31 de julio de 2010

LA VIDA ENTRE VIDAS - Michael Newton – Parte 7

8. LOS PROFESORES GUÍAS

Nunca he trabajado con un sujeto en trance que no tuviera un guía personal. Algunos guías están más presentes que otros en las sesiones de hipnosis. Tengo la costumbre de preguntar a mis clientes si ven o sienten la presencia de un espíritu en la habitación. Si la sienten, normalmente esta presencia es la de su guía protector. Frecuentemente el cliente nota la presencia de un ente antes de ver un rostro u oír una voz. Las personas que pasan mucho tiempo en estado de meditación están más acostumbradas a estas visiones que aquellos que nunca han pedido la presencia de su guía.

Al darse cuenta de la presencia de estos profesores espirituales, la gente suele sentir una fuerza creadora cariñosa y afable. Por medio de nuestros guías asimilamos más fácilmente la continuidad de la vida y la identidad de nuestra alma. Los guías son figuras indulgentes en nuestra existencia porque forman parte del cumplimiento de nuestro destino.

Los guías son entidades complejas, especialmente si pertenecen al estatus superior. El nivel de comprensión de las almas determina el grado de los guías que se le asignan. De hecho, la madurez de un guía concreto también tiene relación con el hecho de que tenga sólo un estudiante a su cargo o varios. Los guías de estatus medio y superior normalmente dirigen a un grupo de almas tanto en el mundo espiritual como en la Tierra.

Estos guías normalmente reciben la ayuda de otras entidades. Por lo que he podido descubrir, cada grupo de almas suele tener más de un guía de estatus inferior. Así algunas almas tienen varios guías que les ayudan.

Los nombres que mis clientes ponen a sus guías son comunes algunos, otros extravagantes, altisonantes, o incluso grotescos. A menudo el origen de estos nombres puede encontrarse en una vida concreta que el profesor vivió con su alumno. Algunos clientes son incapaces de pronunciar el nombre de su guía porque los sonidos no pueden ser reproducidos, a pesar de que los ven claramente en estado de hipnosis. Yo les digo que es más importante que comprendan la causa de que se les asignen ciertos guías que la pronunciación de sus nombres. A veces las personas utilizan términos genéricos para designar a sus guías, tales como «director», «consejero», «instructor» o simplemente «mi amigo».

Hay que tener mucho cuidado al interpretar la palabra «amigo». Normalmente cuando un sujeto en trance habla de un amigo espiritual se refiere a un alma compañera o a un alma de su grupo, no a su guía. Las entidades que llamamos «amigos» están en niveles muy cercanos al nuestro. Estos amigos pueden darnos ánimos desde el mundo espiritual cuando nosotros estamos en la Tierra y también pueden acompañamos en alguna vida terrenal.

Uno de los aspectos más importantes de mi trabajo como terapeuta es ayudar a mis clientes, en el nivel consciente, a apreciar el papel de sus guías. Estas entidades nos empujan a llevar una vida correcta con sus técnicas de enseñanza. Las ideas que creemos que surgen de nosotros pueden estar generadas por la preocupación de un guía.

Ellos nos animan durante los períodos más duros de nuestra vida, especialmente cuando somos niños necesitados de consuelo. Recuerdo un comentario que hizo una de mis clientes cuando le pregunté en qué momento se había dado cuenta por primera vez de la presencia de su guía. «Cuando soñaba despierta —contestó—. Recuerdo que mi guía estuvo conmigo en el primer día de colegio. Estaba aterrorizada. Se sentó encima de mi mesa para acompañarme y me enseñó el camino al baño porque estaba demasiado asustada para preguntárselo a la profesora.»

El concepto de seres espirituales personalizados se remonta a la prehistoria, a nuestros primeros orígenes como seres pensantes. Los estudios antropológicos realizados en yacimientos arqueológicos prehistóricos nos muestran símbolos totémicos que evocan la proyección de seres individuales. Más tarde, hace unos 5.000 años, cuando surgieron las ciudades-estado, las deidades oficiales se identificaron con la religión del estado. Estos dioses estaban muy lejos de la gente y con frecuencia inspiraban miedo. Por eso las deidades personales y familiares adquirieron gran importancia en la vida diaria de las personas porque les brindaban protección. Una deidad personal servía de ángel guardián a las personas o a las familias y podía invocarse su ayuda en momentos de crisis. Esta tradición ha llegado hasta las culturas actuales.

