25 de agosto, 2009
· La transmisión del conocimiento
· Ejercicio para recepción de energías positivas procedentes del Cosmos
· Los cuentos fantásticos
· Y al final la luz - Relato
· Unos días antes de la Navidad
· La Verdad
· Mensaje de Titán
· Clonación y Genoma humano
· El Grupo
· Cuentos para la Nueva Era
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LA TRANSMISIÓN DEL CONOCIMIENTO
¿Cómo se puede hacer llegar una idea para que sea entendida? ¿Los discursos políticos informan o deforman? ¿Los discursos religiosos, inflaman o apagan? ¿La comunicación personal, conociendo como es uno, es un vehículo de comunicación?
Desde que el ser humano se irguió por primera vez en este planeta, levantando sus ojos al cielo, para contemplar la inmensidad de la creación, ha pasado mucho tiempo.
Un largo peregrinar evolutivo le ha ido llevando a escalar progresivamente cotas cada vez más elevadas que le permitieran independizarse de la naturaleza y de su entorno, superando las limitaciones que le ataban al mundo animal e inconsciente.
La Naturaleza colaboró enormemente en este proceso facilitando que todos los logros y los aprendizajes conseguidos fuesen pasando genéticamente de generación en generación. Más adelante, con la aparición del lenguaje, el ser humano tuvo, por primera vez en sus manos, una herramienta de comunicación que le servirla de modo definitivo para la interrelación con sus semejantes.
A partir de la revolución industrial, con el avance de los medios de transporte, la transmisión o comunicación logra un auge importante.
Más adelante, la aparición de inventos como el telégrafo, el teléfono, la radio y la televisión, han hecho posible que los seres humanos de este planeta pueda comunicarse sin estar mediatizados por la distancia ni el tiempo.
Sin embargo, en esta era de comunicación, donde tenemos a nuestro alcance medios jamás soñados por las civilizaciones precedentes, cabria reflexionar unos minutos para preguntarnos ¿Qué es la comunicación? ¿No estaremos confundiendo comunicación con medios? ¿No estaremos cayendo en la trampa de usar las herramientas olvidándonos del fin? ¿Cuáles son nuestros niveles de comunicación con los demás? ¿Cuántos amigos tenemos? ¿Con cuántas personas nos relacionamos de forma más o menos cercana? ¿A cuánta gente conocemos? ¿Hablamos con nuestra familia?...
El hombre tiene más medios que cualquier otra especie para comunicarse con sus semejantes. Sin embargo ¿no habremos perdido algo en el proceso?
Entre aquel ser de las cavernas que se hacia entender con gestos y gruñidos y el hombre de hoy que dispone de botones, teclas y dispositivos para estar en contacto con cualquiera de sus semejantes, aunque éste se encuentre al otro lado del planeta... hay un abismo.
Entre aquellos individuos de la tribu, reunidos alrededor de la hoguera, que contaban las hazañas de los cazadores y los guerreros, y nuestra familia, sumida en el mutismo, frente al televisor. hay un abismo.
Entre aquellos obreros del taller que se conocían y se relacionaban dentro y fuera del horario laboral, y las cadenas de producción masiva de nuestras fábricas... hay un abismo.
Entre los niños que jugaban en las eras o en la plaza del pueblo, compartiendo un balón, y los niños de nuestros parques, cada uno con su ingenio mecánico a cual más sofisticado... hay un abismo.
Entre los jóvenes que mantenían vivo el fuego del idealismo y nuestros jóvenes aislados con sus walkman oyendo música heavy, intoxicándose con demasiados decibelios y adormeciendo y aniquilando sus neuronas... hay un abismo.
En los lugares de reunión que una gran parte de estos jóvenes frecuentan, las discotecas, los bares o los disco-pubs, se ponen todas las medidas necesarias para entorpecer la comunicación (la música demasiado alta) y favorecer el consumo de alcohol (aperitivos salados).
No se trata de rechazar el progreso. El avance tecnológico nos ha hecho más fáciles algunos aspectos de nuestra vida, pero hemos de tener cuidado y analizar si a cambio, y casi sin darnos cuenta, no es taremos pagando un precio demasiado alto.
¿Qué sentido tiene que el ser humano posea la facultad de comunicarse?
Se me ocurre uno importante: la posibilidad de conocerse uno mismo a través del conocimiento de los demás.
¿Cuántas personas nos conocen? ¿A cuántas conocemos? y hablamos de conocimiento en profundidad, no de modo superficial. Seguramente, la respuesta os habrá sorprendido, como a mi me ocurrió. Tengo un trabajo y una vida social normal, pero me di cuenta, al plantearme esa cuestión, que las personas con las que "me comunicaba" ni siquiera cubría todos los dedos de mis manos.
Vivimos en un mundo de imágenes preestablecidas. Nos formamos una imagen de nosotros mismos y ésa es la que vamos mostrando a los de más. Nuestras formas, nuestros gestos, nuestras palabras... en definitiva nuestras herramientas de comunicación, están puestas al servicio de esa imagen que hemos comprobado es bien aceptada por nuestro entorno. Así, la comunicación queda relegada a una serie de convencionalismos, reglas y normas que nada tienen que ver con el deseo de dejarse conocer y conocer a los demás.
Las consultas de los psicólogos se llenan cada vez más con personas con una enfermedad que podríamos denominar en forma genérica "problemas de comunicación".
En las últimas décadas se está observando cómo nuestra sociedad está perdiendo, de forma alarmante, el hábito de comunicarse. Muchos jóvenes tienen problemas de vocalización, muchos más problemas para expresar o verbalizar sus sentimientos.
"Hemos acumulado tantos miedos a no ser entendidos, a que nos malinterpreten, que sin darnos cuenta hemos inhibido ese impulso intrínseco de comunicación que nació con nuestro primer aliento".
Son preocupantes los resultados de los tests realizados a niños en edades escolares, donde se observa el aislamiento y la falta de comunicación verbal y afectiva a la que están sometidos los niños que pasan la mayor parte de su tiempo libre solos, sentados frente a la pantalla del televisor o moviéndose de forma desenfrenada frente al último videojuego que sobre-exita sus reflejos.
Las costumbres se convierten en hábitos y los hábitos crean adicción.
¿Cuántas veces recibimos y damos como respuesta un monosílabo? ¿Cuándo ha sido la última vez que hemos mantenido una conversación extensa, cercana y completa? ¿Cuánto hace que no nos tomamos el tiempo necesario para hablar con alguien? ¿Cuánto que no buscamos un lugar y un momento para comunicarnos con nosotros mismos? ¿Olmos alguna vez esa voz interior que en teoría debería servirnos de gula? ¿0 se trata de procesos esquizofrénicos nacidos de la vorágine de vida en la que nos hallamos inmersos?
Existen infinidad de libros que tratan sobre las dificultades en la comunicación; libros donde se nos apuntan técnicas infalibles para expresarse con coherencia, convicción, seguridad. Cursillos donde nos enseñan a presentar la imagen que queremos dar a los demás para ser mejor aceptados, más valorados y, por tanto, más queridos; métodos psicológicos donde nos enseñan a reconstruir nuestra maltrecha autoestima creándonos pensamientos de autoafirmación: Yo soy guapo, yo soy estupendo, yo me amo, yo merezco lo mejor...
Vuelvo a preguntarme: ¿Qué es comunicarse? ¿Es pasar información? ¿Se trata de verbalizar las ideas? No, no creo que sea solamente eso.
Los discursos de los politices, por ejemplo, personas que dominan el lenguaje, expertos en oratoria, conocedores de técnicas y re cursos para lograr determinados estados de ánimo en quienes les escuchan ¿llegan a la gente? ¿Informan o deforman? ¿se comunican de verdad o pasan la información que desean para conseguir determinados fines?
