

Arten: Hemos dicho que todas las imágenes corporales están hechas por la mente. Estas imágenes pueden ser símbolos de la mente correcta y del Espíritu Santo. o de la mente errada y del ego. Esa imagen de María está en la mente inconsciente, y puede ser proyectada o bien hecha por ciertos individuos o bien por las masas. La imagen de la que hablas tiene aspecto occidental, no es el rostro de una mujer judía de hace 2000 años.

Es una composición salida de la mente, del mismo modo que la imagen que la gente tiene de J no coincide con su aspecto en ese entonces, sino que es una representación de la mente colectiva.

En las apariciones marianas,  que suelen ser más detalladas cuando tienen lugar ante unos pocos individuos porque están muy enfocados, ella tiene el mismo aspecto porque la imagen es arquetípica, un concepto que ya te resulta familiar. Lo que está detrás de esas apariciones es el amor del Espíritu Santo. La mente, sea individual o colectiva, da forma a ese amor.

Gary: ¿Estás diciendo que el Espíritu Santo es real pero la forma viene de nosotros ?

Arten: Exactamente. Pursah te dijo que cualquier cosa que tome forma debe ser un símbolo de alguna otra cosa. El Espíritu Santo no hace formas. Él ama. Es posible que el amor del Espíritu Santo brille en tu universo y que después tu mente correcta le dé una forma específica.

La forma misma es una proyección de la mente, pero el amor que está detrás es real. Esto explica las apariciones de María, de los ángeles y de todos los maestros ascendidos. También explica cómo se apareció J ante nosotros después de la crucifixión hace 2000 años. Nuestras mentes estaban abiertas a la experiencia de su amor, de modo que su amor tomó una forma que pudiéramos aceptar y que nos resultara más familiar en aquel momento, el mismo modo que nuestro amor aparece ahora ante ti en forma de cuerpos y voces que tú puedes aceptar y que te son familiares.

Una vez más, no estamos diciendo que el cerebro haga estas formas; es la totalidad de la mente la que hace lo específico.

También hemos dicho que sólo hay una mente, de modo que en este nivel sería literalmente imposible que cada cosa que se hace no sea un producto de la mente dividida. Mientras que nuestro amor es real, nuestros cuerpos son tan ilusorios como el tuyo, como figuras en un sueño. Cuando te dijimos al principio de estas conversaciones que nosotras habíamos hecho estos cuerpos, nos estábamos refiriendo a nuestro amor.

A esto se refería también Pursah cuando dijo que J se fabricó otro cuerpo para comunicarse con nosotros después de la crucifixión.

Su amor era el contenido genuino detrás de la forma ilusoria,  pero son las mentes dormidas las que proyectan todas las formas, dándoles su contorno y sus detalles.

Pursah: Si la gente se ilumina antes de abandonar el cuerpo, debe ser posible para los seres iluminados parecer que están funcionando en este mundo. Sin embargo, ellos saben que en realidad no  están en el mundo, y que no necesitan volver aquí excepto para permitir que su amor ayude a otros.

Repitiendo, en la ilusión, son las mentes aparentemente divididas las que dan forma a su amor. En realidad los maestros no necesitan fabricar ninguna forma después de alcanzar la iluminación.

Gary: Eso es muy interesante, pero sabéis que alguna gente dirá que vosotros habéis salido de mi ego.

Arten: Deja que piensen lo que quieran; lo harán de todos modos. Y cuando lo hagan, haz que respondan a estas preguntas: ¿enseñaría el ego cómo deshacerse a sí mismo?  ¿Enseñaría el diablo a la gente cómo escapar del infierno?

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