Tenemos ejemplos de ambas posturas en Estados Unidos. Aumakua es un dios personal en la cultura hawaiana. Los polinesios creen que nuestros ancestros pueden asumir una relación personal con su familia en forma de dios humano, animal o pez. En las visiones o los sueños Aumakua puede a ayudar o regañar a un individuo. En la zona nororiental de América del Norte, los Iroqueses creen en Orenda, una fuerza espiritual que habita en el interior de los hombres y está conectada con un espíritu personal superior del mismo nombre. Este guardián es capaz de resistir los poderes que el mal puede dirigir a un individuo. El concepto de los guardianes de las almas, que actúan como guías forma parte de las creencias de muchas culturas indias norteamericanas. La tribu Zuni en el suroeste de Estados Unidos mantiene en su mitología tradiciones orales que hablan de seres parecidos a los dioses pero con una existencia personal. Los llaman «los que hacen y mantienen los caminos de la vida» y los consideran como guardianes de las almas.

Existen otras culturas en el mundo que creen en seres distintos de Dios que les cuidan e interceden en su nombre ante entidades superiores.

Creo que los seres humanos siempre han necesitado figuras antropomórficas por debajo del Dios Supremo que pudieran representar las fuerzas espirituales que había a su alrededor.

Cuando las personas rezan o meditan quieren conectar con una fuerza que les es familiar y les inspira. Es más fácil pedir ayuda a una figura que puede ser identificada con claridad por un hombre. En cambio no existen imágenes de un Dios Supremo que conecten directamente con la gente. Sin tener en cuenta las preferencias religiosas y los grados de fe, la gente siempre ha sentido que si había un Dios supremo estaría probablemente muy ocupado para molestarle con problemas individuales. Las personas no suelen sentirse merecedoras de la atención directa de Dios. Como resultado, las religiones más importantes del mundo han utilizado a profetas que vivieron una vez en la Tierra como nuestros intermediarios con Dios.

Posiblemente porque algunos de estos profetas se han elevado a la condición de divinos, han dejado de ser personales. Y digo esto sin quitarle importancia a la influencia espiritual que ellos han tenido sobre sus seguidores. Millones de personas se han beneficiado de las enseñanzas de estas almas poderosas que se encarnaron en la Tierra como profetas.

La gente sabe, como siempre ha sabido, que existe una entidad espiritual personalizada y cercana a ellos que espera que se la llame.

Mi teoría es que los guías se aparecen a la gente muy religiosa tomando las figuras de su fe. Hubo un caso retransmitido por la televisión nacional en el que una niña de una familia perteneciente a la secta de los llamados Cristianos sufrió una experiencia cercana a la muerte y dijo que había visto a Jesús. Cuando se le pidió que dibujara lo que había visto, la niña dibujó una figura azul sin rasgos humanos rodeada por un halo de luz.

Mis clientes me han enseñado cuánto dependen de sus guías espirituales y lo mucho que piden su ayuda durante sus vidas. He llegado a creer que somos su responsabilidad directa, no la de Dios. Estos sabios profesores nos acompañan durante miles de años terrenales y nos apoyan antes, durante y después de nuestras incontables vidas. He notado que, al contrario que las personas en estado consciente, los sujetos en trance no culpan a Dios por las calamidades de su vida. Mucho más frecuente es que sean los guías de las almas los que aguantan el chaparrón de nuestras insatisfacciones.

A menudo me preguntan si los profesores-guía se nos asignan al azar o con algún motivo concreto. Es una pregunta muy difícil de contestar. Los guías parecen asignársenos de una manera ordenada en el mundo espiritual. Creo que esta elección está basada en la adaptación y la integración de sus técnicas de enseñanza a la identidad de nuestras almas. Por ejemplo he oído que existen ciertos guías jóvenes en cuyas vidas pasadas tuvieron que superar rasgos negativos difíciles a quienes se les asignan almas con las mismas pautas de conducta. Parece que la labor de estos comprensivos guías se evalúa según la eficacia con la que sus enseñanzas inducen a un cambio positivo.

Todos los guías sienten compasión por sus alumnos pero sus técnicas varían. He visto a guías que ayudan constantemente a sus alumnos en la Tierra mientras que otros exigen el trabajo bien hecho con muy poco aliento. Por supuesto, la madurez del alma es un factor importante. Los estudiantes avanzados obtienen menos ayuda que los principiantes. Aparte del nivel de desarrollo, yo he observado que la intensidad del deseo individual es un punto más a considerar en la frecuencia de aparición de nuestro guía y la manera en la que nos ayuda durante nuestra vida.

En cuanto al sexo, no hay una correlación aparente entre sujetos varones o mujeres y guías masculinos o femeninos. En general la gente acepta el sexo de su guía como algo natural. Podría discutírseme que esto es porque los sujetos se han acostumbrado a ellos durante eones de tiempo relativo más que porque asuman que un sexo es más efectivo que otro en ciertos grupos de estudiantes o profesores. Algunos guías parecen tener un género indefinido, lo que apoya la idea de que las almas son realmente andróginas. Uno de mis clientes me dijo: «Mi guía es unas veces Alejandro y otras Alejandra, dependiendo de la necesidad que yo tenga de consejos masculinos o femeninos. »

De todo ello puedo concluir que el procedimiento de la selección de un guía está cuidadosamente estudiado. Cada ser humano tiene asignado al menos un guía de nivel medio o de nivel superior desde su creación. Después, muchos de nosotros heredamos un nuevo guía secundario, como Karla en el caso anterior. He llamado a estos guías profesores en prácticas en el nivel inicial.