Los discursos religiosos son otro ejemplo de comunicación. Los líderes religiosos también dominan el difícil arte de la palabra, manejan los tonos, las posturas, las inflexiones, los silencios..., pero ¿son sinceros o sus palabras conllevan una carga, un propósito oculto? ¿Permiten la libertad de pensamiento del que escucha o por el contrario son tendenciosos? ¿Enseñan o amenazan con las consecuencias que se deriven si no se siguen sus postulados? ¿Despiertan la fe y los sentimientos internos o apagan los deseos de conocimiento?
¿Por qué es tan difícil comunicarse hoy? ¿Es que acaso el hombre de finales del siglo XX ya no necesita a los demás? ¿No es imprescindible la convivencia y la comunicación? ¿Por qué seguimos avanzando en la cultura del aislamiento? ¿Llegaremos a vivir cada uno aislado dentro de su burbuja a pesar de habitar en inmensas ciudades con millones de personas a nuestro alrededor?
Si no necesitamos movernos de nuestra habitación para hablar con los demás, si no precisamos desplazarnos a la oficina, porque a través de nuestro pequeño ordenador portátil nos "comunicamos" con la empresa, si no hace falta que vayamos a comprar porque nos lo sirven en casa....
¿Qué va a ocurrir el día de mañana? ¿Nos olvidaremos del objetivo que tenía esta humanidad al comenzar su andadura consciente:
CREAR UNA SOCIEDAD ARMONICA CON LO Y LOS QUE NOS RODEAN?
Para cumplir ese objetivo necesitamos a los demás, no es algo que podamos llevar a cabo en solitario por mucho que estemos conectados por redes de comunicación.
Nos sentimos en muchos momentos descompensados y desequilibrados, y, posiblemente, una de las causas sea la necesidad no satisfecha de COMUNICARNOS, así, con mayúsculas.
Hemos acumulado tantos miedos a no ser entendidos, a que nos mal interpreten, que sin darnos cuenta, hemos inhibido ese impulso intrínseco de comunicación que nació con nuestro primer aliento.
Muchas personas sacian esa necesidad asistiendo una vez al año a vacaciones de convivencia, retiros de integración, experiencias en comunidades... donde se imparten cursillos que abarcan desde el yoga a las técnicas de ayuno, pasando por juegos de la vida, dinámicas de grupo, etc. etc. Detrás de todos los programas de actividades de esas experiencias está latente un "Leitmotiv": la necesidad de convivir, de estar cerca de otros, de compartir, de comunicarse, de sentir se integrado en un grupo, de "formar parte de"...
Estas experiencias siempre son un éxito y se ha demostrado que fluyen los sentimientos, afloran partes reprimidas de nuestra personalidad, todo el mundo se comunica sin trabas a lo largo de una semana y lo hace con personas a las que no conocía y que, probablemente, no vuelva a ver en su vida.
¿Qué nos indican esas convivencias? Seguramente que algo que está taponado por nuestra vida cotidiana se desbloquea y se destapa a la primera oportunidad, dando rienda suelta a los deseos de acercamiento y de mantener relaciones más compensatorias.
Es lo mismo que hacemos con los niños cuando los llevamos a una granja escuela para que estén en contacto con la Naturaleza durante una semana. Para que se den cuenta que un pollo no es eso que se compra en la tienda de pollos asados, sino un ser vivo.
Si continuamos por el camino de apartarnos de la madre Naturaleza, de la Tierra, de los animales que la pueblan y del resto de nuestros congéneres, estaremos caminando a pasos agigantados hacia la desaparición de los valores humanos y por ende a la desvirtuación de la especie.
LA ENERGIA QUE ACOMPAÑA AL PENSAMIENTO ES LO QUE PERMANECE EN EL AMBIENTE. EL PENSAMIENTO SE DILUYE, DESAPARECE.
UNA ENERGIA AMBIENTAL SE TRANSFORMA PORQUE SE RESPIRA POR TODOS LOS POROS, MENTALES, ASTRALES Y FISICOS. NO EL PENSAMIENTO QUE SE EMITE CON EL CEREBRO CONSCIENTE, SINO LA ENERGIA QUE LE SIRVE DE VEHICULO.
Los nuevos paradigmas que se están perfilando en todos los órdenes de nuestra vida, nos hablan del hombre emergente: un ser más consciente, más evolucionado, más equilibrado, conocedor del papel que juega en el Cosmos, un ser que contará con una serie de herramientas que hoy son consideradas como paranormales, entre ellas la telepatía.
Pero para llegar ahí, aún nos faltan unos cuantos pasos. Antes de poder comunicarnos telepáticamente, es decir, sin trabas ni interferencias, directamente de mente a mente, sin tener que recurrir al burdo mecanismo de la palabra, hemos de ganar una batalle la batalla de la COMUNICACION.
Hoy por hoy, nuestro cerebro es incapaz de establecer comunicación directa con otro cerebro del mismo nivel evolutivo pero, sin embargo, tenemos la posibilidad de comunicarnos mediante el lenguaje y ese es, precisamente, el dispositivo que debemos potenciar y desarrollar: la capacidad de comunicarnos, de entender y ser entendidos. Si el hombre de mañana maneja la telepatía, significará que será un hombre transparente de pensamientos e intenciones, que no tendrá remilgos a que sus ideas sean conocidas y compartidas, que no tendrá inconveniente en que los que le rodean y comparten si destino se asomen a lo más profundo de su corazón para descubrir como es... y eso si que supone un ejercicio para el hombre de finales del siglo XX.
Un ejercicio muy importante de cambio de sus estructuras mentales y de la revisión constante de su escala de valores. Para llegar a esa transparencia mental del futuro, hemos de empezar a practicar hoy intentando, cada día, establecer una comunicación más verdadera, más sincera, más abierta con los que nos rodean. Debe prevalecer una actitud de aceptación y comprensión hacia todos los que conocemos. Hemos de aprender a no ser tan selectivos con nuestros interlocutores, sino tratar de identificar el 50% que tenemos en común: el espíritu. Es necesario sobrepasar las formas para llegar al fondo.
SE COMPRENDE CON LA MENTE Y SE ENTIENDE CON EL CORAZON (COMO CENTRO GENERADOR DE EMOCIONES Y SENTIMIENTOS).
Practiquemos cada día la buena comunicación, no sólo mediante la palabra, sino utilizando todas la capacidades y potencialidades que tenemos a nuestro alcance: los gestos, la expresión de nuestra mirada, el lenguaje corporal, las energías mentales y astrales que movilizamos con la intención de comunicarnos, etc., etc. La práctica de la buena comunicación ayudará a ir abriendo nuestros canales de recepción y emisión de energías y desarrollará y potenciará nuestras glándulas pineal y pituitaria (ambas responsables de la comunicación telepática). Debemos ir despojándonos de escudos protectores e imágenes adquiridas, de ideas preestablecidas y convencionalismos de todo tipo que hoy coartan nuestra comunicación, sólo así seremos capaces de transmitir todo lo que deseamos comunicar.
Si funcionamos de esta manera, nos llevaremos la sorpresa de que e la persona que nos escucha nos comprende y sintoniza con esa energía de comunicación, que será transmitida y propagada rápidamente de unos a otros. La única clave es algo que en cierta ocasión nos dijeron los Maestros cuando hablábamos de este tema: "CONTAOS A VOSOTROS MISMOS".
Eso no significa otra cosa que tener el deseo de comunicarnos, de ser entendidos, siendo sinceros y abiertos sin ocultar nada, siendo humildes y claros en nuestras intenciones y en nuestras palabras, pensando en la otra persona y expresándonos con la carga de amor necesaria para movilizar energías de alta vibración que están a nuestro alcance y que permitirán que salte la chispa y que se produzca la conexión.
