26 de julio de 2009

CUADERNILLO N° 2

14 de julio, 2009

· Derecho de los niños a escuchar cuentos
· ¿Por qué reencarnamos?
· A la búsqueda del Dios interior
· Una nueva conciencia: Integración
· Si...
· Convocatoria
· Desde las estrellas: Salto evolutivo
· Desde las estrellas: Manipulación genética
· Desde las estrellas: Pruebas nucleares
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DERECHO DE LOS NIÑOS A ESCUCHAR CUENTOS
Todo niño, sin distinción de raza, idioma o religión, tiene derecho a escuchar los más hermosos cuentos de la tradición oral de los pueblos, especialmente aquellos que estimulan su imaginación y su capacidad crítica.
Todo niño tiene pleno derecho a exigir que sus padres les cuenten cuentos a cualquier hora del día. Aquellos padres que sean sorprendidos negándose a contar un cuento a un niño, no sólo incurren en un grave delito de omisión culposa sino que se están auto-condenado a que sus hijos jamás les vuelvan a pedir otro cuento.
Todo niño que por una u otra razón no tenga a nadie que le cuente cuentos, tiene absoluto derecho a pedir al adulto de su preferencia que se los cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor y ternura, que es como se cuentan los cuentos.
Todo niño tiene derecho a escuchar cuentos sentado en las rodillas de sus abuelos. Aquellos que tengan vivos a sus cuatro abuelos podrán cederlos a otros niños que por diversas razones no tengan abuelos que se los cuenten. Del mismo modo, aquellos abuelos que carezcan de nietos están en libertad de acudir a escuelas, parques y otros lugares de concentración infantil donde, con entera libertad, podrán contar cuantos cuentos quieran.
Todo niño está en el derecho de saber quienes son José Martí y Andersen, entre otros. Las personas adultas están en la obligación de poner al alcance de los niños todos los libros, cuentos y poesías de estos autores.
Todo niño goza a plenitud del derecho de conocer las fábulas, mitos y leyendas de la tradición oral de su país.
El niño tiene también derecho a inventar y contar sus propios cuentos, así como a modificar los ya existentes, creando su propia versión.
El niño tiene derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la obligación de nutrirse permanentemente de nuevos e imaginativos relatos, propios o no, con o sin reyes, largos o cortos. Lo único obligatorio es que éstos sean hermosos e interesantes.
El niño siempre tiene derecho a pedir otro cuento y a pedir que le cuenten un millón de veces el mismo cuento.
Todo niño tiene derecho a crecer acompañado de las aventuras de Tío Tigre y Tío Conejo, de aquel caballo que era bien bonito y del inmortal "Érase una vez..." frase mágica que abre las puertas de la imaginación en la ruta hacia los sueños más hermosos de la niñez.
"ÉRASE UNA VEZ"
C. González Minguillón
Madrid
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¿POR QUE REENCARNAMOS?
Dice Ramacharaka en su obra "La Vida después de la Muerte", cap XIX, renacimiento que:
"El deseo es la fuerza motora del karma y por medio del karma del Renacimiento. A muchos les parece que el renacimiento en la Tierra es algo a lo que está forzada el alma aún contra su deseo. Precisamente sucede todo lo contrario, esto es, que el alma renace en la Tierra por medio de la vida consciente. Nadie renace en la Tierra contra su voluntad, sino porque quiso y deseó renacer.
"No precisamente han de ser estos deseos de índole siniestra, ni han de tener carácter concupiscente.... pueden ser anhelos nobles, levantadas aspiraciones, aunque entrañan el principio emocional del deseo". "...Tanto los deseos nobles como los viles son las semillas de la acción y el impulso hacia la acción es la característica que distingue al deseo". "...Siempre siempre el objeto del deseo es tener, hacer o ser algo". 11... Muchas almas generosas renacen impulsadas por el deseo insistente de ser útiles a la humanidad, de realizar alguna magna obra en beneficio del mundo o cumplir algún deber inspirado por el amor. Pero nobles o viles, si estos deseos están relacionados con las cosas e intereses de la Tierra, son propulsoras del renacimiento".
El gran pensador Italiano Pietro Ubaldi, en su obra "Expresiones de la Ley de Evolución" (cap. XIII), expresa:
"Hay equilibrios de fuerzas que determinan el tiempo, la raza, los padres, la familia... en que el individuo debe nacer. Todo obedece a la naturaleza del biotipo espiritual". "Hay sendas invisibles, de naturaleza dinámica y psíquica que guían el camino de las almas hacia determinados puntos, con preferencia a otros. Lo que les impele a seguir esa senda es, como en la vida, el instinto, el deseo".