Los guías que van a acceder al nivel inicial deben prepararse para su entrenamiento como guías al fina] del nivel III, mientras están en la etapa intermedia alta de su desarrollo. En realidad empezamos nuestro entrenamiento como guías en prácticas mucho antes de llegar al nivel IV: En los niveles de desarrollo más bajos prestamos ayuda a amigos en nuestra vida y apoyamos a nuestros compañeros de grupo en su desarrollo.

Las prácticas de enseñanza de los guías de niveles inicial y medio parecen reflejar la voluntad de los guías superiores de formar una especie de cuerpo de gobierno, parecido a una administración fiduciaria que rija a los guías más jóvenes. Veremos ejemplos del funcionamiento del proceso en los capítulos 10 y 11, en los que se trata el tema de las almas avanzadas.

¿Tienen todos los guías la misma capacidad y afecta esto al grupo que se les asigna en el mundo de los espíritus? El caso siguiente es sobre un alma experimentada que discute conmigo este tema.

Caso 17

P: Siento curiosidad por conocer las prácticas de los guías jóvenes en el mundo espiritual en relación con su habilidad para entender a las almas poco desarrolladas. Cuando las almas aprenden a ser guías ¿se les asigna un grupo para trabajar?

R: Sólo a aquellas que tienen ya experiencia.

P: Me imagino que los grupos grandes de almas que necesitan un guía pueden ser una gran responsabilidad para los guías avanzados, incluso en el caso de que tengan ayudantes.

R: Pueden hacerlo. El número no importa mucho.

P: ¿Por qué no?

R: Una vez que tienes experiencia y eres buen profesor, el número de almas que se te  asignan no es problema. Algunas secciones —grupos primarios— tienen muchas almas y otras tienen menos.

P: Entonces si eres un guía de nivel medio, de los que tienen un aura azul claro, el tamaño de tu clase no tiene ninguna relación con las prácticas que debes hacer porque se sobreentiende la capacidad de manejar grandes grupos de almas, ¿no?

R: No he dicho exactamente eso. Una gran parte depende del tipo de almas que hay en la sección y la experiencia de los líderes. En las secciones grandes tienen ayudantes, corno va sabes.

P: ¿Quién tiene ayudantes?

R: Los guías que tú llamas de nivel medio.

P: ¿Y quién les ayuda?

R: Los vigilantes. Esa es una gran ventaja.

P: He oído que también se llaman guías superiores.

R: Es una buena descripción de ellos.

P: ¿De qué color es la energía que proyectan?

R: Es... casi morada.

Nota: Como se describe en la figura número 3, en el capítulo anterior, las etapas más bajas del nivel V irradian energía azul celeste. A medida que avanza su desarrollo el aura se hace de un color más denso, primero de un azul oscuro y después morado, lo cual representa la total integración en el nivel VI de guía superior.

P: Puesto que los guías parecen tener diferentes enfoques acerca de la enseñanza, ¿qué ideas tienen en común?

R: No serían profesores si no tuvieran una inclinación a la enseñanza y el deseo de ayudar a otros para que hagan lo mismo.

P: Entonces explícame por qué algunas almas son seleccionadas para ser guías. Toma el guía típico por ejemplo y dime las cualidades que posee un alma avanzada.

R: Deben ser compasivos sin ser demasiado indulgentes. No juzgan .No hay que hacer las cosas a su modo. No son restrictivos ni imponen sus valores a los demás.

P: Bien, eso es lo que los guías no hacen. Si no dirigen excesivamente a las almas, ¿cuáles son las cosas importantes que hacen, según tu opinión?

R: Elevan la moral de sus secciones e inspiran confianza. Todos sabemos que ellos han pasado también por muchas situaciones. Nos aceptan por lo que somos como individuos, con el derecho a cometer nuestros propios errores.

P: He de decir que las almas suelen ser muy leales a su guía.

R: Por eso, porque no dejan de apoyarte pase lo que pase.

P: ¿Cuál dirías tú que es la característica más importante de un guía?

R: (Sin dudarlo) La capacidad de motivarte e infundirte ánimo.

Mi siguiente caso es un ejemplo de las actividades de un guía que todavía se reencarna en la Tierra. Se llama Owa y representa las cualidades que debe tener un profesor ideal tal y como las describe el sujeto del caso anterior. Evidentemente una de sus primeras tareas como guía fue la de cuidar del sujeto del caso 18 directamente, y sus métodos parecen no haber cambiado Mi cliente se sorprendió mucho cuando reconoció la última reencarnación de su guía.