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EJERCICIO PARA RECEPCIÓN DE ENERGÍAS POSITIVAS PROCEDENTES DEL COSMOS
Antes del ejercicio es conveniente tomar alguna infusión, tipo té de peña o cualquier hierba con efectos tranquilizantes.
Puestos de pié, abriendo un poco las piernas, cabeza ligeramente inclinada hacia atrás, brazos abiertos y doblados por el codo aproximadamente 45°. Dedos pulgar, índice y medio unidos, respiraciones profundas y aguantando el aire durante unos segundos.
Permaneced en esa posición durante 5 minutos. Vuestro cuerpo será como una antena receptora de energías cósmicas procedentes del espacio y a la vez de las energías telúricas generadas por la propia tierra.
Si tenéis cualquier tipo de conflicto con alguna persona, podéis visualizar su imagen durante el ejercicio sonriéndole mentalmente y tratando de sintonizar con el 50% que tenemos en común (la parte espiritual.)
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LOS CUENTOS FANTÁSTICOS
Todos recordamos con nostalgia aquellos relatos fantásticos que nos contaban de pequeños y que ahora nosotros contamos a nuestros hijos, intentando no modificar prácticamente nada.
Probablemente incluso, recordemos la alquimia que se creaba a nuestro alrededor en cuanto sonaba la frase mágica: Érase una vez, hace mucho, muchísimo tiempo...
Aquellos personajes tan irreales como cercanos han llenado la infancia de los niños de Occidente desde hace más de mil años. Sin apenas modificar su contenido, los cuentos clásicos han ido pasando a través de la tradición oral, de abuelos a nietos, sobreviviendo a épocas tan dispares como puedan ser el Renacimiento, la Revolución Industrial, o ahora la Era de la Cibernética.
Es curioso observar como en una época donde todo se tambalea, en la que la revisión de valores se vuelve una necesidad vital, en la que los estimules visuales y consumistas nos han trastocado la percepción de la realidad, nos encontramos con que personajes como Caperucita, Blanca nieves o Pulgarcito siguen fascinando y entreteniendo a nuestros pequeños, de igual manera que lo hicieron hace 300 años, cuando las condiciones socio-culturales eran diametralmente opuestas a las actuales.
¿POR QUE SON IMPORTANTES LOS CUENTOS?
Los cuentos tienen una misión fundamental que es, además de divertir, mostrar a través de sus personajes y situaciones los conflictos internos que los niños se encuentran a lo largo de su infancia. No olvidemos que el pensamiento infantil está lleno de amenazas con forma de cocos, monstruos, pesadillas... las cuales no son otra cosa que la proyección simbólica del miedo que les produce su indefensión ante una vida, muchas veces incomprensible y que intuyen llena de peligros y amenazas.
No hay más que preguntar a un niño menor de 4 años qué ha soñado. En el 80% de las ocasiones la respuesta estará relacionada con personajes amenazadores.
El cuento, mediante un lenguaje simbólico, muestra la necesidad de enfrentarse con esos miedos, con las complicaciones, con las paradojas... que el niño siente o presiente.
El final feliz supondrá una liberación y el entendimiento de que todo se puede solucionar si te atreves a enfrentarte a elle si piensas como encontrar la solución y si eres bueno para merecerla.
Además, como los mitos, los cuentos tienen otra misión fundamental, que es mostrar como nos hemos de comportar en la sociedad en la que vivimos.
El mito, al estar dirigido al ser adulto, deja claro lo que no se debe hacer, deja claro que si un ser humano se atreve a enfrentarse a los dioses va a salir mal parado, si se atreve a no respetar las normas ético-morales (casándose con su madre, enfrentándose a su padre, etc. etc.) el resultado es la expulsión de la sociedad o la muerte.
El cuento, por el contrario, siempre tendrá un final feliz. Sus símbolos con mucho más sencillos y sus soluciones mágicas. Sin embargo está hablando de lo mismo que los mitos: de normas ético-morales que es imprescindible aprender para que la sociedad en la que vives te acepte y puedas ser feliz.
¿POR QUE GUSTAN A PESAR DEL TIEMPO?
Los cuentos clásicos al haber sido repetidos una y otra vez a través de los siglos se han ido puliendo y refinando, convirtiéndose en una forma literaria perfectamente entendible por los pequeños.
Su trama y narrativa, sencilla y clara, y el modo de mostrar simbólicamente personajes y situaciones sin contradicciones ni ambivalencias, consigue sintonizar perfectamente con el tipo de elaboración mental que el niño hace, que es siempre desde parámetros muy concretos, en donde él es el centro y en donde las cosas tienen vida por si mismas.
En los cuentos los buenos son muy buenos y van de colores claros y brillantes, además casi siempre son guapos (aunque momentáneamente aparezcan como sapos o bestias).
Los malos son feos, van de colores oscuros y su comportamiento no deja ningún lugar a duda.
Cuando un cuento menciona a un rey y una reina, siempre está haciendo referencia al papá y a la mamá del niño o niña que lo escucha, y que, por supuesto, son los más importantes del mundo.
En el protagonista los pequeños encuentran un personaje en el que proyectarse, pudiendo así realizar con ellos las hazañas y aventuras de la narración y, por supuesto, los aprendizajes que de ella se derivan.
¿QUE CUENTAN LOS CUENTOS?
El refinamiento conseguido con los siglos, además, ha posibilitado la transmisión junto a los mensajes evidentes de otros ocultos de carácter esotérico, aportando éstos, importantes mensajes al inconsciente y al subconsciente.
Estos códigos o mensajes de los cuentos se pueden diferenciar en tres bandas o lenguajes que actúan simultáneamente:
1°) El lenguaje evidente nos habla de:
· Características socio-geográficas.
· Valores humanos
· De solidaridad, de amistad...
· De procesos de la naturaleza.
· Potencia de criterio personal, la responsabilidad, la libertad...
2°) El lenguaje psicológico tiene que ver con:
Los miedos internos, inseguridades, recelos, odios, etc. que todo niño siente y que le lleva a sentirse indigno y al mismo tiempo no considerado en su justo valor. El final feliz supone una liberación y un descanso interno, además de un gran aprendizaje.
Por ejemplo: El cuento de Cenicienta permite a los pequeños identificarse con ese sentimiento oculto que alguna vez ha sentido de creerse discriminado entre sus hermanos y maltratado por su madre. El que al final aparezca la verdad: "Cenicienta es la mejor" le supone una liberación por ser la solución que 61 internamente desea y en la que se puede proyectar.
3°) El lenguaje oculto o esotérico tiene que ver con:
El sutil mensaje que se percibe en todos los cuentos clásicos, de transformación interna, de necesidad de pasar del estado primitivo de inconsciencia al de sabiduría e inmortalidad.
Tiene que ver con la transmutación que experimentan los personajes después de haber realizado todo tipo de aventuras. Transmutación que siempre lleva a entender que ese andado conocimiento no se halla fuera, sino dentro de nosotros mismos.
De esta forma los personajes pasan a ser:
La princesa el Alma dormida
El príncipe el Espíritu liberador
La madrastra el Razonamiento a ultranza
Los enanitos las fuerzas irracionales que nos dominan, etc. etc.
Probablemente es por esto último por lo que el niño no se cansa de escuchar y escuchar una y otra vez el mismo cuento. Pues este mensaje sólo se puede comprender con el hemisferio derecho del cerebro, es decir, sin palabras concretas, sin lógica aparente, simplemente entendiendo que los cuentos, en realidad son fórmulas mágicas que encierran la sabiduría de todos los que han vivido antes que nosotros.