De "Trascendencia del Karma", una de tantas obras que se han dedicado a la extensa enseñanza dejada por el gran vidente norteamericano Edgar Cayce, que realizó más de 14.000 interpretaciones y diagnósticos en estado de trance, seleccionada y comentada por su discípula Mary Ann Woodward, extraemos el siguiente comentario:
"Resulta difícil determinar cuál es la razón para que un alma encarne en un determinado momento. Las interpretaciones (interpretaciones era el nombre que recibían los diagnósticos que en estado de trance realizaba Edgar Cayce), dieron casos en los que transcurrió un prolongado lapso y otros en los que hubo un regreso muy rápido a la vida terrestre. No hay duda que el deseo de la misma entidad es un factor preponderante."
Por su parte, Max Heindel en "Concepto Rosacruz del Cosmos", (Cap III, El hombre y el método de evolución), señala: ¿Por qué debemos renacer? ¿Por qué debemos volver a esta existencia terrestre, limitada y miserable?, ¿Por qué no podemos adquirir experiencia en esos reinos superiores sin necesidad de venir a la Tierra?"
"Tales quejas -sigue diciendo- están basadas en malentendidos de varias clases. En primer término debemos comprender y grabar profundamente en nuestra memoria que el propósito de la Vida no es la felicidad, sino la experiencia. La tristeza y el dolor son nuestros maestros más benévolos, mientras que las alegrías de la vida no son sino cosas fugaces. Esto parece una doctrina muy dura..., sin embargo, allí es, y si lo examinamos, comprenderemos que no hay tal dureza..."
"La experiencia es el "conocimiento de las causas que producen los actos". Este es el objetivo de la Vida, junto con el desarrollo de la voluntad, que es la fuerza con que aplicamos el resultado de la experiencia."
"La experiencia debe adquirirse, pero podemos elegir entre adquirida por el escabroso y duro camino de la experiencia personal o por la observación de actos ajenos razonados y reflexionando sobre ellos, guiados por la luz de cualquier experiencia que hayamos tenido."
"La elección es nuestra, pero en tanto no aprendamos todo lo que hay que aprender en este mundo, debemos volver a él. No podemos permanecer en los mundos superiores y aprender allí hasta que hayamos dominado las lecciones de la vida terrestre. Esto seria tan sensible como enviar a un niño al kinder un día y a la universidad al siguiente. El niño debe volver al kinder un día tras otro y pasar años enteros antes de que el estudio haya desarrollado en él la capacidad suficiente para que pueda comprender las enseñanzas que se dan en la universidad."
"El hombre también está en la escuela, la escuela de la experiencia... y debe volver muchas veces antes de que pueda esperar dominar todo el conocimiento del mundo de los sentidos. Por eso la Naturaleza decreta que el hombre debe volver a la Tierra, después de intervalos de reposo, para proseguir su trabajo donde lo dejó, de igual manera que un niño sigue su estudio en la escuela cada día, después del intervalo de una noche de sueño."
"No es argumento contra esta teoría el decir que el hombre no recuerda sus vidas anteriores. Todas las facultades que poseemos demuestran que las hemos adquirido en alguna parte. Y, además, ¿si no hubiera vuelta a la Tierra, ¿qué utilidad tendría la vida?, ¿por qué luchar por nada?, ¿por qué una vida de felicidad en un cielo eterno debería ser la recompensa de una buena vida?, ¿qué beneficio podría producir una buena vida en un cielo donde todo el mundo es ya feliz?. Seguramente en un lugar donde todo el mundo es feliz y está contento, no hay necesidad alguna de simpatice, de sacrificios ni buenos consejos. Nadie los precisarla."
"En la Tierra hay muchos que los necesitan y esas cualidades humanitarias y altruistas son de la mayor utilidad para la humanidad que lucha. Por lo tanto, la Gran Ley que trabaja para el bien, hace que el hombre vuelva al mundo para beneficio de si mismo y de los demás, con sus tesoros adquiridos, en vez de permitir que se estropeasen o desperdiciasen en el cielo, donde nadie los necesita."
Y para terminar esta selección de autores, veamos lo que sobre la misma cuestión nos dice el espíritu André Luiz, en la obra "Misioneros de la Luz", psicografiada por el gran médium brasileño Francisco Cándido Xavier (cap. XII):
"Tenemos necesidad de la lucha que corrige, renueva, restaura y perfecciona. La reencarnación es el medio y la educación divina el fin... Por esto mismo, a la par de millones de semejantes nuestros que evolucionan, existen millones que se reeducan en determinados sectores del sentimiento, porque si poseen ya ciertos valores de la vida, les faltan otros no menos importantes".
No hay una reencarnación que sea exactamente igual a otra. Cada reencarnación está condicionada por una serie de circunstancias o variables diferentes para cada ser espiritual. Así nos señala André Luiz en la obra antes mencionada (Cap. XIII):
"Los procesos de reencarnación, tanto como los de la muerte física, difieren hasta el infinito, no existiendo, según creemos, dos absolutamente iguales."