Owa hizo su primera aparición como guía en el pasado de mi cliente en el año 50 a. de C. Era un anciano que vivía en un pueblo de Judea conquistado por soldados romanos. La persona del caso siguiente era entonces una chica joven que quedó huérfana por un ataque de los romanos contra los disidentes locales. En la primera escena de esta vida pasada habla de trabajar en una taberna casi como una esclava. Por su condición de sirviente, el dueño la azotaba constantemente y a veces era violada por clientes romanos.

Murió a los 26 años de exceso de trabajo, malos tratos y desesperación. Me hizo la siguiente confesión desde su mente subconsciente acerca de un anciano en el pueblo donde vivía: «Trabajaba día y noche y era insensible a la humillación y el dolor. El era la única persona que era amable conmigo: me enseñó a tener confianza en mí misma, a tener fe en un ser superior y mejor que las personas crueles que me rodeaban.»

Más tarde, en estado superconsciente, ella describió detalladamente parte de otras vidas difíciles en las que Owa había aparecido como un buen amigo en el que pudo confiar, e incluso una vez como hermano. En este estado vio que todas estas personas eran la misma entidad y reconoció en esta alma a Owa, su guía. Hubo muchas vidas en las que Owa no apareció, y a veces su contacto físico fue sólo transitorio en las que la ayudó. De repente le pregunté si Owa estaba en su vida actual. Después de dudar un momento, mi cliente comenzó a temblar descontroladamente. Lloraba y gritaba por la visión que estaba teniendo en su mente.

Caso 18

R: ¡Dios mío! ¡Lo sabía! Sabía que él era diferente.

P: ¿Quién?

R: ¡Mi hijo! ¡Owa es mi hijo!

P: ¿Owa es tu hijo?

R: ¡Sí, sí! (Riendo y llorando a la vez) ¡Lo sabía! Lo sentí desde el día que le di a luz. Había algo familiar en él que le hacía especial para mí. Era más que un niño indefenso... ¡oh!...

P: ¿Qué es lo que sentiste el día que nació?

R: No lo sé. Lo sentí dentro de mí. Era algo más que la alegría que siente una madre cuando ve a su recién nacido. Sentí que venía a ayudarme ¿no lo entiendes? ¡Es fantástico, es verdad! ¡Es él!

P: (Calmo a mi cliente antes de continuar porque su excitación está a punto de hacerla caer del sillón) ¿Por qué crees que Owa se ha encarnado en tu hijo Brandon?

R: (Más calmada, pero todavía llorando suavemente) Para ayudarme a pasar esta mala racha... la gente es muy dura conmigo y no me acepta. Debe saber que iba a tener un largo período de problemas y ha decidido venir como mi hijo. No me había dicho que iba a hacer esto antes de que naciera... Es una sorpresa maravillosa...

Nota: En el período de tiempo en el que se producía esta sesión, mi cliente estaba intentando ganar reconocimiento en un trabajo muy competitivo. Además tenía problemas matrimoniales por ser la que más dinero ganaba en la familia. Después he sabido que se ha divorciado.

P: ¿Sentiste algo raro cuando llevaste a casa a tu hijo?

R: Sí. Este sentimiento había empezado en el hospital y seguía teniéndolo. Cuando le miro a los ojos... me calma. A veces llego a casa agotada y desanimada y tengo poca paciencia con él cuando se va la chica que le cuida. Pero él tiene mucha paciencia conmigo. Ni siquiera tengo que cogerle en brazos. Me mira de una manera… tan comprensiva... Ahora lo entiendo todo. Ahora lo sé. ¡Qué bendición! No estaba segura de si quería tener un hijo, y ahora lo entiendo todo.

P: ¿Entiendes qué?

R: (Con voz firme) Cuanto más avanzo en mi profesión, la gente se vuelve cada vez más... dura conmigo y no acepta lo que sé y lo que soy capaz de hacer. Mi marido y yo tenemos problemas. Me desprecia por ser demasiado ambiciosa. Owa, Brandon, ha venido para mantenerme fuerte y superar la situación...

P: ¿Crees que es positivo que hayamos descubierto que tu guía Owa está contigo en esta vida como Brandon?

R: Sí, si Owa no quisiera que supiera que ha venido a ayudarme en esta vida, yo no había venido a verle, ni se me habría ocurrido.

Este caso excepcional representa la gran emoción que siente una persona cuando su guía tiene contacto con ella en una vida. El papel que ha escogido Owa no interfiere con los papeles más típicos que toman las almas compañeras. No eligió ser su marido ni lo ha hecho en ninguna de sus vidas pasadas. Es cierto que las almas compañeras pueden ser otras cosas además de cónyuges, pero un guía normalmente no elige un papel que pueda transgredir las reglas de dos almas compañeras que intentan vivir sus vidas juntas. El compañero de mi cliente en este caso es un antiguo amigo del colegio.