Por eso muchos aseguran que si los has entendido con el corazón serás capaz de resolver cualquier dificultad que encuentres en la vida, es decir, en ese camino iniciático que empieza el día que naces y termina el día que, tras vencer al ogro te atreves a vivir en el mundo de los mayores.
Entonces... colorín colorado este cuento se ha acabado... y ahí empieza otro, pero... ése es mucho más complicado.
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Y AL FINAL LA LUZ
Relato Corto para leer entre líneas
Aún no entiendo muy bien lo que pasó. Yo estaba tan tranquilo sobre la rama de un lilo, comiendo unos brotes riquísimos cuando, de pronto, empezó a dolerme la tripa. Cal al suelo y me recogí sobre mi mismo esperando mitigar, de esta forma, el insoportable dolor que amenazaba con hacerme perder el conocimiento. Hasta ahora nunca me habla pasado nada semejante, y eso que ya me habla comido anteriormente otros brotes de lilo. Sin embargo, en esta ocasión parecía que no me hablan sentado nada bien.
Al poco tiempo de estar en esa postura, se acercó una hormiga que empezó a tantearme con sus antenas, a ver si ya era comestible. Le solté un bufido y se alejó de allí corriendo. El color de mi piel, que era amarillo, negro y blanco a listas, empezó a ponerse muy pálido, al tiempo que el dolor de mi barriga se iba reduciendo paulatinamente.
Desde luego, nadie me habla dicho anteriormente qué cosas podía o no podía comer, eso era algo que yo "sabia" de forma natural, por eso me extrañó sobremanera que al comer los brotes de lilo me sintiera tan mal. ¿0 no eran los brotes de lilo la causa? Me miré horrorizado. Mi piel se estaba poniendo rugosa y dentro de mi se empezaba a mover algo. La cabeza me daba vueltas, me sentía muy mareado, así que decidí quedarme inmóvil. Cerré los ojos y entonces ocurrió algo alucinante. Me vi de pronto metiéndome para adentro. Mi cuerpo, tan regordete hasta ese momento, se iba estilizando y adquiría una forma similar a la de esos bichos que tienen las alas tan grandes y llenas de colores. Mis patitas, pequeñas y prensiles, se habían convertido en algo larguísimo y sumamente delgado. ¿Y mi cabeza, mis ojos, mi boca…? todo era distinto, como si cada parte de mi cuerpo se hubiera convertido, por arte de magia, en otra cosa.
Abrí los ojos y me vi dentro de una especie de funda. Empecé a revolverme para salir de esa prisión y comprobé que la parte superior estaba un poco más blandita que el resto, así que empujé para sacar la cabeza y después el resto del cuerpo. ¡Oh, sorpresa! ¡el sueño se habla hecho realidad!, me habla convertido, de pronto, en uno de esos animalitos de grandes alas multicolores y largas y delgadas patas. Moví las alas y con un pequeño impulso me despegué del suelo. Las flores me llamaban mucho la atención, así que me acerqué a un grupo de amapolas y me puse a comer un poco de su polen. Ya no tenía boca como antes, ahora, en su lugar, tenía una especie de trompa enrollada con la que podía sorber tanto el polen como algunas gotas de rocío.
Sin embargo, lo que más me llamaba la atención era la luz. Antes, con mi cuerpo anterior, la luz no significaba otra cosa que el tiempo para salir a buscar comida. Ahora, la luz llamaba poderosamente mi atención, incitándome a dirigirme hacia ella. Allí estaba el foco, en lo alto, bastante lejos pero alcanzable si ponte empeño. Me cargué de energía floral y emprendí un vuelo ascendente, cada vez más ilusionado con llegar hasta la luz.
Cuando llevaba recorrido un buen trecho noté que las fuerzas empezaban a flaquearme. Las alas no se movían tan acompasadamente como antes y mi vuelo se estaba haciendo errático. Además el calor era agobiante. De pronto, notó a mi lado la presencia de otro ser igual que yo, tan igual, tan igual, que parecíamos gemelos, con la única diferencia que 61 no era él, sino ella. Nos miramos y nos reconocimos inmediatamente, como si ambos supiésemos que formábamos una sola cosa. Se acercó hasta mí y acariciándome con su trompa me indicó el camino a seguir para llegar a la luz.
Recobré de inmediato mis fuerzas y juntos emprendimos el viaje hacia este punto de atracción tan potente. Miré hacia abajo y vi una bola de color azul rodeada de nubes blancas. De ahí hablamos partido para este viaje sin retorno. Cada vez hacia más frío, las alas casi no se podían mover. Nos miramos con tristeza, con la pena de saber que nuestro encuentro terminaría pronto. Yo estaba a punto de "dejarme ir" y a ella le pasaba algo parecido. El frío era tan intenso que nuestro cuerpo comenzaba a entrar ya en un proceso de congelación acelerada. Pero de pronto, una fuerza irresistible nos atrajo hacia arriba haciéndonos ascender a una velocidad inimaginable. El frío habla desaparecido y en su lugar sentíamos un calor que no era solamente físico, era una sensación de amor, armonía, felicidad... no sé, algo indescriptible pero que nos devolvió la vida.
Mi compañera se acercó hacia mí sonriendo con sus grandes ojos color de miel. Nos abrazamos con amor y, sin saber muy bien cómo ocurrió, nuestros cuerpos se fundieron para hacerse uno solo, más grande, más luminoso, más sutil. La fuerza de atracción nos depositó dentro del foco de luz. Para entonces nuestro cuerpo se habla hecho gigantesco, vibrando con una felicidad y un amor inmensos. Con cada aleteo se desprendían miles de partículas, cargadas con esa misma energía, que llegaban hasta la bola azul de la que hablamos partido.
"Bienvenido al reino de la luz.
Desde hoy formas parte de la gran familia de las hadas.
Tu misión será la de energetizar y dar la vida
a las plantas del planeta en el que has nacido,
en especial a los Tilos y las amapolas.
Cumple tu misión y algún día
podrás dar vida y energía a todo el planeta.
Que el Amor sea tu ley y la Vida tu objetivo."
Una voz dijo entonces:
Desde entonces, con cada amanecer en la Tierra, miles de nosotros batimos nuestras alas para que el amor, la armonía y la vida lleguen a cada rincón donde nace una flor, donde crece una brizna de hierba o donde se posa una mariposa soñadora para beber las primeras gotas de rocío.
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UNOS DÍAS ANTES DE LA NAVIDAD
Hacia casi un año que no había tomado el metro, pero aquella fría mañana de Diciembre pensé que el tráfico estaría terrible con la proximidad de las fiestas de Navidad y todo el mundo andando acelerado de un sitio para otro, por eso creí que para desplazarme al centro, donde tenía que hacer varios recados, lo más conveniente seria utilizar ese medio de transporte que me evitara los consabidos atascos.
No me sorprendió comprobar que allí abajo se desarrollaba, también, una frenética actividad. La gente iba caminando apresuradamente, buscando con la vista los carteles de información, direcciones, salida... Pero, además, habla una gran cantidad de africanos que ofrecían al público los objetos más variados. En un improvisado rastrillo se daban la mano ofertas de pañuelos, bolsos, tabaco, juguetes, cinturones, medias, ropa...
Un poco más adelante, una pareja de jóvenes rasgaba una guitarra con mucho entusiasmo mientras "chapurreaba" una canción en algo que quería parecer inglés. Sobre la funda de la guitarra, que yacía en el suelo, se destacaban esparcidas algunas monedas. Por otro de los pasillos me llegó el suave sonido de una flauta.
Me preguntaba si seria así todos los días o quizá correspondía a las fechas en las que nos encontrábamos. Sin poder responder me, abordé el tren cundo se detuvo en el andén.