"Preguntarse, razonablemente, si existe una técnica invariable en el servicio reencarnatorio, seria lo mismo que preguntarse si la muerte en la Tierra es única en sus procesos para todas las criaturas.
Evolutivamente hablando, conocimiento es poder y el poder unido al amor proporciona libertad, o lo que es lo mismo, capacidad de elección. Esto aplicado al fenómeno del renacimiento implica, en palabras de André Luiz que:
"… Al elevarse el alma en cultura y en conocimientos y, consecuentemente, en responsabilidad, el proceso reencarnacionista individual es más complejo, alejándose, como es lógico de la expresión general. Aunque entidades se hallen aún en débito, si han desarrollado valores de buena voluntad, perseverancia y sinceridad, esto les confiere el derecho a influir de cierta manera sobre los factores de su nacimiento, escapando, en cierto modo, del patrón general.
Alrededor de esta misma cuestión, Pietro Ubaldi, en su obra citada anteriormente, expresa:
"Para la gran mayoría ignorante, todo esto (el proceso reencarnatorio) sucede por instinto, por obediencia mecánica a las leyes de la atracción y repulsión. Para los seres más evolucionados la elección es libre, consciente, ejecutada en función de realizaciones complejas, en función de la organización del universo y del progreso de la humanidad como actividad voluntaria para la ejecución de determinadas obras y de destinos especiales. Pero esto para nosotros constituye la excepción."
"La capacidad de elección está en proporción al desarrollo de la conciencia, cualidad que el biotipo humano común está lejos de haber adquirido.

EL KARMA 0 DESTINO
Nuestras buenas o malas cualidades son el resultado de nuestras propias acciones. Las andanzas del Ser espiritual en sus incursiones en el escenario de la vida física generan multitud de efectos cuya índole, armoniosa o destructiva, depende el ajuste de sus actos a las Leyes de la Vida. Estas Leyes inducen a que todo desequilibrio haya de ser reajustado, y a que todo acto sintonizado con ellas se traduzca en armonía, belleza, fuerza, alegría y poder. Tal multiplicidad de fuerzas desencarnadas determina el sentido de la vida del Ser, con sus deficiencias y necesidades, con sus débitos u méritos, conformando el mapa de su Destino o Karma. Y este Karma influye decisivamente en el proceso de reencarnación del espíritu.
Se dice muchas veces -y es una verdad incontestable-, que somos libres para sembrar; pero una vez realizada la siembra, la cosecha es obligatoria. Los hechos de nuestra vida son la siembra; nuestro Karma, la cosecha.
Extracto de
O.M. García Rodríguez
La Palma
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A LA BÚSQUEDA DEL DIOS INTERIOR
En los comienzos de su andadura evolutiva, el ser humano de la Tierra era inconsciente de sí mismo. Las leyes de la naturaleza regían su vida, se sentía parte de algo mucho más grande, integrado con los demás elementos de la creación, vivos e inertes, visibles e invisibles, formando un Todo armónico.
Sin embargo, a partir de un momento determinado, ese hombre adquiere CONSCIENCIA DE SI MISMO, se convierte en un ser autónomo, libre, con poder de discernimiento y capacidad de elección. Empieza a olvidarse de su cercano pasado y se dirige de forma inexorable hacia un futuro incierto, marcado por el aprendizaje derivado de la observación y la experiencia, en el que tendrá que ejercitar continuamente una herramienta recién estrenada: SU LIBRE ALBEDRIO.
No obstante, sigue sintiendo dentro de sí, aunque de forma vaga, la sensación de “venir de algo o de alguien”, y es entonces cuando comienza a buscar su origen, pero no en su interior, sino fuera, en las cosas que le rodean.
Así, empieza a temer todo aquello que no comprende o cuyo origen desconoce, dando carácter “divino” a lo que considera superior: los fenómenos atmosféricos, los cambios de la naturaleza, los animales, los astros, la enfermedad, la muerte... todo aquello en lo que v fuerza que él no domina. Es su respuesta a la necesidad de sobrevivir en un mundo incierto y peligroso.
Muy pronto empiezan a surgir individuos que pretenden estar más preparados para tratar de mediar entre Dios y los hombres, y es así como van apareciendo las RELIGIONES. Cada vez con un mayor grado de jerarquización, de ritos inexplicados y liturgias de gran complicación. Con el paso de los años, se empiezan a acuñar misterios y dogmas, creándole la sensación de que jamás podrá comprender a Dios, el cuál le es presentado como un ser Omnipotente, Todopoderoso y lejano, al cual pertenece como algo más dentro de su creación.