Basándome en la información que pude recoger, Owa parecía haber pasado al nivel inicial de guía en los últimos 2.000 años. Posiblemente él pasará al color azul que corresponde al guía de nivel medio antes de que mi cliente alcance el aura amarilla. Owa seguirá siendo su guía sin importar lo siglos que necesita para ello, aunque probablemente nunca vuelva a encarnarse en una vida con ella.

¿Llegamos alguna vez a alcanzar a nuestros guías en su nivel de desarrollo? Quizás con mucho tiempo aunque no he tenido ningún caso así. Las almas que avanzan con mucha rapidez están superdotadas pero también lo están sus guías.

Es normal que los guías trabajen por parejas con las almas reencarnadas en la Tierra, cada uno con sus propios métodos de enseñanza. En estos casos hay un guía principal, aunque el menos evidente en las actividades diarias sea el más experimentado. La razón de esta organización en parejas es bien que uno de ellos esté haciendo prácticas, por ejemplo en el caso de dos guías en nivel inicial y medio, o bien que hayan trabajado durante mucho tiempo juntos y hayan desarrollado una relación permanente, como en el caso de un guía de nivel medio y otro de nivel superior. En este segundo caso el guía de nivel medio puede dirigir su propio grupo primario de almas que a su vez tienen otro guía superior además de él.

Los equipos de guías no interfieren entre ellos ni en la Tierra ni en el mundo espiritual. Tengo un amigo cuyos guías son un perfecto ejemplo de cómo estos equipos se complementan. Voy a utilizar este caso porque yo mismo he podido observar en varias circunstancias cómo ambos guías organizan sus actuaciones conjuntamente. El guía menos avanzado aparece como una curandera india amable y maternal llamada Quan.

Tiene una apariencia muy simple, vestida con una capa de piel de ciervo, el pelo recogido hacia atrás, y una cara suave bañada por una vívida luz. Cuando se la llama, Quan ayuda a mi amigo a comprender los sucesos y a las personas que se ven envueltos en ellos.

El deseo de Quan de alumbrar la oscuridad de la difícil vida que mi amigo ha elegido tiene su contrapartida en la figura masculina de Giles. Él es obviamente un guía de nivel medio pero muy cerca del nivel superior. Por ello aparece mucho menos que Quan en la vida de mi amigo. Pero cuando aparece en su superconsciente lo hace muy abruptamente. Aquí hay un ejemplo de como los guías actúan de diferente manera según su nivel.

Caso 19

P: ¿Cómo se manifiesta Giles ante ti cuando estás en estado de profunda reflexión por un problema?

R: (Ríe) No de la misma manera que Quan, te lo aseguro. Normalmente le gusta... esconderse un poco... al principio... tras una nube... de vapor azul. Oigo su risita antes de verlo.

P: ¿Quieres decir que aparece primero como una nube azul de energía?

R: Sí.... para esconderse. Le encantan los secretos: pero no tarda mucho en salir.

P: ¿Por qué?

R: No lo sé. Supongo que para asegurarse de que realmente le busco.

P: Y cuando se muestra, ¿qué aspecto tiene?

R: Parece un duende irlandés.

P: ¿Es bajito?

R: (Se ríe otra vez) Es como un elfo. Tiene marañas de pelo cayéndole por todas las arrugas de la cara. Tiene un aspecto desastroso y se mueve constantemente.

P: ¿Y por qué hace eso?

R: Tiene un carácter resbaladizo e impaciente. Frunce el ceño y se balancea hacia delante y hacia atrás delante de mí con las manos en la espalda fuertemente apretadas.

P: ¿Cómo interpretas tú su conducta?

R: Giles no está dignificado como otros (guías)… pero es listo... y habilidoso.

P: ¿Podrías ser más específico al explicarme qué tiene que ver esta conducta contigo?

R: (Forzado) Giles me hace ver mis otras vidas como si fueran un juego de ajedrez con la Tierra como tablero. Ciertos movimientos pueden producir ciertos resultados y no existen las soluciones fáciles. Yo planeo las cosas pero después salen mal en el juego de la vida. A veces pienso que me tiende trampas para que me esfuerce al máximo.

P: ¿Te sirve esta técnica que utiliza tu guía superior? ¿Te ha ayudado Giles alguna vez en el juego de la vida?

R: (Pausa)... Me ayuda más después.... aquí (en el mundo espiritual)... pero me hace trabajar muy duro en la Tierra.

P: ¿Podrías librarte de él y trabajar sólo con Quan?

R: (Sonríe con desilusión) Aquí no funciona así. Además es genial.