A pesar de ser media mañana, el tren estaba bastante lleno. Enseguida, una voz quebrada se alzó rompiendo el silencio. Una chica de no más de dieciocho años pedía ayuda. Decía tener una hijita de dos meses que cuidaba su madre, ella no tenla trabajo ni ningún medio de subsistencia. Pedía ayuda, una limosna que aliviase algo su situación.
Me quedé sorprendida ante aquella muchacha de mirada apagada, con tremendas ojeras, envuelta en un enorme abrigo negro, que iba de un lado a otro del vagón mientras extendía su mano a la gente musitando palabras de agradecimiento a los que la socorrían. Intenté buscar en sus ojos la sinceridad de su historia, pero no pude encontrar ninguna luz. Era una mirada inexpresiva y distante.
Casi nadie la miraba. Algunas personas echaban mano al bolsillo y sacaban unas monedas, pero se las entregaban sin siquiera ofrecer una mirada de apoyo o aliento. ¿Era eso lo único que buscaba aquella muchacha? ¿Por qué todos rehuían su mirada? ¿Nadie quería llevarse ese recuerdo molesto consigo? ¿Teníamos todos excusas magnificas que nos permitían obviar a esa persona?
En la siguiente estación se apeó y puye ver como se introducía en el siguiente vagón. Mis ojos se detuvieron ante un cartel de la compañía metropolitana que estaba pegado en el cristal frente a mí, pedía ayuda a los viajeros para que no colaborasen la mendicidad, ya que eso no ayudaba a su erradicación. Sin embargo, el argumento que esgrimían me hizo estremecer: sólo lo hacían para evitar que el servicio prestado a los usuarios de ese transporte público no se viera afectado y pudiera mantenerse dentro de los limites de calidad que estos merecían.
Estaba absorta en mis pensamientos mientras miraba los rostros inexpresivos de la gente. No puedo explicar con claridad lo que sentía, sólo que me di cuenta de que éramos extraños, muy extraños. Aún siendo todos pertenecientes a la raza humana éramos, sin embargo, tremendamente ajenos, diferentes unos de otros. Los rostros mostraban gestos duros. En esos momentos recordé una escena de la película "Los dioses deben estar locos", cuando un pequeño bosquimano entra en una sala llena de gente y va mirando a todas las personas que allí se encuentran, sonriéndoles una a una como saludo, y se sorprende al ver que nadie le devuelve la sonrisa.
Los animales de la misma especie siempre se reconocen, se miran, se identifican como seres nacidos de un tronco común, sin embargo los hombres, sobre todo los habitantes de las grandes ciudades, hemos perdido esa identificación.
Un par de estaciones más y de nuevo una voz se dejó oír. Era una mujer portuguesa de mediana edad, vestida de negro, que también pedía ayuda para ella y su familia, no tenían casa ni trabajo. Hablaba muy deprisa y tampoco fui capaz de saber si era porque tenía vergüenza de lo que estaba haciendo o porque no sabía muy bien nuestro idioma y tan sólo se habla aprendido de memoria unas cuantas frases.
Pude ver movimientos de cabeza, suspiros de cansancio, cómo la gente se removía en sus asientos visiblemente incómoda, mientras todos seguían mirando al vatio.
Aquella mañana, en los dos transbordos que tuve que realizar, en un total de 16 estaciones entraron cinco personas pidiendo ayuda, aparte de los "músicos aficionados improvisados" que surgían de cualquier recodo en las distintas estaciones.
Poco a poco me iba dando cuenta de que algo poco agradable iba naciendo dentro de mi. Sentí como la angustia iba extendiéndose por mi pecho. Quizá estaba mediatizada por la proximidad de la Navidad, no lo sé, o quizá el descender a un aspecto de la cruda realidad de nuestras grandes ciudades, tan deshumanizadas a pesar de estar llenas de personas, me hacia sentirme cada vez peor.
Llegaba mi estación y me disponía a salir, cuando me di cuenta de que a mi lado se colocaba una chica rubia. Yo no podía ver su rostro porque tenía la cabeza inclinada, ocultada por su larga melena. Me di cuenta de que caminaba con movimientos muy lentos y pude ver como algunas personas se sentían incómodas por esa lentitud, por esa aparente torpeza. Cuando se abrió la puerta, observé como se producían algunos empujones, aparte de una serie de miradas reprobatorias o irónicas. Tal vez yo hubiese hecho lo mismo si no hubiese estado tan aturdida por mis propias reflexiones, mientras intentaba, sin éxito, colocar mis sentimientos en orden.
Cuando por fin pisamos el andén me quedé parada unos instantes, mientras la gente emprendía una frenética marcha en todas direcciones. Entonces pude ver a la chica rubia, un par de metros delante de mi, que metía su mano en el bolso y sacaba un bastón blanco plegado en varios trozos, lo extendió y comenzó a tantear suavemente el suelo ante ella... era una persona ciega.
Nadie se habla tomado el segundo de tiempo necesario para mirarla y darnos cuenta de su realidad. Cada uno sumido en su propia circunstancia pasaba al lado de los demás sin reparar en nada que no fuera un panel indicador, un reloj o el cartel publicitario que anunciaba el estreno de la última película de éxito.
Cuando salí al exterior el sol brillaba con fuerza. Todavía llegaban a mis oídos las notas de un acordeón que tocaba un señor de mediana edad a la entrada del metro, acompañado sólo por una pequeña caja de cartón, situada a sus pies, para recoger las monedas que la gente tuviera a bien darle.
Realmente yo no debla estar muy preparada para aquello. Tengo casi cuarenta años y he vivido muchas experiencias que me hacen considerarme una persona madura. Sin embargo, esa mañana algo me llegó dentro, como un sentimiento de rebeldía, de rechazo absoluto, que se concretó cuando vi el sol cegador reflejándose en los cristales de las torres KIO en la plaza de Castilla. Miré esos enormes esqueletos, recubiertos a medias de brillantes espejos, incapaces de reflejar la necesidad que hay en la calle y que, sin embargo, se yerguen desafiantes al cielo, exponentes del lujo y el poder. Mientras, allí abajo en la calle y en los subterráneos, una gran parte de la humanidad tenla planteada una dura lucha por la supervivencia.
Miraba los grandes edificios, las enormes construcciones que no dejan ver lo que guardan tras sus ventanas, porque todos los cristales son reflectantes, y me parecía estar formando parte de una película surrealista, donde el absurdo y el "sinsentido" tenían los principales papeles.
¿Qué tipo de sociedad hemos hecho? ¿Cómo podemos permanecer impasibles ante el dolor, el sufrimiento, la miseria, el engaño, la pobreza, la marginación... y tantas otras lacras terribles de nuestra sociedad?
La injusticia, la rabia, la impotencia, la vergüenza y no sé cuantos sentimientos más brotaron bruscamente de mi interior. Pertenezco a algunas organizaciones no gubernamentales, porque siempre he creído que ese era el canal más idóneo para hacer llegar mi ayuda a los menos favorecidos, pero ante la avalancha que he vivido esta mañana me he quedado muy trastocada. Sé que muchos pensarán que siempre ha habido mendigos, siempre alguien pedía en la puerta de las iglesias o de los mercados, pero ahora están en todas partes y hay tantos, tantos...
No me sirve de consuelo el argumento de que hay redes organizadas de mendigos, de que algunos se niegan a recibir las ayudas de organismo que pretenden cuidar de ellos... Aún cuando sea así en alguna medida, eso no deja de ser un problema preocupante para nuestra sociedad; eso no puede tranquilizar ninguna conciencia pues to que, aún en esos casos, esas personas deberían recibir un tipo de ayuda específico que les permitiera reinsertarse en la sociedad.