Las religiones, al institucionalizarse, han manipulado un sentimiento innato en el hombre para proteger los intereses de unos pocos en perjuicio de una mayoría. En su origen partieron de un tronco común, sin embargo, las circunstancias sociales, económicas, políticas, históricas.., han ido variando la “interpretación” de ese sentimiento hasta hacerlo irreconocible. Cada una se ha presentado como poseedora de la verdad, la única verdad, exclusiva y excluyente y, para defender su supremacía, no han dudado en enfrentar al hombre contra el hombre. Las guerras por motivos religiosos son un buen ejemplo de hasta donde puede conducir la cerrazón y la soberbia. El afán por separar los buenos de los malos, los fieles de los infieles, los merecedores de eternas glorias, de los merecedores de eternos castigos... llevaría al ser humano, con un mayor desarrollo intelectual, a cuestionarse su validez.
Durante muchos años, los sentimientos internos que impulsaban al hombre por ese camino de RELIGARSE, de reencontrar a Dios, quedaron ahotados, congelados en religiones plagadas de formalidades y mandatos. Se colocó a Dios fuera, robando así al ser humano de la misteriosa relación con lo sagrado que lleva dentro de él. No hay nada tan castrante, y a la vez tan peligroso para la psique humana, como un religión sesgada y manipuladora de los sentimientos trascendentes del hombre.
Sin embargo, para muchas personas la religión institucionalizada sigue siendo necesaria porque su cultura (no su filosofía) se basa en preceptos religiosos que han sido transmitidos de padres a hijos durante milenios, lo que ha propiciado su inclusión en el consciente colectivo de una manera muy arraigada. Tal es así, que la cultura religiosa se ha convertido en una cuestión social y en causa de debate para sesudos teólogos que no se cuestionan el origen de las cosas, sino la interpretación de los hechos subsiguientes al origen. Son aquellos que buscan en el libro de leyes olvidándose del ESPIRITU DE LA LEY.
El sentimiento religioso del hombre, su necesidad de RELIGARSE, es demasiado grande para sentirse cómodo en un traje tan estrecho que le impide moverse, manifestarse como es: libre e independiente, yu, al mismo tiempo, unido a sus semejantes y a la naturaleza por lo que tiene de común con ellas: LA ESENCIA DE DIOS.
El hombre de finales del siglo XX se encuentra sumido en una profunda crisis de valores. Las viejas creencias ya no sirven, pero resulta difícil encontrar otras nuevas para reemplazarlas. Estamos tan acostumbrados a que los demás nos digan por dónde dirigir nuestros pasos, que es complicado encontrar la filosofía de vida que nos acerque, cada día un poco más, a ese ideal de perfección que intuimos.
El hombre de hoy está dejando de buscar a Dios fuera de él —tal y cómo le han enseñado las instituciones religiosas— y ya no siente la necesidad imperiosa de encontrar modelos a los que imitar —avatares, gurus, profetas—, abandonando, poco a poco, las religiones institucionalizadas tan llenas de ritos, liturgias y dogmas... As se enfrenta abiertamente a su sentimiento interno de trascendencia, a su RELIGIOSIDAD, percibido como el impulso que le lleva a volver al origen, a reencontrar el camino de vuelta a la esencia que palpita en los más intimo de su ser. De ese sentimiento participan todos los seres humanos, sin distinción de razas, educación, culturas o circunstancias.
Posiblemente existan tantas formas de religiosidad como hombres. Si el hombre toma conciencia de que nadie puede decirle como canalizar su religiosidad, empezará a ejercer su auto-responsabilidad en el proceso mismo de la creación.
La búsqueda de respuestas a las eternas preguntas que el hombre se formula sobre su origen y su destino, permitirá ir construyendo una FILOSOFIA DE VIDA que enseñará al ser humano su verdadera dimensión y el acceso a la comprensión de las leyes que rigen el Universo. Sólo aquél capaz de levantar su consciencia por encima de las definiciones absolutistas del pasado, podrá ver el horizonte relativista de la evolución humana.
Esos postulados nos hacen mirar hacia las antiguas tradiciones, hacia la enseñanza de las escuelas herméticas, hacia la filosofía perenne, hacia la síntesis del conocimiento entre Oriente y Occidente, hacia Jung como padre de la psicología transpersonal... En definitiva, hacia la creación de un nuevo paradigma religioso que podríamos llamar: EL DIOS INTERIOR.
El miedo a lo desconocido, a la ira de los dioses, a nuestra propia trascendencia, es lo que mantiene vivas a las instituciones religiosas. Si Dios nos creó a su imagen y semejan., hora es ya de descubrir por nosotros mismos en qué consiste esa semejanza, y si finalmente, nos damos cuenta que es bien cierta la famosa leyenda: “Conócete a ti mismo y conocerás a los dioses”, habremos llegado a la conclusión de que los rezos del rosario, las vueltas de los molinillos tibetanos o las oraciones mirando a la Meca, son solo distracciones que los intermediarios nos han ido imponiendo para seguir manteniendo el monopolio espiritual de las religiones, monopolio que, sin duda, les ha reportado, a lo largo de la historia, muy pingües beneficios.