P: ¿Entonces no podemos escoger a nuestros guías?

R: De ningún modo. Ellos nos escogen a nosotros.

P: ¿Conoces la razón por la que tienes dos guías que enfocan tu enseñanza de manera tan diferente?

R: No, pero me considero muy afortunado. Quan... es amable... y nunca me falla.

Nota: Los cuerpos de los indios americanos que vivieron en Norteamérica suelen ser guías espirituales muy poderosos para aquellos que vivimos en estas tierras después de ellos. Un gran número de americanos dicen tener guías de esta raza, lo que apoya mi teoría de que las almas se sientes atraídas por el lugar geográfico en el que han vivido en sus vidas pasadas.

P: ¿Qué es lo que más te gusta del sistema de enseñanza de Giles?

R: (Pensativo) La manera en la que... juega conmigo, casi burlándose de mí para conseguir que lo haga mejor y deje de sentir lástima de mí mismo. Cuando las cosas se ponen especialmente mal me estimula y me hace seguir... insiste en mi capacidad. Giles no tiene nada de suave.

P: ¿Y sientes estas enseñanzas también en la Tierra, incluso fuera de las sesiones conmigo?

R: Sí, cuando medito y miro en mi interior... o durante el sueño.

P: ¿Y Giles acude cuando le llamas?

R: (Después de dudar) No... aunque me parece haber estado con él desde siempre. Quan viene más. No puedo comunicarme con Giles cada vez que quiero y por cualquier cosa; tiene que ser una situación verdaderamente grave. Es muy esquivo.

P: Resume tus sentimientos por Quan y por Giles.

R: Quiero a Quan como a una madre, pero no sería nada sin la disciplina de Giles. Los dos son muy inteligentes porque me permiten beneficiarme de mis propios errores.

Estos dos guías forman un equipo instructor perfectamente compenetrado, lo cual es normal para aquellos que tienen dos guías. En este caso a Giles le gusta el sistema socrático para enseñar sus lecciones kármicas. Como no da ninguna pista, se asegura de que a mi amigo no le sea fácil resolver los problemas importantes. Quan, por otra parte, le proporciona alivio y un suave estímulo.

Cuando mi amigo viene para una sesión de hipnosis, noto que Quan queda en segundo plano cuando Giles está actuando. Giles es un guía preocupado por su alumno, como todos los guías, pero sin rastro de indulgencia. Permite que la adversidad construya los límites de la capacidad de mi amigo para enfrentarse a cada situación hasta que la solución comienza a desvelarse. Sinceramente creo que Giles es un supervisor exigente y perverso. Mi amigo no comparte mi opinión. Está agradecido por los retos que le plantea su complicado profesor.

¿Cómo es el guía espiritual típico? Mi experiencia me ha enseñado que no hay dos guías iguales. Me da la impresión de que estos guías tienen una actitud cambiante conmigo de una sesión a otra, o a veces incluso en una misma sesión con un cliente. Pueden mostrarse cooperativos o obstructivos, tolerantes u ofendidos, evasivos o reveladores, o pueden simplemente ignorar lo que hago con una persona. Estas figuras me inspiran un gran respeto por la importancia que tienen en nuestro destino, sin embargo debo admitir que pueden frustrar mis interrogatorios. Les encuentro muy enigmáticos porque sus relaciones conmigo como terapeuta son impredecibles.

En los primeros años de este siglo era muy común entre los mediums que trabajaban con personas en estado de hipnosis llamar a cualquier entidad espiritual de la habitación un «control» porque actuaban como directores de comunicaciones en el lado espiritual en nombre del sujeto. Está comprobado que un control espiritual, sea un guía o no, tiene pautas de energía que deben estar en armónica relación emocional, intelectual y espiritual con el sujeto. También es conocida la importancia de esta armonía entre estas entidades y un terapeuta.

Si un control bloquea mis investigaciones con un cliente, busco la razón por la que lo hace. Con algunos de estos guías debo luchar por cada pequeño dato mientras que otros me dan mucha libertad en cada sesión. Nunca olvido que los guías tienen todo el derecho a negarme la información de las almas a su cargo. Después de todo yo sólo trabajo con ellas un período muy corto de tiempo. Francamente, prefiero no tener ningún contacto con el guía de un cliente que trabajar con uno que me ayude para después bloquear el ritmo de los recuerdos en la siguiente sesión.

Creo que el motivo de los guías para bloquear información va más allá de la simple resistencia a la dirección psicológica que está tomando mi sesión. Yo busco constantemente información sobre el mundo espiritual. Puede haber un guía que me deje libertad ante los recuerdos pasados de un cliente pero oponerse a mis preguntas sobre la vida en otros planetas, la organización del mundo espiritual o la creación misma. Por eso, sólo puedo recoger fragmentos de estos secretos a partir de mi trabajo con un gran número de clientes. Esto refleja la discreción de la mayoría de los guías. Creo también que mi propio guía espiritual me ayuda durante las comunicaciones con los guías de mis clientes.