Quiero creer en un futuro donde exista el reparto justo y equitativo de los bienes, donde todos los seres humanos tengan los mismos derechos y sean capaces de cumplir con sus obligaciones como personas útiles a la sociedad. Quiero confiar en que, algún día, los hombres aprenderemos a darnos cuenta de que lo más importante del ser humano está en su interior, que dentro tenemos una fuente inagotable de amor y que ese amor es la energía poderosa que mueve el Universo.
Un mundo donde podamos mirarnos a los ojos y reconocernos como parte integrante de la gran familia de la humanidad de este planeta. Aparte de poner una moneda en una mano extendida ante nosotros, aparte de ingresar una cantidad mensual en la organización tal o cual, no olvidemos cada día lanzar un pensamiento de paz y amor a todo lo que nos rodea.
Dicen que la energía del amor es capaz de transformar las más anquilosadas estructuras mentales. Pues bien, no dejemos pasar un día sin concretar ese amor en alguna acción sencilla, mientras tenemos nuestro pensamiento focalizado en el deseo de una sociedad más armónica.
SI EL PENSAMIENTO ES AMOR, COMO APUNTAN MUCHAS FILOSOFIAS, SEAMOS CAPACES DE CREAR, DE VISUALIZAR ESA SOCIEDAD, PARA QUE CADA DIA PUEDA IR CONCRETANDOSE UN POCO MAS Y ALGÚN DIA LAS GENERACIONES VENIDERAS PUEDAN VIVIRLO COMO UNA REALIDAD PLENA.
*****
LA VERDAD
Algunas veces
es prudente callarla por caridad con el necio.
Pero si crees que debes hablar
di siempre la verdad;
porque aún aquellos que en primera instancia te condenen
más tarde acabarán respetándote,
acabarán humillándose,
no ante ti, sino ante el peso de su propia farsa.
Tú sé fiel contigo mismo
y no temas por los resultados.
No quieras alcanzar la cima
descuidando la firmeza de cada paso.
Que la suave cadencia de tu andar
tenga la solidez imperecedera de lo cierto;
porque entonces ni el huracán ni el rayo
podrán borrarlos.
Mientras que si edificas sobre lo falso
pronto verás desmoronarse tu obra.
Que no ahoguen tu sentir
el miedo y la comodidad,
que no sea la indiferencia el escudo de tu idiotez,
porque sin heroísmo ¿qué vale la vida?
Sabe que por muy largo y erudito
que resulte tu discurso,
si carece de sinceridad caerá en el vatio.
Todo será como si no hubieses dicho nada.
El tiempo sepulta implacablemente
y sólo ha de permanecer brillante entre las sombras
aquello que en esencia tiene
algo de eterno.
Pon siempre la verdad por encima de ti,
porque tú tienes errores pero ella es perfecta.
Y sobre todo,
ten la valentía de gritarla
aún siendo tú el perjudicado;
ya verás cómo siempre sales ganando.
E.J. Malinowski
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MENSAJE DE TITÁN
21-6-89
"La tierra está cambiando su polaridad. La negatividad de sus dirigentes ha dado paso a una corriente positiva que ha sintonizado inmediatamente con todos los habitantes del planeta. Ha sintonizado con la parte noble y pura del ser humano.
El hombre de la tierra desea cambiar y sólo necesita el ambiente adecuado para ello; desea sentirse en un mundo sin tensión, en un mundo donde los sentimientos abarquen todas las áreas de su vida, donde aprenda sin miedo, por él mismo, no por sobrevivir en un mundo hostil sino por colaborar y mejorar la calidad de vida del planeta.
Deseamos que esa corriente positiva fructifique y se manifieste en una mejora de la calidad de vida de todos los habitantes del planeta. Que ni hombre comprenda, por fin, que sólo preservando su ecología podrá sobrevivir en un planeta bello. Que sólo cuidando de sus animales, de sus plantas, de su aire, de su agua, podrá tener el soporte para poder utilizar mejor su parte más evolucionada, la parte que te conecta con el resto de los hermanos del cosmos.
El hombre de la tierra debe saber y aprender que si descuida a su hermano, que si permite que en ciertas zonas de la tierra mueran de hambre o de sed, estará destruyéndose a sí mismo, porque estará destruyendo los valores morales que le animan.
Debe saber que sólo mirando al cielo puede encontrar respuestas a sus inquietudes, porque haciéndolo libera su mente, no porque del cielo venga la respuesta, sino porque contemplando lo infinito puede darse cuenta del papel que juega en el cosmos, de que es una conexión con todo ello.
También sabe que existen otras galaxias y no porque las haya visto con sus ojos, sólo unos pocos, a través de aparatos sofisticados, las han podido ver, pero la inmensa mayoría no las han visto, sin embargo, creen en ellas.
Todos vosotros, aquí- reunidos, estáis aquí porque creéis que hay vida inteligente en otros mundos y nosotros somos testimonio vivo de ello. Este mensaje está siendo difundido para que reflexionéis sobre vosotros mismos, sobre el papel que desempeñáis y lo que podéis hacer para que todos, vosotros y nosotros, andemos juntos.
Romped la inercia destructora, romped la inercia del egoísmo y caminaremos juntos. Se os dará todo lo que necesitéis para ello, para romper el círculo en el que estáis metidos; pero antes debéis trabajar, debéis hacer el esfuerzo de romper ese círculo.
Los que estáis aquí reunidos sois semilla del cambio. Aquellos que hayan buscado la puerta de la experiencia, no como curiosos del fenómeno, sino con la intención sana de encontrar la luz en el camino, fructificarán y juntos lo andaremos.
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CLONACIÓN Y GENOMA HUMANO
Habéis tocado el punto de la cuestión. El hombre evoluciona por aumento de consciencia y ésta utiliza una herramienta que es el libre albedrío.
La manipulación genética de las taras físicas, aisladamente hablando está bien, pero es que los gobiernos aun no han tenido tiempo ni formación para ver el alcance de lo que se está gestando. Dentro de muy poco nada impedirla colocar al frente de los gobiernos de los países, líderes que fueran el resultado de modificaciones genéticas, hombres y mujeres que reunieran características idóneas: Superinteligentes, carismáticos y sometidos a un gran líder, de tal forma que el mundo tierra sería gobernado por una elite que tendría como objetivo el control, y donde las razas y lugares de origen, estuvieran clasificados.
Este panorama podría producirse en primera instancia y luego, lo mismo que se convenció a miles de hindúes para que se esterilizaran, se podría manipular genéticamente a grandes áreas de población para que sirvieran a otros sin protestar, no como ahora (véase el tercer mundo).
Ahora el tercer mundo se ve constantemente envuelto en guerras provocadas ¡)o¡, los grandes, directa o indirectamente, como forma de tenerlos bajo control esto es muy caro a la larga, así que no seria extraño que buscaran otras formas de control más sofisticadas y menos evidentes. El libre albedrío está en juego y la manipulación genética es la clave.
-¿Dónde estarla el límite del libre albedrío?
Es muy difícil decir una sola cosa porque hay miles de matices. Sin embargo, todo aquello que condiciones mentalmente mediante manipulación genética es ilícito. Ya se intenta de otra forma (publicidad, películas, discursos, prensa, radio, televisión, etc.) y eso porque no se conoce todavía la forma de hacerlo genéticamente, que es mucho menos costoso y más seguro.
-¿Qué esperáis de nosotros con esta información?
Vosotros sois un eslabón más de una gran cadena que se está formando a nivel mundial en contra de experimentos incontrolados. Esta cadena será, con un poco de suerte, la que de una forma u otra marcará los límites éticos de la manipulación genética.