Marta Pinar Merino
Grupo Aztlan
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UNA NUEVA CONCIENCIA: INTEGRACION
Hay muchas personas que todavía siguen pensando que la religión es una asignatura opcional a la que uno accede cuando se ve necesitado de referencias o ayudas que no puede recabar por otros medios. De cualquier modo, la religión sigue siendo una práctica a tiempo parcial, algo ajena a nuestra vida cotidiana. El estudio de conceptos y filosofías transcendentes, místicas o espirituales no ocupa, generalmente, un tiempo y un espacio en nuestra vida cotidiana, más dedicada a la relación personal, familiar y profesional.
Si el practicar la religión ha quedado solamente para los sábados o los domingos en la iglesia, deberíamos plantearnos ¿qué es hoy la religión?
El ser humano tiene dentro de si la necesidad de conectar con su entorno, con todo lo creado, sentirse parte de él y saber cuál es su papel para desempeñarlo de la mejor manera posible. Hablamos de un sentimiento y éste está presente las 24 horas del día, todos los días de nuestra vida. Esto no significa que dediquemos toda nuestra vida a la religión, que nos coloquemos el hábito y nos pongamos a estudiar y meditar sobre las profundidades del alma o que tengamos que ser expertos en teología. Ese sentimiento profundo está grabado en cada célula de nuestro cuerpo, es la vida misma, al margen del bien y del mal como dicotomía.
"Si un hombre busca unirse a una mujer no es sino para equilibrarse, para crear un solo ser formado por dos polos diferentes".
Esta Generación que viene está tratando de plantear nuevos paradigmas que sustituyan planteamientos arcaicos, no porque sean malos, sino porque ya son insuficientes, porque se han visto desbordados y superados por la marcha de los acontecimientos. Uno de ellos nos plantea el reto de intentar que nuestros pensamientos no sean duales, sino globales.
Decimos que todo lo que separa es involutivo y todo lo que une evolutivo. Pongamos a prueba este razonamiento y veamos cómo es verdad que el amor une, junta a un hombre y a una mujer, crea una familia y da vida. Asimismo, el amor hace amigos, une naciones, derriba fronteras y muros. Por el contrario, el racismo separa, como separan las guerras, el odio, la intolerancia, el egoísmo y la desconfianza. La mejor forma de no separarnos de alguien es unirnos a él, aunque esto parezca muy simple.
Sabemos que la energía atómica de fisión no ha traído, ni traerá a la larga, buenos resultados, porque fisionar es romper, separar, y eso produce efectos perjudiciales como la contaminación y residuos radioactivos, mientras que la energía de fusión une, integra, no produce contaminación ni residuos y, además, es más potente.
Ser dual es un concepto real, pero mal aplicado. Todo en el universo es dual, pero eso no quiere decir que tengamos que posicionarnos en uno de los dos polos, sino que nuestra tendencia debería ser la de integrar a ambos en nosotros mismos. Lo unipolar es parcial y, por lo tanto, incompleto. El ser humano de la Próxima Generación no hablará del bien y el mal, sino del más o menos bien, de los procesos más o menos integradores; igual que no existe el frío o el calor en términos absolutos, sino mayor o menor temperatura.
El ser humano de la Tierra aún no es capaz de practicar esta simpleza de pensamiento, pero cada día que pasa está más en ello. Por ejemplo, hemos empezado a salir de una sociedad machista gracias a las reivindicaciones por la igualdad de derechos de la mujer. El resultado, de momento, es el enfrentamiento de posturas de los dos polos de los que se compone el concepto SER HUMANO.
Si un hombre busca a una mujer no es sino para equilibrarse, para crear un solo ser formado por dos polos diferentes. Pretender que lo positivo es cualitativamente idéntico a lo negativo, es lo mismo que afirmar que lo femenino es igual a lo masculino. Las características energéticas son distintas, aun cuando sean absolutamente complementarias, no siendo posible la existencia de la una sin la otra. Sólo la energía que produce la unión de dos polos carece de dualidad; es ambas cosas, y por lo tanto, más grande.
Muchas veces nos han planteado -cuando tenemos la oportunidad de contar nuestras experiencias- que presentamos una sociedad futura utópica e irreal. Todo parece ser de color de rosa, los extraterrestres son todos buenos, guapos y altos, pero... ¿y el mal?. Cuando hablamos de la Hermandad Blanca siempre hay quien menciona a la Hermandad Negra. La oscuridad, no lo olvidemos, no es más que la ausencia de luz. Manejemos la dualidad, pero no nos situemos en uno solo de sus polos.
Apenas sin darnos cuenta, llamamos mal tiempo a la ausencia de sol, a la lluvia, a las nubes, al viento, a los rayos y a los truenos, cuando resulta que todo ello es una manifestación del clima, ni bueno ni malo. Por lo tanto, es incongruente quejarse porque llueve o porque no lo hace, Las consecuencia de la climatología son siempre relativas. Un tiempo soleado puede ser bueno para los veraneantes de las playas, pero absolutamente nefasto para los agricultores que están padeciendo una sequía prolongada.