De vez en cuando, un individuo expresa su insatisfacción por su guía espiritual.

Normalmente esta insatisfacción es temporal. En un momento concreto una persona puede pensar que su guía no mira por el interés de su alumno o no se preocupa de él lo suficiente. Un cliente me dijo una vez que había intentado que le asignaran otro guía durante mucho tiempo. Se quejaba de que le obstruía el desarrollo y no la ayudaba lo suficiente. Pero su deseo no se vio satisfecho. Yo observé que pasaba mucho tiempo solo, y en sus dos últimas vidas no había tenido casi relación con su grupo porque se negaba a intentar solucionar sus problemas. Proyectaba su ira contra su guía por no sacarle de las situaciones malas.

Nuestros profesores no se enfadan con nosotros hasta el punto de abandonarnos, pero sí he notado que tienen una manera especial de hacerse difíciles de encontrar cuando sus alumnos irritados evitan enfrentarse con los problemas. Los guías quieren únicamente lo mejor para nosotros y a veces esto significa que deben permitir que soportemos cierto grado de dolor para alcanzar objetivos concretos. No pueden prestarnos ayuda si no estamos preparados para hacer los cambios necesarios con el fin de aprovechar todas las oportunidades que la vida nos ofrece.

¿Tenemos alguna razón para temer a nuestros guías? En el capítulo 5, en el caso 13 vimos a un alma joven que temía enfrentarse con su guía Clodís después de su muerte. Normalmente esta preocupación no suele durar. Podemos sentirnos mal ante la perspectiva de tener que explicar a nuestros guías que no hemos conseguido lo que nos habíamos propuesto pero ellos lo comprenden. Quieren que interpretemos nuestras vidas pasadas para que les podamos ayudar a analizar nuestros errores.

Mis clientes expresan todo tipo de sentimientos sobre sus guías, pero ninguno miedo. Por el contrario, a nadie le suele preocupar la posibilidad de que su guía espiritual le abandone en períodos difíciles de su vida. Nuestra relación con ellos es de profesor-alumno, no de juez-acusado .Nos ayudan a enfrentarnos con la separación y el aislamiento que todas las almas sienten en el momento de nacer a una vida en la Tierra, sin importar el grado de amor que nuestra familia nos brinde. Los guías reafirman nuestra individualidad en un mundo lleno de gente.

Muchas personas quieren saber si nuestros guías acuden siempre que pedimos su ayuda. Estas figuras no suelen ser consistentes en la manera de ayudamos porque evalúan cuidadosamente hasta qué grado les necesitamos. También me preguntan si la hipnosis es la mejor manera de contactar con ellos. Naturalmente yo opto por la hipnosis porque conozco la fuerza y la efectividad que tiene para obtener información espiritual detallada.

No obstante, la hipnosis no es conveniente como solución diaria. Una alternativa excelente sería la oración, la meditación o quizás la conversación. La autohipnosis, una forma de meditación profunda, es otra alternativa conveniente para aquellas personas que temen ser hipnotizadas por otros o no quieren tener interferencias de nadie en su vida espiritual.

Todos tenemos la capacidad de enviar mensajes a través de las ondas de nuestra superconciencia, sin importar el método que utilicemos. Los pensamientos de cada persona son la huella mental con la que los guías saben quiénes somos y dónde estamos.

En nuestras vidas y especialmente en momentos de gran tensión, la mayoría de la gente siente la presencia de alguien que vela por ellos. Podemos no ser capaces de describir esta fuerza y sin embargo está ahí.

Llegar a nuestra alma es el primer paso para encontrar nuestra fuerza superior. Todas las líneas mentales de comunicación que utilicemos para alcanzar a la mente superior están controladas por nuestros guías. También ellos tienen sus guías para este propósito. Toda la cadena sirve de conducto continuo que llega hasta la fuente de energía inteligente, y en ella la existencia de cada eslabón es fundamental para la existencia de la cadena. Es muy importante que la gente confíe en que sus ruegos serán escuchados por su propia fuerza superior. Por ello los guías tienen un papel vital en nuestra vida espiritual y temporal. Si estamos relajados y en estado de profunda concentración nuestra voz interna nos habla.

E incluso si nosotros no iniciamos la comunicación debemos fiarnos de lo que oímos. Las encuestas nacionales realizadas por psicólogos indican que una persona de cada diez admite que oye voces de naturaleza normalmente positiva e instructiva. Para muchas personas supone un alivio saber que la voz interior que oyen no es el resultado de una alucinación o una enfermedad mental. En lugar de ser una preocupación, la voz interior es como tener incorporado a un asesor psicológico siempre de guardia. La mayoría de las veces estas voces son las de nuestros guías.