Grupo Aztlan
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EL GRUPO
A lo largo de la vida el hombre se encuentra, en multitud de ocasiones, inmerso en dinámicas y problemáticas que, lejos de hundirle moralmente como parece refuerzan en su intima seguridad.
El grupo se ha visto desde algunos sectores con desconfianza o recelo, porque desmitifica y genera un trabajo que trasciende al propio grupo y sienta bases filosóficas que rompen esquemas a aquellos que se llaman a sí mismos buscadores de todo y que acaban siendo encontradores de nada.
Desde aquí somos conscientes del poco tiempo de que disponéis a lo largo del día para pensar y desarrollar cosas grupales, es por eso que no queremos que os sintáis presionados por la aparente urgencia y, la real importancia, que tiene el tema de la genética.
Respondiendo a vuestras inquietudes he de decir que, efectivamente, estamos muy preocupados por 0o desviaciones que en materia de genética se están produciendo y que, a otro nivel, son similares a las desviaciones que se han producido en materia nuclear.
Siendo Esto así, desde muchos puntos de la galaxia, incluso entidades desencarnadas próximas en vibración a los 4.3, están enviando información y mensajes para aquellos que puedan difundirlos lo hagan. Con la esperanza de que los hombres de la tierra, que están inmersos en la manipulación genética, antepongan la ética ante la física o la biología en este campo.
Sería lamentable que ocurriera en la tierra lo que ha ocurrido en otros lugares, que se desencadenaron mutaciones aberrantes por la mala utilización de la técnica, llegando a desaparecer civilizaciones enteras.
El sida es una muestra de lo que la manipulación genética puede producir.
-¿El sida ha sido provocado?
Efectivamente.
- ¿Cómo fue?
Tratando de hallar una proteína para evitar el rechazo de órganos en los trasplantes. Lo probaron (como casi todo) en el tercer mundo y los efectos ya los sabéis.
-¿Con monos o con personas?
Personas.
-¿Son conscientes los científicos de lo que han hecho?
Naturalmente.
Ha habido otros muchos experimentos que no han sido tan trágicos para la humanidad, pero para regiones locales sí, como fármacos para el control de la natalidad o para reducir peso, pero que eran cancerígenos y lo sabían gracias a cobayas humanas. Esos científicos no pasarán a la siguiente generación.
Evidentemente la información que estábamos recibiendo en los últimos tiempos adquiría una trascendencia muy grande y nosotros lo sabíamos. Ante la idea de poner aquella información en manos de profesionales y expertos de distintas áreas, se nos abría todo un mundo de posibilidades.
Sin embargo, ¿como íbamos a ser creídos? Estábamos seguros de que en cuanto se enteraran de la procedencia de nuestras teorías, lo único que ocurriría es que nos mirarían de forma compasiva, sonreían ligeramente y no nos prestarían la menor atención. A veces, nos preguntábamos por qué esos datos tan importantes no se los daban a científicos y técnicos, personas que pudieran realmente investigar y profundizar en ellos... No obstante, esas personas no admiten que haya vida inteligente en otros planetas y, muchísimo menos, que se pueda establecer comunicación telepática con ellos.
¿Qué podíamos hacer? De momento, lo único que estaba a nuestro alcance era seguir trabajando, continuar recogiendo información y cuando tuviéramos suficiente intentaríamos publicarlo de alguna manera. ¡Si tan sólo la gente se fijara en el contenido y se olvidara de la fuente!
No debíamos preocuparnos por lo que podría suceder en el futuro, lo importante era el presente y a él nos dedicábamos con el máximo empeño que podíamos. Nuestra única posibilidad era asegurarnos de dar bien cada paso, para no tener que volver a repetirlos. Tendríamos que se guir tratando de mantener la coherencia y trabajar la información para que no tuviera fisuras. Tal vez esa era la única manera de abrir las puertas que nos acercarían, incluso físicamente, a nuestros maestros.
Grupo Astlan
Desde las estrellas
Definición del grupo:
Grupo de investigación humanista unido por la amistad en la búsqueda de referencias universales para el desarrollo integral del ser humano, con el fin de crear una sociedad armónica futura y que utiliza como medios, el contacto con seres humanos habitantes de otros planetas y la difusión de sus enseñanzas.
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CUENTOS PARA LA NUEVA ERA
LOS CUENTOS ACTUALES
Para los niños, los cuentos son como ventanas que se abren hacia ellos mismos, facilitándoles conocimientos de inestimable valor para su evolución psíquica.
Los cuentos clásicos, han constituido, durante siglos, un bagaje insustituible para la transmisión de la sabiduría popular. A través de un lenguaje sencillo y simbólico, han facilitado enseñanzas psicológicas y esotéricas difíciles de comunicar por otra vía que no fuera la oral. Bajo el objetivo de entretener y divertir, han ido colaborando de manera muy importante en la configuración de la personalidad del niño que los recibía.
En todos los cuentos podemos encontrar un trasfondo filosófico y cultural que refleja ideologías y valores perennes del ser humano. Es por eso que los relatos clásicos siguen gustando a nuestros pequeños, pues su contenido y significado continúa sintonizando perfectamente con el mundo interior de los niños y las niñas.
Si los relatos clásicos se han caracterizado por algo es, precisamente, por su inmovilidad a través del tiempo. Sin embargo, en nuestros días, las cosas están cambiando. La realidad social en la que nos desenvolvemos está sufriendo transformaciones profundas y constantes. Continuamente aparecen nuevos paradigmas que nos impulsan a enfocar antiguas problemáticas de forma completamente revolucionaria.
La desmitificación y cambio de los valores en los que se asentaba nuestra sociedad, son un hecho. Los arquetipos vigentes hasta ahora, las instituciones incuestionables hasta hoy día, están sufriendo crisis tan radicales que plantean la necesidad de un cambio total en la forma de ver la vida.
Las bases mecanicistas donde se asentaba la ciencia desde el siglo XVII se están viendo paulatinamente sustituidas por una nueve visión que se apoya en la teoría de la relatividad de Einstein y en los recientes descubrimientos de la mecánica cuántica. Y ese giro que se está empezando a producir en el terreno de la ciencia influirá en las nuevas concepciones de todos los sectores de manifestación humana.
Una nueva mentalidad, que nos induce a considerar las crisis como procesos de crecimiento y no como algo destructivo, se está imponiendo. La idea de que no hay nada inmutable, de que todo está en cambio y evolución constante es algo comúnmente aceptado. En el mundo de los niños también se reflejan estos cambios y se replantean los viejos símbolos para enseñarles que muchas veces las cosas no son lo que parecen: Que Caperucita hoy es buena, pero... tal vez en el próximo cuento, en su inocente cestita, lleve un revólver oculto y, es posible, que el lobo pueda pasarlo bastante mal.
La contradicción, la duda, el intuir que todo es cambiante se ha convertido en algunas de las peculiaridades fundamentales de nuestro modo de pensar. Como consecuencia de ello, se modifican los aprendizajes, las diversiones, las posturas ante la vida y también los arquetipos propios de nuestra cultura.
Ahora las niñas no son tan indefensas, ni los niños necesitan demostrar su valentía constantemente, ni los papás tan pasotas como los reyes de los cuentos clásicos que, sin inmutarse, permitían a madrastras insensibles todo tipo de maldades con sus hijas. Actualmente, los papás reivindican la ternura y las mamás su independencia.
En un mundo así, es difícil hablar de dulces y pasivas princesas, de perversos ogros o de brujas antropófagas. Está claro que ahora se necesitan otras historias, ¿pero cuáles?
Indudablemente, deben continuar comunicando su mensaje envueltas en el misterioso mundo de los símbolos; deben estar narradas con un lenguaje sencillo y sin contradicciones; deben hacer que el niño perciba toda la magia que encierran para poder seguir desvelando, como han hecho siempre, los intrincados caminos del alma humana.