Por otra parte, resulta curioso que hablemos de energía positiva o negativa, cuando la energía siempre es el resultado de la unión de dos polaridades. .Es la fiebre de este siglo por aislar las cosas y las personas. Una fiebre peligrosa capaz de producir epidemias, enfermedades, soledad y destrucción. En el área agrícola se pueden apreciar los perjuicios ocasionados al entorno ecológico, así como el empobrecimiento del terreno, por la práctica del monocultivo intensivo frente a la siembra conjunta de diferentes especies de vegetales.
Levantemos nuestra vista para ver, con más perspectiva, todos los matices que UNEN lo que, aparentemente, es opuesto y contradictorio.
Las moscas y los mosquitos no son seres malignos creados por fuerzas oscuras y demoníacas para jorobarnos en verano, ni los virus o las bacterias han sido creados para provocarnos enfermedades; ambos no tienen la mala idea de atacar a lo sano, sino todo lo contrario, son atraídos por afinidad cuando bajamos nuestras defensas, cuando vibramos en afinidad con ellos. Normalmente conviven con nosotros todos los días de nuestra vida, pero proliferan y molestan cuando rompemos su equilibrio vital, su ecología. No hay quien ataca, sino quien busca el ataque desde cualquier rincón de su mente.
Hay una frase de nuestros hermanos del espacio que llamó mi atención: "EL SER HUMANO TIENE LA OBLIGACION DE SER FELIZ". Por lo tanto, cuando nos quejamos no hacemos otra cosa que patentizarnos, a nosotros mismos, la estupidez de nuestros propios errores, careciendo entonces de sentido echar la culpa a los demás o a las circunstancias.
Con una mentalidad universal, que una y englobe, entraremos en esa Nueva Generación acogiendo posturas y opiniones contrarias a las nuestras. De ese modo aceptaremos a todos los que nos rodean
y descubriremos el nacimiento de ideas más elevadas que las propias.
He tratado de poner unos pequeños ejemplos prácticos que podrían servir para empezar a construir una "Filosofía de Vida" que sustituya a los paradigmas propugnados por nuestras viejas religiones. Es una filosofía de vida para poner en práctica las 24 horas del día; es una forma de ver, sentir y hacer la vida. De ese modo nos sobrarán los templos, las iglesias y esa duda, también antigua, de tener que elegir una religión.
Sigamos añadiendo nuevas ideas para enriquecer nuestra vida. No hagamos religiones nuevas, pero tampoco despreciemos las que hubo; todas tienen algo que aportar a nuestra vida. Digamos:"Yo en mi vida me uno al Todo (me religo) de esta forma, ¿y tú?"
Jordi Mangrané
Grupo Aztlán
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Si...
Si la obra de tu vida puedes ver destruida y, sin decir palabra, volverla a comenzar, o perder de un golpe la ganancia de cien, sin un gesto, ni un suspiro...
Si pudieras ser amante sin estar loco de amor, si consigues ser fuerte sin cesar de ser tierno, y sabiéndote odiado no odias a tu vez, y sigues luchando por defenderte...
Si puedes escuchar tus palabras falseadas por los pícaros para excitar a los tontos, y oír cómo sus lenguas te calumnian sin que tú mismo mientas...
Si a los amigos que has elegido amas como hermanos y a los hermanos que te han tocado tratas como amigos, sin que ninguno te absorba y a todos consideres...
Si admites del amigo la posible pérdida y del ser querido el posible fallo, pero los sigues amando; y porque los comprendes no necesitas perdonarlos, porque no los culpas...
Si puedes seguir digno, aunque seas popular, si consigues ser pueblo y tratar a los reyes; si la frustración diaria no te hace daño, y su lección aprendes...
Si alcanzas el triunfo después de la derrota y acoges con igual calma ambas mentiras; si puedes conservar tu valor y tu cabeza cuando los demás la pierdan...
Si sabes meditar, observar, conocer, sin llegar nunca a ser destructor o escéptico; soñar, más no dejar que el sueño te domine; pensar, sin ser sólo un pensador...
Si puedes ser severo y dominar tu cólera; si puedes ser audaz sin ser imprudente; si consigues ser bueno y llegar a sabio sin imponer tu moral, ni ser pedante...
Si la vida crees que merece vivirse y que la humanidad va hacia un mundo mejor; si llenas el minuto más implacable con sesenta segundos de lucha...
Si ahora que me has leído, no te amilanas; valoras la dificultad de la empresa y te dispones a intentarla cada día con humildad, constancia, fe y esperanza...
Entonces los dioses, los reyes, la suerte y la victoria, serán tus vasallos; pero más que la gloria y los reyes, más que la tierra y su riqueza, SERÁS HOMBRE, HIJO MIO, y esto lo vale todo; morirás igual, más vivirás mejor y el aroma de tu bondad ahuyentará tu soledad, porque estarás pleno de Dios.