Los guías que tienen asignadas almas diferentes trabajan juntos para darse mensajes urgentes unos a otros. Las personas que son incapaces de ayudarse a sí mismas en situaciones críticas pueden encontrar psicólogos, amigos o incluso extraños que acuden en su ayuda en el momento justo.

La fuerza interior que emana de nosotros en nuestra vida diaria no viene del contacto visual con nuestros guías sino de sentimientos y emociones que nos convencen de que no estamos solos. Las personas que escuchan y favorecen la presencia de su voz interior a través de la contemplación dicen que sienten una conexión personal con la energía del más allá ofreciéndoles apoyo. Si prefieren llamar a este sistema interno de asesoramiento inspiración o intuición, es correcto, porque el sistema es tanto parte de nosotros como de las fuerzas superiores.

En momentos difíciles de nuestra vida tenemos tendencia a pedir consejo de inmediato para corregir las cosas. Cuando están en estado de trance, mis clientes notan que sus guías no les ayudan a resolver todos sus problemas a la vez sino que les enseñan el camino mediante pistas. Ésta es una de las razones por las que tengo mucho cuidado con el bloqueo de los recuerdos de mis clientes durante la hipnosis. La introspección tiene sus mejores resultados si está sometida a un ritmo controlado. Un profesor preocupado puede no querer que un alumno conozca todos los aspectos de un problema en un momento concreto. Nuestra capacidad para aceptar y entender estas revelaciones varía.

Cuando pedimos ayuda a nuestra fuerza superior creo que es mejor no exigir un cambio inmediato. Nuestro éxito está previsto pero podemos elegir varias vías alternativas para llegar a nuestra meta. Cuando busquemos ayuda, yo sugiero que lo hagamos para el paso siguiente de nuestra vida. Al hacerlo debemos estar preparados para aceptar posibilidades inesperadas. Debernos tener la fe y la humildad necesarias para admitir distintos caminos para llegar a la solución.

Después de la muerte la pena que sentimos como almas no es la misma que la de la forma física. No obstante no debemos considerar a las almas como seres sin sentimientos, como ya hemos comprobado. Las fuerzas que velan por nosotros también sienten cierta pena cuando nos ven hacer malas elecciones en la vida y pasar por momentos difíciles. Nuestras almas compañeras se afligen cuando tenemos problemas al igual que nuestros guías. Ellos puede que no muestren su pena en las conversaciones con nosotros y con nuestro grupo pero se sienten profundamente responsables de nosotros como profesores.

En el capítulo 11 tendremos la oportunidad de ver desde la perspectiva de un guía perteneciente al nivel V. Yo nunca he encontrado a una persona encarnada en la Tierra que perteneciera al nivel VI, ni tampoco un guía de nivel superior. Sospecho que no hay muchas almas de este tipo en la Tierra. La mayoría de ellos están demasiado ocupados planeando y dirigiendo el mundo espiritual corno para reencarnarse. Por la información que me han dado aquellos que pertenecían al nivel V, parece que el alma en el nivel VI no tiene ya nada que aprender, pero creo que en el caso de un alma del nivel V que todavía se reencarna no debe conocer todos los secretos esotéricos que corresponden a las entidades de su nivel.

De vez en cuando en el curso de una sesión con un alma avanzada oigo referencias a un nivel por encima del VI. Estas entidades, de las que dependen los guías superiores, están en la parte más oscura del extremo morado del espectro. Estos seres superiores deben estar muy cerca del creador. Me dicen que son esquivas pero muy veneradas en el mundo espiritual.

El cliente normal no sabe si los guías espirituales deben situarse en una categoría menos que divina o deben considerarse dioses menores por su grado de desarrollo. No hay nada malo en ningún concepto espiritual siempre que proporcione consuelo y ánimo, y tenga sentido para el individuo. Aunque algunos de mis clientes tienden a considerar a los guías dioses menores, no lo son. En mi opinión los guías no son ni más ni menos divinos que nosotros, y por eso son figuras muy cercanas a nosotros. En ninguno de mis casos se ha visto a Dios. Las personas bajo hipnosis pueden llegar a sentir la presencia de una fuerza suprema que dirige el mundo de los espíritus, pero no aceptan la palabra «Dios» para describir al creador. Quizá el filósofo Spinoza fue quien mejor lo expresó: «Dios no es Aquel que es, sino Aquello que es».

Todas las almas están unidas a un poder espiritual superior. Todas son parte de la misma esencia divina generada por un alma superior a las demás. Esta energía inteligente tiene un ámbito universal por tanto todos participamos de su esencia divina. Puesto que nuestra alma refleja una pequeña porción de esta divinidad que llamamos Dios, nuestros guías nos proporcionan el espejo por el que nos vemos conectados a este creador.

Continuará….

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