Pero, además, han de ajustarse a las necesidades de los nuevos tiempos, estos que nos colocan al borde de un Nuevo Orden Planetario, pues es más que posible que nuestros hijos sean los hombres y mujeres que lleven a cabo la realización de ese sueño.
Y, entonces, ¿cuáles son esas necesidades?
Según Bruno Bertelhein "... El niño necesita comprenderse a si mismo, necesita ideas de cómo poner en orden su casa interior y, sobre esta base, poder establecer un orden en su vida en general. Necesita una educación moral que le transmita sutilmente las ventajas de una conducta ética, no a través de conceptos abstractos, sino mediante lo que parece tangible, correcto y lleno de significado para ellos".
Y yo me permitirla añadir, además: "El conocimiento del mundo físico y sus leyes, de las energías que lo mueven y de la mente que los dirije".
Los pequeños, actualmente, viven en un mundo lleno de constante estimulación, lo que provoca una gran curiosidad por todo lo que les rodea y una necesidad imperiosa de aprender y comprender.
Me atrevo a pensar que en el inconsciente colectivo se está gestando la intuición de que a Dios se llega a través del conocimiento de sus manifestaciones, es decir, por la comprensión de todo lo que nos rodea.
Sin embargo, esto no quiere decir que los cuentos han de convertirse en meros transmisores de contenidos, sino que, en estos momentos, deben ser lo que han sido siempre: "un vehículo de conocimiento de las cosas que interesan al pequeño, desde una estructura apropiada a su nivel de comprensión, para que los aprendizajes se realicen como deben realizarse al principio -desde el hemisferio derecho del cerebro-, es decir, desde ese mundo global, egocéntrico e irreversible en el que el niño se mueve hasta los 7 años".
Más tarde, cuando empiezan la etapa de preoperaciones, cuando comienzan los procesos de abstracción, esos aprendizajes los podrán elaborar desde el hemisferio izquierdo, incorporando la lógica y la deducción.
Trataré de poner un ejemplo de cómo se puede contar, a través de una historia fantástica, un proceso de la Naturaleza tan aparentemente complicado como es la erosión de la tierra y el ciclo del agua. Tal vez, de esta manera, pueda ilustrar lo fácil que resulta acercar al niño pequeño a contenidos que parecen complejos, pero que contados en un lenguaje simbólico - que el hemisferio derecho entiende- son perfectamente absorbidos para que luego, cuando tenga que estructurarlos con la lógica, esté en condiciones de entenderlos y asimilarlos con facilidad.
LA DRAGONA DE PIEDRA
Habla una vez una Dragona de piedra que parecía una montaña. Su boca era una cueva en la que habla un lago profundo y oscuro.
Un día, la Dragona quiso visitar lugares lejanos. Para ello se partió en mil pedazos que rodaron y rodaron hasta llegar al mar.
Allí la Dragona se sintió fascinada viendo lo grande y hermoso que era y sobre todo escuchando... escuchando como sonaban sus olas y cómo, de vez en cuando, un maravilloso canto llenaba el aire de sugerentes sonidos.
¿Quién canta?- Preguntó a una caracola.
-Son las Sirenas - Le contestó ésta, sorprendida.
¿Y dónde están?
-Eso nadie lo sabe.
La Dragona, desde ese día, no dejó de buscarlas y buscarlas, hasta que por fin las encontró. Tanto le gustaron que decidió llevárselas.
Las encerró en una gota de agua a cada una y llamó a su amigo el Viento del Norte.
El Viento sopló y arrastró hacia la montaña las mil piedras que formaban a la Dragona y a las 7 gotas que encerraban a las Sirenas. Desde entonces las Sirenas quedaron prisioneras en las oscuras aguas de lago.
... Y el mar se quedó sin su música... Y la montaña se llenó del canto triste de las 7 Sirenas que lloraban sin cesar.
Tanto lloraron que sus gemidos llegaron hasta el mar y allí las oyeron los intrépidos bucaneros, las esponjas, los pulpos, los delfines...
¡Son las Sirenas! -exclamaron- ¡Hay que ir a buscarlas enseguida!...
-¡Yo iré! -dijo la Brisa Marina.
Y el mar se quedó tranquilo y la Brisa viajó hasta la montaña. Cuando llegó allí se dirigió hacia la Dragona:
-Dragona de Piedra, debes soltar a las sirenas, pues sin su canto al mar le falta el misterio.
¡Ni hablar! -rugió la Dragona- ¡Yo también quiero tener la música del agua!
Poderosa Dragona - contestó la Brisa- para que el agua suene solo tienes que soltarla.
¡No, no y no! Yo no suelto mi agua.
Pero la Brisa Marina seguía susurrando mientras la acariciaba dulcemente.
-Suelta a las Sirenas, suelta al agua...
Entonces la Dragona sintió cosquillas y abrió su gran boca para soltar una carcajada.
El agua del lago salió montaña abajo formando un río que saltaba y brincaba, cantando con una música preciosa.
A la Dragona esta música le paredón tan bonita como la del mar y comprendió que tenla que soltar a las 7 Sirenas... Y las soltó.
Al verse libres se escurrieron riendo entre remolinos de agua hasta llegar al mar, donde las esperaban los intrépidos bucaneros, las esponjas, los pulpos, los delfines...
Desde entonces las Sirenas cantan sus misteriosas canciones en las profundidades del mar sin que nadie las moleste.
... Y la dragona se divierte escuchando los riachuelos cantarines que bajan jugando entre sus piedras.
Este cuento, como los clásicos, contiene varios códigos de lenguaje que el niño irá desvelando (que no razonando), según lo escucha una y otra vez. Los cuentos, para los pequeños deben ser como rompecabezas de ideas, cuyas piezas va colocando poco a poco.
Vamos a analizar los distintos códigos del cuento La Dragona de Piedra:
LENGUAJE ETILO-MORAL:
Se valora la necesidad de aceptación de las reglas que rigen la Naturaleza (cada cosa está bien en su sitio).
La actitud de ayuda y colaboración con los compañeros (ayuda de los habitantes del mar a las Sirenas).
Aceptación y valoración de las distintas características de los demás (agua del río - agua del mar).
LENGUAJE DE ADQUISICIÓN DE CONOCIMIENTOS (CIENTIFICO):
La tierra y sus constantes movimientos.
Los agentes externos (agua, aire, rocas)
El ciclo del agua.
LENGUAJE AFECTIVO-SOCIAL:
Separado de los tuyos no se es feliz.
Para estar bien no es necesario quitar a los demás sus cosas, siempre se pueden buscar los propios recursos.
LENGUAJE ESOTERICO:
La montaña seria el ego (el Consciente), que en un principio hace lo que quiere sin pensar en los otros, pretendiendo evolucionar apoderándose de los tesoros o sabiduría (las Sirenas) del Subconsciente (mar), sin esforzarse (soberbia.
La Voz de la Conciencia (Brisa) le hará entrar en razón y entenderá que el conocimiento está en su interior, lo único que debe hacer es conectar con él y dejarlo fluir.
Aunque nos parezca increíble, los pequeños entenderán todo esto sin razonarlo. No olvidemos que los relatos fantásticos desarrollan facetas intelectuales relacionadas con la imaginación, la intuición y la percepción.
Por eso no podremos jamás dejar de contar cuentos. Las imágenes que nos brindan la televisión o el video nunca podrán sustituir a las propias representaciones interiores, las cuales nos sumergen en el sorprendente Universo de las Hadas y los Gnomos que, tal vez, podríamos asimilar con el mundo astral y el mundo de la mente.
Grupo Aztlán
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