Rudyard Kipling
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CONVOCATORIA
Si crees que a nuestra madre Tierra la estamos destrozando de forma, ya quizás, irreparable. Que la reacción de la Naturaleza la padeceremos todos y que cuanto más tarde actuemos, mayor será el esfuerzo a realizar...
Si piensas que el "tener", a la larga, sólo crea frustraciones y quieres que sea sustituido por el "ser" y el "saber, ambos imperecederos. Y que la ostentación, que se muestra a la envidia y ésta, que sólo inspira resentimiento, crees que deban dejar paso a la sencillez, al uso sin abuso y a la generosidad...
Si crees que la voluntad mueve montañas, que la buena voluntad es poderosa y que aunando voluntades, éstas no se suman, sino que se potencian...
Si estás determinada a hacer algo al respecto..., entonces juntos lograremos que políticos y financieros, líderes y burócratas, estén al servicio, no de sus intereses y memeces, sino del bien general. Asi que: ¡Ponte en marcha! ¡Empieza a andar!, únete a otros que, como tú, no piensen sólo en si mismos!
Con este fin, si quieres, puedes colaborar con el siguiente experimento, para el que "sólo" se necesita ser persona de buena voluntad, sin distinción de clase social o política, raza o religión. Es una iniciativa similar al "Proyecto Coherencia", quizás menos perfecta, pero sin limitación de tiempo ni espacio. Si nuestra Tierra es un organismo (hipótesis GAIA), si el universo es holográfico -como afirma Karl Pribram-, cualquier actuación en una parte debe repercutir en el resto. Te proponemos que -si puedes cada día, si no los días que puedas-, durante 5 minutos, pongas tu intención en hacer, cada vez mejor, la siguiente disciplina:
“Siéntate o ponte en una postura cómoda, pero preferiblemente con la espalda erguida y recta y sin que te importe el lugar, el ruido o le que rodee, aunque será mejor un sitio tranquilo. Cierra los ojos, aíslate mentalmente, respira cada vez más profunda y lentamente, sosiega tu mente, despégate de tus problemas y trata de pensar o meditar, aproximándote al programa que, como ejemplo, a continuación te sugiero:
1. En que la continuación de este ejercicio actuará en tu superación personal y en la elevación de tu nivel de conciencia, pues nada puede mejorar quién previamente no se mejora algo a si mismo.
2. En sentir o enviar buena voluntad o pensamientos positivos a tus familiares, amigos o conocidos. En elevar ese sentimiento de amor y paz a todos tus semejantes, incluso enemigos, a la vida en general y todo cuanto nos rodea. En trascender ese sentimiento a toda la creación o manifestación de la Divinidad, sea de la religión que seas, sintiendo paz y felicidad.
3. En tus aspiraciones personales, desde las de interés general (que mejore el clima, que llueva en el sur –no sólo en España- y que el norte le devuelva lo sustraído durante siglos; que haya paz, justicia, honestidad y sensatez, etc.) hasta las propias, todo ello teniendo la intención de unir tu pensamiento a la corriente general de pensamiento afín al tuyo y pensando o visualizando a todos los que participan contigo en la meditación, potenciando con ello tu voluntad.
Durante estos 5 minutos has tratado de mantener la atención en el programa y con eso basta cada día. Cada vez saldrá mejor. No te preocupes en exceso si el pensamiento, rebelde, se te escapa, o si vienen otros que te parecen no convenientes; sólo déjalos que se vayan. Si las cosas empiezan a cambiar hacia lo positivo nunca se podrá demostrar que sea a causa de esta disciplina, pero si podremos creer firmemente que habremos contribuido y, en todo caso, nos cabrá la satisfacción de haberlo intentado.
Pero lo que si te aseguro es que, al olvidarte de tu ego, actuar con recta intención y elevar tus pensamientos para fundirlos con la corriente universal, tú, como gota de agua, si notarás cambios a nivel personal, reduciendo tu "stress", al tiempo que aumentará tu energía y tu nivel de conciencia. Además te hará sentir mejor, porque habrás hecho algo por tus semejantes, por la "nave" que nos lleva y da cobijo, y por toda la creación.
TODO LO QUE SE RECIBE ES PARA DAR. LO QUE DAMOS NOS SERA RESTITUIDO. ¡PAZ!
Gracias por tu atención.
Jorge López
Granada
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DESDE LAS ESTRELLAS....
Los hombres de la Tierra estáis viviendo momentos trascendentales para vosotros y para vuestro planeta. El salto evolutivo que se está gestando no sólo pasa por la ampliación de consciencia, sino que es necesaria una modificación en el plano físico, a nivel celular. Se hace imprescindible un cambio genético, cuyo exponente más evidente será el cambio que se está operando en las células nerviosas.
Cada uno de vosotros puede actuar para favorecer esa transformación. El cambio en la cadena genética y, sobre todo, en centros neurálgicos como son el cerebro y el hígado, se puede producir por la incidencia de un tipo especial de radiación energética, que estando presente en el Cosmos, sólo tiene influencia cuando se han abierto los canales correspondientes. Esa apertura se consigue, entre otras maneras, con la armonización integral, con positivismo y con aplicación de una filosofía de vida tendiente a la unión y no a la separación. En definitiva, con una actitud ante la vida y ante uno mismo que haga que todo lo que nos rodea y lo que sentimos vibre al unísono.
Si no hay cambio genético no hay salto evolutivo, pero ¡ojo tened en cuenta que la modificación del ADN se produce antes en el plano mental, por tanto no necesariamente hay que estar vivo físicamente.
A pesar de que habéis logrado algunos avances en el campo de la genética, he de deciros que ese cambio no se puede producir con ingeniería genética.
El cambio se producirá sin traumas físicos, porque la energía astral-física reacomoda el cuerpo de acuerdo a las órdenes emanadas de la mente. Es decir, no habrá alteraciones de la salud, pues nos enfrentamos a un cambio muy sutil y paulatino.
Hay radiaciones sutiles que están recorriendo el Universo como auténticos "ríos de vida". Si vuestra disposición mental es la adecuada y sintonizas con ellas os beneficiaréis de una serie de aportaciones energéticas que os permitirán avanzar a nivel físico, energético y mental, produciendo en vosotros el salto cuántico tan anunciado por todas las culturas:
EL NACIMIENTO DEL NUEVO HOMBRE.
Con amor, Acael *****

DESDE LAS ESTRELLAS....
Desde hace aproximadamente cincuenta años, estamos siguiendo los avances que vuestros científicos están realizando en manipulación genética.
Para aquellos que tenemos registrada en nuestra historia la intervención que un dia realizaron nuestros antepasados sobre unos primates de vuestro planeta, no deja de ser un orgullo -en el mejor sentido de la palabra- ver cómo la inteligencia ha podido abrirse paso por entre los velos del oscurantismo religioso o de los miedos de los científicos más conservadores.
Sin embargo, nuestra preocupación se hace cada día más patente al comprobar cómo, desgraciadamente, la ética y la moral no acompañan en su camino a la inteligencia. Sabido es que cuando ética e inteligencia no van de la mano, surgen problemas que afectan indefectiblemente al desarrollo de las civilizaciones, acabando al poco tiempo con ellas. No quisiéramos que nuestros hermanos pequeños pasaran por el trance de ver derrumbarse lo que con tanto esfuerzo se ha construido.
Por eso, desde aquí os pedimos que meditéis muy bien cada paso que vais a dar. No todo el progreso se basa en los logros materiales; muy al contrario, el desarrollo de las humanidades se cimenta sobre estructuras ético-filosóficas. Si éstas no son sólidas todo se viene abajo.
El futuro no es vuestro, es de vuestros hijos. De vosotros depende cómo esté construida la base sobre la que deberá asentarse ese futuro. Si vuestra ética y vuestra filosofía es la que corresponde a personas del cuarto nivel, tarde o temprano la Tierra vibrará a los acordes de una humanidad armónica.
Con Amor, Acael
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DESDE LAS ESTRELLAS....
Hoy quisiera haceros llegar nuestro pesar por la falta de sensibilidad humana que representan las pruebas nucleares que, de forma periódica, realizan dirigentes sin escrúpulos en diversos puntos de vuestro planeta.
Es lamentable que la inteligencia se dedique a desarrollar mecanismos cuyo fin es el de destruir la vida tanto humana como vegetal y animal, además de degradar de forma casi irreversible el medio ambiente en el que se desenvuelve la vida en vuestro planeta. La argumentación de la disuasión ante posibles agresiones no justifica el uso y proliferación de armas nucleares. Al fin y al cabo las armas se han creado para matar a las personas, no para hacer alarde de ellas.
Los seismos que estáis padeciendo en diferentes partes del planeta, tienen su origen en las pruebas nucleares subterráneas, ya que las explosiones están generando grietas y fisuras en la estructura de la corteza terrestre, además de desplazamientos tectónicos de diversa intensidad y graves alteraciones climatológicas.
Esperemos que no se produzcan choques violentos en zonas habitadas y que la presión interna se escape por los volcanes.
Habitáis un planeta maravilloso, lleno de vida y posibilidades de evolucionar. Sólo es necesario que le prestéis un poco de atención y cariño para que os lo devuelva multiplicado por mil en forma de clima agradable, buenas cosechas y energías telúricas beneficiosas.
Sólo el conocimiento, por parte de los hombres, de las leyes que rigen el universo conducirá hacia una interrelación satisfactoria entre un planeta y los seres que lo pueblan.
Con Amor, Acael

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